Javier Sicilia - Todas las discusiones

#21
Tampoco Jesús Chávez, empleado de una empresa constructora
El joven Sicilia no tenía vínculo alguno con cinco de los ejecutados

Las demás víctimas se conocían por sus empleos y domicilios
Gustavo Castillo García

Periódico La Jornada
Jueves 31 de marzo de 2011, p. 11

Autoridades federales y del estado de Morelos investigan la presunta conexión entre cinco de las siete personas asesinadas en Cuernavaca cuyos cuerpos aparecieron el pasado lunes dentro de un vehículo, y ya se determinó que dos de las víctimas, Jesús Chávez Vázquez, empleado de una constructora, y el estudiante de administración Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del poeta y novelista Javier Sicilia, no tenían ningún vínculo con las otras personas que fueron ejecutadas.

Funcionarios locales y de la Procuraduría General de la República (PGR) confirmaron que durante los trámites de reconocimiento y entrega de los cadáveres los familiares aportaron datos que vinculan a María del Socorro Estrada Hernández, de 44 años de edad; Jaime Gabriel Alejo Cadena, de 25 años (comerciante de juguetes); Álvaro Jaimes Avelar, de 40 (empleado de una empresa de seguridad privada), y sus sobrinos Julio César (estudiante) y Luis Antonio Romero Jaimes (empresario), de 20 y 24 años de edad.

La información recabada por este diario refiere que estas víctimas del crimen organizado se conocían por sus empleos, actividades y ubicación de sus domicilios en los municipios de Temixco y Cuernavaca.

Durante las primeras diligencias surgió la versión de que Álvaro Jaimes, habitante del fraccionamiento Primavera de la colonia Delicias, en Cuernavaca, antes de laborar como integrante de una empresa de seguridad privada había formado parte del Ejército, por lo que se buscará establecer sus antecedentes.

En el fraccionamiento Primavera vivía Juan Francisco Sicilia, pero las investigaciones que encabeza la Procuraduría General de Justicia de Morelos han determinado que no tenía ninguna actividad que lo vinculara con otras cinco víctimas.

Las autoridades ministeriales del estado de Morelos indicaron que alcanzaron estas primeras conclusiones durante los trámites de reconocimiento de las personas fallecidas y halladas en la calle Brisas de Tampico.

La procuraduría morelense continúa con las indagatorias en colaboración con la PGR, el Ejército Mexicano y la Policía Federal (PF), y forman parte de las líneas de investigación el posible involucramiento de policías locales en el levantón de las siete víctimas, y también en la corroboración de que los ejecutores estarían vinculados con integrantes de alguna de las dos organizaciones a las que se ha imputado la comisión de los homicidios: el cártel del Golfo y el del Pacífico Sur (Beltrán Leyva).
 

Joker

Moderador risitas
#22
En definitiva, el dolor de una persona al perder a su hijo no tiene comparación.

Lárguense si no pueden hacer su trabajo, exige Javier Sicilia a Calderón y Adame

Emplaza el escritor a PGR y procuraduría de Morelos a resolver el asesinato de su hijo antes del día 6
Pide a los mexicanos salir a la calle a demandar a estos hijos de la chingada que paren la violencia

