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Yo y mi Gatita (Fantasia)

Muchas gracias a todos dentro de poco pondre el cap 3; de corazon muchas gracias :)
 
SOY YO ESE MONSTRUO… CAP 3

Aun estaba dolorida para poder levantarme por mi propio pie, Rubí viéndome como estaba me ayudo a incorporarme lentamente y sentarme en una de las cajas para que pudiera descansar, Rubí no hacia más que mirarme nerviosa y algo asustada cada vez que alzaba la vista para mirarme bajaba la cabeza de inmediato.

-- Rubí,… ¿Qué te pasa? …-- pregunte curiosa no comprendía por que se sentía así.

-- Rubí ser mala… Rubí ser un monstruo…Mami no querer monstruos…Rubí ser una niña mala…-- respondió Rubí nerviosa en sus mejillas podían verse las lagrimas y también la tristeza que la embargaba.

Yo me levante de donde estaba me dirigí hacia ella y la abrace todo lo fuerte que pude, no podía dejar que pensara así de si misma era todo lo que me quedaba en esta vida y a lo que poder agarrarme.

-- Escúchame Rubí, eres lo mejor que me ha pasado en mi vida, y no eres un monstruo esa no eres tu, tu verdadero yo esta dentro de ti y se que tienes un gran amor y yo te daré la confianza que necesitas, no te preocupes no dejare que te pase nada y no pienso alejarte de mi nunca… -- le dije casi volviendo a llorar, la abrace con todas mis fuerzas cuando la volví a mirar vi que esas lagrimas habían desaparecido y se tornaron en la sonrisa, que tanto me gustaba ver en su rostro.

Cuando me hube recuperado un poco me levante y cogí a Rubí de la mano, tenia la ropa algo manchada por la sangre, así que decidí ir a los baños para poder quitármela o disimularla un poco, aunque los golpes seguro que terminaría dejándome moratones.

Al terminar de limpiarme salimos de allí en dirección hacia una tienda de moda nueva que habían abierto, la gente se nos quedaba mirando de vez en cuando por algunas manchas que tenia en la ropa, tenia que cambiármela de inmediato.

Aquella tienda era bastante grande había varios maniquís con la ropa de moda puesta, tenían varias perchas con ropa colocada y al fondo unos vestidores, pero no había mucha gente y eso era una baza a mi favor, solté por un momento a Rubí de la mano para hablar con la dependienta, era un chica bastante joven de pelo rizadito de color anaranjado y corto, sus rasgos eran suaves y algo angulosos me recordaba algo a Miriam a excepción del color de su piel, vestía una blusa de color blanco con una chaquetilla azul, y una falda de tubo con unos zapatos de tacón negro, en cuanto entre se acerco a mi.

-- ¿Puedo ayudarla en algo? …-- me pregunto sonriendo falsamente, se veía en su cara que por la pinta que llevábamos no éramos muy bien recibidas.

-- Si queríamos alguna ropa nueva, tanto para ella como para mí…-- le respondí poniendo la tarjeta de crédito sobre el mostrador.

En ese mismo momento la mirada de la dependienta cambio al instante parecía como si hubiera descubierto un tesoro, pero aquello fue interrumpido por un golpe sordo proveniente del fondo. Al parecer se habían caído varios maniquís por decirlo así pero fueron tirados por Rubí aunque no se la veía entre todo el montón de ropa que se encontraba por los suelos, fuimos a mirar lo que pasaba y a ordenar las cosas al apartar la ropa vimos a Rubí debajo de ella, con los maniquís encima.

-- Gente blanca no oler nada, Rubí confusa…-- dijo con una cara sonriente mirándome.

-- Anda ven para acá y no cometas mas estropicios…Perdone no era su intención, nunca antes había entrado en una tienda…-- le dije yo disculpándola, no podía creerme el caos que formo en el poco tiempo que la había dejado suelta.

-- No se preocupe de verdad no tiene importancia…-- dijo la dependienta con la sonrisa falsa y haciendo la pelota.

Cuando hubimos recogido nos empezamos a pasear por las ropas y demás complementos, para ver que elegir, aunque Rubí no perdía de vista a los maniquís, se sentía extrañada, cuando los veía pero enseguida su vista se poso en los colores de las telas y en sus dibujos, tenia los ojos abiertos como platos, pasado un rato me decidí por unos cuantos pantalones, blusas y demás aparte de algo de ropa para Rubí, que fuera un poco mas normalita pero era una pena tener que hacerle agujeros a las prendas, pero no existía otra forma.

Nos metimos en uno de los vestidores las dos allí solo había un espejo y una percha para colocar la ropa, Rubí tuvo que plegar un poco las alas para poder entrar bien, yo empecé a desvestirme mirándome en el espejo cada vez que mi vista se posaba en mi bajo vientre veía aquella llama cogiendo mas forma y color no había duda, por mi mente se pasearon varias dudas muy normales: ¿Cómo afectaría esto en mi vida?, ¿Lo aceptaría mi padre?, ¿Podría seguir con mi vida normal?, ¿O seria un cambio radical?...Aunque no me importaba quería tener aquella criatura, en eso mire hacia atrás y vi a Rubí en el suelo sentada con cara de agotamiento y sudando aunque ella intentaba disimularla con su típica sonrisa, sabia que aquel esfuerzo en el almacén había sido excesivo para ella, así que me desabroche el sujetador y baje mi ropa interior lentamente, rozando mi piel apenas me agache y la bese en aquellos labios calientes y jugosos, primero fueron unos simples besos por cada uno de ellos recorriendo los bordes de su boca y después la bese con pasión, nuestros labios se juntaron como si fueran uno solo nuestras lenguas danzaron dentro de nuestras bocas una vez mas, me levante dejándole un ligero beso, mi sexo ya estaba ansioso, caliente, húmedo y no me hizo esperar sentí esa calida y juguetona lengua dentro de mi, saboreando cada gota de flujo que emanaba de el, no podía aguantar llevaba mucho tiempo sin sentirla dentro era un torrente de calor interno que se iba apoderando de mi, intente sostener mis gemidos, todo lo que pude esperando que no me escuchara la dependienta, pero sabia que no podría estar así mucho tiempo; la lengua de Rubí era endiablada incluso podía notarla rozándome la entrada de mi útero lo mas profundo de mi, era maravilloso sabia que no iba a aguantar mucho tiempo, Rubí no hacia mas que mirarme a la cara, con ojos de deseo y lujuria mezclados con la inocencia y el candor, en ese instante sentí el flujo bajarme, un grito sordo resonó en el vestidor, me sentía en el cielo, Rubí estaba bebiendo todo aquello sentía sus labios y su lengua pasearse por mi interior, era estupendo, mis muslos se empaparon de aquel flujo que despedía mi vagina, mis piernas incluso temblaron un poco casi me fallaban las rodillas, mi sexo no hacia nada mas que dar pequeños espasmos con la corrida, Rubí saco su lengua y empezó a relamerse de gusto.

Pero aun quería mas de ella hacia tiempo que no sentía aquel magnifico miembro dentro de mi duro y caliente, sentir aquella bola de carne como pulsaba haciéndome gemir de placer, me di la vuelta apoyándome contra una de las paredes del vestidor, mostrándole mi trasero y mi vagina, para que pudiera elegir, ya no me importaba por cual la metiera solo quería saciarla y saciarme yo misma.

Al momento aplico su cara a mis nalgas, su lengua se hundió en mi trasero llenándolo de saliva lubricándolo entraba y salía de una forma endemoniada, yo no podía hacer otra cosa nada mas que taparme la boca o morderme los labios para no gemir fuertemente pero aquello me resultaba delicioso un placer en aumento, al instante saco la lengua pensé que ya lo habría lubricado lo suficiente, lo sentía húmedo por completo mi deseo de tenerla dentro de mi aumentaba a cada momento, ya no podía esperar mas, note como su glande se paseaba por la entrada de mi trasero de arriba hacia abajo mojándolo con mis flujos, sus manos agarraron mis caderas para imprimir mas fuerza; al momento lo sentí en la entrada de mi trasero su glande empezaba a abrirse paso lentamente dentro de mi, era como un delicioso ariete sentía cada centímetro de aquel miembro invadiéndome venciendo la resistencia incluso me llego a doler un poco del tiempo que no lo había hecho, pero fue desapareciendo convirtiéndose en el mas adorado placer, parecía como si no acabase nunca de entrar, sentí como su abdomen se apoyaba contra mi espalda era increíble solo pude girar la cabeza y sacar la lengua para besarla y que se juntaran nuestras lengua pero no me esperaba una sorpresa mas que me tenia reservada, su cola la note en la entrada de mi vagina como empujaba hasta meterse dentro de mi, eso me puso mas cachonda si cabe, mientras nuestras lenguas jugaban ella empezó a moverse lentamente al igual que su cola, era maravillosa notaba incluso como si hubiera engordado un poco mas, mis sentidos estaban embotados solo quería ser suya dejarme llevar por aquel placer descomunal que sentía dentro de mi, aparte mi cabeza e intente apoyarme para estar mas segura pero las acometidas de Rubí aumentaban en intensidad, poco a poco aquello empezó a temblar un poco, pero no podía detenerla ni quería, era maravilloso me sentía en el cielo, siguió así un buen rato hasta que tanto su miembro como su cola empezaron a moverse rítmicamente dentro de mi ya no había resistencia alguna y mis flujos mojaban su cola de sobremanera, dejando húmedo el suelo, mis piernas temblaban de placer pero no podía caer al suelo estaba empalada en aquel maravilloso miembro que no dejaba de entrar y salir, las manos de Rubí cogieron mis hombros y me hizo sentirla aun mas dentro si pudiera ser, sus gemidos empezaron a sonar un poco mas fuertes, lo mismo que los míos pero no podía dejar que se escucharan muy alto pero los movimientos del vestidor ya eran notables, así que volví a girar mi cabeza y volví a besarla acallando sus gemidos con mi boca mientras nos besábamos, al final dio unos empujones fuertemente yo sabia que estábamos en el clímax, su bola empezó a engordar nuevamente dentro de mi abriéndose paso, dejándome abotonada por completo a ella nuevamente, su leche se desbordaba dentro de mi, llenándome la sentía caliente y espesa, los ojos de Rubí se entre abrieron por el placer pero no podía dejar de besarla si no podrían escucharnos, yo estaba en mi limite creía que iba a perder la mente del placer que sentía, aquella bola pulsaba dentro de mi una y otra vez haciendo que me corriese continuamente, y me mantenía en aquel estado de éxtasis mientras su cola no paraba de moverse dentro de mi vagina, era maravilloso, mi estomago empezó a crecer un poco de la cantidad de leche soltada, mi trasero tenia espasmos los mismo que mi sexo, eso le encanto a Rubí aquella pequeña presión que le ofrecían, las piernas me temblaban, iba a caer al suelo de un momento a otro pero ella me tenia cogida con fuerza.

Nuestras bocas se separando dejando por un instante unidas nuestras lenguas, Rubí seguía convulsionando, un poco mientras continuaba con su orgasmo mi sexo no paraba de emanar flujo casi de manera constante no recuerdo ni siquiera las veces que me llegue a correr esa vez, fue el momento mas maravilloso del día, poder sentir otra vez ami pequeña Rubí dentro de mi y ver esa carita de placer. Cuando hubieron pasado como unos diez minutos sentí que aquella bola bajaba su tamaño y salía, mi trasero empezó a soltar leche que caía al suelo mezclándose con mis propios flujos, Rubí cayo de espaldas apoyada contra la pared del vestidor, yo no podía mas que gemir apagadamente, conteniendo mi placer aparte del temblor de mis piernas que era considerable teniendo que apoyarme contra las paredes del vestidor para mantenerme de pie, mientras tanto mi vagina no paraba de dar pequeños espasmos lo mismo que mi trasero cuando el resto de la leche salio, me gire para ver a Rubí con su carita feliz y risueña, su sexo aun soltaba pequeños chisquetazos, viendo aquello me puse en cuclillas y me lo introduje en mi boca, para que no se desperdiciara nada y poder beber de su dulce miel tragándomela , notando como se deslizaba por mi garganta y jugando con mi lengua limpiándosela por completo.

Cuando acabamos nos probamos algunas prendas que había escogido, a Rubí le quite su ropa y le puse un pequeño top con encajes de color morado, por suerte a ese no tendría que hacerle agujeros, y una falda pantalón vaquera de color azul gastado, estaba monísima cuando la observe, yo por mi parte escogí una blusa de color negro con un escote algo provocativo, con una palabra japonesa en la espalda de color rojo, otros leggins de color blanco que eran muy provocativos y casi transparentes, pero me puse encima una falda vaquera de color negro a juego con la camisa y en los pies unas botas de piel marrón claro que eran preciosas.

Cuando hube escogido, salimos de aquel vestidor aunque era mejor no mirar como lo habíamos dejado me daba lastima de la dependienta.

Me dirigí al mostrador para pagar aquello, solté una gran cantidad de ropa encima la dependienta parecía estar feliz, por aquellas ventas, pero la mirada que me echaba era de sorpresa de lo que había tardado, pero no sabia lo que había pasado dentro por suerte, aunque tal como estaba se daría cuenta eso seguro.

