Apartándonos un poco del ya desgastado chiste de deberían buscarlo debajo del colchón, creo que la suma de los acontecimientos, especialmente periodísticos que se presentaron durante esta semana, están dando una lectura a la que también es importante también incluir en el diagnóstico lo que no se está diciendo.
Y en ese sentido, llaman la atención dos contextos:
1.- Por un lado, todo el bagaje gansteril que acompaña a la figura de DFdC y que podría ser el motivo de su desaparición provocada por efectivos de cárteles con los que podría tener serios ajustes pendientes de cuentas.
2.- En segundo lugar no deberíamos olvidar los rumores periodísticos (a esto me refería como suma de los acontecimientos) de la presunta detención de Ignacio Coronel Villarreal, quién es personaje clave en la logística del tráfico de suministros de metaanfetaminas, especialmente en las aduanas mexicanas y de estados unidos. Sobre este contexto, se dice que se estaría negociando la vida de el ex-candidato por la liberación en territorio mexicano de Ignacio Coronel. Y sobre este tema, el hecho de las autocensuras que se han aplicado Televisa y TV Azteca, así como los principales medios alineados con el gobierno, obedecería a una petición expresa del gobierno mexicano a través de Gomez-Mont a mantener libres y despejadas las vías de comunicación evitando un cerco informativo. Así que auto censura no es, y el alineamiento tampoco es gratuito.
3.- Como cereza en el pastel… mejor dicho, como base del pastel está el innegable hecho de que el nivel de penetración de los cárteles en el gobierno, fuerzas armadas e incluso en legisladores (y no necesariamente en ese orden) ha llegado a niveles históricos graves. Como el hecho de que se han llegado a encontrar recientemente en manos de operadores de los carteles (pero en especial el del Chapo) documentos que se supone son clasificados; documentos como planes estratégicos de asignación de plazas, protocolos de traslados de fuerzas, e incluso listas pormenorizadas de proyectos de protección a funcionarios y personas de nomenclatura restringida (como testigos protegidos, embajadores, personal de gobierno, etc).
Bajo toda esta tesitura, no queda mas que develar lo que desde cualquier ángulo se adivina debajo del velo: que hay un sector importante y de primerísimo nivel del gobierno mexicano que protege ciertos grupos de poder del narcotráfico… especialmente al Cartel del Chapo.
Espero que comenten.
Saludos!!!
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