Totalmente de acuerdo contigo, no entiendo poqué a los ateos les molesta tanto que creamos en Dios y lo que no me parece correcto es que nos tachan de ignorantes o mentalmente débiles.
Muchos de los comentarios de los ateos surgen de la falta de conocimiento de la Biblia y de las Iglesias. En el caso de la Biblia, los ateos piensan que se tratra de un libro histórico-científico, pero no es así, para empezar la Biblia no pretende explicar cosas científicas, lo que la Biblia pretende es dar a conocer el amor misericordioso de Dios.
Ahora bien, para entender la Biblia debemos partir de la ciencia, aunque les parezca extraño. Los creyentes sabemos que los autores sagrados (o agiógrafos) fueron inspirados por Dios, sin embargo, como hombres, cada uno de ellos estaban inmersos en una cultura y un contexto en particular. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento los judíos prohibían el comer carne de cerdo, no porque fuera pecado sino más bien por cuestiones de salubridad, pues recordemos que ellos vivían en el desierto y en aquella época no existían los refrigeradores para conservar la carne, lo que provocaba riesgos de contraer diversas enfermedades.
También en el Antiguo Testamento se había decretado la pena capital para los pecadores, pero este no era un mandato de Dios, sino parte de la cultura exageradamente conservadora de aquella época, la cual fue criticada fuertemente por varios profetas y por el mismo Jesús con aquella frase "El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra" cuando querían apedrear a una mujer que fue sorprendida en adulterio.
Si notamos muchos de los textos bíbilos a lo que hacen referencia los ateos son del Antiguo Testamento y aluden a la Ley de Moisés, sin embargo los que creemos en Jesús ya no estamos sometido a dicha Ley.
Ahora bien, referente a las Iglesias, voy a hablar de la Católica porque es la que profeso y conozco. La mayoría de los ateos afirma que la Iglesia Católica está en contra de la ciencia, esta afirmación demuestra la falta de conocimienteo de la Iglesia, lo cual es comprensible, puesto que no podemos pedirles a los ateos que conozcan la Iglesia Católica cuando hay muchos católocos que no la conocen.
Les comparto algo muy interesante:
El 23 de octubre de 1996, el Papa Juan Pablo II hizo un anuncio formal a la Academia de Ciencias Obispales de que "el nuevo conocimiento lleva al reconocimiento de que la evolución es más que una hipótesis".
Está claro que el magisterio no entra en cuestiones propiamente científicas sino que deja la investigación a los especialistas, sin embargo debemos subrayar algunos puntos:
En primer lugar, la verdad no puede contradecir a la verdad, es decir, no puede haber un conflicto entre una verdad de fe y una verdad de la razón.
En segundo lugar, se subraya que la Biblia no tiene una finalidad científica, sino más bien religiosa, por lo que no sería correcto sacar conclusiones que puedan implicar a la ciencia. Hay que hacer, por tanto, una correcta exégesis (interpretación) de los textos bíblicos.
En tercer lugar, para la Iglesia no hay, en principio, incompatibilidad entre la verdad de la creación y la verdad de la teoría de la evolución. Dios ha creado un mundo en evolución, lo cual no quita en sí la causalidad divina, al contrario puede enfocarla mejor en cuanto a su riqueza.
En cuarto lugar, sobre la cuestión del origen del hombre, se puede admitir un proceso evolutivo respecto a su corporeidad y conocimiento, pero en el caso del alma, por el hecho de ser espiritual, se requiere de la acción creadora directa por parte de Dios, ya que lo que es espiritual no puede ser originado por algo que no es espiritual.
Por último, y aquí nos encontramos ante el punto central, el hecho de ser creado y querido inmediatamente por Dios es lo único que puede justificar, en última instancia, la dignidad del ser humando (hombre y mujer). En efecto, el ser humano no es el resultado de la simple casualidad ciega, sino más bien es el fruto del designio divino. El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, más todavía, está llamado a una relación de comunión con Dios.
Es evidente que no nos encontramos ante una alternativa tal como creación o evolución, sino más bien ante una articulación.
A este respecto el Papa Benedicto XVI ha dicho lo siguiente:
La fórmula exacta es creación y evolución. El relato del polvo de la tierra y del aliento de Dios, no nos narra cómo se originó el hombre, nos dice qué es el hombre. La teoría de la evolución define y describe procesos biológicos. Nos encontramos por tanto ante dos cuestiones que se complementan, no se excluyen.
Desafortunadamente, tal y como sucedió con las reformas del Concilio Vaticano II, hay católicos (laicos, religiosos, sacerdotes) que se resisten y se oponen al cambio, aferrándose a ideologías conservadoras, lo cual entorpece el proceso evolutivo de la Iglesia. Y lo que es peor, aparte de que se aferran a sus ideas no dan a conocer estas nuevas enseñanzas a las personas o las niegan argumentando que son inventos de la gente.
Yo por mi parte, promuevo estas enseñanzas del magisterio de la Iglesia puesto que creo firmemente que Dios nos ha dado la ciencia para entender y conocer nuestro mundo.
Paz