LA BUSQUEDA II
-- Será mejor que salgamos de aquí cuanto antes y volvamos al refugio, allí lo explicaras mejor – dijo Catia con una mezcla de tono entre sorpresa y esperando que eso pasaría mas tarde o temprano.
Salimos de allí todo lo rápido que pudimos para llegar al refugio, cuando entre observe que Catia se quedo por un momento intentando oler el aire, parecía que nos hubieran seguido.
-- ¿Pasa algo…?…-- pregunte algo extrañada, auque no debería por que me andaban buscando.
-- Nada…solo que es raro he olido algo de nebeda en el ambiente…y es extraño habrá sido un lapsus solamente mejor bajemos…-- dijo Catia mientras esas orejitas de gata aparecían en su cabeza.
-- Catia las orejas…escóndelas…-- dije intentando que no llamara la atención.
-- No me había dado ni cuenta…será mejor que bajemos…-- dijo Catia mientras bajábamos por las escaleras al llegar abajo las chicas estaban como siempre de un lado para otro para adecentar aquello el ambiente era muy agradable incluso pude ver a Rubí como estaba ayudando al verme dejo las cosas y se lanzo a por mi.
-- Mamiiiiii… ¿Mami ocurrir algo…? …-- dijo Rubí mientras se lanzaba a mis brazos para abrazarme enseguida vino a mi mente de cuando era pequeña y hacia lo mismo, pero sin embargo por mucho que creciera seguía siendo la misma.
-- Auch! …vaya parece que alguien esta también enfadada…-- dije yo mientras me pasaba una mano por el abdomen.
Rubí al ver que soltaba una exclamación de dolor se agacho y puso su oído en mi vientre, parecía que estaba escuchando como le decía algo.
-- Siempre me sorprende, como logra hacer eso…y por lo visto se te va notando el vientre aunque es raro no ha pasado el tiempo correspondiente…-- dijo Catia mientras veía como Rubí se agachaba para oír.
-- ¿Pasa algo Rubí…?…-- pregunte yo extrañada.
Rubí solo comenzó a cantar esa cancioncilla que me gustaba escuchar, la mayoría de las chicas se detuvieron para poder escucharla con atención, incluso calmo mis nervios.
-- Hermanita…estar asustada…-- respondió Rubí algo preocupada.
Las chicas se acercaron con curiosidad para ver que me ocurría.
-- ¿Qué ocurre? …¿Pasa algo? …¿Te encuentras bien…? …-- preguntaron algunas de ellas.
-- No os preocupéis y volver a lo que estabais haciendo tenemos mucho que hacer…-- dijo Catia intentando poner orden en aquello.
-- Crías crecer mas rápido que los humanos…Hermanita ya estar dormida…-- dijo Rubí alegre como siempre explicando aquello.
Aunque me dijera que ya estaba dormida empezaba a preocuparme y no sabia muy bien el por que pero había algo en todo aquello que me tenia nerviosa y probablemente aquel nerviosismo se transmitió a la pequeña y lo detecto.
-- Vamos al comedor… ¿Rubí te acuerdas de las chicas que maquillaron a Amanda? …Pues avísalas que se reúnan en el comedor…-- pregunto Catia, al parecer quería tener una charla con ellas o planear algo.
-- Rubí recordar amigas de mami ir a avisarlas…-- dijo Rubí mientras me besaba y se marcha a avisarlas.
Fuimos al comedor a esperarlas al momento entro Rubí con las cuatro chicas que me maquillaron.
-- Bueno decidme…-- dijo Catia esperando noticias de ellas.
-- He podido contactar con la ginecóloga podríamos ir esta noche a ver como se encuentra el bebe…no habrá problemas la conozco de hace mucho tiempo…-- dijo una de las chicas.
-- Bueno algo que va mejor…Escuchadme dos de vosotras junto conmigo acompañareis a Amanda a la ginecóloga…no se por que pero hay algo que no me gusta…-- dijo Catia nerviosa, al parecer empezó a morderse las uñas.
-- Catia… ¿Ocurre algo…? …-- pregunto una de ellas algo asustada.
-- No lo se pero al entrar he notado un olor a nebeda ligero en el ambiente…al principio no le he prestado importancia…pero no me gusta…puede no ser nada…-- dijo Catia con un tono de preocupación.
-- Y… ¿Pasa algo con ese olor? …-- pregunte yo extrañada, no creía que fuese nada importante.
-- Ese olor a veces hace que aparezcan las orejitas o la cola de gata…y no quiero imaginar si eso se descubriera…seriamos como monstruos…-- dijo una de ellas con miedo en su voz.
Y la verdad no era para menos podrían capturarlas o algo peor y eso seria le fin para ellas.
-- Avisad a las demás no me gustaría que pasase nada…pero debemos estar preparadas para lo que pueda ocurrir si es que pasa…Amanda te espero en la sala de entrenamiento…no te preocupes tendré cuidado que no darte en el vientre…solo quiero que practiques algunos movimientos que he visto que no se te dan bien…-- dijo Catia mientras se marchaba para cambiarse de ropa.
Me encamine hacia los vestuarios para cambiarme de ropa, Rubí no se separaba de mi tal como le había dicho Catia que hiciese, era un encanto y esperaba que la cría también lo fuera pero era verdad ya se empezaba a notar el abdomen y me preguntaba hasta cuando podría estar de un sitio para otro como hasta ahora, deje de darle vueltas a la cabeza y decidí cambiarme por suerte aquel pantalón era elástico y me lo pude colocar pensé también que necesitaría los leggins que tenia en mi casa y las faldas de mi madre si aun las tenia, ella era de cintura mas ancha y seguro que me valdrían, aparte de alguna ropa interior y demás, en cuanto me vestí sentí las ganas de ir al servicio, esto ya lo había visto y seguro que serian mas veces las que tendría que ir, una vez arreglada, me dirigí hacia la arena para practicar los movimientos.
Allí me encontré a Catia junto con otra chica tenia unas orejas de color pardo con unos mechones de pelo blanco que salían de ellas, su pelo era rizado y de color negro le llegaba hasta los hombros, sus ojos tenían un color azul muy bonito sus rasgos eran un poco angulosos y sus labios carnosos, tenia una complexión media y no media mas que yo, vestía el kimono para entrenar, aunque el escote lo tenia un poco mas abierto y dejaba entrever un pecho que aunque fuese algo pequeño era muy bonito, los pantalones se ajustaban a sus muslos a la perfección y al final de su espalda una cola parda que no dejaba de moverse.
-- Muy bien…esta vez no seré yo quien te entrene…si no ella se llama Akiko y practica artes marciales…-- dijo Catia previendo la situación por si pasara algo.
-- Encantada…-- dije yo algo tímida, aun no tenia mucha confianza y no esperaba que las artes marciales me ayudaran mucho aunque era lo mejor si no pudiera llevar las armas.
-- Igualmente…bueno es mejor que nos pongamos a ello…-- dijo Akiko tímidamente al parecer no era de las que hablaban mucho y se le notaba cierta timidez encantadora.