Salimos de la tienda y nos dirigimos a un burguer tenia un antojo de hamburguesa, nos metimos en uno de los que hay en el centro comercial, había bastante gente y al fondo un parque de diversión para niños había varios jugando con las bolas y demás yo no sabia que hacer pero viéndola como estaba decidí dejarla.

-- Escucha Rubí, te voy a dejar en este sitio…divierte con ellos…yo voy a comprar algo de comer…estaré aquí mismo no te preocupes…-- le dije esperando que no pasara alguna otra cosa mas.

-- Rubí ser buena y jugar con niños…-- dijo Rubí sonriéndome, el color a sus mejillas había regresado.

La metí dentro del parque con los niños, estos empezaron a mirarla lo mismo que la mayoría de la gente de aquel lugar pero enseguida empezaron a reír y jugar como si no pasara nada ni les importase que llevase puesto, eso me encantaba de los niños que logran aceptar a cualquiera tal y como es, me quede un rato mirándola mientras se divertía era como una mas, dentro de mi me alegre mucho.
Llegue al mostrador y pedí una hamburguesa con queso algunas patatas fritas y un refresco, y me senté en una de las mesas para poder disfrutarlo mientras observaba a Rubí jugar.

Al momento se acercaron a mi dos chicos intentando ligar, al parecer mi nuevo aspecto estaba dando un resultado un poco inesperado.

-- Vaya… ¿Que tal guapa?…Te apetece dar una vuelta con nosotros…-- dijo el chico, aunque la verdad lo que menos le interesaba era la vuelta que pudiéramos dar.

-- Venga…vente lo pasaremos bien…-- dijo el otro mientras cogía una patata y se la comía.

-- Por favor podéis dejarme en paz y largaros de una vez…-- dije yo educadamente intentando que se largaran pero sabia que no iban a irse.

-- Venga no seas tímida…-- dijo el chico cogiéndome de la muñeca, aunque la verdad esperara que no lo hubiera hecho.

En ese instante una mano cogio la suya y empezó apretar fuertemente casi podía escuchar como crujía.

-- Mami no hacer daño…-- dijo Rubí mientras la estrujaba, sus ojos casi estaban rojos por completo.

-- Vale, vale, vale…de acuerdo suelta, suelta…-- dijo el muchacho suplicándolo.

-- Rubí suéltalo no te preocupes…-- le dije yo viendo como las demás personas estaban mirándonos.

Rubí soltó la muñeca del joven y este se alejo de nosotras, pero por su mirada juraría que nos lo volveríamos e encontrar, la gente del sitio siguieron con sus asuntos.

-- Mami… ¿Estar bien? …-- me pregunto Rubí.

-- Si no te preocupes…estoy bien…-- le respondí sonriendo, era todo un encanto y el instinto de protección de esta raza era increíble.

Habiendo terminado cogi a Rubí y nos volvimos para el apartamento tenia que prepararme y acostarla para ir al instituto y saber que pasaba aunque esperaba que no estuviera la chica que iba a enviar Akemi para no tener que entrar no tenia ni la mas minima gana de hacerlo ni saber lo que pasaría allí o nos encontraríamos.

Nada mas entre en casa me dispuse a darme un baño junto con Rubí que le encantaba, deje la ropa que compramos en la cama de mi habitación, nos metimos en la ducha y dejamos que se nos deslizase el agua saboreando nuestros cuerpos mi vista de vez en cuando se paseaba por su sexo y me deleitaba imaginándome alguna escena, pero era mejor darse prisa en acostarla.

Al salir del baño y me puse una toalla y el albornoz a Rubí llamaron a la puerta, Rubí salio corriendo hacia ella, aunque no sabia el por que pero me lo suponía al llegar a la puerta la contemple olfateándola.

Me suponía quien pudiera ser pero ahora mismo no se si fuera el mejor momento, aunque podría ayudarme con Rubí para poder marcharme, al final iba a resultar una buena baza.

-- Rubí oler a mujer de olor especial…-- me dijo Rubí completamente alegre.

-- Ya abro no te preocupes…-- le dije intentando calmarla aunque sabia que no podría tranquilizarla, Verónica había dejado una huella bastante grande en ella y tenia que averiguar el motivo.

Cuando abrí la puerta vi a Verónica enfundada en una gabardina de color crema y con una especie de maleta en la mano parecía que se había tomado demasiado bien eso de volver a verla o lo que le dije era una invitación para que se quedase conmigo a vivir no sabia que decir.
Rubí al verla empezó de nuevo a olfatearla, con ahínco no quería perderse aquella esencia yo por mucho que lo intentara solo olía una colonia bastante dulzona y pegajosa.

-- Hola Amanda… ¿Qué tal? …Como te dije aquí estoy…-- me dijo sonriendo mientras entraba, esperaba que no estuviera desnuda debajo de aquella gabardina.

-- Hola de nuevo…-- dije yo entrecortadamente, no sabia que decir mas ni como actuar de momento.

-- Esta vez parece mas ordenada la casa…que bien y vaya que modelito… ¿No estarías esperándome… verdad? …No te preocupes es broma …Ya me iras conociendo…Quería estar al lado de ti y de esta maravillosa personita…-- le dijo acercándose a ella y dándole un beso juguetón en su nariz, aunque observe que se quedo un rato mirándole esos pequeños cuernecillos de su frente, pero no le preste atención lo mas seguro le habrían sorprendido.

-- Si esta mejor…me ha dado tiempo a ordenar algo más… ¿Qué es esa maleta que lleva? …-- pregunte curiosa aunque no se por que ya me suponía lo que iba a decir.

-- Ah, esto ya que me acogiste tan amablemente espero no molestarte he decidido quedarme por un tiempo contigo ya que no tienes a tu madre y tu padre esta hospitalizado, además quería estar cerca de Rubí y también traigo algunas sorpresas, seguro que te gustan…-- me respondió mientras me guiñaba un ojo picaronamente, yo no sabia que hacer ni responder me venia bien y mal al mismo tiempo.

-- Bueno, no se que decirle la verdad, si quiere puede dejar la maleta en el cuarto de mis padres y sentarse…-- le dije mientras le señalaba la dirección, ya que no me quedaba otra solución si la echaba no sabría de lo que seria capaz incluso de llamar a la policía o cualquier cosa.

No tardo ni medio segundo en ir a la habitación y dejar la maleta al salir se había quitado la gabardina y me lleve una gran sorpresa, vestía con una minifalda tableada de color blanco que casi podía vérsele la ropa interior, en sus piernas unas medias con portaligas de color negro, y unos zapatos de color negro con tacón, en su pecho abrochado un jersey muy fino de color rojo con la palabra “FUCK” en color plata, me quede de piedra parecía que era una prostituta o eso o quería caerle bien a Rubí que no dejaba de mirarla.

Tal como estaba me fui a la cocina y me prepare una ensalada y otra para Verónica, que al parecer estaba jugando con Rubí esta parecía de lo mas contenta no creía que fuese a dañarla de forma alguna.

-- Bueno la cena esta lista…-- dije yo llevando los cuencos de ensalada a la mesa. Al instante Verónica se sentó a la mesa y Rubí a mi lado.

-- Vaya al menos te defiendes en las comidas simples…no lo tomes a mal esta buenísima de verdad, te molestaría si para mañana yo cocinara algo…-- dijo amablemente pero estaba convencida que en eso no nos llevaríamos bien.

-- Si, claro no hay problema…-- le dije yo a regañadientes mientras comía.

Una vez hubimos terminado me ayudo a lavar los platos, mientras Rubí se sentaba en el sofá esperando que pusiera la televisión y poder verlas juntas.

Me senté en el sofá junto a Rubí que se abrazo a mi cintura apoyando su cabeza contra mi vientre parecía que estaba escuchando a su hermanita como le decía ella. Verónica se sentó a nuestro lado, aunque Rubí no dejaba de abrazarme su cola se coloco rodeando la cintura de ella, cosa que me sorprendió parece ser que no quería que se fuera y de momento confiaba en su olfato no me había fallado, pero no se por que tenia una extraña sensación que me hacia desconfiar de ella; Verónica parecía encantada con la cola que la rodeaba para ella era como si fuera una muestra de cariño; podía verse en su rostro la felicidad, tanto como en el de Rubí que por suerte se quedo dormida al poco tiempo.

Me levante con cuidado y le susurre a Verónica que cogiera su cola que tenia que llevarla al dormitorio, le quite el albornoz y la acosté de lado, con sumo cuidado de no despertarla.

-- Bueno tengo que salir un momento…-- le dije a Verónica, esperando que al menos no opusiera problemas en eso.

-- ¿Se puede saber a donde vas…?… Ja, ja, ja…Deberías de haber visto la cara que has puesto…No te preocupes si tienes que salir adelante yo me ocupare de ella…estate tranquila…-- dijo Verónica encantada de hacerlo.

Suspire aliviada, aunque no me hizo nada de gracia, al parecer la profesora cuando estaba con gente que conocía se soltaba y eso por lo menos ami me resultaba algo bueno.

Habiéndole dicho esto Verónica se dirigió al sofá para seguir viendo la tele yo mire que ponerme y pensé que algo cómodo seria lo mejor al menos me serviría para moverme con facilidad si así lo necesitara, empecé a mirar la ropa interior y me decidí esta vez por un culoté de color blanco liso completamente y un sujetador del mismo color que se ataba por delante, también por unos leggins vaqueros de color crema que hacia tiempo que no me los ponía, me coloque un jersey no muy grueso de color negro, y unas zapatillas de deporte por si acaso habría que salir corriendo que estaba casi segura que tendría que hacerlo, cogí aquel estuche con las espadas, pensé que era lo mejor a tener que llevarlas por la calle, me despedí de Verónica seguidamente fui a mi habitación y me quede por un momento mirando la dulce cara de Rubí mientras dormía, me acerque y le di un beso en la frente esperando regresar a verla de nuevo, Verónica ni siquiera se inmuto pensaría que tendría alguna cita con un chico o algo parecido.

Cogí uno de los últimos autobús que circulaban y me dirigí al instituto, siempre me había dado miedo por las noches pensaba que podrían están encantados y esta vez estaba casi segura que lo estaba. Al llegar vi como había prometido Akemi una de sus chicas, se podía reconocer a lo lejos por aquellas orejas tan distintivas y aquella cola de color blanco, en ese instante me vino a la mente Catia que tanto la echaba de menos.,; la chica vestía unos pantalones de licra de color negro que parecían cuero, marcaba su figura muy estilizadamente, en su torso tenia una camiseta de tirantes con un rayo de color amarillo en la espalda, en sus pies lucia las típicas sandalias japonesas, su pelo de color rubio estaba recogido en dos pequeños moños a cada lado que cubría con una especie de tela, por sus rasgos se podían decir que eran prácticamente orientales, sus ojos de color amarillo relucían por la luz de la farola de la entrada, sus rasgos eran suaves y redondeados.

-- Vaya, al fin has llegado pensaba que te ibas a rajar…-- dijo la chica, parecía que no le caía muy bien, y eso que aun no me conocía.

-- Al menos tengo compañía, no pensaba entrar sola… me llamo…-- dije yo antes de terminar la frase siquiera me interrumpió.

-- Se quien eres Amanda, Akemi nos ha hablado de ti no te preocupes, estoy aquí para ayudarte en lo que necesites…me llamo Mizuki…un placer…-- dijo Mizuki saludándome educadamente.

-- Gracias por venir de verdad no creo que hubiese entrado en un sitio así sola…-- le dije, aliviándome por su compañía.

-- No te preocupes es mejor que entremos ya…y nos dejemos de charlas…-- diciendo esto Mizuki de un salto logro pasar por encima de la verja parecía que estaba muy bien entrenada, aunque no fue así para mi.

En ese momento me sentí avergonzada teniendo que recibir ayuda de Mizuki, no era tan ágil como ella y no tenía el mismo entrenamiento, pensaba que si salía de allí tenía que entrenar mucho más.

Nada mas bajar sentí como si mi cabeza como si fuera a estallar, me lleve las manos por el dolor, aquellas orejas que habían desaparecido volvieron a aparecer en un momento incluso la cola partida no sabia que hacer, el dolor era tremendo a mi mente empezaban a aparecer imágenes de mis compañeras muertas desangradas, incluso de Mizuki desangrada pero no aparecía su atacante solo aquella demoníaca sombra riéndose.

Mizuki al verme en ese estado se acerco a mi para intentar que volviera a concentrarme pero era imposible, solo se que vi a Mizuki concentrarse de alguna forma y uno de sus dedos dirigiéndose hacia ami golpeándome en varias partes, no sabia que había hecho pero tanto el dolor como las visiones desaparecieron al instante, aquellas orejitas y la cola también se esfumaron en el momento, y me sentí muchísimo mas relajada.

-- ¿Qué me has hecho…? …Me siento mucho mejor…-- pregunte sorprendida por aquella mejoría.

-- Te he realizado el Chi Kung un arte antiguo de bloquear los canales de chi, eso mantendrá tu otra parte bloqueada y no sentirás ese dolor ni las visiones, es lo que mejor viene ahora que estés concentrada en lo que vas a hacer…así que andando…-- respondióMizuki aunque creo que no lo llegaría a entender por mucho que lo hiciera.

-- Gracias, por lo menos no tendré esas visiones…-- agradecí a Mizuki, por lo menos esas visiones al menos de momento no aparecerían.

