Tienes toda la razón, aquel que es libre de pecado que arroje la primera piedra.
Nosotros no somos nadie para juzgar…. Mmmm…
Espera si lo somos, pedimos justicia y castigo. ¿Quienes somos para juzgar?
El padre de uno de esos niños no tiene el derecho de hacerlo, o acaso el propio niño no lo tiene.
Como me encanta su frasecita: “La propia vida lo castigara o en la otra”. No dudo que en otra se le castigue, ya sea dios o por mero karma.
Pero aquí cualquier criminal debe de pagar así sea su santidad el papa.
Para mi hay tres leyes y son tres para no dejar a los religiosos fuera de ellas y hacerlos sentir discriminados.
Las diré de menor a mayor. Las del hombre, las del diablo y las de dios. Y ninguna de estas debe quedar impune.
Además cuanto secreto no esconde el vaticano tanto como los gobiernos o a un mas.