-- Si será lo mejor…-- dije y al instante mire hacia arriba y allí estaba Rubí sin perderse detalle sonriéndome.
-- Yo iré para tu casa…estoy segura que necesitaras algo de ropa y de interior también…lo mismo hay alguna pista de tu padre…-- dijo Catia sabiendo que lo mismo encontraría algo.
-- Muchas gracias…y si puedes entra en el cuarto de mis padres y coge algo de ropa de mi supuesta madre…tenia una talla mayor y estoy segura que me valdría la de ella…sobre todo los leggins…-- dije remarcándole la ropa que debía de coger y que lo mas probable me sentaría bien.
-- Estate preparada…para cuando yo venga…iremos directamente a la ginecóloga…-- dijo Catia preparándome para su vuelta.
-- Muy bien estaré preparada…-- dije mientras se marchaba.
Akiko comenzó a moverse aunque los movimientos eran lentos y fluidos me costaba seguir su ritmo pensé que eso no servia para nada pero fui notando como me iba calmando y sintiendo paz interior, me costo bastante seguirle el ritmo pero al final lo conseguí mi mente estaba mas concentrada, incluso note como aquellas orejas salían es como si hubiera unido mi mente y espíritu con aquellos movimientos no se ni siquiera el tiempo que paso, pero me pareció que fue cortísimo.
-- Bueno ya hemos terminado…es mejor que te prepares para cuando venga Catia…-- dijo Akiko tímidamente, con los colores subidos.
-- Gracias por todo…si es mejor prepararse iré a las duchas y al servicio de paso…-- dije mientras me retiraba con algo de prisa para llegar al servicio, estaba que no podía aguantarme, por el camino sentí como aquellas orejitas desaparecían nuevamente.
Cuando termine en el servicio me metí en las duchas aquello estaba desierto completamente solo Rubí que permanecía mirándome sin perderme ojo.
-- No es necesario que estés siempre vigilándome…no te preocupes de verdad…no pasa nada…-- dije mientras me estaba duchando y dejaba que el agua aclarara mis pensamientos.
-- Catia decir que…debo de estar con mami y protegerla…y Rubí hacerlo…-- dijo Rubí convenciéndose así misma de lo que le habían ordenado, y estaba segura de que lo haría.
Salí de la ducha y me coloque una toalla cogi uno de los cepillos que por allí había y empecé a cepillarme el pelo, echaba de menos el color que tenia pero no quedaba otra forma, pasado un momento entro Catia malhumorada y soltó varias bolsas ami lado, parecía que había tenido un encontronazo con alguien.
-- Se puede saber que te pasa o es privado…-- dije intentando hacer que me lo contara.
-- Fui a tu casa tuve que romper las maderas que había en una de las ventanas pensé que seria el camino mas rápido…pero cual fue mi sorpresa que me encontré a Elvira en la casa…y empezamos a discutir…que por que había venido que si no sabia que estaría vigilando…etc. Le dije que esto te era necesario y que teníamos que ir a la ginecóloga que no tenias ropa…y siguió dándome la murga con que es mejor que no apareciera mas por que podría incriminarme en ser cómplice…es que a veces odio a esa mujer…y a propósito no he encontrado nada sobre tu padre…lo siento…-- dijo Catia mientras se movía de un sitio a otro completamente enfadada, hizo el amago de golpear una de las taquillas pero se contuvo al final.
-- Bueno es mejor que te relajes…ahora me vestiré e iremos a ver a la ginecóloga…-- le dije mientras miraba el contenido de las bolsas, al menos parte de la ropa esperaba que le sirviera a Rubí también.
Escogí unas bragas un poco anchas por que ya los tanga como que no me Iván a servir, la ropa interior era de mi madre y me sentía un poco mejor, aunque no eran muy bonitas tenían algo de encaje y el típico lacito en la parte superior de color rojo, me tuve que poner un sujetador de mi madre de color crema y que tenia rejilla en las copas, al colocármelo sentí como un cosquilleo en los pezones muy agradable, por lo visto estaban creciéndome los pechos y los tenia mas sensibles de lo normal, me puse unos leggins de color rojo, al menos lo sentía mas cómodos y menos apretados, en la parte de arriba un jersey de mi madre de color negro con algo de escote, era de un material muy suave y cómodo y con algo de pelo por fuera, y de zapatos unos de tacón bastante bajo y abiertos por los dedos, en el pelo me puse una coleta lateral.
-- Bueno ya estoy lista…-- dije mientras me anudaba la coleta.
-- Vaya parece ser que han crecido bastante por lo que parece…me encanta…-- dijo Catia mientras me miraba los pechos.
-- Mami estar muy guapa…Rubí notar un resplandor en la cara…-- dijo Rubí mientras no se perdía ojo mientras me vestía y terminaba de arreglarme.
-- Eso suelen decir de las embarazadas…que tenemos un resplandor especial y estamos más guapas…-- dije mientras le daba un beso a Rubí en la boca, me encantaba sentir ese calor tan especial de su cuerpo.
-- Eh,…que yo también quiero…-- protesto Catia como una niña por aquel beso.
Me acerque a ella y le di otro beso, juntamos nuestros labios, que se fundieron en un apasionado beso que casi me dejo sin aire
En ese momento entraron las dos chicas cociéndonos con las manos en la masa o mejor dicho con los labios.
-- Ejem…nos podemos unir o es una fiesta privada…-- dijo una de ellas observando aquello y con las orejas sacadas.
-- Será mejor que nos vayamos…tenemos que ir a la ginecóloga es lo mejor…-- dijo Catia mientras me miraba directamente a los ojos, los tenia llenos de deseo y lujuria, note como incluso la cola nos enroscaba a ambas por la cintura quería tenerme nuevamente entre sus brazos y yo de sentirla conmigo, pero no podíamos perder el tiempo ahora mismo.
-- Si es lo mejor…-- dije yo suspirando y devolviéndole la mirada, ella sabia perfectamente que la deseaba, no se pero creo que aquello fue desde el primer momento, pero no quería admitirlo.
-- Vámonos…-- dijo Catia soltándome del abrazo, las chicas incluso se desilusionaron un poco al ver que no habría ninguna fiesta pero no perdían la esperanza de tenerla.
-- Rubí viene con nosotras…-- dije mientras nos dirigíamos hacia la salida.
-- Es mejor que no venga…da demasiado la nota…no siempre va a colar eso de los disfraces además los cuernos se notan demasiado…-- objeto Catia explicándome las razones, aunque lo le faltaba razón.
-- Catia…escucha es la única que sabe mas de su raza y si me pasa algo es la que puede ayudarme…no te digo que la ginecóloga no sea buena ni nada parecido…pero ella sabe mas…-- dije exponiéndole mis razones e intentando hacer que las aceptara.
-- Muy bien vendrá con nosotras…es mejor que busquéis un pañuelo o una gorra para poder taparle los cuernos…e intenta plegar las alas para que no se vean tanto…y la cola no la muevas…-- dijo Catia intentando hacer que parecieran complementos pero cada vez resultaba mas difícil sacarla afuera.