Una vez dentro nos introducimos en el instituto, yo estaba nerviosa completamente aquel sitio y de noche siempre me ponía los pelos de punta aunque no se por que; la entrada tenia conectada la alarma, pero no impidió que Mizuki sacara un juego de ganzúas en un estuche y pudiera abrir sin activarla, una vez dentro la oscuridad lo inundaba todo era incluso mas espesa que la normal casi ni siquiera las luces rojas de emergencia podían verse.
Avanzamos por la entrada mirando la recepción, dentro había un ordenador y mesas nada fuera de lo normal seguimos avanzando, por suerte traje una linterna cosa que no le hacia falta a Mizuki por sus ojos podía ver casi en la completa oscuridad.

-- Será mejor que nos separemos, ocúpate del piso de abajo yo me ocupare del de arriba…-- dijo Mizuki para cubrir mas terreno aunque no me hacia nada de gracia separarme de ella, estaba completamente nerviosa pero no había manera.

Mizuki subió por las escaleras dirigiéndose al segundo piso mientras yo seguía mirando el primero, entre en varias clases, pero no encontré nada, aparte de los típicos esqueletos de ciencias y poco mas, cuando volví al pasillo principal, note como si algo me estuviera siguiendo, los pelos se me pusieron de punta, me gire para ver quien era pero no había nadie lo mas seguro que fuera por mi imaginación sobre excitada que tenia y el efecto que provocaba aquel lugar en mi, seguí avanzando y entre en el cuarto baño, asustada aun por las visiones que tuve, pero no encontré nada. Continúe mirando aquel lugar, seguía notando como si alguien me estuviera observando y Mizuki era imposible que fuera, a mis oídos llegaron unos pequeños chillidos, me dirigí hacia donde procedían era en el laboratorio, cuando entre empecé a iluminar con la linterna pero no hallé nada aunque aquellos chillidos seguía escuchándolos, en cuanto apunte al final de la clase pude ver que era unas cobayas en su jaula dando vueltas y eso me dejo mas aliviada.

Esta vez me dirigí hacia la cafetería pero no encontré nada, aquello estaba completamente desierto y aparte del gimnasio era el único sitio que no había mirado y no creía que hubiera nadie, pero pensándolo bien incluso Mizuki se estaba tardando demasiado la segunda planta no era tan grande y solo había clases y dos cuartos de baño.

Me encamine hacia el gimnasio para revisar la ultima zona, al acercarme empecé a escuchar un gritos apagados por lo visto acerté en el lugar y esperaba que no hubiera llegado tarde, abrí las puertas con cuidado aquello era bastante grande tenia unas gradas rodeando el lugar de momento solo podía ver una débil iluminación; me deslice entre las gradas intentando acercarme cuando ya estaba a una distancia suficiente pude ver, una escena dantesca en el suelo había un pentágono invertido de color rojo esperaba que no fuera sangre por todo su alrededor estaba escrito de símbolos raros que no creo que llegase a entender y en cada uno de sus laterales estaban las amigas de Catia, tenían arañazos por todo el cuerpo sus caras y ropa estaban ensangrentadas, en el suelo había rastros de sangre por todo el pentágono, pero la mayor parte era recogida en una especies de urnas muy decoradas de color negro la iluminación era pobre haciendo incluso mas horripilante el lugar, en el centro estaba Miriam vestía lo mismo que en el centro comercial, y la Gran Madre al parecer estaba en su forma original y vestida de la misma forma en que la conocí por primera vez, aunque mi sorpresa fue aun mayor pude ver desde mi posición como una de las puertas se abría y de ella apareció Verónica, que se escondió de inmediato también entre el graderío, no podía creer lo que estaba viendo y por que estaba ella aquí.

-- ¿Cuánto mas tiene que durar el ritual de extracción? …-- pregunto la Gran Madre algo alterada.

-- Cálmate esto lleva su tiempo no querrás que nos equivoquemos lo mismo que en la primera batalla que tuvimos…Además sabes de sobra que fuiste tu quien te apresuraste…-- le replico Miriam, al parecer lo tenían planeado de antes.

-- ¿Fue mi culpa? …quien invoco a esa cría…no creo que yo te lo pidiese precisamente…-- pregunto la Gran Madre más alterada aun.

-- Como querías que supiera donde te encontrabas por paloma mensajera…-- ironizo Miranda, mirándola enfadada.

-- Será mejor que nos demos prisa, además la bandada ha descubierto otro punto en un hospital abandonado…-- dijo la Gran Madre cambiando de tema.

En ese momento entraron casi volando dos miembros de la bandada en sus brazos tenían a Mizuki, que tenia arañazos por todas partes.

-- Vaya mira que nos ha traído el gato…Soltadla…-- dijo la Gran Madre mirándola.

En cuanto se lo ordenaron soltaron a Mizuki casi inconsciente contra el suelo a sus pies Miranda se acerco a ella y la agarro del pelo, poniéndole una daga en su cuello.

-- Si es Mizuki, una de las guerreras de Akemi…aunque me extraña que hayas venido sola… ¿Con quien mas has venido?…-- le pregunto Miriam mientras apoyaba mas su daga contra su cuello.

-- He venido sola…no hay nadie mas…dijo Mizuki intentando ocultarme de aquello.

Tenia que hacer algo pero, estaba convencida que si me mostraba no tendría oportunidad contra ellas.

-- Por que será que no te creo en absoluto…se que Akemi siempre os envía de dos en dos por si surge algún inconveniente…-- dijo Miriam desconfiando, conocía demasiado bien como lo hacia Akemi, pero no sabia que fuese yo.

-- Hay alguien mas aquí lo presiento…-- dijo una voz lúgubre resonando en el lugar, pero no provenía de ningún sitio; seguramente seria de aquella sombra.

-- Sal quien quiera que seas…-- grito la Gran Madre, yo no sabia que hacer si seguir escondida o aparecer.

-- Muy bien o sales o tu amiga Mizuki pagara las consecuencias… y se de sobra que saldrás…-- dijo Miriam provocando un pequeño corte en el cuello de Mizuki.

Deje el estuche en el suelo y cogí las espadas intentando estar preparada para lo que pudiera pasar.

-- De acuerdo no le hagáis nada…aquí estoy…-- dije yo envalentonándome, saliendo de mi escondite.

-- Vaya, vaya, vaya…Que sorpresa si es la pequeña Amanda que ha venido a honrarnos con su presencia…al parecer no tendremos que ir a buscarte…-- dijo la Gran Madre ironizando la situación.

-- Perfecto ya tenemos todos los componentes…y has traído tus propias espadas estupendo…baja aquí…-- ordeno Miriam sin perderme de vista.

Empecé a bajar las escaleras lentamente intentando idear algún plan o ganar tiempo de alguna forma.

-- Muy bien ves esa urna oscura que tienes a tu lado, hazte un corte con tu espada y que la sangre caiga dentro…-- ordeno Miriam, no me quedaba alternativa tenia que salvar a Mizuki.

Deje una de las espadas en el suelo y con la otra me hice un corte en la muñeca, la sangre empezó a fluir dentro de la urna, no hubieron pasado ni un minuto cuando la alarma sonó, para mi fue un alivio, pero no duro mucho, la Gran Madre se apresuro para coger las cuatro jarras que había colectado pero cuando se dirigió a coger mi urna la empuje derramándola en el suelo.

-- ¿Pero que has hecho? …-- me pregunto completamente enfadada la Gran Madre.

Con un movimiento rápido vi perpleja como la daga de Miriam rebanaba el cuello de Mizuki en un momento cayendo al suelo y seguidamente salía corriendo.

-- Nooooo, Mizuki nooooo…-- grite impotente ante lo que había hecho Miriam.

Nada mas que podía apretar el corte pero era imposible detener el flujo de sangre, aunque yo también empezaba a perder el conocimiento, la vista se me iba nublando por momentos intente aguantar todo lo que pude pero al final me desmaye.

Cuando al fin abrí los ojos vi que me encontraba en una habitación era idéntica a la de Catia, al lado mía estaba Akemi mirándome, con cara de preocupación, su pelo estaba algo alborotado, vestía un traje chino de color rojo con flores en sus piernas unas medias con blonda de encaje de color blanco y en sus pies unas sandalias de color negro.

-- Mizuki…-- dije yo en cuanto abrí los ojos.

-- Lo siento cariño tener que decírtelo pero Mizuki esta muerta, era una de las mejores guerreras y compañeras que he tenido…-- me dijo mi madre casi llorando por su perdida.

Enseguida las lágrimas inundaron mis ojos por la noticia. Al momento golpearon la puerta, al abrirse observe a varias chicas del club que había subido para ver como estaba.

-- ¿Se puede entrar? …-- pregunto una de ellas.

-- Pasad…pero no la agobiéis…necesita descansar…-- dijo mi madre intentando cuidarme en todo lo que podía.

Las chicas se sentaron alrededor mía contándome historias y preguntándome como me encontraba, aquel momento fue una maravilla es como si fueran amigas mías de siempre, se me pasaron rápidamente dos horas charlando sin parar, aunque mas bien escuchaba estaba muy cansada.

-- Venga volved al trabajo, ya es bastante por hoy…-- dijo mi madre despidiéndolas.

En cuanto salieron, le hice a mi madre un resumen de lo sucedido y de lo que había pasado, también sobre otro de los lugares que habían descubierto, aunque me callé lo de Verónica de momento quería saberlo de ella por que se encontraba allí.

-- Tenemos un problema y grave…Tu parte de Nekomata ha sido bloqueada por Mizuki…-- dijo mi madre con preocupación.

-- Y eso que significa…que no tendré mas visiones ni nada por el estilo, no creo que me mate… ¿Verdad? …-- dije dudando de lo que pudiera ocurrir y mas mientras le miraba a la cara, aquellos ojos no me deparaban nada bueno de lo que me iba a decir.

-- Se puede resumir de esta forma, es cierto no tendrás mas visiones ni nada por el estilo…pero ahora mismo eres como una persona normal y corriente nada mas y no podrás alimentar mas a Rubí, terminarías corrompida por ella, hasta que sepamos como repararlo, no podrás alimentarla…-- me dijo mi madre con cara de preocupación era como si lo hubiera perdido todo y ahora mismo estuviera indefensa y lo peor es que no sabría que hacer con Rubí.

-- Los poderes me da lo mismo, pero… ¿Como que no podré alimentar a Rubí?…-- dije yo asustándome, en un momento todo se había ido por el retrete.

FIN DEL CAPITULO 3


P.D: Bueno como os dije aqui teneis el cap 3 espero os guste como regalo de fin de año muchas gracias todos y felices fiestas y prospero año nuevo un beso a todos :kemonito:

 
Gracias Yanira por el aporte, saludos

e igual que tengas un excelente año 2012...
 
Hola Yarina

La verdad me ha gustado mucho tu novela-historia-fantasia Hentai la he seguido desde mi celular en el camino ida y vuelta al trabajo, espero ansioso los últimos capitulos y también me gusaría saber si hay una pelicula o serie de esta o es de tu autoria de cualquier forma gracia spor darle un giro a los relatos jajajaja y si gue así. :america::america:


Te mando un :besito:
 
Muchas gracias por leerla y la verdad es uqe no hay ninguna serie de hentai ni nada parecido es de mi autoria solamente
 
¿EL FIN DE RUBÍ?... CAP 4

-- No puede ser esto es una pesadilla… ¿No se podrían volver a desbloquear?... – pregunte asustada, no podía ser que Rubí muriera de inanición aunque me corrompiera tenia que impedirlo.

-- Lo siento cariño…pero Mizuki era la única que sabia como hacerlo…puedo hacer algunas investigaciones para ver si encuentro la forma de desbloquear esos canales pero…no creo que lo consiga muy pronto…esto lleva su tiempo es una técnica antigua…además yo nunca la he practicado…-- respondió mi madre intentando ayudarme, pero sabia que tal como estaba la situación Rubí podría incluso morir y no se si podía confiar en Verónica las dudas se acumulaban en mi mente.

-- Será mejor que descanses un poco perdiste bastante sangre…por suerte no fue peligroso…no se por que demonios se me ocurrió mandarte allí…-- se culpo mi madre por aquello, en su rostro podía verse que estaba muy apenada por haber tomado aquella decisión.

-- Mama, por favor no te culpes por ello…fui yo quien acepte…es cierto que las cosas no han salido como esperaba…y las amigas de Catia han muerto, y también la pobre de Mizuki…pero las dos aceptamos eso y no sabíamos lo que iba a pasar… -- le dije yo intentando consolarla, pero sabia que ese peso lo llevaría encima.

-- A propósito de todo… ¿Quién me trajo aquí? …-- pregunte intrigada.

-- No se por que pero tenia una mala sensación en esto así que envíe una vieja amiga…y por suerte pudo rescatarte a tiempo…-- me respondió, parecía que ella tampoco estaba muy convencida de aquello.

-- ¿Y las espadas?, espero que no se hayan perdido…-- pregunte yo, esperaba no haberlas perdido seria un gran fallo sobre todo sabiendo que fue un regalo de mi madre.

-- También las cogio el problema es que parte de tu sangre esta por aquel escenario, y el cuerpo de Mizuki tampoco se ha podido recuperar…-- respondió mi madre, analizando la situación.