Cuernavaca, Mor., 1º de abril. El escritor Javier Sicilia, padre de Juan Francisco Sicilia Ortega, quien fue asesinado junto con otras seis personas, exigió al presidente Felipe Calderón y al gobernador Marco Antonio Adame hacer bien su trabajo; les advirtió que si no tienen capacidad para garantizar paz, seguridad y justicia en el país se larguen y dejen gobernar a quien sí pueda hacerlo.
Convocó a los mexicanos a unirnos en torno a nosotros mismos y salir a las calles para exigir a las autoridades federales, estatales y municipales que cesen la violencia y la inseguridad, y que ¡ya basta! de jóvenes, hombres, mujeres y niños asesinados a causa de la guerra contra el crimen organizado que empezó Calderón, y que ha dejado más de 40 mil muertos.
A las procuradurías General de la República (PGR) y de Justicia de Morelos las emplazó a resolver el caso antes del 6 de abril, y les demandó que no vayan a agarrar chivos expiatorios, o que si detienen a los responsables luego los suelten para que sigan asesinando con toda impunidad.
Manifestó que estas dependencias no pueden seguir siendo cómplices, con su silencio o con su ausencia para impartir justicia, como ha sucedido en la mayoría de las miles de ejecuciones perpetradas en el país.
Para acabar con la violencia y la inseguridad que imperan en Morelos y México, invitó a la ciudadanía a participar, a llenar el zócalo, y a que cada vez se sumen más para alzar la voz y lograr que ya no haya ni un asesinado más.
¡Vamos a las calles a exigir a estos hijos de la chingada que le paren al crimen organizado!, y a ¡estos cabrones del gobierno que respondan!, enfatizó.
El colaborador de La Jornada y de la revista Proceso ofreció una conferencia de prensa el mediodía de este viernes frente al palacio de gobierno, donde se mantiene una ofrenda floral por el asesinato de su hijo Juan Francisco, cuatro de sus amigos y dos personas de más de 40 años.
Los siete fueron encontrados el pasado 28 de marzo en un vehículo abandonado en el fraccionamiento Las Brisas del municipio de Temixco, conurbado a Cuernavaca.
Asimismo, exigió a los integrantes del crimen organizado que retomen los códigos de honor que antes tenían de respetar a la ciudadanía y no meterse con niños, mujeres y jóvenes.
Retomar códigos de honor, conmina al narco
Antes las mafias tenían códigos, ahora ya no hay siquiera un código de honor; matan impune y sádicamente a quien sea, a cualquiera, y no podemos permitir eso; la PGR no puede seguir siendo cómplice con su silencio o con sus ausencias para impartir justicia de esto.
Interrogado sobre si pediría la muerte para los asesinos de su hijo, respondió: no; no quiero pena de muerte, no quiero más violencia. Asesinar a otro no va devolver la vida a nadie; simplemente queremos justicia. La pena de muerte es estar del lado de los que matan.
Lamentó la doble criminalización que sufren los jóvenes que han sido asesinados durante esta supuesta lucha contra el crimen organizado, porque aparte de que les quitan la vida, las autoridades encargadas de impartir justicia los relacionan con el narcotráfico y ya no investigan ni hacen justicia.
Eran buenos; las autoridades quieren vincularlos con el hampa
Mencionó que su hijo Juan Francisco, Luis, Julio, Gabo y Jesús eran muchachos buenos, estudiosos, nobles, inteligentes y trabajadores, y que aun así, para no hacer justicia, la procuraduría morelense, encabezada por Pedro Luis Benítez, dijo que algunos tenían relación con el crimen organizado, cuando eso no es cierto.
Son muchachos que deben ser reivindicados; eran buenos y tenían un futuro, pero fueron segados por la imbecilidad del crimen y por la ceguera de nuestras autoridades, sostuvo.
Al término de la rueda de prensa, varios jóvenes realizaron un performance y leyeron poemas ante la ofrenda a los caídos. Al atardecer, decenas realizaron una caminata con veladoras en mano por el primer cuadro de la capital; para este domingo convocaron a una caravana contra la violencia y por la paz. La tarde del 6 de abril efectuarán una marcha nacional que partirá de la Paloma de la Paz al zócalo de Cuernavaca, para exigir justicia y paz.
 

BerserkMode

Bovino de alcurnia
#23
Chale, que deprimente la info y que tristeza para la familia.

Y casos como éstos seguirá habiendo mientras uno platique como si nada en la calle o quiera arriesgarse con fotos o documentos...

En efecto, Joker, ha de ser lo que le sigue de terrible y doloroso perder a un hijo, pero éso que dice Javier Sicilia también lo exclamaban en el caso Martí, y claro, tomando en cuenta que él, Alejandro Martí, al igual que Sicilia, lo gritó de frente y sin miedo alguno... ¿Apoco hicieron siquiera el intento de escuchar lo que les reclamaban?

Que detestable tener que aceptar que gente así nos representa como nación y "gobierna".
 

Christian01

Bovino adicto
#24
Carta abierta de Javier Sicilia a Políticos y Criminales



El brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco, de Julio César Romero Jaime, de Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera, se suma a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor.

No quiero, en esta carta, hablarles de las virtudes de mi hijo, que eran inmensas, ni de las de los otros muchachos que vi florecer a su lado, estudiando, jugando, amando, creciendo, para servir, como tantos otros muchachos, a este país que ustedes han desgarrado. Hablar de ello no serviría más que para conmover lo que ya de por sí conmueve el corazón de la ciudadanía hasta la indignación. No quiero tampoco hablar del dolor de mi familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Para ese dolor no hay palabras –sólo la poesía puede acercarse un poco a él, y ustedes no saben de poesía–. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre.

Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida; estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a lo que el filósofo Giorgio Agamben llamó, con palabra griega, zoe: la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente; estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación; estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y, arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen organizado y la violencia; estamos hasta la madre porque a causa de todo ello la ciudadanía ha perdido confianza en sus gobernantes, en sus policías, en su Ejército, y tiene miedo y dolor; estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche “competitividad” y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia.

De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido.

Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes como los miserablesSonderkommandos nazis que asesinaban sin ningún sentido de lo humano a niños, muchachos, muchachas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, inocentes. Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes hacen–, sino subhumana, demoniaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto.

Ustedes, “señores” políticos, y ustedes, “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación. La muerte de mi hijo Juan Francisco ha levantado la solidaridad y el grito de indignación –que mi familia y yo agradecemos desde el fondo de nuestros corazones– de la ciudadanía y de los medios. Esa indignación vuelve de nuevo a poner ante nuestros oídos esa acertadísima frase que Martí dirigió a los gobernantes: “Si no pueden, renuncien”. Al volverla a poner ante nuestros oídos –después de los miles de cadáveres anónimos y no anónimos que llevamos a nuestras espaldas, es decir, de tantos inocentes asesinados y envilecidos–, esa frase debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generado nos llevará a un camino de horror sin retorno. Si ustedes, “señores” políticos, no gobiernan bien y no toman en serio que vivimos un estado de emergencia nacional que requiere su unidad, y ustedes, “señores” criminales, no limitan sus acciones, terminarán por triunfar y tener el poder, pero gobernarán o reinarán sobre un montón de osarios y de seres amedrentados y destruidos en su alma. Un sueño que ninguno de nosotros les envidia.

No hay vida, escribía Albert Camus, sin persuasión y sin paz, y la historia del México de hoy sólo conoce la intimidación, el sufrimiento, la desconfianza y el temor de que un día otro hijo o hija de alguna otra familia sea envilecido y masacrado, sólo conoce que lo que ustedes nos piden es que la muerte, como ya está sucediendo hoy, se convierta en un asunto de estadística y de administración al que todos debemos acostumbrarnos.

Porque no queremos eso, el próximo miércoles saldremos a la calle; porque no queremos un muchacho más, un hijo nuestro, asesinado, las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una unidad nacional ciudadana que debemos mantener viva para romper el miedo y el aislamiento que la incapacidad de ustedes, “señores” políticos, y la crueldad de ustedes, “señores” criminales, nos quieren meter en el cuerpo y en el alma.

Recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país.

Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación.

FUENTE


"El mundo ya no es digno de la palabra
nos la ahogaron adentro
como te asfixiaron
como te desgarraron a ti los pulmones
y el dolor no se me aparta
sólo queda un mundo."

"Por el silencio de los justos
sólo por tu silencio y por mi silencio, Juanelo
el mundo ya no es digno de la palabra,
es mi último poema, no puedo escribir más poesía...
la poesía ya no existe en mí".

-Javier Sicilia
 

fatbrain

Bovino adolescente
#25
Nada mas una acotación-entendiendo en lo posible la tragedia de un Padre que le matan a su hijo. Los Srs Políticos y Criminales. Son TODOS Mexicanos, comunes y corrientes. NO son marcianos.

Tenemos una crisis de valores espantosa. UN consumo de drogas desatado y DEMASIADOS mexicanos que por dinero matan hasta a su madre-literal. La UNICA salida es resolverlo ENTRE TODOS. No aventando culpas alos malos
 

Joker

Moderador risitas
#26
"Cada muchacho que se nos está muriendo, se está convirtiendo en un hijo de nosotros". Javier Sicilia.

[youtube]ANlmyIoDX_Q[/youtube]
 

Ayrton Senna

Bovino de la familia
#27
Procurador dijo que militares mataron a Juan Francisco Sicilia, asegura una fuente

El titular de la PGJE de Morelos afirmó que hay funcionario implicados, señala diputada