Al momento una de las chicas trajo un pañuelo de color rosado, le arreglaron algo el pelo y se lo colocaron tapando en gran parte aquellos cuernos.
La primera en salir fue Catia mirando por si encontraba a alguien por los alrededores se la notaba bastante nerviosa desde aquel olor y no paraba de mirar en todas direcciones y de vez en cuando de olfatear el ambiente.
-- Venga daos prisa ir saliendo no hay nadie…-- dijo Catia mientras aligeraba la marcha.
En cuanto salí sentí el aire fresco por llamarlo de alguna manera aunque el ambiente seguía bastante cargado las luches las notaba como un poco mas fuerte incluso el ruido de los coches era mas estruendoso, intente relajarme y concentrarme como en los ejercicios que practique con Akiko y resulto ser bastante efectivo el ruido y el brillo cesaron un poco, eso fue un gran alivio.
En la calle había bastante revuelo parecía ser fin de semana y se notaba, que los pubs y centros comerciales estaban mas llenos al menos desde fuera por el movimiento; Catia avanzo un poco para detener un taxi, en cuanto entramos el hombre se quedo mirando a Rubí por un momento pero no hizo ninguna pregunta al menos eso me alivio pensaría lo mismo de siempre.
-- A la clínica…San Juan…y si puede darse un poco de prisa mejor…-- dijo Catia intentando meterle prisa, no quería detenerse por mucho tiempo.
-- Muy bien…-- dijo el conductor mientras arrancaba.
El edificio de la clínica era bastante grande, el la parte derecha había una ambulancia con varios enfermeros preparándola por si existían aunque en la puerta no había mucho movimiento, en cuanto bajamos nos recibió una mujer, un poco mas alta que yo en su rostro podía verse que ya tenia una avanzada edad pero no mas de cincuenta, aquellas arruguitas en los ojos la delataban, su rostro era bastante anguloso, tenia los ojos de color marrón y lucia un pelo corto y liso que le llegaba hasta los hombros, vestía una bata blanca y debajo de esta una blusa de color celeste que no llegaba a marcar el pecho, en sus piernas unos pantalones vaqueros algo sueltos y en sus pies unos zuecos de hospital, en su cuello llevaba una gema de color azul atada a una cadenilla de plata y en sus orejas unos pendientes de perla, en su cuello portaba el típico fonendoscopio. Parecía que no estaba de muy buen humor.
-- Es el ultimo favor que te hago…entiendes esto podría poner en peligro mi carrera…perdonad es un asunto entre ella y yo me llamo Samantha…-- dijo Samantha mientras me ayudaba a salir del taxi.
-- ¿Pero que demonios es ella…? …-- dijo Samantha sorprendida y algo asustada al ver a Rubí.
-- Mejor ni lo pienses…ya te lo explicare mas adelante…necesito que me hagas ese favor…-- dijo una de ellas, intentando apresurarla.
-- Tendrás que darme una explicación… ahora será mejor que subamos y te haga una ecografía…-- dijo Samantha mientras pasábamos por el pasillo en dirección al ascensor.
Al pasar en el hospital varias personas se nos quedaron mirando, pero al parecer el guardia de seguridad no nos presto mucha importancia solo al trasero de Catia, cosa que en ese momento tuve que agradecer.
Subimos por el ascensor a la cuarta planta el ambiente que había era algo tenso cuando salimos pude ver un largo pasillo con las típicas lámparas fluorescentes y las de emergencia; varios celadores llevando carritos de medicinas y algunas enfermeras transportando la cena a los pacientes, aquel sitio me puso los pelos de punta nada mas entrar había un ambiente raro que no podría describir.
Entramos en una habitación bastante grande con una cama al fondo y el aparato de ecografías al fondo las paredes eran de color blanco, Samantha me señalo la cama para que me recostara.
-- Acuéstate…y súbete el jersey…sentirás el gel frío así que no te preocupes…-- dijo Samantha poniéndome el gel y encendiendo la maquina.
Sentí un escalofrío en cuanto me lo puso, enseguida encendió la maquina y me puso encima del vientre el aparato, empezó a pasarlo suavemente por el, en el monitor podía ver mi bebe.
-- Parece ser que estas de cinco meses y…hay tienes a tu bebe…esta muy sano… ¿Pero que es eso…? …-- dijo Samanta sorprendida por algo.
-- ¿Le pasa algo…? …-- pregunte algo asustada, no quería que le ocurriese nada.
-- Esto es increíble…mira el bebe esta completamente sano…pero si puedes mirar en el monitor veras que al final de su espalda tiene una cola…no se si es un vestigio o una mal formación o algo…pero lo dudo ya que termina en forma de corazón…Alguna me lo podría explicar… ¿Quien es el padre de esta criatura?…-- pregunto Samantha con los ojos abiertos como platos, no podía creerse lo que estaba viendo eran demasiadas sorpresas en un momento.
-- El supuesto padre… es ella…-- dijo una de las chicas señalando a Rubí.
-- Estarás de broma… ¿Verdad? …No puede ser es una chica…vale que algo rara…pero una mujer…y si la naturaleza no ha cambiado hasta ahora…eso es imposible…-- dijo Samantha asustada mientras observaba a Rubí, no daba crédito a esas palabras.
-- Rubí podrías mover las alas y la cola y después enseñarle tu sexo…-- le dije a Rubí para que le mostrara que aquellos supuestos adornos eran de verdad.
Rubí desplegó un poco las alas y movió la cola enseguida mostró su sexo, cosa que la doctora se quedo bastante sorprendida, incluso pude observar los colores como se le subían a las mejillas, también sus ojos aunque intentaba ocultarlos se veían llenos de lujuria y deseo.
-- Esto es increíble…no puede ser…es una maravilla…sorprendente…-- dijo Samantha su mente científica empezaba a darle vueltas a todo lo que estaba viendo.
Al momento no se lo que me paso con certeza pero empecé a quedarme dormida lentamente, los parpados me pesaban muchísimo solo pude escuchar unas palabras antes de dormirme por completo.
-- Algo le pasa…-- dijo Catia asustada.
Cuando me desperté observe que me encontraba sola en la misma sala, así que me decidí ir a investigar sabia que era otra de mis premoniciones note las orejas salidas en mi cabeza, salí al pasillo para investigar esta vez lo que seria, cuando estuve en el pasillo vi como las luces parpadeaban incesantemente una especie de neblina había en el suelo mire detrás mía y esta vez no existía ninguna oscuridad fue un alivio, tampoco por los pasillos había nadie seguí avanzando lentamente por aquel sitio, al instante vi al fondo del pasillo como una imagen envuelta en tinieblas y oscuridad de la misma altura que yo pero con cuernos y alas de murciélago, era la misma mujer que la otra vez me salvo de aquella cosa.
-- ¿Quién eres? …¿Qué es lo que quieres de mí…? …-- pregunte algo asustada a la imagen.