-- Entonces eso significa que…la policía podría estar buscándome…-- dije asustada, aquello iba de mal en peor ya no sabia que pensar, pero a pesar de todo tenia que volver a casa.

-- Escucha es mejor que descanses un poco y te recuperes aun estas muy débil…nos ocuparemos de todo a su debido tiempo…aquí estas a salvo…-- dijo mi madre intentando tranquilizarme.

-- No puedo quedarme aquí, los problemas se acumulan y si la policía me descubre iran a casa y encontraran a Rubí y a saber que le harán, no puedo descansar tengo que ir a casa antes de que lleguen ellos…-- dije yo sacando fuerzas de flaqueza no podía permitir que eso pasase, intentaría encontrar algún sitio en que pudiera esconderla.

En ese momento un dolor atroz me inundo el bajo vientre parecía que me iba a reventar me lleve las manos abrazándomelo, era insoportable mis gritos resonaron en la habitación, al instante la puerta se abrió y varias de las chicas de mi madre entraron asustadas.

-- No puede ser el bebe ha sentido que tu parte Nekomata ha desaparecido, e intenta salir…traedme una brújula Feng Shui…RAPIDO!!! …algunas de vosotras ayudadme a retenerla… -- grito mi madre mientras yo me retorcía en la cama de dolor.

-- Dios…parece que me esta… devorando por dentro…-- dije yo entrecortadamente por el dolor quería que aquello parase como fuese.

La imagen de aquella llama aumentaba de tamaño y color, antes era apagado pero ahora era vivo casi se podía decir que brillante poco a poco iba avanzando por mi cuerpo incluso en mis bazos iban apareciendo pequeñas llamas.

Al momento aparecieron las chicas con aquel extraño artefacto mi madre empezó a recitar unas palabras en japonés que no podía entender, las manos de mi madre dibujaron unos símbolos en el aire y al momento apareció en mi abdomen un ofuda deteniendo el dolor que me atenazaba.

-- Esto servirá de momento de contención…no se cuanto aguantara…pero es mejor que esa criatura o lo que sea salga fuera de ti, si no terminaras corrompida y no quiero perderte…-- dijo mi madre entrecortadamente por el esfuerzo.

-- Si estas pensando lo que yo creo, ni se te ocurra ni siquiera imaginarlo…pienso tenerlo mientras eso que hayas hecho funcione seguiremos adelante…te aseguro que no pienso darme por vencida, ni rendirme… pase lo que pase y esta criatura saldrá adelante…-- dije yo sacando valor; ahora entendía el valor que tenían las madres con sus hijos.

-- Pero escucha…podría matarte…-- dijo mi madre, aunque no llego a terminar la frase no le di tiempo a eso.

-- Dime una cosa… ¿Tu hubieras renunciado ami si hubiera pasado lo mismo? …-- le pregunte, aunque sabia perfectamente la respuesta.

-- Sabes que no lo hubiera hecho…pero lo tuyo es distinto podría llegar a matarte…eso que he puesto no aguantara mucho…-- dijo mi madre con preocupación.

-- Mientras aguante estará bien…no te preocupes, es mejor que investigues como quitarme ese bloqueo de alguna forma…yo tengo ahora varios problemas mas que resolver…y por favor mama date prisa…-- le dije yo, mas bien era una suplica que otra cosa.

-- Muy bien es tu decisión…intentare averiguar eso todo lo deprisa que pueda…pero te prometo una cosa, si llegase el momento en que no quede otra alternativa, yo misma te sacare ese bebe, no pienso arriesgar la vida de mi hija…-- dijo mi madre, prometiéndomelo su cara había cambiado por completo.

-- Muy bien, si no existe otra alternativa, acepto que hagas eso…-- dije sintiendo una gran pena en mi interior era como si todo el mundo se me hubiera venido encima.

-- De momento tengo que ir a casa, aunque este débil…necesito saber que le pasa a Rubí y si esta bien…-- dije yo aun algo dolorida, por la experiencia que había pasado y recogiendo el estuche con las espadas.

Me levante de la cama y me dirigí al exterior aun era de noche, sentí el aire de manera distinta refrescándome el rostro, en el cielo casi ni se podía ver las estrellas por toda la iluminación que había pero estaba segura que habría alguna que me guiara y a ella me quede un momento mirándola aunque no la viese.
Para mi sorpresa me esperaba una de las chicas afuera, sentada en una moto no se por que pero siempre ver el cuero me daba la sensación de caliente pero ahora mismo no podía distraerme; Rubí era lo primero.

-- Coge el casco…-- me dijo la chica de la moto arrojándomelo.

En cuanto me subí arrancamos llegamos en apenas un momento se notaba que era una buena conductora en cuanto llegamos al piso le agradecí el haberme traído y que ya podía volver.
Subí corriendo las escaleras, pero la perdida de sangre hizo que llegara agotada casi jadeando a pesar de no ser muchos pisos, abrí la puerta la habitación estaba en silencio y a oscuras; dentro de mi me temía lo peor que hubiera pasado cerré la puerta de un portazo, me dirigí a toda prisa a mi habitación, encendí las luces y no me equivocaba la habitación estaba vacía Rubí había desaparecido me dirigí a la habitación en la que se encontraba Verónica y tampoco estaba ella aunque si su maleta sin deshacer ya no sabia que pensar, Rubí no podía haberse equivocado al olerla era imposible o podía haber camuflado su aroma, además también la vi en el gimnasio y eso fue lo mas extraño; ya no sabia que pensar ni que hacer empecé a dar vueltas por la habitación como un tigre enjaulado intentando recomponer todos los trozos que tenia pero no le encontraba sentido a nada la rabia me consumía lentamente, y el abdomen empezaba a dolerme de nuevo, así que decidí calmarme un poco me senté en el sofá y puse la tele para relajarme sorprendentemente estaban las noticias y hablaban del incidente en el colegio con cuatro muertas, pero lo extraño era que no hablaban de Mizuki y eso me extraño bastante, aunque la cosa era que si ya estaban mirando el gimnasio no tardarían en venir a mi casa y hablar conmigo como principal sospechosa, pero no sabia a donde ir a menos que fuese al club de mi madre, las dudas se me acumulaban otra vez tenia demasiados frentes abiertos y no podía hacer nada, me dirigí a la cocina a beber algo y entonces observe una nota en la puerta de la nevera pegada con un imán que antes no estaba que decía: - Ven al hospital abandonado tu sola, te espera una sorpresa - .

En la parte de atrás de la nota estaba escrito un mapa para poder llegar aunque no estaba muy lejos no quería arriesgarme y era la única pista, y no me quedaba otra opción.
Así que cogi de nuevo el estuche, llame a un taxi aunque sabía que me iba a salir caro, pero no tenía ganas de ir sola por las calles y más a estas horas. En cuanto llego entre y me condujo al hospital, al bajarme vi aquellas ruinas, sentí un escalofrío que me recorría la espalda aunque la estructura estuviese bien las ventanas estaban rotas la verja comenzaba a oxidarse pero estaba abierta, los jardines exteriores estaban descuidados por completo las enredaderas ya estaban por el edificio, a pesar de mi miedo entre la verja chirrío debido al oxido, avance por los jardines mirando al cielo y a todas las partes donde pensaban que podían esconderse pero aquel sitio estaba en completo silencio, solo era roto por algún grillo y por el crujir de las hojas que iba pisando, me acerque a la entrada principal la puerta estaba en un buen estado avance por le pasillo principal pero no vi que hubiera nada aquello estaba en silencio pero la iluminación de emergencia estaba encendida era como si indicara un camino, decidí seguirlo me conducían hacia la parte baja del hospital al llegar al final de las escaleras los símbolos de emergencia fueron remplazados por velas, abrí las puertas y seguí aquel camino, el ambiente era mas frío de lo normal, la oscuridad lo invadía todo, a veces veía algunas sombras moviéndose con la débil iluminación pero era solo las ramas de los árboles que se balanceaban con el viento, pasado un rato llegue al sótano del edificio, era una serie de pasillos laberínticos que si no llega a ser gracias a las velas hubiera terminado perdida, al fin pude ver una puerta de doble hoja al abrirla, observe una habitación no muy grande débilmente iluminada por velas y aquel extraño monolito idéntico al de la construcción, la Gran Madre estaba al lado de una de las columnas donde se encontraba la pobre Rubí atada con cadenas; mientras Miranda vertía una de las urnas bañándolo en sangre de las amigas de Catia.

-- Mamiiiiii…-- dijo Rubí al verme entrar, su cara era de miedo e indefensión.

-- Vaya al fin llegaste ya empezaba a aburrirme…-- dijo la Gran Madre pasando una de sus manos por la cara de Rubí.

-- Aquí estoy como ponía en tu nota sola, así que deja a Rubí que se vaya…-- ordene a la Gran Madre.

-- Sabes una cosa…no se por que siento algo raro en ti…el olor es distinto es como si hubieras perdido algo…pero además hay algo mas en el ambiente el nacimiento de una nueva cría…algo que no quiere estar dentro de ti…-- dijo la Gran Madre entre olisqueos en el ambiente.

-- Ya sabes lo que hacer…-- me dijo Miranda mientras se levantaba y señalaba una de las urnas para que vertiera mi sangre.

-- Espérate un poco antes quiero divertirme…quiero ver como ella misma mata a Rubí…-- dijo la Gran Madre regodeándose, y muy segura de si misma.

-- Sabes perfectamente que no lo voy a hacer…-- dije sabiendo que eso nunca lo haría, ella era lo único que tenia en mi vida.

La Gran Madre recito unas palabras extrañas y mi cuerpo empezó a reaccionar por si solo saque las espadas de su estuche y me dirigí hacia Rubí, mi cerebro no reaccionaba de ninguna forma sabia lo que estaba haciendo pero no podía resistirme.

-- Pero que…que me pasa… ¿Que me has hecho?…-- le pregunte yo mientras me acercaba con las espadas en mano.

-- Esta es la corrupción de la que Akemi seguramente te hablo…ese ser dentro de ti te esta pudriendo si se pudiera llamar así e incluso la magia que haya hecho sobre ti no será suficiente…-- dijo Miriam mientras me acercaba mas y mas hacia donde se encontraba Rubí.

-- No, déjame en paz…suéltame…-- gritaba mientras me acercaba.

Al llegar a su altura, alce una de las espadas para cortarle la cabeza, en un instante la hoja bajo y yo cerré los ojos…

FIN DEL CAPITULO 4


P.D: Bueno este es el final de la 2ª parte de esta historia auqnue no el final espero que os guste es algo corta pero es lo que habia y puedo desvelar de momento muchas gracias a todos :)
 
UNA AMIGA BENDECIDA CAP 1

Cerré los ojos esperando que aquello no pasara, pero en vez de escuchar el típico sonido que hace una hoja al cortar la carne pero en su lugar escuche un sonido metálico.

-- No pude ser…-- grito Miranda, enfadada por el desenlace de esta situación.

Me arriesgue a abrir los ojos un poco esperando que algo hubiera dado la vuelta a aquella situación y efectivamente así era puede ver la hoja brillante de una lanza bloqueando mi hoja, también pude ver un vestido la parte de abajo era roja completamente como unos pantalones falda y la parte de arriba era blanca; al otro lado del mango de aquella arma estaba la dependienta que me había atendido haciendo me la pelota cuando fui a comprar la ropa no podía creerlo.

-- Ahora Sensei…-- dijo la muchacha al otro lado de la habitación.

De entre las sombras pude escuchar una serie de rezos, en japonés o eso pensaba que eran del fondo apareció Verónica con el mismo traje que la chica en su cabeza lucia unas orejas pero en vez de ser de gato eran de zorro aparte también lucia la típica cola pero no era solo una sino dos que estaban alzadas mientras pronunciaba la oración.

Casi al instante mi brazo cedió bajando, yo no sabia que hacer solo quería agradecerles aquel salvamento improvisado que habían hecho, pero a la vez que Verónica terminaba sus rezos la muchacha se lanzo a combatir a Miranda y a la Gran Madre, sus movimientos eran muy fluidos y rápidos la hoja brillaba con la luz de las velas, incluso a Miranda le costaba trabajo poder defenderse de los ataques.

Verónica se acerco a nosotras para desatar a Rubí de aquellas cadenas e inmediatamente se lanzo a mis brazos, aquello fue la sensación más maravillosa del mundo no hubiera podido soportar haberla perdido.

-- Lo siento no haber podido decírtelo pero Akemi me dijo que no lo hiciera…por suerte llegamos a tiempo…-- dijo Verónica intentando explicarme, pero aun tenia algunas preguntas que hacerle.

-- Pero…-- dije yo intentando que me explicara algo más.

-- Escucha ahora mismo no hay tiempo para mas preguntas…mejor en otro momento te explicare todo lo que quieras…Ahora es mejor salir de aquí…-- dijo Verónica posponiendo sus respuestas, aunque era lo mejor no creo que la chica aguantara mucho ese ritmo.

Al instante aquel sitio empezó a temblar, la joven dio unos golpes mas con su lanza y retrocedió corriendo en ese instante el techo cayo en medio de nosotras separando la habitación por la mitad.

-- Nooooooooo, tiene que ser mía…ella y Rubí…-- resonó la voz en el lugar, al menos podíamos escapar por el ventanuco por el que habían entrado.