Rubicela Morelos Cruz

Corresponsal

Periódico La Jornada

Martes 5 de abril de 2011, p. 12

Cuernavaca, Mor., 4 de abril. El titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Pedro Luis Benítez Vélez, dijo –de acuerdo con una fuente no oficial– en una reunión con diputados locales y dirigentes estatales de partidos políticos que ex militares y soldados en activo son los responsables del asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta y periodista Javier Sicilia, y de otras seis personas.
Pedro Luis Benítez afirmó el jueves pasado que entre los responsables del multihomicidio había ex servidores públicos, sin precisar si eran policías ministeriales, militares o policías estatales, porque, dijo, revelar esos datos afectaría la investigación.
Un día después, Benítez se reunió en un hotel de esta capital con legisladores y líderes de partidos. Una fuente que asistió al encuentro dijo que el funcionario aseguró que soldados y ex militares perpetraron el asesinato múltiple, y que pertenecerían a una organización criminal que opera en Guerrero y Morelos.
La fuente sostuvo que el procurador indicó que efectivos castrenses buscaban a los homicidas en todo el país, pero señaló que si los militares los encontraban antes que autoridades civiles no los entregarían, y las procuradurías General de la República (PGR) y estatal se quedarían sin elementos para sus pesquisas.
Añadió que según Pedro Luis Benítez, el ex militar Álvaro Jaimes Aguilar, El Comandante, uno de los ejecutados y tío de dos jóvenes encontrados en un vehículo junto con Juan Francisco Sicilia, era cabeza de una célula de narcomenudeo y que el Ejército lo dio de baja por estar involucrado con la delincuencia organizada.
La fuente narró que el fiscal presentó un video del bar La Rana Cruda, donde las siete víctimas estuvieron de las 10 a las 19 horas del domingo 27 de marzo. Añadió que de ahí fueron a comprar cervezas, las cuales ingirieron en un estacionamiento. Una hora después fueron a un domicilio no especificado, y se les perdió la pista hasta que sus cuerpos fueron hallados dentro de un vehículo en el fraccionamiento Las Brisas de Temixco, municipio conurbado de Cuernavaca.

La diputada petista Tania Valentina Rodríguez, asistente a la reunión, coincidió con la versión de la fuente en que el procurador dijo que el caso estaba peligroso porque había funcionarios involucrados, que no descartó que fueran militares y que había temor de revelarlo porque sería como contradecir la guerra de Felipe Calderón, quien sacó a las calles al Ejército a combatir al crimen organizado y ahora efectivos militares estarían coludidos con cárteles.
El dirigente estatal del Partido de Nueva Alianza, Francisco Santillán, también señaló que el procurador aceptó en la reunión que entre los responsables habría al menos una persona involucrada en las instituciones públicas.
El promotor cultural Rocato, uno de los impulsores de la marcha que se celebrará aquí este miércoles para exigir paz y justicia, señaló que aún no hay no ningún avance en las investigaciones. Agregó: lamentamos todos los rumores que ha propagado la misma fiscalía para criminalizar a los muchachos.
En tanto, Estela Organes Torres, madre de Samuel Cebrero Organes, de 29 años, acusado de ser miembro del crimen organizado y presunto responsable del asesinato múltiple, aseguró que efectivos militares detuvieron a su hijo en su casa, en el municipio de Jiutepec, a las tres de la madrugada del 31 de marzo, no en un retén, como dijeron autoridades castrenses.
Sostuvo, durante una protesta ante el Congreso local para exigir la liberación de su hijo, que soldados llegaron con violencia a su casa. Añadió: le digo al señor (Sicilia) que así como está sintiendo este pésame por su hijo, yo como madre también estoy sintiendo lo mismo porque mi hijo es inocente.


Fuente:http://www.jornada.unam.mx/2011/04/05/index.php?section=politica&article=012n1pol
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Joker

Moderador risitas
#28
Más de lo que mencionaba Ayrton sobre la participación de nuestro glorioso ejército en el asesinato del hijo de Javier Sicilia.

Indagan participación castrense en muerte de Sicilia, trasciende en SG

Ex militares y soldados en activo son los responsables del asesinato del hijo del poeta Javier Sicilia y de otras seis personas, habría expuesto el procurador general de Morelos, Pedro Luis Benítez, de acuerdo a una fuente no oficial.
Fabiola Martínez
Publicado: 05/04/2011 15:58
México, DF. El secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, se reunió esta mañana en el Palacio de Covián con el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame.
El encuentro privado ocurre luego de que el procurador general de Justicia del estado, Pedro Luis Benítez Vélez, dijo —de acuerdo con una fuente no oficial— en una reunión con diputados locales y dirigentes estatales de partidos políticos que ex militares y soldados en activo son los responsables del asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta y periodista Javier Sicilia, y de otras seis personas.
Para la Secretaría de Gobernación es “injusto, inapropiado e incorrecto” adjudicar a las víctimas del narcotráfico la calidad de “daños colaterales”, es decir, muertes durante enfrentamientos entre fuerzas federales y presuntos delincuentes.
El subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Juan Marcos Gutiérrez, aseveró que en México no se vive una guerra sucia y que los militares actúan en el marco del derecho y para coadyuvar en la lucha contra la delincuencia, en tanto se fortalecen las policías locales.
Del caso del joven Juan Francisco Sicilia, asesinado junto con otras personas en Morelos, pidió esperar el resultado de las indagatorias, aunque en principio aseveró que si fueron asesinados se debe a la actuación de delincuentes.
Respecto de las versiones que apuntan a posible homicidio a manos de militares, el subsecretario de Gobernación expresó: “Si hubo personas ejecutadas, entonces son víctimas. No hay que confundir los daños colaterales con las víctimas que merecen justicia y que ameritan la circunstancia de profundas investigaciones para dar con los responsables. Insisto en que no hay que confundir la colateralidad con el hecho de que tenemos víctimas inocentes que fallecen a manos de los criminales. Si un ex policía se convirtió en criminal, entonces no es más que eso, un criminal”.
 

