Podemos defendernos del RENAUT
Querido
RENAUT:
A mucha honra, tú aún no me conoces. No formo parte de tu inmensa lista de amigos (o sea que si quisieras agregarme en
Facebook o seguirme en
twitter no contarías conmigo).
Cuando supe de tu existencia pensé en simplemente hacerme güey. La verdad es que no pensé en todas las implicaciones de tu aparición. Lo sé… estoy chavo y se me hace fácil.
Luego vino la urgencia de conocerte. Algunas hablaban de ti como si fueras un intruso, un
espía aguafiestas; otros, te defendían diciendo que eras parte de una solución integral. Los argumentos de tus amigos (porque los tienes, por convicción o conveniencia, pero ahí están) no eran tan descabellados: me gustaba especialmente el de que ‘somos una sociedad y debemos unirnos contra la delincuencia y éste es un paso importante para dicha cohesión’.
Sin embargo, mis preferencias están más empatadas con el lado de tus detractores. Tu
papá gobierno nos cae mal; nos ha tratado como bastardos y no confiamos en él.
La resistencia no se ha hecho esperar. Primero, pensé en simplemente no acatar la
ley. Dejar que el destino (y
telcel) me arrebataran mi línea móvil, protestar pasivamente no sonaba tan mal. Luego, encontré a los cuates de
Al Consumidor, una de las organizaciones que más esperanzas nos ha dado a los demócratas. Ellos promueven un amparo contra ti.
Es una idea revolucionaria. Podemos ganar más peleando que esperando. Quizá Gandhi me mataría si me escuchara decir esto, pero, después de años y años
protestando en silencio, ¿qué hemos ganado? ¿Ha valido la pena? Ahora podremos enfrentarte, encararte para decirte, por lo menos unos cuantos que no te queremos.
Probablemente muchos no han sucumbido a ti por muchas otras razones. Flojera, desidia, necedad al cambio. Eso de que ‘el mexicano deja todo a última hora’ pudo haber influido en este caso.
También hay apatía; he conocido gente que ni le vas ni le vienes. Simplemente no te ven ninguna utilidad. Al parecer, ellos no conocen los alcances, el poder de una base de datos. Información valiosa para mercadólogos,
secuestradores, comandos paramilitares, policías corruptos (cada vez es más redundante este binomio), bromistas.
El fiasco de la página de la COFETEL, en el que se usó un contador falso para motivar a la gente a unirse a ‘la mayoría’ de gente que ya ‘había registrado’ su número confirmó lo que ya se sabía: La ley, en general, es impopular.
Y digan lo que digan, una
ley impopular es casi un antónimo a la democracia.
Artículo publicado en filos.mx por Fra Salazar
twitter.com/frasalazar