Empecé a imaginar que las dos éramos mas importantes de lo que pensaba, pero por que Rubí si solo era una cría y no tenia importancia, en ese momento deje pasarlo intentando encontrar mas tarde la solución a aquello.

Salimos afuera aun era de noche pero pronto iba a amanecer, en el horizonte se empezaba a ver la luz del sol que empezaba a despuntar.

-- Será mejor que vengas a mi tienda allí podremos hablar un poco mas tranquilas…-- dijo Verónica intentando apresurar la marcha y mas viéndola como estaban vestidas que seguramente darían la nota.

Aunque antes de irnos me fije que Rubí empezaba a tener hambre, aquel bulto se marcaba en su ropa, pero sabia que no podía alimentarla no sabia que hacer estaba en un callejón sin salida.

Verónica se dio cuenta de lo mismo que yo pero a su vez se paso la lengua por sus labios rojos como rubíes y carnosos, por lo visto se le hacia la boca agua; pensé que lo mismo estaría dispuesta a alimentarla al menos había un problema menos.

-- Escucha es mejor que vuelvas a tu casa, ya te avisare…-- le dijo Verónica a la muchacha, por un momento se me quedo mirando de forma despectiva como pensando para que había arriesgado su vida por mi aunque no le preste mucha atención.

En cuanto se lo hubo dicho empezamos a recorrer las calles, no tardamos ni media hora en llegar a una tienda no muy grande el escaparate tenia en letras luminosas: “El Rincón Kitsune” un titulo que ami parecer estaba muy acorde con la dueña. En el escaparate había material muy variado entre cartas libros de esoterismo y demás, sobre todo pude ver un manekineko moviendo la pata siempre me habían gustado pero nunca pude conseguirlos mi supuesta madre no quería ni verlos y empezaba a ver claro el por que.

La puerta al abrirla resonaron unos cascabeles el interior estaba pintado de color rojo y con algunos dibujos de lotos, había un mostrador a mi derecha donde se exponían objetos a la venta, a la izquierda cerca del fondo una pequeña estantería llena de libros de ocultismo, y junto a esta había una escalera que llevaba al piso de arriba lo mas seguro alguna habitación o un almacén.

-- Bueno esta es mi pequeña tienda no suelo estar mucho por aquí como tengo el trabajo en el instituto, apropósito hablando de eso hoy faltaremos las dos a clase bueno no te preocupes te pondré falta y listo…es broma ya me iras conociendo mejor, se que tienes varias preguntas y que tendré que responderte y que también Rubí empieza a sentir algo de hambre pero creo que de momento puede aguantar… ¿Verdad preciosa? …-- dijo Verónica mientras le daba un beso en la boca muy dulcemente.

-- Si la verdad tengo varias y gracias ante todo por ocuparte de Rubí lo siento si te causa problemas…-- dije sonrojándome un poco.

-- No te preocupes es mejor que subamos tengo un pequeño estudio para poder descansar además podremos beber algo y podré explicarte varias cosas…-- dijo Verónica mientras subía los escalones.
La seguí a aquella pequeña habitación cuando llegue deje las espadas en la entrada y pude ver que no era muy grande pero tenia todo lo necesario en el centro había una pequeña mesa con dos sillas a la derecha cerca de la ventana un sofá de color rojo que parecía muy cómodo, al fondo una pequeña cocina y la otro lado un biombo para poder cambiarse si tenia visitas y cerca de el, una puerta que lo mas seguro diese al baño.

Verónica se dirigió detrás del biombo para cambiarse fue dejando la ropa que tenia encima de el, la silueta que se podía entrever era estupenda, hacia que mi imaginación jugase con su cuerpo, mientras tanto Rubí empezó a olfatear el lugar y a inspeccionarlo todo, por suerte no hubo ningún estropicio, pero se fue acercando poco a poco al biombo el olor de ella parecía atraerla como una mosca a la miel, en ese momento salio de detrás de el vistiendo un picardías de color rosa transparente que dejaba entre ver sus preciosos pechos, contorneados pero algo rellenitos, sus pezones ya estaban duros, en su cintura lucia un tanga de color rojo fuerte, minúsculo pero lo suficiente para tapar aunque, por lo que podía entreverse estaba completamente depilada, en esa minúscula tela se marcaba su vagina y yo por mi parte estaba sorprendida; en sus piernas llevaba unas medias de color púrpura, al salir se dio cuenta de que Rubí estaba cerca poso sus manos en su carita y acerco sus labios a ella dándole un beso profundo, pensé que sus lenguas estaban jugueteando, en sus bocas saboreando el sabor de cada una eso empezó a calentarme un poco, los pezones empezaban a ponérseme duros pero tenia que contenerme al menos de momento.

Cuando acabaron de besarse se dirigió de manera casi sensual moviendo sus colas al ritmo de sus caderas y se sentó en el sofá, dando unas palmadas para que me acercara a sentarme junto a ella, Rubí se sentó ami lado aunque su cola se enrosco en la cintura de ella, comencé a verlo como algo de lo mas normal incluso a Verónica le encantaba eso.

Mis ojos no dejaban de mirar sus pechos y ese diminuto tanga que apenas cubría nada pero al hablar me despertó de ese estado.

-- Bueno así estoy mas cómoda…se que tienes muchas preguntas y es mejor que empieces por la mas básica…adelante…-- dijo Verónica esperando la pregunta principal.

-- ¿Qué eres…?…-- pregunte yo desconcertada, había visto rumores en internet información y mucho mas pero no creí que nunca me hallara con una en verdad.

-- Soy una sirviente del dios Inari…se podría decir que un espíritu guardián…-- respondió ella explicándomelo.

-- ¿Cómo conoces a mi madre? …-- volví a preguntar curioseando.

-- Tu madre y yo nos conocimos hace mucho tiempo…cuando aun era un demonio sus padres…la abandonaron lo mismo que ami…nos encontramos hace mucho tiempo y nos fuimos haciendo amigas…yo pude enseñarle como controlar su apetito y poco a poco con el tiempo lo fue dejando atrás…paso el tiempo y nos convertimos en las mejores amigas…tu madre conoció a un hombre maravilloso…y se caso con el, el resto ya lo sabes; yo por mi parte me dirigí a un templo donde me acogieron como discípula y empecé a aprender las técnicas que allí utilizaban, un día me sorprendí cuando estaba meditando en un bosque; me note algo raro en la cabeza y me di cuenta que tenia estas orejas y una cola de zorro no sabia si regresar al templo, al principio tuve que ocultarlas pero con el tiempo comencé a controlarlas y hacerlas desaparecer, investigué de que se trataban y la verdad me sorprendió bastante y hasta hoy…-- respondió ella resumiendo muy escuetamente lo que le había pasado en su vida.

-- ¿Por qué te encontrabas en el gimnasio en ese momento? …-- de nuevo volví a preguntar.

-- Bueno Akemi hace poco contacto conmigo arreglo todo para que entrara en la escuela como tu profesora, y cuidara de ti…también me dijo que tenias a Rubí…pero esa precisa noche…cuando fuiste al instituto con Mizuki, tu madre empezó a tener una sensación rara no sabia lo que era y me volvió a contactar pidiéndome que te siguiera para comprobar que todo estaba bien, por desgracia no pude hacer nada… por Mizuki al menos pude salvarte haciendo sonar la alarma…-- respondió varias cosas de las que no estaba segura.

-- Así que fuiste tú quien me saco de allí, y esa sensación de que me seguían todo el tiempo…eras tu…-- dije empezando a sacar conclusiones.

-- ¿Qué crees que fue por arte de magia? …Al menos pude rescatarte y a las espadas el problema esta ahora en la policía…pero bueno cada problema a su tiempo…-- pregunto Verónica ironizando un poco.

-- Muchas gracias por todo lo que hiciste de no ser por ti hubiera muerto…-- agradecí su ayuda.

-- Pero te pregunto yo ahora… ¿Hubieras dado tu vida si hubiera sido cualquier otra? …-- pregunto Verónica mirándome fijamente a los ojos como si quiera adivinar si era verdad lo que fuera a contestar.

-- Ahora mismo las chicas del club, mi madre y Rubí son mi única familia, y estaría dispuesta a dar mi vida por ellas si así las salvara…-- respondí yo mirándole a los ojos para que pudiera comprobar que decía la verdad.

Paso un momento de silencio mientras me miraba fijamente, que pareció eternizarse al momento dejo de mirarme.

-- Se que dices la verdad…Bueno tendremos que ocuparnos de otro asunto…-- dijo Verónica bajando la cabeza y relamiéndose.

Verónica me dijo que me levantara del sofá, al hacerle caso recostó a Rubí en el se aparto un poco el tanga y se arrodillo delante de su boca directamente para que pudiera lamer su vagina y tener completo acceso a ella.

Rubí viendo aquello saco su lengua y empezó a lamer por fuera mientras se aferraba a su cintura, la lengua comenzó a pasearse por ella presionando su clítoris que ya estaba hinchado y pulsante, poco a poco los fluidos de Verónica empezaban a resbalar por sus muslos y por la boca de Rubí, que se iba relamiendo de placer al momento introdujo su maravillosa lengua y empezó a moverla dentro de Verónica que soltó un gemido de placer que resbalo por su boca , empezaba a sentirse en el paraíso yo no sabia que hacer tenia muchísimas ganas, pero no podía hacer nada, mientras Rubí se afanaba lamiendo e introduciendo su lengua hasta lo mas profundo de ella, Verónica me miro con cara de lujuria sus ojos expresaban el deseo de querer mas, así que me insinúo con el dedo que me acercara y metió sus manos debajo del jersey hasta llegar al sujetador, que desabrocho rápidamente, los dedos empezaron a pasearse por mis pechos con los pezones erectos, masajeándolos de vez en cuando me daba ciertos, pellizcos en ellos que me hacían enloquecer, yo estando así me lo quite dejándolo a un lado lo mismo que el resto de la ropa, mientras lo hacia Verónica seguía gozando de manera descomunal, sus gemidos empezaban a llenar la habitación yo pensaba que ya estaba cerca del orgasmo y no me equivocaba en un momento soltó un gemido de placer que me pareció música en mis oídos, el flujo manaba de su sexo como en una fuente mientras Rubí seguía relamiéndose de placer y gusto, pero estaba convencida de que eso no quedaría hay después de todo, se aparto un poco, y observo que el pene de Rubí ya estaba erecto debajo de su ropa así que lo saco fuera, y empezó a acariciarlo lentamente de arriba abajo, por todo su largura; en Rubí empezaba a verse la cara de placer sus mejillas sonrosadas, la boca entreabierta todo era un espectáculo que no me cansaba de admirar, se retiro un poco, y se coloco aquel miembro en la entrada de su sexo separando los labios con sus propias manos que yo tampoco perdía de vista, era de un color rosado precioso podía verse con total claridad como seguía saliendo flujo de el y como su clítoris pulsaba como un pequeño corazón, empezó a bajar lentamente sintiendo aquel miembro como iba penetrándola lentamente con cada centímetro que entraba dentro de ella, era todo un espectáculo verlo, su expresión era de placer completamente, parecía no tener fin, pero cuando se introdujo por completo comenzó a cabalgar lentamente, subiendo y bajando a su ritmo sin prisa alguna para poder acomodarse las pequeñas manos de Rubí fueron directamente a sus pechos que empezaron a masajear los pezones, moviéndolos y retorciéndolos mientras Verónica gemía de placer yo no sabia como actuar ya tenia mi sexo chorreando, en ese momento mientras Verónica subía y bajaba mas rítmicamente, me indico algo que había detrás del sofá me acerque a ver lo que era y descubrí un consolador doble de unas dimensiones bastante aceptables a mi parecer, me introduje una de las partes dentro de mi sin prisa alguna gozando con eso todo lo que pudiese mientras veía el espectáculo de Verónica disfrutando de aquel miembro vivo pulsante y caliente que me gustaría que estuviera dentro de mi, cuando me lo hube introducido por completo amarre los correajes, y me acerque a ella, enseguida se inclino un poco abriendo las nalgas de su trasero y levantando sus colas a la vez mostrándome su agujerito sonrosado anhelante de ser penetrado, busque por allí algo para poder lubricarlo y encontré aceite de oliva nunca mejor dicho, así que le eche una cantidad suficiente para lubricarlo por completo, cuando lo hube hecho, acerque la punta de aquello a su entrada y empecé a moverlo por fuera, llenándolo de aceite todo lo que pudiera, al parecer esto le encanto, cuando creí que ya era suficiente, apoye la cabeza y empecé a penetrarla los gritos de Verónica se aceleraron mas yo seguí metiéndolo empujando contra la resistencia que me ofrecía; hasta que al fin note como se deslizaba casi sin problemas ninguno.