tiburonxx

Bovino de alcurnia
#29
Adelanto de los discursos de Javier Sicilia

http://ht.ly/4uGjz



MÉXICO, D.F., 6 de abril (apro).- En los discursos que esta tarde ofrecerá Javier Sicilia por el homicidio de su hijo, Juan Francisco, exige a las autoridades dejar de llamar “daños colaterales” a las víctimas por la guerra contra el narcotráfico. Son, aclara, personas de carne y hueso, con sueños, no estadísticas.
El poeta envió a Proceso las líneas que leerá durante las protestas para exigir un cese a la derrama de sangre.
En su discurso, critica que México no pueda darle a la juventud “la vida que se merece”. Llama a este sector de la población a emprender movilizaciones contra la violencia, porque los jóvenes “han movido montañas”.
Y emplaza al gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame, a presentar antes del 11 de abril a los responsables del asesinato de su hijo. De lo contrario, le exigirá renunciar al cargo.
A continuación, los tres discursos que pronunciará Javier Sicilia:


A LAS FUERZAS ARMADAS DE MEXICO.

Ustedes han sido siempre los custodios de la paz de la nación. Por ello, nunca habríamos querido verlos fuera de sus cuarteles más que para repeler una invasión extranjera o para ayudarnos, como lo han hecho siempre, en las catástrofes naturales. Ahora los han sacado a la calle para combatir lo que a las policías pertenece. No los queríamos allí, pero allí los han puesto, provocando con ello una escalada en la violencia al incitar al crimen organizado a enfrentarse a ustedes con armas más poderosas. Son ya cuatro años de guerra y lejos de disminuir, el consumo y tráfico de drogas ha aumentado, lejos de sentirnos seguros, nos sentimos con miedo y coraje ante la impotencia de verlos pelear en nuestras calles. Por ello les exigimos, como ciudadanos de esa patria que defienden y custodian todos los días, que no permitan que en sus filas anide el crimen y crezca la complicidad.
Muchos de los asesinos que hoy dañan a la nación de manera terrible en nuestros hijos e hijas, provienen de la deserción de sus filas. La crueldad con la que esos desertores actúan tiene un origen que debe ser revisado cuidadosamente y sanado dentro de sus instituciones para que la deserción no se repita ni los códigos de honor que deben ser parte de la educación de las fuerzas armadas no se traicionen nunca ni en ninguna situación.
Bajo el peso de los casi 40,000 muertos que llevamos a nuestras espaldas, en medio de las mal llamadas bajas colaterales que su intervención en esta guerra ha producido, en medio del horror y del infierno que parecen no tener fin, en medio de la inseguridad que se ha apoderado del espacio y del tiempo de nuestra nación hasta convertir los espacios públicos y las horas, en los lugares y las horas equivocadas, en medio de esta miseria, ustedes deben devolvernos la confianza de que realmente custodian a la nación y de que no debemos temerles cuando nos encontramos frente a ustedes.
Esa confianza, custodios de la patria, sólo podrá ser devuelta cuando ustedes dejen de mirarnos como meras estadísticas de guerra y cuiden las sagradas vidas de los jóvenes que son la vida de nuestra nación. Nuestros muertos, los muertos que llevamos todos en nuestro corazón a causa de esta absurda guerra, esos muertos que nos duelen, recuérdenlo bien, no son bajas colaterales, no son cifras, no son números en un expediente, no son abstracciones. Son seres humanos con un nombre, una historia, un rostro y sueños. Recuerden también que detrás de cada una de esas vidas cegadas hay padres, madres, hermanos, familias que como la mía y la de los muchachos que murieron también asesinados al lado de mi hijo Juan Francisco el 27 de marzo están amputadas y no podrán ya ser las mismas en la felicidad que merecían y les correspondía. Por ello, por ese dolor sin límite, hoy más que nunca el respeto a los derechos humanos debe obligarlos absolutamente a evitar esa tragedia que llaman irresponsablemente daños colaterales.
El dolor, custodios de la patria, que nos ha hecho salir a las calles y detenernos un momento delante de su casa es para finalmente decirles que el dolor no debe servir para sembrar odio sino para encontrar la paz, el amor y la justicia que perdimos.


A LA PGR.