-- No te preocupes…no te haré ningún daño…tu me conoces mejor que nadie…solo quiero mostrarte lo que pasara mas adelante…cada una de esas puertas te mostrara un futuro de cada personas a las que quieres…-- dijo la imagen señalándome las puertas del hospital.
Abrí la primera y pude ver como si fuera una sala de cine y una película pasara delante mía una batalla Catia peleaba sin cesar, varios de sus adversarios eran la bandada de La Gran Madre y alguien que no podía reconocer, al instante vi como recibía un golpe de una mano enorme hecha de hueso y caía al suelo sin vida.
-- No, no, no puede ser…-- dije yo asustada, al ver como moría.
Cerré la puerta de golpe no quería ver aquello, fui a la siguiente puerta al abrirla presencie como Rubí en su forma de combate se deshacía de varios adversarios y como me protegía pero corrió la misma suerte un garrazo de aquella cosa la hizo caer al suelo.
-- Es imposible no puede ser…me niego a creerlo…-- dije yo negando aquellas imágenes que se me presentaban delante mía.
Estaba completamente asustada de lo que pudiera esconder la siguiente puerta, la abrí con temor, y pude ver un ser con los ojos muy grandes y una boca enorme llenos de colmillos, tenia orejas de gato pero mas pronunciadas, sus manos acababan en garras y el pelaje era bastante prominente, cuando logre fijarme un poco mas me di cuenta de que era Akemi, mis ojos se abrieron como platos, no podía creérmelo, era imposible.
-- No, es imposible esa no es mi madre…me estas engañando…-- dije mientras a mis ojos empezaban a aparecer las lagrimas, y yo me hincaba de rodillas cerrando la puerta, negándome ami misma que ese fuera el futuro.
-- Esto son simples futuros…que te he enseñado…pero recuerda que a cada momento el futuro se reescribe…-- dijo la sombra como si pudiera evitar todo eso pero no sabia como.
Ami mente vinieron las imágenes de Verónica y Aya, que aunque no la conociera mucho le había cogido algo de cariño.
-- ¿Pero que pasara… con Verónica? …-- pregunte con curiosidad mientras me secaba las lágrimas que recorrían mis mejillas.
-- Por Verónica no puedo decir… nada ella tiene escrito su propio… destino y de Aya tampoco puedo ver nada…sus destinos están cubiertos por una neblina…Ahora será mejor que regreses te están esperando…-- dijo la sombra despidiéndose y dejándome con muchas preguntas en la mente, pero lo que tenia que hacer era impedir aquel nefasto futuro como fuera.
En cuanto desperté observe a Catia con cara de preocupación y a Rubí a mi lado, las chicas también estaban preocupadas esperando ver que me pasaba.
-- Samantha, ha despertado…parece que ya esta consciente…-- dijo una de las muchachas aliviada al verme.
-- Menudo susto nos has dado…-- dijeron Catia y Samantha casi al unísono, se quedaron por un momento mirándose.
-- Mami… ¿Estar bien…? …-- dijo Rubí preocupada, mientras me apretaba la mano suavemente.
-- Si no os preocupéis…me habré quedado dormida…o una bajada de tensión…no os preocupéis de verdad…-- dije intentando quitarle importancia pero, lo que había visto me tenia en tensión, no podía dejar que ocurriese pero no sabia como evitarlo.
-- Mira será mejor que te tomes estas vitaminas…pero no te preocupes el bebe esta completamente sano…y después de visto lo visto con Rubí…no me extraña que tenga esa cola…me gustaría seguir tu embarazo si no es molestia claro…o si no tienes otra ginecóloga…-- dijo Samantha, su curiosidad científica estaba a flor de piel.
-- Si ellas estan…de acuerdo no hay problema por mi parte…-- dije yo esperando su aprobación al menos tendría una ginecóloga para el parto.
-- Nos vendría genial…gracias…-- dijo una de ellas por lo menos estaban de acuerdo.
-- Estáis donde siempre en el club… ¿no? …-- pregunto la doctora para saber a donde dirigirse, al p arecer no había escuchado las noticias.
-- El club fue destruido por completo…pero si esperas afuera y me dices sobre la hora que vienes yo saldré y te llevare hasta lo que queda…-- respondió Catia, al menos podría acompañarla.
-- Lo siento de verdad…toma aquí tenéis mi numero de teléfono…llamadme y yo iré a verla…-- dijo la doctora mientras nos entregaba una tarjeta de visita.
-- Bueno…entonces… ¿Podemos irnos ya…? …-- pregunte impaciente no podría aguantar mas allí y el sueño se iba apoderando de mi poco a poco.
-- Si claro…ya podéis iros…-- dijo Samantha mientras, me limpiaba el gel del vientre.
Diciendo esto baje el jersey y nos despedimos de la doctora, había sido muy amable con nosotras, nos dirigimos al ascensor y salimos de allí, cogimos el Pier taxi que encontramos, mire por la ventana viendo todas las luces que había por la ciudad parte de mi desapareció por completo, me acorde del instituto y que estaría haciendo si hubiera seguido con mi vida normal, a mi mente vinieron recuerdos que siempre tendría presentes y sobre todo donde estaría mi padre y por que lo habría raptado La Gran Madre y por que no había dado señales de vida o para que lo quería, el tiempo se me paso en nada hasta la llegada, nos bajamos unas calles antes para no levantar sospechas.
En cuanto bajamos del taxi la lluvia hizo acto de aparición aquellas pequeñas gotas parecían borrar los recuerdos de aquella visión que había tenido pero sabia que no era posible, llegamos a los derruidos restos del edificio y bajamos por la trampilla, las chicas me a cogieron como siempre con su calor y amistad intentando hacer que olvidara un poco de todo aquello, ahora mismo debía de concentrarme en mi bebe y en lo que fuera a pasar en un futuro.
-- ¿Qué tal? …¿Cómo ha ido? ... ¿Esta bien el bebe? …-- preguntaron varias de ellas, la impaciencia se hacia notar y también la alegría que tenían, era sorprendente que hubieran pasado todo aquello y seguían apoyándose las unas a las otras, aquello siempre me llenaba de felicidad.
-- Si no os preocupéis…el bebe esta sano…todo ha ido bien…-- respondí a cada una de las preguntas, o eso intentaba.
-- Bueno venga es mejor que vayáis preparando la cena…-- ordeno Catia intentando poner orden y dejarme algo de respiro.
-- Y yo es mejor que vaya al servicio…esto es una de las partes que odio del embarazo…-- dije intentando darme toda la prisa que podía.
Cuando salí me dirigí al comedor allí me estaban esperando todas las chicas, me invitaron a sentarme con ellas como siempre ami lado estaba Rubí mirando hacia todas partes y estando atenta de todo l o que pasaba, bromeamos sobre lo todo nos contamos parte de nuestras vidas y yo de la mía, pude observar como Akiko comía silenciosamente se le notaba que era bastante tímida, intente animarla un poco haciendo que se uniera a nosotras hablando y bromeando y conseguí que se abriera un poco, era una muchacha estupenda y de una gran personalidad escondida en esa timidez.