Empecé a moverme al ritmo de Rubí, notaba como la otra parte se iba clavando en mi interior hasta el fondo mientras me movía nuestros gemidos se mezclaban en una sinfonía de placer mis manos se aferraron a su cadera, mientras yo aceleraba el ritmo al compás de Rubí, los miembros entraban y salían de Verónica al ritmo que se iba acelerando cada vez mas, aquello era maravilloso una gozada que no quería que acabase nunca los gemidos de Verónica se aceleraron, incluso sus colas se levantaron de golpe, las tres al unísono como si fuéramos una sola soltamos un grito de placer tremendo que lleno la sala y recordaríamos para siempre, pero como de costumbre aquella deliciosa bola de carne se lleno dentro de ella, su rostro cambio de golpe a una sensación única que yo conocía muy bien; el sexo de Rubí empezó a soltar una riada de leche caliente y espesa que la inundaba por dentro, aunque aquel consolador también quedo atrapado por la presión que ejercía, Verónica solo pudo que caer en el cuerpo de Rubí rendida y yo encima de ella mientras notaba el calor de la leche que salía fuera del cuerpo de ella en mis piernas y se mezclaba con nuestros flujos; mis manos se pasearon por su abdomen incluso podía sentir como se hinchaba un poco por la cantidad de esperma que estaba cayendo dentro, la expresión de Verónica era todo una oda al placer tenia la boca abierta y la lengua afuera jadeando y sus ojos estaban como idos mientras que Rubí tenia el color subido por completo, sus ojitos estaban cerrados por el placer y se podían escuchar pequeños jadeos de su boca mientras su cuerpo se convulsionaba de vez en cuando.

Así pasamos como unos diez minutos disfrutando de aquel momento que no quería que se acabase, al menos pude disfrutarlo en parte pero me hubiera gustado que hubiera sido con Rubí pero las circunstancias me la habían apartado de momento, pero era un problema menos del que preocuparse.

El pene de Rubí se deshinchó y al salir yo también pude sacar aquel consolador de su trasero mientras veía como de su vagina aun manaba esperma, me hubiera gustado poder probarlo sentirlo otra vez como resbalaba por mi garganta inundándomela, sintiendo su calor y espesura, pero no podía así que mejor aparte esa idea de mi cabeza; en cuanto se hubo recuperado Verónica se incorporo, las piernas aun le temblaban algo y nuestros cuerpos estaban completamente sudados, brillaban con los primeros rayos de sol que daban comienzo al nuevo día.

-- Ha sido increíble…una maravilla en todo su esplendor… tendrás que cuidar a Rubí mucho…lo que me preocupa ahora mismo es lo que tienes por el cuerpo es señal que ese bebe no quiere estar contigo, siente que algo te falta…-- dijo ella mirándome a mi abdomen y a mis brazos con cara de preocupación.

-- Si lo se ami también me preocupa pero no se que hacer…Mizuki bloqueo los canales de chi y mi parte de Nekomata quedo atrapada…mi madre esta intentando desbloquearlos pero de momento lo único que puede hacer es bloquear esto que no durara mucho según ella…le he pedido que investigue a ver que puede encontrar…-- le dije yo explicándole la situación, aunque tenia un miedo atroz.

-- ¿Estas segura que quieres tener a ese bebe? …-- me pregunto Verónica, al parecer mi madre y ella estaban de acuerdo con la pregunta.

-- Lo he repasado un montón de veces en mi mente me he planteado muchas preguntas en ella…mi parte de nekomata fue mi destino y no pude evitarlo, pero esto puedo evitarlo y no quiero, es algo maravilloso de Rubí a la que quiero muchísimo en un instante todo se dio la vuelta, tengo una nueva madre mi padre esta en coma ha sido terrible pero por otra parte, he conocido a mi nueva madre a las chicas del club que se preocupan por mi a Catia que espero que se recupere lo mas pronto posible, a ti y por supuesto a Rubí con la que siento algo muy especial y eso no pienso cambiarlo por nada…-- le respondí intentando dejarle claro que no pensaba parar ese embarazo.

-- Muy bien si es tu decisión pero sabes lo tozuda que es Akemi que lo intentara hasta el ultimo momento… pero si ve que no es posible te lo sacara a la fuerza…-- me advirtió Verónica nuevamente de las intenciones de mi madre.

-- Si lo se y se lo he dicho que lo intente y si no es posible que lo saque…-- le dije sabiendo ya sus intenciones.

-- Puedo hacer algo, para reforzar lo que ha realizado Akemi y así darte algo mas de tiempo…si me lo permites, no te preocupes no es doloroso ni nada por el estilo, es un ritual de refuerzo…-- dijo Verónica intentando darme el tiempo que ella suponía que no iba a tener.

Yo gire la cabeza en un momento y observe a Rubí mientras dormía placidamente en el sofá, un sentimiento de amor y cariño lleno mi corazón de calor; volví a girarla y asentí que lo hiciera.

-- Primero hay una cosa importante que hacer…quítate ese consolador…estarás mas cómoda…-- dijo Verónica sonriéndome de manera cómplice.

-- Es cierto que fallo…será mejor también que me ponga algo encima…-- dije yo mientras sacaba aquel trasto de dentro de mí y lo dejaba en el suelo.

-- No hace falta que te vistas no te preocupes…es mejor así que estés desnuda me resultara mas fácil…además ya tenemos confianza…-- me dijo Verónica mientras me guiñaba el ojo.

-- Entonces… ¿Qué hago? …-- le pregunte curioseando.

Verónica cogio una tiza y empezó a garabatear en el suelo unos símbolos japoneses y me indico que me sentara, fue hacia la cocina y empezó a buscar entre las cosas, mientras se movía podía verse como esas colas tan graciosas se movían al ritmo de sus caderas que me encantaban, y su trasero tan redondo y algo respingon era el mejor espectáculo que podía darme. En cuanto las encontró volvió y empezó a colocar unas ramas de incienso en el suelo en forma de triangulo conmigo en el centro.

Una vez colocadas bajo un poco las persianas del sitio y se coloco delante mía y empezó a recitar una especie de rezos al mas estilo japonés mientras hacia esto sus manos empezaban a hacer unas figuras que me resultarían imposibles realizar la velocidad de aquellos movimientos empezó a acelerarse de sobremanera no entendía como podía mantener ese ritmo en un instante pronuncio unas palabras y coloco su mano sobre mi vientre y al instante se materializaron unos caracteres japoneses alrededor del ofuda de mi madre para reforzarlo, yo sentí una brisa de aire frío que me envolvía y mi corazón se sentía completamente calmado.

-- Muy bien espero que esto aguante un poco más…y que no haya ninguna grieta…-- dijo Verónica algo cansada por el ritual.

-- Eso espero yo también por el bien del bebe…-- dije mirándome el bajo vientre y acariciándomelo, mientras esperaba o mejor dicho confiaba en que todo saldría bien.

-- Muy bien se me olvidaba tengo que ir al instituto a hacer unas cosas…además llevare tu excusa de todas formas has estado conmigo así que no te preocupes…quédate de momento aquí es lo mejor primero me duchare yo y después entráis vosotras…de mientras come algo, en la cocina creo que encontraras algo de fruta…-- dijo Verónica intentando abarcarlo todo mientras me sonreía.

-- Gracias nuevamente me has ayudado muchísimo…-- le agradecí nuevamente su ayuda y comprensión.

-- No tienes por que darlas…-- dijo Verónica mientras se dirigía a la ducha.

Mientras ella estaba dentro yo fui a la cocina y efectivamente había algo de fruta que empecé a saborear era muy jugosa y dulce al menos podría desayunar, me dirigí hacia donde estaba Rubí y me senté a su lado apoyando su cabecita en mi regazo mientras la veía dormir placidamente me fije por un momento que aquellos cuernecillos habían crecido un poco mas, y que empezaba a resultar un poco complicado esconder pero de momento con la gorra bastaba.

No pasaron ni quince minutos cuando vi salir del cuarto baño a Verónica, con una toalla envuelta se dirigió detrás del biombo y volví a ver aquella silueta preciosa que me embelesaba y me hacia soñar despierta, cuando salio detrás de el vestía una falda de tubo de color azul oscuro y un poco abierta por uno de sus costados, en sus piernas lucia unas medias de color negro y en su torso un jersey de rayas de color oscuras en sus pies unos zapatos de tacón alto por lo menos le hacían cinco centímetros mas alta, su pelo estaba recogido en un gracioso moño.

-- Bueno… ¿Qué tal estoy? …-- pregunto Verónica mientras se daba una vuelta como en un pase de modelos.

-- Muy guapa la verdad te sienta como anillo al dedo…pero podías al menos esconder esas orejitas…-- le respondía mientras seguía con mi desayuno.

-- Es cierto a veces se me olvidan y tengo que mirarme al espejo para recordármelo…Bueno recuerda no salgas de la tienda es mejor que no te vean de momento yo tengo que hacer algunas cosas así me entero de lo que pueda haber sucedido…-- me advirtió Verónica mientras bajaba las escaleras.

Una vez que se había ido a mi mente vinieron dos cosas el cristalero que se pasaría por la mañana y que tenia que llamar al hospital para ver como se encontraba mi padre, pero lo primero era darse una ducha, y limpiarnos el sudor aunque la ropa que iba a encontrar por aquí no seria la mas apropiada o eso pensaba, observe a Rubí nuevamente y me dio mucha pena tener que despertarla pero tenia que hacerlo no podía dejarla sudando como estaba y el sofá manchado al menos arreglaría un poco aquello.

Fui al cuarto baño y abrí el grifo del agua caliente, desperté a Rubí; observe como se daba la vuelta jugueteando conmigo al igual que lo hacia en la cama así que no me quedo otro remedio mas que hacerle cosquillas esperando que tuviera, su risa me encanto fue algo maravilloso escucharla.

-- Vamos dormilona es hora de ducharse…-- le dije mientras la desvestía, y cogiéndola de la mano nos metimos en la ducha.

Aquel cuarto de baño no era muy grande pero tenia lo básico, y agua caliente lo que necesitaba en ese momento para despejarme, intente que todos los problemas que tenia se los llevase el agua, cerré los ojos y la deje discurrir por mi cuerpo, al abrirlos vi que Rubí hacia lo mismo intentaba disfrutar al igual que yo y eso me encanto.

Cuando hubimos terminado cogi algo de ropa de su armario aunque la verdad la selección era algo provocativa, esta parte de la tienda se veía que la usaba para traer a citas, por lo menos pude encontrar unos pantalones vaqueros de color blanco, me quedaban un poco anchos pero menos daba una piedra de la parte de arriba encontré un jersey que apenas llegaba debajo de mis pechos, pero no había otra cosa, otra fue que tenia que ir sin ropa interior, pero bueno no me importo mucho; para Rubí pude encontrarle una falda ajustada de cuero y un jersey con la imagen de un gatito bordada al que por desgracia tuve que hacer algunos agujeros, ya le pediría perdón mas tarde por el estropicio, aunque le sobraba ropa por todas partes era lo único que había, cogi un cepillo y empecé a pasármelo por el pelo mientras lo hacia vi que el pelo de Rubí siempre tenia la misma forma así que decidí cambiarlo, cuando acabe le dije que se acercara y se sentase empecé a cepillarselo y le hice una pequeña coleta en un lateral de la cabeza que por lo visto le quedaba genial.

-- Rubí estar incomoda con esta ropa…-- dijo Rubí mientras le cepillaba el pelo.

-- Lo se cariño pero debes aguantar es lo único que he podido encontrar cuando lleguemos a casa te pondré la tuya veras que bien…-- le dije yo, con una sonrisa en la cara, intentando ocultar lo que pasaba.

--Rubí ser buena y esperar a llegar a casa…-- dijo Rubí sonriéndome, con su carita de inocencia.

-- Ahora escúchame atentamente, si por alguna casualidad llegara a pasarme algo o no pudiera estar contigo, por lo que fuese prométeme que te iras con Verónica ella cuidara de ti…-- dije yo intentando, preveer lo que pudiera pasar y que estaba segura que pasaría.

-- Rubí no saber lo que es prometer…-- dijo Rubí con una sonrisa.

-- Prometer es…como te lo diría…es cuando dices algo y lo tienes que realizar pase lo que pase…-- dije intentando explicárselo de la mejor manera.

-- Rubí prometerlo…Rubí ser fuerte y no dejar que le pase nada a mami ni a hermanita también prometer…-- dijo Rubí mirándome a los ojos sonriéndome.

Eso me enterneció por dentro que termine abrazándola, las lágrimas saltaron de mis ojos y resbalaron por mis mejillas, me quede así un rato, mientras sentía como ella me abrazaba.

-- Bueno será mejor que haga algunas llamadas espero que en la parte baja tenga un teléfono para poder avisar al cristalero y llamar al hospital…-- dije yo intentando que el cristalero no se enfadara mucho conmigo y que mi padre estuviera bien.

-- Escucha Rubí siéntate en el sofá y espérame yo estaré abajo no te preocupes, subiré enseguida, y por favor no toques nada…-- le dije yo esperando que no realizara alguna trastada.

-- Rubí esperar aquí…-- dijo Rubí; aunque la verdad seguía sin fiarme para nada.

Baje al piso inferior y encontré un teléfono en el mostrador, primero marque el número del cristalero.

-- Perdón soy Amanda que le llamo por un cristal roto que tenia…era para saber si podían retrasar la cita para mañana por la mañana es que me vendría mejor…-- dije yo esperando que no terminara enfadándose.

-- Nuestro operario ha salido ya y eso son gastos de traslado y ahora quien se los va a pagar…-- dijo la voz del teléfono enfadada.

-- Lo siento de verdad…pero es que no puedo estar en casa…si viene mañana le pagare los dos transportes que han hecho…lo siento perdóneme…-- dije yo intentando compensarle de alguna forma.