Uno de los males fundamentales que tiene sumida a la nación en el dolor, en la muerte, en el miedo, en la desconfianza y la incertidumbre es no sólo la falta de una verdadera y sólida procuración de justicia en nuestro país, sino la corrupción que desde hace mucho tiempo se ha instalado en el corazón de sus instituciones. Esta obviedad que está en la mente, en la piel, en el dolor de los ciudadanos como una herida que no cierra, lleva cargando sobre sus espaldas no sólo casi 40,000 muertos, sino otros tantos miles de casos no resueltos por omisión, por comisión o por complicidad con el crimen. Los mejores de ustedes han tratado de sanear ese corazón fundamental para la vida de la sociedad. Pero se ha logrado poco. No sólo la mayoría de los casos quedan sin resolver y se archivan como si los sufrimientos y los agravios de seres humanos fueran sólo eso, casos, no vidas humilladas que piden la restitución de una dignidad perdida o arrebatada, sino que muchas veces también los asesinos que arrancan la vida de nuestros hijos salen de sus propias filas. Así lo expresó hace unos días el propio Procurador de Justicia de Morelos cuando en relación con la muerte de mi Juanelo, de Luis, de Julio y de Gabo, definió a sus asesinos como “personal que estuvo involucrado en instituciones públicas” y que pueden ser “policías, agentes ministeriales o militares”, para luego desdecirse por temor o compromisos con lo políticamente correcto.
Impartir justicia después de conocer la verdad de los hechos es probablemente la mayor responsabilidad que una autoridad puede tener. Cuando no se asume esta responsabilidad y, como ha sucedido a lo largo de décadas en esta nación, se conciente la impunidad, tenemos esta sociedad que alienta la violencia y debilita, como nos está sucediendo ahora, a todas las instituciones de la nación. Y sin justicia ni paz, yo les pregunto por todos los ciudadanos, ¿cómo se puede vivir?
Sabemos que en estos tiempos en donde por este consentimiento está desgarrado el corazón de nuestro país y se ha instalado en él la violencia irracional y el miedo, no es fácil ser un buen policía, un buen juez, un buen abogado, un buen fiscal. Sin embargo, no tenemos otra opción; ninguna otra opción. Si no tenemos policías, jueces, abogados, fiscales, honestos, valeroso y eficientes; si se rinden al crimen y a la corrupción, están condenando al país a la ignominia más desesperante y atroz.
Señor procurador de Morelos, señores procuradores de cada rincón del país, policías y miembros de los ministerios públicos cumplan con la justicia que no han procurado y que hoy les reclamamos. Sólo así tendrán de nuevo nuestra confianza y sabremos que no nos encontramos solos e inermes como hasta ahora nos encontramos. Reconozcan el lugar que tienen como pilares de esta casa que llamamos México
El dolor que nos ha hecho salir a las calles es, como se lo dijimos a las fuerzas armadas, al detenernos delante de su casa, no debe servir para sembrar el odio y fomentar el crimen sino para encontrar el amor, la paz y la justicia que perdimos.
Cumplan con su trabajo dignamente.
.