Después de todo aquello, recogimos las cosas y nos dirigimos a nuestras habitaciones, me fui desnudando, mientras Rubí seguía estando entre las sabanas jugueteando como la niña pequeña que era. En cuanto termine me metí en la cama y le di un beso en la frente a Rubí y ella me cubrió con sus alas, me sentía encantada con aquello, siempre dormía de maravilla cuando hacia eso, pero aquella visión hizo que estuviera despierta por mas tiempo de lo que pensaba, al final aquel calor me dejo dormida por completo mañana seria un DIA largo.
La noche paso casi sin darme cuenta, al despertarme pensé que me encontraría a Rubí en mi entrepierna pidiendo el desayuno como siempre pero fue mi sorpresa que seguía dormida, no pude hacer otra cosa mas que quedarme mirándola a su carita durante un momento en el cual, Catia entro en la habitación para despertarme tenia que entrenar o perfeccionar movimientos, así que desperté a Rubí de su sueño con un beso, aunque fue mi sorpresa no me esperaba aquello, sus labios se juntaron a los míos con pasión, casi con una lujuria inusitada, su lengua se enrosco en la mía jugando y saboreando el primer beso de la mañana sus alas me envolvían casi por completo, sus brazos me abrazaron fuerte mente su cola paso entre mis piernas rozándome le entrada de mi sexo eso me encanto y casi termino poniéndome caliente, pero de la misma forma que había empezado termino, me dejo sorprendida.
-- Vaya despertar tienes… ¿Hoy no quieres desayunar…? …-- pregunte esperando a ver como reaccionaba si seguía con lo que estaba haciendo.
-- Mamiiiiiii…Rubí estar llena…necesitar menos comida…Rubí dar beso de buenos días… ¿Mami gustar…? …-- pregunto con su carita de felicidad y sonriente.
-- Me encanta…eres maravillosa…ojala todos los despertares fuesen así…-- respondí dándole un beso en la frente.
-- Woow, eso si que es un buen comienzo del día…venga tienes que desayunar y entrenar algo…yo tengo que hacer algunas cosas…-- exclamo Catia algo celosa pensaría que lo mas seguro ojala hubiera sido ella la que me hubiera despertado así.
Cogi del armario uno de los trajes de entrenamiento me cepille el pelo y me despeje algo, me di la vuelta y le dije a Rubí que viniera se sentó y empecé a cepillarle el pelo, eso me relajaba mucho y estaba feliz, pero preocupada seria mejor no darle mas vueltas, cogi de las bolsas un semi tanga de color celeste muy bonito con encajes y se lo coloque a Rubí seguidamente unos pantalones de color crema que me dieron pena hacerles un agujero pero no había otro remedio, estuve por un momento peleándome o divirtiéndome con su cola para que entrara por aquel agujero, después le coloque un jersey de color rosa pálido al que por desgracia también tuve que hacerle unos agujeros esto resulto un poco mas difícil de encajar las alas, cerca del cuello tenia unas estrellitas bordadas con perlitas pequeñas y en los pies unos zapatos de tiras que se anudan en los gemelos, cuando la mire daban ganas de comérsela a besos.
Lo primero que hice fue dirigirme al servicio no podía aguantarme y seguidamente me di una buena ducha la necesitaba que todo aquello se borrara como el agua, por lo visto las chicas se levantaban mas temprano que yo, no encontré ninguna en la ducha, Catia me había dado mas tiempo de sueño y se lo agradecía me hacia falta, cuando salí cogi el cepillo y me cepille el pelo esta vez lo deje sin coleta ninguna, me fui para le comedor para desayunar allí estaba mi bandeja y Akiko que me saludo tímidamente esperando que desayunara y fuéramos para la arena a practicar algo, cuando termine nos dirigimos a la arena para hacer algo de Tai-chi y practicar movimientos de artes marciales, el tiempo paso rápidamente también observe como algunas muchachas entraban a practicar en la arena, con armas y acrobacias para mantenerse en forma era increíble observarlas como lo hacían, algunos saltos parecían casi increíbles de realizar, me dieron bastante envidia, quería intentarlo pero en el estado que me encontraba iba a ser un poco difícil de hacer.
Las horas pasaron y fui cogiendo algo de practica, al menos ya no me costaba tanto seguir aquellos movimientos y me sentía mucho mas cómoda, note como las orejitas y la cola partida aparecían repentinamente.
-- Parece que…aprendes con rapidez…-- dijo Akiko tímidamente, viendo mis progresos.
-- Si se me esta dando mucho mejor…pero… ¿Por qué salen las orejitas y la cola…? …-- pregunte extrañadas al verlas.
-- Te concentras en tu cuerpo…y en tu espíritu…y consigues la unión perfecta…ese es el símbolo de que estas en armonía…-- respondió intentando aclararme el porque de aquello.
Pasaron unas horas mas ni siquiera me di cuenta que ya era la hora de comer, y el olor que me llegaba del comedor era delicioso poco a poco mis sentidos iban despertando así que me apresure a ir a las duchas, a esta hora era un verdadero espectáculo, ves aquella colección de chicas bañándose, viendo como aquellas colas se paseaban, casi llegue a ponerme pero no era plan tampoco de hacerlo así que decidí ducharme y ponerme algo mas cómodo, aunque no tuviera mucho donde elegir, me decidí por unas bragas un poco mas grandes, aunque no me hacían gracia la verdad de color blanco y con encajes, la ropa premamá no me gustaba en absoluto, me puse una falda mas amplia de color crema me llegaba un poco antes de las rodillas pero no estaba mal, me puse en las piernas unas medias de color blanco hasta los muslos con una blonda de encaje en los pies unos zapatos sin tacón planos parecía mas baja de lo normal, tuve ya que coger uno de los sujetadores de mi madre mis pechos habían crecido un poco y estaba seguro que los de ella me sentarían bien y no tan apretados, tenia un color rojizo con un lazo rosa y de copa ancha, los sentí mucho mejor y una blusa de color blanco, y con una chaqueta de color grisáceo vaquera me cepille el pelo cuanto pude dejándomelo suelto sin coleta, en ese momento Rubí me abrazo por la espalda, sentía su calor invadiéndome era delicioso, alce un poco la cabeza y la bese en los labios saboreándola todo cuanto pude, nuestros labios eran uno solo lo mismo que nuestras lenguas, parecía no querer soltarme de aquel beso y la verdad no me importaba, peor al instante se detuvo en seco como si se contuviera de alguna forma, y me resulto muy extraño.
-- ¿Rubí…te ocurre algo? …¿Te noto muy extraña…? …Y también muy cariñosa aunque eso no me importa…pero te noto rara…-- pregunte extrañada por lo que hacia era como si se contuviese de alguna forma.
-- Rubí sentirse rara…extraña no saber que pasar…pero estar bien…-- respondió Rubí intentando ocultar algo pero creo que ni siquiera ella sabia lo que era.