-- Muy bien no se preocupe…mañana iremos, si pudiera decirnos sobre que hora se encontraría y ser un poco mas precisa se lo agradeceríamos…-- dijo la voz algo mas calmada, lo mas seguro por la remuneración y estaba convencida que me saldría por un ojo de la cara.

-- Sobre las diez estaría perfecto y perdonen nuevamente las molestias, mañana les prometo que estaré en casa… -- le dije yo prometiéndoselo y esperando poder estar si las cosas no se complicaban y esperaba que no.

-- Muy bien lo apunto…adiós y que tenga un buen día…-- me dijo la voz esta vez mas calmada lo mas seguro por el recargo que tenia que pagar.

-- Adiós…y gracias por todo…-- dije yo colgando el teléfono y marcando para la siguiente llamada al hospital esperando que siguiera estable y no le hubiera pasado nada.

-- Perdón…soy Amanda podrían ponerme con el doctor Javier es el asunto de mi padre…-- dije esperando que todo siguiera de la misma forma o que hubiera mejorado.

-- Le paso con el…-- me dijo la enfermera amablemente.

-- ¿Amanda que tal te encuentras? …Si preguntas por tu padre sigue en el mismo estado no hay ningún cambio esperamos que pueda abrir los ojos, lo que es un poco de extrañar es que por las noches su escáner cerebral muestra unos picos algo inusuales pero creo que no es de preocupar, podría ser por cualquier cosa lo mismo serian pesadillas, si pasase algo tengo tu numero de teléfono, así que no te preocupes…-- dijo el doctor intentando explicarme la situación que al menos no había cambios para peor y eso me tranquilizo.

-- Muchas gracias por todo doctor le seguiré llamando…Adiós…-- me despedí de el con el corazón mas tranquilo por la noticia.

-- Adiós y no te preocupes, estoy seguro que saldrá de esta…-- dijo el doctor colgando el teléfono.

Bueno habiendo hecho esto subí al estudio y no se por que no me esperaba nada bueno, auque había demasiado silencio al parecer, cuando llegue vi que Rubí estaba olisqueando todo aquello moviéndose de un sitio para otro, pero el resto del estudio estaba normal.

Me quede un rato observándola, me parecía graciosísimo verla como iba de un sitio para otro parecía como un cachorro, en cuanto se dio cuenta de que estaba allí dejo de olfatear y se lanzo a mis brazos llena de alegría.

Al instante de abrazarme, alguien golpeo en la puerta de la tienda, Verónica no me dijo que esperara a alguien así que volví a sentar a Rubí y baje las escaleras cuando mire vi que se trataba de una mujer que no pasaba de los veinticinco, con un pelo rizado largo de color pelirrojo que no le llegaba mas allá de la cintura, su rostro era algo anguloso, con unos ojos de color avellana, tenia unos labios sin maquillaje alguno pero finos en su torso vestía una blusa de color blanco un poco ajustada, en sus piernas lucia una falda negra abierta un poco por cada costado lo mismo que la de Verónica, aunque detrás de ella había dos policías y las cosas se complicaban no sabia que hacer si no abría era resistencia y si abría la puerta descubrirían las espadas y a Rubí en la parte de arriba y a saber que harían con ella, viendo este panorama decidí abrir e impedir que subieran arriba de alguna forma.

-- Buenos días… ¿Desean algo? …-- pregunte yo algo asustada, esperando que no subieran.

-- Buenos días… ¿Es usted Amanda? …-- dijo la policía mostrándome la placa.

-- Si,… ¿Desea algo? …-- pregunte sobresaltada.

-- Me llamo Elvira y soy detective…tengo una orden de registro y otra de arresto por ser la principal sospechosa en caso de asesinato múltiple de cuatro chicas…Tiene derecho a permanecer en silencio cualquier cosa que diga podrá ser usada en su contra tiene derecho a un abogado, si no puede costearse uno se le asignara uno de oficio… ¿A entendido sus derechos? ...-- dijo Elvira, mostrándome las ordenes mientra la policía entraba en la tienda revisándolo todo mis peores temores se habían vuelto realidad, solo pude pensar una cosa que Verónica me había traicionado o eso o que a ella también la habían cogido por ser cómplice.

Cuando vi que los policías subieron a la parte de arriba se me cayó el alma al suelo, no sabia que hacer solo pude escuchar una especie de gruñido.

-- Detective…tendría que subir a ver esto…-- grito uno de los policías, con un tono de susto.

Subimos las escaleras conmigo por delante al llegar arriba pude ver que uno de los policías sujetaba las espadas y estaban, mirando absortos como Rubí estaba gruñéndoles, al momento que me vio se lanzo por mi para que me soltara la detective.

-- Rubí…cálmate…no pasa nada de verdad…tranquilízate…-- le dije intentando calmarla de alguna forma sabia que si, se enfurecía aquello podía terminar mal para ambos y ella recibir un balazo.

-- Por favor solo les pido que no le pongan las esposas…ella vendrá conmigo no se preocupen y yo no opondré resistencia alguna… -- le dije intentando razonar con ellos.

Allí se produjo un silencio que pareció una eternidad mientas se miraban entre ellos sorprendidos por la reacción de Rubí.

-- Muy bien confiare en ti…pero como pase algo te juro que no dudare en hacer lo que sea…espero que hayas entendido…-- dijo Elvira, mirándome de manera seria casi se podría considerar una amenaza.

Rubí se abrazo ami de golpe y bajamos del sitio, todo se había echado a perder no sabia que hacer nos metimos las dos en el coche patrulla y nos dirigimos a la comisaría, al entrar se formo algo de revoleo la gente estaba bastante sorprendida al ver a Rubí, nos llevaron a mi a una sala de interrogatorios y a ella a otra dejándola sola, antes que nos separaran le dije que iría en seguida que no se preocupara y fuese buena.

Diciéndole esto me dejaron en una habitación con una mesa y dos sillas con un gran espejo del que se suponía que me estarían viendo, así que viendo el panorama decidí sentarme y bajar la cabeza esperando a ver que sucedía.

Al instante se abrió la puerta y entro alguien, pero lo mas extraño es que un olor impregno el aire muy conocido por mi.

-- ¿Te sigues metiendo en líos? …¿A propósito te sigue gustando mirar? … -- dijo una voz muy familiar para mí.

-- No puede ser verdad,… es imposible… ¿Catia?... – dije yo sorprendida y algo esperanzada.

FIN DEL CAPITULO 1




P.D: Bueno aqui os dejo el comienzo de la 3ª temporada espero os guste y ya me direis muchas gracias a todos por haberla leido un beso :)
 
Que bien ya regreso Cati, pero que hace en la comandancia??? jeje esperaremos la siguiente parte
 
Rayos no lo e leido
todo pero esta GENIAL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
 
Pido perdon de antemano estare unos dias sin escribir la historia pero, en cuanto pueda la seguire de eso estad seguros no es por falta de inspiracion por que esa me sobra es que no se me siento como algo rara muchas gracias a todos los que la siguen y no os preocupeis que seguire publicandola pero tendreis que esperar un poco, un beso a todos.
 
Bueno como dije ya he vuelto aqui os dejo el cap 2 de la 3 parte de esto espero os guste y que haya valido la pena esperar muchas gracias a todos :)

LOS PROBLEMAS SIGUEN AVANZANDO CAP 2

-- ¿Eres tu, Catia? …¿Pero como es posible si estabas mal herida? …-- pregunte yo sorprendida al verla, esta vez vestía unos pantalones vaqueros de color blanco, un poco ajustados y en su torso un blusa de color rojo discreta sin escote cosa que me extraño la verdad en la cintura colgaba una placa de policía, no creía que lo fuese pero por que la llevaba.

-- Shhh…mejor luego te explico, la situación…lo mas apremiante es sacarte de aquí…-- me acallo Catia, en cuanto lo hizo la puerta volvió a abrirse y entro Elvira con un café en la mano y otro para mi.

-- Bueno esta es la situación, tu decides que hacer, o me dices la verdad de lo que ha pasado o terminaras entre rejas así que elige…-- me dijo Elvira mientras se sentaba, por un instante se quedo mirando a Catia sin decir palabra.

-- ¿Rubí esta bien? …-- le pregunte algo sobresaltada esperaba que no le hubiera pasado nada.

-- Si te refieres a esa niña disfrazada…si esta bien, no debes preocuparte por ella…-- respondió Elvira y yo pude respirar aliviada al enterarme.

-- Menos mal…gracias…-- le agradecí por lo menos en ese aspecto estaría tranquila.

-- Bueno a lo que íbamos…será mejor que me digas la verdad…-- dijo Elvira, como un consejo. Pero que podría contarle por mucho que le dijera no iba a creerme en absoluto.

-- ¿Qué es lo que quiere saber? …-- pregunte yo mirándole a los ojos.

-- Según tu expediente académico, eres una estudiante normal, sin ningún problema con la justicia ni nada por el estilo, tu padre ha viajado mucho últimamente sobre todo por Egipto, se trajo de allí una estatua llamada, el corazón de Alouqua y lo dono al museo, a raíz de eso, lo atacaron en la calle, cerca de su trabajo y a raíz de eso esta en coma en el hospital, tu madre no hemos podido contactar con ella…Ahora bien, me podrías decir como una chica de la noche a la mañana normal como todas…se convierte en una asesina múltiple…-- dijo Elvira resumiendo todo aquello, lo que no sabia es que mi padre había traído eso de su viaje, tenia que saber lo que era.

-- Por mucho que le diga no me creerá…no se por que atacaron a mi padre… y yo no mate a esas chicas…tiene que creerme…-- dije a Elvira mirándola a los ojos no sabia que responderle, sin desvelar varias cosas.

-- Entonces dime una cosa… ¿Por qué tu sangre estaba en el lugar? …¿Por qué tenias esas espadas en tu poder? …¿Y por que las mataste? …-- pregunto Elvira una cosa tras otra, y yo seguía sin poder decir nada.

En la cara de Catia podía verse, que quería sacarme de allí pero que no podía hacerlo estaba conteniéndose, se veía como cerraba los puños de rabia.
-- Muy bien, si tu no me respondes…lo hará Verónica…Y si, la hemos arrestado también como cómplice tuyo y por encubrimiento…-- dijo Elvira, como si fuera una amenaza pero estaba convencida de que Verónica no diría nada al respecto sabia también como yo que no podía desvelar nada.

Diciendo esto Elvira se levanto de la silla y salio de la habitación lo mas probable para preguntarle a Verónica y corroborar lo que había dicho.

-- ¿Se puede saber que haces aquí? …Te echaba mucho de menos… ¿Y como que tienes una placa de policía? …¿Y como te has recuperado tan rápido? …-- dije mirándola con los ojos casi llorosos de la alegría.

-- Espera…-- dijo Catia mientras se concentraba mirando al espejo, como si esperara oír a alguien.

-- ¿Qué pasa? …-- pregunte yo extrañada.

-- No hay nadie …He podido recuperarme mas rápido gracias a Verónica y su sanación, y no es que sea policía precisamente, he tenido que noquear a uno para poder entrar, al menos no se fijan tanto, tenemos que sacarte de aquí a ti y a ella…creías que te iba a dejar sola…no te libraras tan fácilmente de mi…la suerte fue que me dirigí al instituto y por suerte Verónica me encontró antes y me explico lo que pasaba y que me dirigiera a la comisaría, por que lo mas seguro que terminaríais detenidas, así que en cuanto te manden a prisión, saldremos de aquí…-- explico Catia lo que había pasado.

-- Tenemos que rescatar también a Rubí y a las espadas…-- dije yo; no quería dejar nadie atrás y menos a Rubí de una forma u otra terminarían descubriendo lo que era y no podía permitirlo.

-- ¿A Rubí…? …Parece que te has encariñado con ella…-- pregunto Catia sorprendida.

-- Mas de lo que piensas…y no pienso dejarla atrás pase lo que pase…-- dije sabiendo que iba a ser mas complicado pero no quería abandonarla se lo prometí y pensaba cumplirlo.

-- Muy bien…nos la llevaremos también…Shhh será mejor que lo dejemos hay vienen…-- dijo Catia mientras prestaba atención a la puerta.

Y no se equivoco al momento se volvió a abrir entrando Elvira, y volviéndose a sentar enfrente mía.

-- Muy bien dime te lo has pensado…por que Verónica nos lo ha contado todo que tu fuiste la que lo planeo todo…que ya estabas harta de ellas…por lo que parece te ha traicionado y le ha podido los nervios…-- dijo Elvira con una sonrisa de malicia en la cara, como si estuviera pensando que ya me había cogido.

-- Eso es mentira no creo que te haya dicho nada de eso, por que yo no he sido no se quien ha podido ser…es cierto que mi sangre esta allí…pero no puedo explicárselo…-- dije yo, sabiendo que no podía decírselo.

-- Escucha, te estas enfrentado a una dura pena de cárcel y a tu edad en una prisión eres un bombón…créeme lo he visto…-- dijo Elvira aconsejándome.

En ese preciso momento la puerta de la sala de interrogatorios se abrió y entro uno de los policías se acerco a Elvira y le dijo algo al oído.

-- De acuerdo ahora mismo no tengo tiempo…y hasta que venga tu abogado tendrás que permanecer en el calabozo…Agente llevesela…-- dijo Elvira diciéndoselo a Catia, pensé que a lo mejor era eso lo que había planeado pero no esperaba que fuera otra cosa mucho peor.