EN EL ZÓCALO

Los espantosos asesinatos de mi hijo Juan Francisco Sicilia Ortega, de Luis Antonio y Julio César Romero Jaime, y de Gabriel Alejo Escalera, han llenado de indignación y de dolor a la ciudadanía de Morelos y de la nación entera. Sus nombres, sus historias y sus sueños destrozados, que el amor de la ciudadanía sacó a la luz pública, ha hecho posible que se pusiera también nombre, historias y sueños a otros miles de muchachos asesinados y criminalizados por la violencia que se ha apoderado del país, de sus instituciones y de la imaginación del narcotráfico y de esa mal llamada clase política. Hasta antes de ellos, con algunas excepciones, esos muertos eran, como lo dije delante de las casa del ejército y de la justicia, simples cifras, simples abstracciones, bajas colaterales o criminales, “escorias”, como estúpidamente se les ha llamado. A partir de ellos, esas cifras son lo que siempre han sido y siempre deberán ser: vidas humanas cegadas y familias destrozadas, dolor que día tras día se ha ido acumulando en los corazones de todos los ciudadanos de este país. Juan Francisco Sicilia Ortega, Luis Antonio y Julio César Romero Jaime, Gabriel Alejo Escalera, no sólo son desde que los encontraron asesinados el nombre de todos esos muertos anónimos cuyos casos se encuentran en los archivos de las procuradurías y del ejército y en la desmemoria de nuestros gobernantes, son también el nombre de nuestros muchachos vivos, de nuestra juventud que corre el mismo peligro y a quienes no estamos dándole la vida que merecen. Porque mientras los pocos muchachos –cada vez menos– que pueden alcanzar un alto nivel educativo, carecen de empleo, son subcontratados o subpagados y están en peligro de ser asesinados como fueron asesinados nuestros hijos, los muchos otros que no pueden siquiera acceder a la educación y a la cultura, ni siquiera a un empleo subpagado, se encuentran a la deriva, con el horizonte roto, seres humanos que están o pueden ser reclutados por el crimen organizado para matar y terminar también asesinados.
No hablo de una fatalidad. Es lo que hemos construido con la corrupción de las instituciones, con el desgarramiento del tejido social, con la mezquindad de los pleitos y los intereses políticos que sólo buscan enriquecerse con la desgracia, el temor y la simulación; eso es lo que hemos construido cuando decidimos desalojar las virtudes de la educación y decidimos que sólo el dinero, la producción desmesurada, la competencia y el consumo sin límites serían nuestros dioses; eso es lo que hemos construido cuando hicimos del egoísmo y del enriquecimiento una virtud y arrojamos las riquezas de la cultura, de la educación, de la amistad, de la convivencia y de la solidaridad al terreno de las cosas inútiles.
Cuando los seres humanos tienen que levantarse día con día para hacer vivir a sus hijos con salarios miserables y saber que quizá no regresarán porque nuestras autoridades no están haciendo lo correcto; cuando los criminales, a fuerza de impunidad, han perdido sus códigos de honor; cuando, por lo mismo, deben vivir de lo que los católicos llamamos la esperanza en Dios, porque los gobernantes y los empresarios no pueden darle ya a sus compatriotas una esperanza humana, que es la sombra de la esperanza de Dios, cuando esto sucede, y es lo que está sucediendo, es señal de que empezamos ya a habitar en el infierno.
Desde que mi hijo Juan Francisco y Luis y Julio y Gabo fueron asesinados, sentí a cada uno de los muchachos y muchachas, y a cada niño y niña de esta nación como miembros de una misma familia –mi familia, mis hijos– que debemos cuidar para que sus sueños no se conviertan en la pesadillas que desde hace tiempo ha comenzado a invadirlos. No podemos permitir más que un muchacho, una muchacha, un niño o una niña sean asesinados. A ellos, los jóvenes de esta nación, que saben usar las redes sociales del espacio cibernético, le pedimos que se convoquen, que se unan, que salgan a las calles y que recuerden que desde siempre las juventudes han movido montañas y le han devuelto la esperanza a la humanidad, como lo vemos hoy en otras latitudes. Aduéñense del presente y decidan el destino y la nación que ustedes quieren.
Cuando sucedió esta desgracia yo no me encontraba en el país y ustedes, que están aquí y a los cuales les agradecemos infinitamente, tomaron, como hermanos, mi causa que es la de todos. Ustedes también tomaron por mí y por los demás padres de familia que estaban sin voz la responsabilidad de exigirle al gobierno de Marco Antonio Adame –un gobierno hasta ahora omiso– el esclarecimiento de los crímenes que debe darse a conocer hoy.
Hasta el momento sólo se nos ha informado que se han identificado a los asesinos, que se han girado las órdenes de aprensión, pero que los asesinos aún permanecen libres y que se desconocen los móviles de este asesinato irracional. Eso no nos basta. Por ello he decidido quedarme aquí, en esta plaza, delante de las ofrendas que han levantado por nuestros hijos, junto con todos aquellos que quieran acompañarme, y en oración, hasta el lunes 11 de abril. Ese plazo es el que les damos al gobierno de Marco Antonio Adame para que frente a nosotros, frente al pueblo de Morelos, que convocamos a acompañarnos en esta plaza, toda la ciudadanía de Morelos que convocamos para ese día aquí, presenten ante la justicia a los asesinos de nuestros hijos y a sus cómplices. Si no los presentan con pruebas suficientes de que son realmente los asesinos queremos entonces ver salir al gobernador con su renuncia. Los gobernantes deben de entender que son nuestros representantes, nuestros servidores, y que si son inútiles e ineficientes deben irse sean del partido que sean y de la ideología que sea. Un gobierno, como nos lo enseñó Gandhi, sólo existe porque lo aceptamos. Si les retiramos nuestro apoyo ¿qué queda de él?
En el antiguo derecho romano existía una figura: el homo sacher (el hombre sagrado) cuyos crímenes el Estado no podía castigar, pero a quien cualquiera podía matar y quedar impune; un ser que al mismo tiempo que estaba excluido de todos sus derechos civiles era sagrado en un sentido negativo. Hoy en México todos somos de muchas maneras hombres sagrados, es decir, seres desnudos, carentes de protección política y susceptibles de ser asesinados por cualquiera. Hoy también, los ciudadanos que nos quedamos en esta plaza somos más que nunca –como lo fueron Juan Francisco, Luis, Julio, Gabo, la noche en que los asesinaron, como lo fueron también los niños de la guardería ABC, los hijos de las madres de Salvarcar, que hoy nos acompañan, y los casi 40,000 asesinados de este país– hombres sagrados y desnudos. Lo somos porque las autoridades del Estado así lo han decidido con su ineficiencia y porque ante sus omisiones quedamos expuestos a la irracionalidad de los criminales que han perdido cualquier proporción y límite. Si alguien puede protegernos y custodiarnos en estos momentos son millones de conciencias que, gracias a los medios, están atentas a lo que pueda sucedernos.
Hace unos días –y estoy por terminar– leí en esta misma plaza el último poema que escribiré (dedicado a mi Juanelo) hasta que el cuerpo de este México desgarrado en sus inocentes resucite. Ese silencio poético no es, como muchos lo han interpretado, una claudicación, sino un grito. Hay silencios más profundos y significativos que la palabra que viene de él y en él se recoge.
Desde ese silencio poético donde la palabra aguarda hacemos un llamado a las autoridades del país, al Presidente de la República, al Congreso de la Unión, al poder judicial, a los Congresos locales, a los Gobernadores, a los Presidentes Municipales, a los líderes de los partidos políticos, a sus miembros, a los llamados poderes fácticos, a los sindicatos, a los jerarcas de las Iglesias, a los empresarios, a los capos y a las mafias de toda laya para que escuchen. Este silencio doloroso y terrible está gritando cuatro hermosas y profundas palabras: dignidad, paz, justicia y concordia. Ese es el grito que está en el latido de nuestro amado México, el grito de nuestros hijos a quienes la inmisericorde violencia les asfixió la palabra en los pulmones y el de los que estamos aquí, de pie, sembrando nuestra esperanza y gritando por ellos.

Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación y combatir la violencia con la poesía. Ni un joven ni un niño más asesinados.
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tiburonxx

Bovino de alcurnia
#38
'Sin precedentes', nivel de la violencia en México: FBI

http://www.jornada.unam.mx/ultimas/...olencia-en-mexico-niveles-sin-precedentes-fbi

Washington. La violencia que permea actualmente México ha alcanzado niveles incluso superiores a los se vivieron durante la Revolución Mexicana, estimó el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller.
No se trata de una guerra civil, sino una guerra de facciones criminales que recurren al homicidio, secuestro o desapariciones, es decir, una violencia "sin precedente" entre las bandas criminales que ha elevado el número de muertes violentas en México pese al esfuerzo que realizan los militares y policías mexicanos, explicó el funcionario.
Agregó que el FBI continúa brindando asesoría al gobierno mexicano, ya que en varias zonas del país la situación está descontrolada, y que en ese sentido las labores para debilitar a los cárteles mexicanos se han intensificado, sobre todo en las tareas especializadas en pandillas que realizan labores de gatilleros y distribuidores de droga.
Mueller indicó ante una comparecencia ante el Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes que las denominadas Fuerzas de Tarea Anticorrupción desplazadas a lo largo de la frontera con México, "son escuadrones híbridos, integrados con agentes especiales".
Asimismo, dijo que Estados Unidos está preocupado porque extranjeros de “interés especial” entren a su territorio por las fronteras terrestres de Canadá o México.
No obstante, señaló que han detectado que algunos extranjeros procedentes de la lista de países terroristas del Departamento de Estado no han llegado a Estados Unidos con fines ilegales sino en busca de asilo político.
Mueller declinó precisar si ha habido intentos concretos de terroristas potenciales de cruzar sus fronteras y sólo dijo que tienen información de Inteligencia de que al menos lo ha discutido. “Tenemos Inteligencia que sugiere que han habido discusiones sobre operativos procedentes de Pakistán o de Somalia o Yemen para usar la frontera sur y entrar a los Estados Unidos”, sostuvo.
El funcionario federal dijo al respecto que existe en Estados Unidos una preocupación general porque extranjeros que calificó como de “interés especial” ingresen a su territorio ya sea por México o Canadá.
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tiburonxx

Bovino de alcurnia
#40
“Estamos hasta la madre”
Imágenes




A las 17:15 horas inició la marcha contra la violencia del Palacio de las Bellas Artes al Zócalo. FOTO: CUARTOSCURO.COM


"Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre". Foto: Cuartoscuro.

"Estamos hasta la madre de ustedes, políticos , porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida". Foto: Cuartoscuro.

"Estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente". Foto: Cuartoscuro.


"Estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones". Foto: Cuartoscuro.

"Estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación". Foto: Cuartoscuro.
 
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