-- ¿Segura que no tienes hambre…? …-- pregunte intentando saber que es lo que era, pero ella sabría mejor que yo si tenía hambre.
-- Rubí no tener hambre estar llena…pero sentirse rara…-- dijo Rubí algo extrañada consigo misma, mientras se miraba sus manos.
-- Seguro que solo tienes que acostumbrarte… a tu nuevo cuerpo eso es todo…no te preocupes…-- dije intentando sacar una explicación a aquello.
Diciéndole esto me levante la cogi de la mano y nos fuimos a los comedores para saborear lo que había olido el ambiente era muy animado, estaban charlando como siempre y sonriendo en cuanto me vieron me ofrecieron una silla para que me sentara estaba y comiera con ellas pero aunque estuviera alegre y animada aquellas imágenes no dejaban de rondarme la cabeza, cuando miraba a Catia era como si no pudiera verla, su imagen desaparecía lentamente de mi vista, lo mismo que Rubí no podía creer que pasara eso tenia que impedirlo como fuera, mejor no pensarlo mas me decidí por comer y seguir con aquella charla en cuanto termine salí todo lo deprisa que pude para el servicio, no soportaba tener que ir cada dos por tres, pero no había otro remedio.
Después de todo eso me fui a mi habitación para descansar un poco, me acosté en la cama y Rubí a mi lado, yo me puse a acariciarle el pelo y ella a cantar esa canción de nana que me gustaba y así nos quedamos dormidas durante unas cuantas horas, hasta que escuche la voz de Catia despertarme.
-- Despierta…tengo que hablar contigo…-- dijo Catia despertándome del sueño con lo a gusto que estaba.
-- Dime…dije yo entre abriendo los ojos…por el sueño y despejándome un poco…-- dije intentando despejarme un poco de la morriña, aunque Rubí seguía durmiendo tranquilamente.
-- Creo que se como encontrar a tu padre…si no tenemos información será mejor ir a conseguirla…Rubí tiene el olfato para encontrar a su bandada…seguro que debe de haber algunas…de caza por la noche…tendremos que pasear por la ciudad y puede ser un peligro peor no queda otra…-- dijo Catia intentando sacar un plan.
-- No lo se…sabes que cuanto mas salimos…mas nos exponemos y es un peligro tanto para Rubí como para mi no creo que este disfraz dure por mucho tiempo…-- dije objetando lo peligroso que podía resultar.
-- Es la mejor oportunidad que tenemos y es mejor no desperdiciarla no creo que se lo esperen…y menos que hagamos eso…-- dijo Catia intentando apresurar nuestro golpe.
-- Muy bien lo haremos…Rubí, cariño despierta tenemos que salir afuera…-- dije yo mientras la zarandeaba un poco.
Al instante Rubí se despertó como siempre sonriéndome.
-- Rubí ir con mami…-- dijo Rubí, no quería quedarse sola y no lo entendía, tenia bastantes ganas de salir.
-- Rubí… ¿Tú puedes olfatear a las de tu manada? …-- pregunto Catia, y esperaba que pudiera.
-- Rubí poder…olfatear a bandada…-- dijo Rubí.
-- Perfecto es mejor que salgamos cuanto antes… es de noche y no podemos dejar pasar esta oportunidad…-- dijo Catia intentando aprovecharla, pensaba que ya las tenía en su mano.
Nos despejamos un poco y nos dispusimos a salir, Catia salio primera mirando si había alguien por los alrededores, seguidamente salimos nosotras, nos pusimos a buscar el lugar donde se encontrarían alguna de su bandada, la gente cuando pasábamos se nos quedaba mirando entre las alas y demás de Rubí y mientras olfateaba cada lugar éramos el cotilleo de la gente.
Nos adentramos entre algunos callejones hasta llegar a una discoteca que se llamaba “Las Tres Pistas”, al parecer había bastante cola, en la puerta un gorila bastante grande dejando entrar a la gente nos acercamos a el y de inmediato nos dejo pasar al parecer no tuvimos dificultad, al entrar vi tres pistas en cada una de ellas había unas chicas bailando animando a la gente a que bailase casi no se podía ver entre las luces que parpadeaban para mi aquello era una tortura tanto visual como acústica, no es que no me gustara solo que estaba demasiado fuerte o ami me lo parecía, abajo había varias personas bailando al fondo un DJ con los discos, me di cuenta como Catia olfateaba el aire y empezaba a mirar hacia todas partes pero no pareció darle importancia; Rubí entre tanto seguía olfateando y nos dirigimos a un pasillo que nos llevo al cuarto de baño, donde había varias chicas saliendo y entrando.
-- Rubí olfatear…miembro de bandada…y comida…-- dijo Rubí inocentemente con las muchachas presentes.
-- Mejor mantén silencio…-- dijo Catia tapándole la boca por unos instantes aquellas chicas se nos quedaron mirando pero no prestaron mucha atención.
Entramos en le servicio aquello era bastante grande había un gran espejo en la pared y varios lavabos al fondo unas puertas que llevarían a los servicios, de ellos provenían una serie de gemidos sordos.
-- Venga id saliendo…daos prisa…-- dijo Catia con un tono casi de amenaza a las muchachas fueron saliendo rápido y dejaron vacío aquello.
Catia intento abrir la puerta de donde provenían los gemidos pero estaba errada con el cerrojo, así que le dio una patada esto hizo que se abriera de golpe, pudimos ver a una chica de pelo color rojo que le llegaba hasta los hombros vestía un top de lentejuelas y una minifalda muy ajustada de color púrpura, en sus pies unos zapatos de tacón abiertos y en sus piernas unas medias de rejilla que redondeaban sus muslos, delante de ella sentada en el servicio estaba otra joven su cara era de increíble placer, pero al escuchar el portazo, su expresión cambio completamente los colores subieron a sus mejillas y se arreglo todo lo que pudo, e intento salir de allí a toda prisa.
-- ¿Pero que demonios…?…-- pregunto la chica con sorpresa mientras se volvía para mirar quien había hecho aquello, tenia un rostro muy maquillado y los labios de un color negro, sus rasgos eran redondeados, sus pechos eran bastantes grandes y apretados por aquel top, por un instante me quede mirándolos, saboreándolos mentalmente.
-- Vaya mira que tenemos aquí…una de ellas alimentándose…muy bien ahora vas a soltar todo lo que queremos saber…o será tu ultima comida…-- dijo Catia amenazándola, en sus ojos podía verse el odio que les tenia.
-- Mira que nos ha traído el gato… a la gran Catia, a la famosa Amanda y a esa cría rebelde…-- dijo la joven mientras se levantaba y se arreglaba un poco el vestido, al parecer nos conocía a todas.
-- Rubí no ser cría…ser adulta…ser grande…-- dijo Rubí defendiéndose de lo que había dicho.
-- Escucha pequeña cría…y lo seguirás siendo así…hasta que conviertas a alguien…seguro que Amanda…ya habrá notado algo raro en ella que no es muy habitual…hasta el momento has estado bajo la falda de ella…-- dijo la muchacha haciéndome saber algo que no me esperaba.
