Existen estos temas para que compartamos una opinión, dar nuestro ṕunto de vista y tal vez corregirnos si encontramos error en nuestro proceder, por cierto, creo recordar haber dicho "algunos grupos religiosos" lo cual no encierra generalización, en cambio si hubiera dicho "todos los grupos religiosos" eso si es generalizar, si no fue asi, me disculpo por ello.
Por cierto, ¿de dónde sacas que la ciencia se basa en supuestos? Eso me recuerda una frase que vi de Escépticos Colombia: La ciencia tiene evidencias, pero no está segura de todo. Lareligión está segura de todo, pero no tiene evidencias.
La fe por definición exige creer sin ver, esto es, sin pruebas de que lo crees sea verdad, a diferencia de la ciencia, que es suceptible a perfeccionarse y a reconocer sus errores, te invita a dudar, que preguntes, que te asegures. en cambio con la religión, la duda es sinónimo de traición, ¿o tu que opinas?
Ah claro, no digo que la ciencia no sea enteramente mala, pero tambien hay que aceptar que la ciencia hace no mas de 500 años, aseguraba que la tierra era plana y cuello al que pensara diferente.
Voy a citar una parte de un ensayo de un autor que me gusta mucho su movimiento ideologico, se llama Paul Feyerabend, creador del anarquismo epistemologico. Una corriente artistica, similar al anarquismo epistemologico, se llama Dadaísmo, si tienes un tiempo , te invito a que conozcas algunos artistas dadaístas.
Regresando al tema, voy a citar un fragmento del ensayo "Contra el método" de Feyerabend
[quote = Contra el método. Paul Feyerabend]
[FONT="]. La historia de [/FONT][FONT="]la ciencia, después de todo, no consta de hechos y de conclusiones [/FONT][FONT="]derivadas de los hechos. Contiene también ideas, interpretaciones de hechos, problemas creados por interpretaciones conflictivas, errores, etc. En un análisis más minucioso se descubre que la ciencia no conoce ‘hechos desnudos’ en absoluto, sino que los ‘hechos’ que registra nuestro conocimiento están ya interpretados de alguna forma y son, por tanto, esencialmente teóricos. Siendo esto así, la historia de la ciencia será tan compleja, caótica y llena de errores como las ideas que contiene, y a su vez, estas ideas serán tan complejas, caóticas, llenas de errores y divertidas como las mentes de quienes las han inventado. De modo inverso, un ligero lavado de cerebro conseguirá convertir la historia de la ciencia en algo más insípido, más simple, más informe, más ‘objetivo’ y más fácilmente accesible a un planteamiento por reglas estrictas e incambiables. La educaci6n científica, como hoy día se entiende, apunta exactamente a este objetivo. Tal educacion simplifica la ‘ciencia’ simplificando a sus participantes: en primer lugar se define un dominio de investigación. A continuación, el dominio se separa del resto de la historia (la física, por ejemplo, se separa de la metafísica y de la teología) y recibe una ‘lógica’ propia. Después, un entrenamiento complete en esa lógica condicionada a quienes trabajan en dicho dominio. Con ello se consigue que
sus acciones sean más uniformes y al mismo tiempo se congelan grandes partes del
proceso histórico. ‘Hechos’ estables surgen y se mantienen a pesar de las vicisitudes de la historia. Una parte esencial del entrenamiento que posibilita la aparici6n de tales hechos consiste en el intento de inhibir las intuiciones que pudieran Ilevar a hacer borrosas las fronteras. La religión de una persona, por ejemplo, o su metafísica, o su sentido del humor (su sentido del humor
natural, no esa especie de hilaridad, ingénita y casi siempre nauseabunda que se encuentra en las profesiones especializadas) no deben tener el más mínimo contacto con su actividad científica. Su imaginación queda restringida, e incluso su lenguaje deja de ser el suyo propio
[FONT="][1][/FONT]. Esto se refleja, a su vez, en el carácter de los ‘hechos’ científicos, que se experimentan como si fueran independientes de la opinión, creencia, y del trasfondo cultural.[/FONT]
[FONT="]Resulta así
posible crear una tradición que se sostenga por [/FONT][FONT="]medio de reglas estrictas, y que alcance además cierto éxito. Pero ¿es
deseable apoyar una tal tradición en la exclusión de cualquier otra cosa?, ¿deberían transferirse a ella todos los derechos para que se ocupe del conocimiento, de forma que cualquier resultado obtenido por otros métodos sea inmediatamente excluido de concurso? Tal es la cuestión que intento plantear en el presente ensayo. Mi respuesta será un firme y rotundo NO.[/FONT]
[FONT="]Existen dos razones por las que mi respuesta parece ser adecuada. La primera consiste en que el mundo que deseamos explorar es una entidad en gran medida desconocida. Debemos por tanto mantener abiertas nuestras opciones y no restringirlas de antemano. Las prescripciones epistemológicas pueden resultar brillantes al compararlas con otras prescripciones epistemológicas, o con principios generales ¿Pero quien garantiza que constituyan el mejor camino para descubrir, no ya unos cuantos ‘hechos’ aislados, sino ciertos secretes profundos de la naturaleza? La segunda razón estriba en que una educación científica tal y como la descrita antes (y como se imparte en nuestras escuelas) no puede reconciliarse con una actitud humanista. Está en conflicto ‘con el cultivo de la individualidad que es lo único que produce, o puede producir, seres humanos bien desarrollados; dicha educación ‘mutila por compresión, al igual que el pie de una dama china, cada parte de la naturaleza humana que sobresalga y que tienda a diferenciar notablemente a una persona del patrón de los ideales de racionalidad establecidos por la ciencia, o por la filosofía de la ciencia. El intento de aumentar la libertad, de procurar una vida plena y gratificadora y el correspondiente intento de descubrir los secretos de la naturaleza y del hombre implican, por tanto, el rechazo de criterios universales y de todas las tradiciones rígidas.[/FONT]
[FONT="][FONT="][1][/FONT][/FONT][FONT="] Para el deterioro del lenguaje que sigue a cualquier aumento de profesionalismo, cf. mi ensayo “Experts in a Free Society”, The Critic, Noviembre/Diciembre 1970.[/FONT]
[FONT="]“ John Stuart Mill, ‘On Liberty’. The Philosophy of John Stuart Mill. ed. Marshall Cohen, New York, 1961. [/FONT][FONT="]258.[/FONT][FONT="][/FONT]
[FONT="] [/FONT]
[FONT="][/quote][/FONT]
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[FONT="]El ensayo completo lo puedes leer por acá[/FONT]
[FONT="]http://www.plataforma.uchile.cl/fg/semestre2/_2002/debate/modulo2/clase1/doc/tratado.doc[/FONT]
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[FONT="]Es un interesante punto de vista.
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