A mí me tocó bola blanca, porque tuve la mala suerte de que cuando fui a tramitarla, estuve formado desde las 5 a.m., hasta las 10 a.m. y no entregaban las fichas. Fui al baño, no tardé más de 5 minutos, y cuando regresé, ya habían dado todas las fichas. Me dio tanto coraje, que ya no regresé. Meses después fui, y pues ya me tocó bola blanca en el sorteo. Como ya estaba en los primeros semestres de Ingeniería Industrial, me pasaron a dar clases en el INEA, no era tanta chinga, pero era una mega hueva. Luego intenté todo para saltarme el servicio, pero el Sargento se puso muy mamón. Total que le caí bien, no sé por qué, y como vio que estaba estudiando en el Tec, me dijo que él estaba estudiando su carrera técnica, y que si le podía dar clases particulares de Matemáticas y Física, le dije que sí, y me hizo ir como 2 ó 3 veces hasta el Campo Militar (yo vivo en Coyoacán, D.F.). Después ya fue suficiente y me hizo regresar a dar clases, pero ahora entre semana, en una escuela por mi casa. Sólo se presentaba un wey, como de 35 años, para dos maestros que éramos, y no aprendía ni madres. La vieja del INEA no nos hacía caso, y pues total que me harté y dejé de ir. Cuando en diciembre me tocaba recogerla, mi papá me recordó que era el último día, pero yo no quería ir, porque ya sabía que no me la iban a dar liberada, y para qué ir hasta allá a formarme, para eso. Me dijo mi papá que él me llevaba, y que para que no tuviera que hacer el trámite otra vez, aunque fuera remiso, ya con la cartilla, nada más tenía que presentarla. Fui, llegué penúltimo, estuve formado como 5 minutos, no más, no me hicieron aprenderme ni madres, sólo dije mi nombre, y cuando me la entregaron ¡Oh, sorpresa! ¡Estaba liberada! Fue un día muy, muy feliz. Se portaron a toda madre conmigo, nunca vi que se mancharan con nadie aquí en Coyoacán, sólo que era una hueva.
No concuerdo con las personas que dicen que ésto no es para niñas. El carácter de un hombre no se forma a chingadazos físicos, eso es una cultura súper machista. La disciplina es cuestión de formar hábitos, de auto-convicción y no a base de golpes, torturas o maltratos físicos. El carácter de un hombre se forja más con las experiencias y aprendizajes que vaya teniendo en su vida, con la manera de afrontar los problemas y resolverlos, así se templa el carácter; no lavando baños, no recibiendo insultos, no recibiendo putizas de resentidos sociales. Hay que leer un poquito más y empezar cambiando esa mentalidad, éso, sí sería bien de hombres.
P.D. A mí sí me la pidieron para entrar a trabajar al gobierno, a un muy buen puesto, por cierto. Sí vale la pena tenerla, por cualquier cosa. ¡Saludos!