Bueno, tengo corta edad y está medio cañón tener experiencias de vida que puedan marcarnos a grandes rasgos... aún así he vivido algunas.
Unas de las que puedo sentirme orgulloso de contar es una espiritual... como algunos sabrán, soy ateo, aún así, el año pasado fui invitado a un Taller de Líderes por tener el perfil correcto, éste taller tenía tintes espirituales y adoración a Dios... como me agradó la idea de crecer como persona y asistir a un taller de líderes (desde primaria he sido líder de grupos y siempre he intentado tomar la batuta) pues accedí, claro, aún siendo ateo me sé todos los coros y cánticos y mandamientos y toda la cosa pues crecí en una familia católica, y tengo respeto a todos los que tienen religión, vaya, no vi inconveniente de ir al Taller. Fue durante varios días en el bosque, un campamento donde fuimos desarrollándonos como personas y líderes, entendiendo la necesidad de nuestros equipos, peleando y hasta insultándonos a veces, pero aprendiendo a ver por los demás, venga, un líder es el que sabe guiar, no solo dictar órdenes... aprendí un poco a ser más humilde y comprensivo a la hora de dar órdenes; pero sobre todo, lo que me sirvió como experiencia total, fue un día que nos reunimos todos, cantando y realizando dinámicas, el guía -gay- comenzó a contar su vida, incluyendo las tonalidades grises y negras de ésta, sus esfuerzos y todo lo demás... me sorprendió el hecho de que sin decirlo tal cual, en indirectas iba contando cómo era repudiado por ser gay y cómo, a pesar de sus creencias, sus amigos le aceptaban tal cual, incluso lo convencieron de unirse a las filas católicas, encontrando un balance entre la religión y sus extremismos, y lo que nos hace humanos, sintiéndose a gusto únicamente con lo que él tomaba correcto de la religión. Terminada la historia comenzó a llorar explicando cada acto del que se arrepentía, no con Dios ni su fe, sino consigo mismo, actos que tenía en la espalda, cosas de las que se arrepentía con su propia persona, cosas que lo dejaban de hacer tan "humano", después nos pidió que los que gustaran, durante una dinámica donde todos teníamos vendados los ojos, fueran sacando toda esa carga, todos esos actos que les alejaban de ser tal cual buenas personas (nótese personas, no "creyentes", no confundan la dinámica con algo meramente religioso), cosas de las que se sintieran mal consigo mismos, cosas que hubiésemos hecho y nos sintiéramos mal, no en ámbito religioso, sino acciones que fueran un peso nuestro... debo decir que me uní y saqué algunos secretos que muy seguramente dejó a la mayoría, si no es que todos, bastante espantados (alguno que otro seguro reconoció mi voz).
Sonará muy cursi y todo, pero me sacó un peso de encima (no, no hablo el en sentido religioso)... y es que todos tenemos nuestros secretos, fantasmas que llevamos en los hombros y espaldas, cosas que hemos hecho, visto, algunos hemos hecho cosas que nos atormentan por las noches y aprender a lidiar con ellos, o perdonarnos a nosotros mismos es una cosa tan relajante y satisfactoria, a veces hacemos cosas por supervivencia, que aún así nos arrastra a un abismo de monstruos internos, quitarlos de encima, aunque sea por un rato, es magnífico, sobre todo, cuando aprendemos a vivir con esos monstruos y dominarlos.
Otra grandiosa experiencia que he vivido... bueno, creo que fue la emocional y a la vez existencial, fue solo un momento, y a la vez un día, fue varios días y a la vez unos años, fue y a la vez sigue siendo... no sabría cómo explicarlo... fue una experiencia de plenitud, fue como una frase que tristemente no encuentro, de una leyenda de un emperador que una vez dijo: "En mi diario he escrito de todo, y el número de veces que he sido realmente feliz, puedo decir, que solo tres lo he sido..." y no recuerdo qué más sigue puesto que lo leí hace ya como 8 años (si alguien sabe a qué historia me refiero favor de correr el dato).
Un día, desperté de un sueño tan pleno, tan magnífico... era tan feliz en ese sueño, me alegró el día, recuerdo casi a detalle el sueño aún hoy, y eso que fue hace unos 5 años. Ese día hice lo de siempre, desayuné, realicé ejercicio, eché la flojera un rato, hice mis labores y salí con mi entonces novia, le conté el sueño y al hacerlo me sentí otra vez feliz, desbordaba felicidad, le conté cada detalle, cada cosa que recordaba... nos fuimos a sentar a un lado, una azotea que era nuestro lugar preferido, frente a la playa... podíamos admirar la ciudad y el mar desde lo alto del edificio... ella llevaba una cámara y comenzó a grabar unos minutos nuestros, en la grabación reíamos y charlábamos fluidamente, me volvió a preguntar porqué era tan feliz en el sueño que le conté, y le dije: "No sé, eran como... no tenía qué preocuparme de nada, tenía un cierto conocimiento de todo lo que acontecía, todo estaba en un orden a mi gusto, no había preocupaciones"; me besó y sonreí... y siguió el día y la noche, y el siguiente día y pasó el tiempo... Fue entonces que entre mis cosas guardadas, encontré un video, ése video mismo de hace años, lo ví y no pude evitar sentir nostalgia, pero a la vez, mis propias palabras hicieron impacto y me di cuenta de algo: Estaba en una plenitud en aquél momento del video... en aquél entonces no tenía preocupaciones, siendo un genio en la escuela, teniendo amistades de a montones, seguridad, padres que me mantenían, techo y cama, novia, salud, emoción y espontaneidad... todo lo tenía, y entendí que ese sueño me estaba indicando ello, que había alcanzado una plenitud existencial en aquél momento. ¿Cual fue mi experiencia? Que a veces no hemos alcanzado nuestros sueños, pero podemos ser plenos, estamos tan concentrados en pensar en el futuro que no nos damos cuenta que pueden estar pasando los mejores años de nuestras vidas, los mejores días o mejores horas, que ése día específico podemos hacer grandes historias y por ende, debemos poner atención, darnos cuenta de que podríamos estar siendo felices al 100 en el presente si no nos esmeráramos tanto en querer ser felices a futuro, entender que estamos ahí, en ese momento, y apreciar todo lo que tenemos, porque estamos tan acostumbrados a tener muchas cosas pero queremos lo material, estamos tan acostumbrados a pensar en el futuro, y no disfrutar nuestro presente.
Saludos