-- ¿Estas diciendo que…Rubí tiene que convertir a alguien…para poder calmarse…? …-- pregunte algo sorprendida por aquello.
-- Seguro que la has visto mas cariñosa de lo normal…y con ganas de sexo…pero que se detiene al instante…es nuestra naturaleza…tiene que convertir a alguien…si no esa bestia de su interior saldrá y será peor para todas vosotras…-- dijo la muchacha explicando la situación.
Gire la cabeza mirando a Rubí, esta se quedo asustada y sorprendía por aquello sabia que ella no seria capaz de hacer aquello.
-- Escucha Rubí no te preocupes…veremos la forma de que no tengas que hacer eso…no te preocupes no te pienso dejar…-- dije abrazándola e intentando que se calmara, ella me abrazo con fuerza sentía sus lagrimas rodar por sus mejillas, parecía que me estuviera pidiendo perdón por ser lo que era, pero ella no tenia la culpa.
-- ¿Por qué la quiere La Gran Madre…?…-- pregunte nuevamente con curiosidad.
-- Fíjate bien en ella…como puedes ver tiene…cuernos y en cuanto a otra cosa que te habrás dado cuenta seguro es de su sexo…es una procreadora y la siguiente reina en la bandada…y solo lo será cuando venza a La Gran Madre…-- respondió la muchacha aclarándome la situación.
Los problemas no hacían más que seguir produciéndose, y echándose encima nuestra, Rubí no dejaba de llorar, estaba segura de que no podría cometer semejante acto.
-- Muy bien vale ya de eso…Solo quiero saber donde se encuentra el padre de Amanda y seguro que tu sabes donde esta…-- dijo Catia acercando su cara y mirándola fijamente a los ojos, podía verse incluso que sus pupilas se habían contraído como la de los gatos, estaba dispuesta incluso a torturarla si fuera necesario.
-- Si, he oído que lo han raptado…pero no tengo idea de donde esta…-- dijo la joven intentando vencer aquel duelo de miradas.
-- Escucha estoy segura de que lo sabes…y si no lo dices por las buenas…será por las malas…-- dijo Catia intentando amenizarla haciéndole saber que iba en serio y que no era ningún farol.
-- Te he dicho que no lo se…pero se de otra cosa que te puede interesar…-- dijo la joven intentando pactar su salida de allí.
-- ¿Qué es…habla…? …-- dijo Catia con impaciencia.
-- Pero no va a ser gratis todo tiene un precio…-- dijo la muchacha proponiendo le negocio que tenia en mente.
-- Vale…ponlo…-- dijo Catia intentando saber las condiciones.
-- Quiero probarla…-- dijo la joven señalándome, mientras se relamía sus labios con lujuria.
-- ¿Qué…a mi? …-- dije sorprendida aunque le precio me pareció algo raro.
-- Ni de broma!!! …-- exclamo Catia negándose al trato.
-- Acepto…lo haremos…-- dije envalentonándome además no creo que tuviera que perder en eso.
-- ¿Estas loca…? …A saber lo que quiere con eso…-- dijo Catia intentando protegerme de aquello.
-- Relájate…no creo que quiera hacerme ningún daño…además le ha quedado claro que si me pasa algo terminaría muerta por ti…y no creo que Rubí quisiera que me pasara nada tampoco…no tenemos elección…-- dije mientras me levantaba con Rubí abrazándome dejándole claro a la muchacha que si me pasara algo no saldría de aquí con vida.
-- Muy bien…si es lo que quieres hacer esperare fuera…no te molestara nadie…Rubí ven conmigo…Pero recuerda una cosa y que te quede clara como le pase algo a ella o al bebe…terminaras siendo pasto para los peces…-- dijo Catia amenazándola y cogiendo a Rubí para salir fuera del servicio.
Nada mas salir aquella chic se fue acercando a mi, saco la cola dejándola aparecer por detrás del vestido, sus alas aparecieron de golpe era una visión terrorífica para quien no estuviera acostumbrado a verla pero a la vez, muy bonita, la joven empezó a andar rodeándome sin prisa muy lentamente cuando dio una vuelta completa se pudo a mi espalda y con sus manos agarro mis pechos yo notaba en la espalda los suyos presionándome, como sus pezones crecían lentamente y se endurecían.
-- ¿Por qué…nos…ayudas…? …-- pregunte yo entre gemidos, mientras me masajeaba los pechos lentamente sin prisa sus dedos jugaban con mis pezones apretándolos.
-- No todas estamos de acuerdo con las intenciones de La Gran Madre eso es todo…-- dijo la muchacha mientras seguía con sus masajes.
La muchacha no se daba prisa seguía con sus masajes en mis pechos en el momento los soltó y sus manos empezaron a bajar lentamente por mi cintura hasta llegar a la altura de la falda, mi cuerpo temblaba de emoción y mi respiración estaba agitada no se si seria por la excitación o el miedo que tenia, subió la falda e hizo que me inclinara un poco para tener una vista completa de mi trasero y de mi sexo, aparto un poco la ropa interior que ya estaba empezando a mojarse bastante; con sus dedos aparto un poco los labios de mi sexo para dejarlo completamente a su vista, gire la cabeza un momento y vi que su expresión era de lujuria de poder saborear aquel momento con pasión pero sin prisa, metió su lengua era parecida a la de Rubí y empezó a pasearla por todo mi interior, entraba y salía de manera deliciosa, incluso la sentía casi en las puertas de lo mas profundo de mi era maravillosa, sus dedos buscaron un hueco introduciéndose con relativa facilidad de lo mojada que estaba mi flujo mojaba ya mis medias, reclamando un sitio dentro de mi yo seguía jadeando de placer a la vez que escuchaba sus gemidos lo mas seguro que estuviera masturbándose al ritmo mientras introducía y sacaba su lengua dentro de mi, en un momento con sus labios apretó mi clítoris encendido y pulsante yo sentí una descarga eléctrica recorrerme la espalda y un calor tremendo que me recorría el bajo vientre era maravilloso, casi llegue a gritar pero me contuve para no llamar la atención, estaba casi a las puertas del orgasmo, el embarazo me había vuelto mucho mas sensible de lo normal, una de mis manos cogio mi pecho y empezó a moverlo y a pellizcar suavemente aquellos pezones erectos y grandes, mientras la otra empujaba su cabeza entre mis muslos para sentirla mas y mas era maravillosa su lengua estaba endiablada y su dedos no dejaban de coger velocidad aquella sensación era indescriptible mi vagina se dilataba acogiéndolos, nuestros gemidos iban acompasados, yo no podía aguantar mas y estaba segura de que ella tampoco era una maravilla, en un momento casi llegamos a gritar de placer, note como todo mi flujo se pasmaba en la cara de la muchacha y chorreaba por su cara de cómo mi vagina se contraía intentando dejar dentro aquellos dedos maravillosos.
Ella me miro con ojos de tener ganas de otra ronda mas…y no la defraude me quite la chaqueta y la blusa junto con el sujetador me deshice de la falda dejándola a un lado y me quede en el suelo abierta de piernas completamente esperándola ella sin dudarlo, se levanto un poco la falda y se quito el tanga de color azul que estaba mojado por completo se bajo aquel top apretado dejando en libertad sus pechos, eran preciosos y bastante grandes, se tumbo en el suelo juntando nuestros sexos en un tijera maravillosa, note como su cola buscaba entre mis nalgas el agujerito de mi trasero y poco a poco se fue introduciéndose, sentí que engordaba de una manera maravillosa como si fuera un pene una vez lo hubo dejado dentro de mi, empezó a moverse lentamente mientras nuestras paginas se rozaban y nuestros flujos se mezclaban, notaba como nuestros clítoris incluso se rozaban suavemente produciéndonos un placer indescriptible, nos empezamos a mover rápidamente con furia, disfrutando de aquella sensación, la cola no dejaba de entrar y salir ya no había resistencia mi trasero estaba completamente dilatado incluso y mojado por los flujos de ambas nuestros gemidos se compenetraban, mientras nuestros muslos se empapaban con todo el fajo que soltábamos; yo estaba como loca no podía aguantarme quería correrme de nuevo sentir aquel calor invadirme el vientre sentir esa felicidad era maravilloso, seguimos así disfrutando del movimiento hasta que nuestros gritos sin importar nada expresaron nuestro placer, saco su cola lentamente quería que disfrutara hasta el ultimo momento, quedamos por unos instantes en el suelo descansando pero quería que se acordara de mi de aquel momento que había pasado, así que viéndola como estaba abrí sus piernas y aplique mi lengua comencé a moverla saboreando sus flujos, que chorreaban por sus muslos y se mezclaban con mi saliva, era como degustar una copa de un vino, de su sexo no dejaba de soltar flujo que yo seguía saboreando veía como sus manos cogian sus pechos y los apretaban masajeándolos y pellizcando sus pezones, introduci mi lengua dentro de ella junto con mis dedos y comencé a moverlos ambos, mis oídos se deleitaban con sus gemidos, ella no pudo mas que atraer mi cabeza hacia su sexo, notaba que ya estaba apunto de correrse nuevamente y aumente la velocidad de mi lengua y mis dedos no dejaban de entrar y salir mojándose con el flujo que estaba caliente y su sabor era delicioso, apreté el clítoris con fuerza con mis labios y sentí en mis dedos como su vagina me los aprisionaba por las contracciones y su flujo me inundaba tanto a ella por sus muslos como ami fue una sensación maravillosa incluso creo que me corrí otra vez por la emoción sus gemidos, eran la oda final de aquello, esperaba que estuviera satisfecha.
-- Ufff...…ha sido maravilloso…no me esperaba esto…-- dijo la muchacha mientras veía como sus piernas temblaban y su sexo aun tenia algunas contracciones por el clímax que había tenido, aunque el mío Nome quedaba atrás tampoco.
-- ¿Espero que ya…estés satisfecha…? …-- pregunte yo mientras intentaba levantarme, las piernas me temblaban de aquello.
-- Ha sido maravilloso…creo que nos veremos mas seguido…estoy segura de eso…-- dijo la muchacha como previendo mas encuentros.
-- Bueno puedes contarse eso…que decías…-- dije recordándole la parte de nuestro acuerdo, mientras me arreglaba un poco y me refrescaba la cara por el sudor.
-- Claro…La Gran Madre ya tiene sangre…para el corazón de Aloque pero necesita la tuya y el artefacto...este se encuentra en un museo que esta en la plaza central piensan ir a por el…mañana por la noche…-- dijo la muchacha desvelando las intenciones de ella, mientras se ponía de pie aun temblorosa por lo que habíamos hecho y se arreglaba también un poco.
-- Muchas gracias…por todo…-- le dije entrecortadamente tenia que tranquilizarme un poco más.
-- Gracias a ti cariño…ahora se por que Rubí te debe de querer…tanto…-- dijo la joven guiñándome un ojo, como si me invitara de nuevo.
Salí de allí algo cansada pero satisfecha, vi como Catia estaba en la puerta vigilándola para que nadie entrara mas de una chica creo que termino maldiciéndola por aquello, Rubí al verme se abrazo a mi en silencio, aquella noticia la había impactado de sobremanera.
-- Vaya ya has salido… ¿Qué te ha dicho…? …-- pregunto Catia con interés.
-- Será mejor que salgamos de aquí…después te lo digo en cuanto lleguemos al refugio…-- dije, sabia que aquel lugar no era el oportuno para contarle aquello.
Catia miro hacia delante y vio como dos gorilas de la puerta venían hacia nosotras entre el gentío.
-- Será mejor que vayamos por la otra puerta, y salgamos cuanto antes no quiero empezar a liarla y esos que vienen no tienen buenas intenciones…-- dijo Catia mientras corríamos hacia el pasillo de la salida de emergencia.
Al salir aquel sitio solo una farola iluminaba aquel sitio era un callejón oscuro y lleno de porquería el olor era algo nauseabundo pero soportable, di las gracias por haber salido de aquel sitio, al fondo pudimos ver una tipo bastante grande, llevaba una camiseta de color rojizo pegada y unos pantalones vaqueros oscuros, en sus pies unas botas con puntera metálica, al llegar a la luz pude ver con mas claridad que era calvo sus rasgos eran aguileños y sus cejas estaban algo pobladas, una cicatriz cruzaba su cara por en medio.
-- Vaya mira tu por donde hoy tendremos diversión con la gatita…-- dijo aquel tipo sosteniendo en su mano una pequeña esfera de color oscuro.
Catia empezó a olfatear un olor que le llegaba de aquella especie de esfera, en un instante aquellas orejitas de gato aparecieron de golpe en su cabeza.
-- ¿Pero que…? …Al parecer me han descubierto y eso es nebeda…Escucha no tengo la noche para escuchar tus gilipolleces entiendes…así que apártate antes de que termines muerto…-- dijo Catia amenazándole mientras notaba aquellas orejas en su cabeza.
De la puerta salieron rápidamente dos hombres uno se puso detrás de mi y me coloco un cuchillo de monte en la garganta, notaba aquel metal frío y casi cortante, Rubí se puso furiosa en un instante, al ver como estaba y que amenazaban mi vida, pero otro de ellos se pudo detrás de Rubí con otro cuchillo en su garganta.
-- Vaya parece que hemos conseguido el premio gordo…Ja, ja, ja…escucha gatita o haces lo que te digo o no volverás a ver a las otras muchachas…-- dijo aquel hombre mientras sacaba un puño americano y se lo colocaba en su mano, preparándose para la pelea…
FIN CAPITULO 2
P.
Siento el retraso que ha llevado pero ha sido un poco mas larga de lo normal y tampoco me lo esperaba ahroa tengo que lelvar 2 novelas al final terminare necesitando alguien que me ayude muchas gracias a todos por leerlo y espero que os guste el nuevo cap besos