-- Andando…-- dijo Catia escenificando su papel, incluso hasta yo me lo creí.

Catia me cogio del brazo y me saco de allí en dirección al calabozo, al parecer la comisaría estaba un poco alterada; aunque no imaginaba el por que, yo empezaba a sentir un dolor agudo en el abdomen, no podía ser en aquel preciso momento, tenia que sacar fuerzas de donde fuera para poder continuar.

Nos dirigimos a otra sala de interrogatorios, pero en la puerta había un guardia vigilando, Catia me soltó del brazo y se acerco al guardia.

-- Vengo por la sospechosa Verónica, ordenes de Elvira…-- dijo Catia esperando que se lo creyera, aunque hasta el momento le había salido muy bien.

El policía abrió la puerta y la dejo pasar mientras yo esperaba fuera tocándome el bajo vientre por el dolor, que poco a poco se iba agudizando mas, al momento salio Verónica de allí de la mano de Catia.

-- Me podrías decir donde se encuentra, la detenida Rubí…tengo ordenes de trasladarla también…-- dijo Catia, esperando que resultara.

-- Se encuentra en la sala de interrogatorios tres…pero tenga cuidado…-- dijo el policía advirtiéndoselo yo pensé que lo mismo podría haberles gruñido o liar alguna de las suyas.

Verónica me miro extrañada, mientras me tocaba el bajo vientre por el dolor sabia perfectamente lo que me pasaba.

-- ¿Te encuentras bien? …-- pregunto Verónica mirándome con preocupación, ojala hubiera podido contestarle que si.

-- No, es como si me estuvieran clavando algo dentro de mí, y cada vez se agudiza mas…-- dije yo con la expresión de dolor en mi rostro, pero sabia que debía de continuar.

-- Es mejor que nos dejemos de charla…tenemos que recuperar a Rubí y las espadas aun…-- dijo Catia mientras nos cogía de los brazos y nos dirigíamos a la sala de interrogatorio tres.

-- ¿Cómo te metieron aquí? …-- pregunte a Verónica mientras andábamos.

-- Me pillaron en el instituto, al parecer tu sangre estaba por allí…y como yo era tu profesora creen que soy cómplice de todo esto…no pude hacer nada al menos pude enviar a Catia a tiempo me suponía que pasaría…-- explico Verónica, al menos pudo preverlo.

Una vez hubimos llegado vimos que no había nadie en la puerta pensarían que no necesitarían guardia alguna al ser una niña; Catia abrió la puerta en cuanto Rubí me vio se lanzo a mis brazos, dándome besos por la cara, parecía que no me había visto en mucho tiempo.

-- ¿Estas bien? …¿Has sido una niña buena? …-- pregunte yo, pero sabia perfectamente lo que me iba a responder.

-- Rubí estar bien…Rubí ser niña buena… ¿Mami…estar bien? …pregunto Rubí viéndome el rostro, sabia perfectamente que algo me pasaba, pero no podía decirle nada.

-- Si…no te preocupes…es solo un pequeño dolor de estomago nada mas…-- respondí sonriéndole lo mejor que podía ocultando el dolor.

Una vez estuvimos las tres salimos de la zona de interrogatorios hacia la sala principal, al llegar allí pudimos ver como la policía estaban mas alterados de lo normal muy grave tendría que haber sido el incidente para que estuvieran así.

--Quedaos aquí un momento veré si me puedo enterar de lo que ocurre…-- dijo Catia moviéndose entre los policías y preguntándoles.

-- Al parecer te vuelve a doler…los signos de contención no duraran mucho…espero que haya tiempo de sobra…-- dijo Verónica mientras me miraba seriamente.

-- No te preocupes estoy segura de que lo habrá…-- respondí yo devolviéndole la mirada.

Al rato Catia volvió tenia el rostro en blanco; muy mala tenia que haber sido la noticia, para que estuviera así.

-- El “Gato Afortunado”, lo han… destruido…-- dijo Catia con el semblante en blanco, sin llegar a creérselo aun.

-- ¿Qué…? …¿Pero como es posible…? …-- pregunte completamente sorprendida no podía creer que hubieran llegado tan lejos.

-- ¿Y Akemi y las chicas…? …-- pregunto Verónica, entre sorpresa y miedo.

-- Dicen que han encontrado…algunos cuerpos…la mayoría de hombres…lo mas seguro de clientes del bar…y algún que otro de mujer…pero que no están seguros…-- dijo Catia entrecortadamente se notaba que la noticia le había afectado demasiado.

-- Será mejor que vayamos para allá a ver que ocurre y si están bien todas…-- dije yo intentando que nos concentráramos en algo para que se nos pasara el miedo y la sorpresa.

-- Es mejor ir por las espadas y después ir directamente al local, para ver que podemos hacer…-- dijo Catia intentando recuperarse del shock que había sufrido.

Nos dirigimos hacia las escaleras, donde se supone que estaba el sótano y el almacén de pruebas de la policía para poder sacar las espadas, aquel sitio no era muy grande tuvimos que cruzar varios pasillos solitarios hasta que llegamos a una habitación llena de rejas detrás de una de ellas estaba uno de los policías algo mayor.

-- Vengo por las espadas, ellas y la prueba van a ser trasladadas a otra comisaría…-- dijo Catia intentando que colara, nuevamente la mentira, ya habíamos tenido demasiada suerte.

-- Muy bien…firma aquí y te las daré… ¿Se puede saber que es lo que pasa arriba que hay tanto alboroto? …-- pregunto el policía mientras rebuscaba entra todas las pruebas que allí estaban.

-- Han atacado un edificio por lo que parece el “Gato Afortunado”…-- respondió Catia bajando la cabeza.

-- Tú, eres nueva ¿no…? …-- pregunto el policía con interés, ya pensaba que nos habían pillado.

-- Si acaban de trasladarme hace poco…y ya ves me han dado el encargo de niñera…pero bueno por algo se empieza…-- respondió Catia intentando seguirle la corriente.

-- Bueno…si necesitas algo…estaré por aquí…y animo que seguro que ya mismo tendrás mejores cosas…-- dijo el hombre animando a Catia, mientras le entregaba las espadas.

-- Gracias ya nos veremos…-- agradeció Catia al policía.

Salimos de aquel sitio en dirección al aparcamiento para poder coger un coche, y llegar lo antes posible al local. Cuando llegamos al aparcamiento pudimos ver que casi no quedaba ninguno allí, pero al menos pudimos encontrar uno que estaba abierto y con las llaves puestas, al parecer algunos policías tenían demasiada confianza.

Catia arranco y nos dirigimos a toda velocidad hacia allí a lo lejos podía verse una columna de humo del local y varias ambulancias que se dirigían al edificio, pusimos la sirena para poder tener mas libertad.

Cuando llegamos pudimos ver una gran cantidad de coches de bomberos por el sitio sofocando las llamas la policía estaba acordonando la zona para que no entraran los curiosos, la televisión también había llegado hasta allí, los enfermeros, iban de un sitio para otro, por lo que podíamos ver eran casi todos hombres alguna mujer que otra, pero no eran del local.
Nos metimos en uno de los callejones para poder observar la situación mientras veíamos como las llamas devoraban aquel lugar, Catia fue a ver si podía hacer algo y encontrar alguna de sus compañeras.

Al rato escuchamos unos pasos detrás de nosotras cuando nos giramos pudimos ver a una de las chicas con la cara llena de heridas, la ropa la tenia destrozada, su cara estaba ensangrentada, aquello era como en mi sueño pero de otra forma no podía creerme que se hubiera hecho realidad.

Verónica se apresuro a cogerla en brazos para que no cayera el suelo, al mirar en el callejón vimos que varias de ellas también estaban allí, al parecer pudieron escapar de aquel infierno, en sus caras podía reflejarse la tristeza y el dolor.

-- Akemi… ¿Sabéis si ha salido? …¿Si se encuentra bien? …-- pregunte yo inquieta mirando hacia aquel grupo, no podía verla por ninguna parte.

-- Akemi…no pudo salir la ultima vez que la vi…se encontraba en los sótanos…haciendo salir a las chicas y ayudándolas…-- dijo la muchacha, entrecortadamente sacando fuerzas de flaqueza.

-- Mierda…no puede ser que haya ocurrido es imposible…no quiero pensar siquiera que a mi madre le haya pasado algo…no puedo perderla…-- maldije pegando un puñetazo a una de las paredes, aquella reacción provoco que el dolor que ya sentía se agudizase aun mas haciéndome caer de rodillas.

Aquel dolor era como si me atravesara el abdomen, no podía mas que abrazármelo, Rubí al verme en aquel estado se abrazo ami intentando consolarme, cubriéndome con sus pequeñas alas.

-- Parece que ese sello no durara mucho tenemos que saber como desbloquearte, el chi o terminaras muerta…-- dijo Verónica mientras intentaba apoyar aquella chica lo mejor que podía en el suelo.

Verónica debido a aquello saco sus orejas y las colas aparecieron, cerro los ojos y empezó a recitar un cántico, una especie de aura verdosa nos rodeo las heridas de las chicas comenzaron a sanar lentamente, mientras tanto Rubí empezó a entonar un cántico en una lengua que no había escuchado nunca las muchachas se quedaron mirándola, escuchándola atentamente aquella cancioncilla hacia que aquel dolor fuera cesando lentamente, era como si calmara a aquella pequeña cría que tenia en mi interior.

-- ¿Pero que has hecho Rubí…? …-- pregunte intrigada.

-- Rubí cantar canción de dormir…Rubí escucharla de pequeña y gustar mucho…y Rubí cantársela a hermanita…-- dijo Rubí sonriéndome no podía hacer mas que abrazarla.

-- Eres toda una caja de sorpresas…-- le dije mientras la besaba, en las mejillas.

-- ¿A mami gustar canción? …-- pregunto Rubí sonriendo.
-- Me encanta cariño es preciosa…-- respondí con lagrimas en los ojos.

-- Rubí estar feliz…A Rubí decirle que no cantar bien en la bandada…-- dijo Rubí recordando su pasado.

En ese momento Verónica termino su rezo, las heridas de todas las chicas estaban sanadas es como si literalmente no hubieran estado, debido al esfuerzo cayo al suelo por suerte pudieron recogerla a tiempo, al menos había un problema menos, pero tenia que ir a ver que le había pasado a mi madre y si se encontraba bien.

-- Bueno…al menos tendremos ese tiempo que necesitábamos… debo descansar un poco, estos Sutra son algo complicados y requieren mucha energía…-- dijo Verónica mientras se incorporaba poco a poco, algo mareada.

Al rato llego Catia al callejón, estaba pálida es como si todo se le hubiera venido encima la destrucción del local había sido como un shock para ella.

-- Dicen que ha habido varias victimas la mayoría hombres, lo que supongo que eran clientes del local, pero aparentemente por lo que he podido ver entre los cuerpos que sacaban y demás, no estaba el de Akemi, y el de ninguna otra chica del local…¿Pero no me puedo imaginar que es lo que ha pasado…? …-- dijo Catia bajando la cabeza al menos podía estar convencida de que Akemi se había salvado.

-- Perdonad yo pude ver lo que paso…-- dijo una de las muchachas del grupo.

-- Me alegro saber que os habéis salvado… ¿Cómo fue…?…-- pregunto Catia interesada.

-- Era una noche normal como todas las demás, algunas estábamos sirviendo, copas y otras bailando lo de costumbre; lo normal es que la mayoría de la clientela fueran hombres y ya sabes que siempre tenemos alguna que otra mujer, que le gusta pero que las conocemos a todas, al parecer entro una joven de pelo largo oscuro, no era muy alta, vestía de lo mas normal, se acerco a la barra donde estaba y pidió un vaso de ginebra no se el por que pero tenia un mal presentimiento me fui para la oficina de Akemi y se lo advertí, en ese momento miro a través de la cortina del escenario, no se lo que vio pero al momento me dijo que fuera advirtiendo a las chicas que fueran descendiendo a la arena, hice lo que pude, pero la mujer en ese momento exploto, fue un baño de sangre no podía creer lo que había visto la gente chillando de dolor se quemaban delante mía, Akemi empezó a ayudar a las chicas, llevándonos al refugio a la mayoría a las demás nos hizo salir, de aquel infierno, mientras caían escombros …-- dijo la muchacha recordando aquel suceso, en la cara podía verse que tardaría en olvidar aquella masacre que había presenciado.

-- Bueno ahora queda otra cosa, donde nos vamos a quedar…-- pregunto Catia, intentando pensar una solución.

-- Podemos hacer una cosa… ir al instituto de mientras esa zona será el ultimo sitio que van a mirar, ya han sacado pruebas y demás, al menos tendríamos un sitio donde descansar, además lo han vallado y de momento no hay clases hasta nueva orden…-- dijo Verónica, al principio creí que era una broma de las suyas pero según lo iba explicando cada vez me parecía mas verosímil ya que en mi casa no podíamos quedarnos, eran el primer sitio que mirarían y mas aun que había huido de la comisaría.

Así que decidiendo esto nos dirigimos al instituto, caminando entre calles secundarias, y callejones para no ser descubiertas, cuando llegamos vimos que efectivamente estaba completamente solitario y en la verja de afuera podía verse la típica cinta de la policía, saltamos la verja, algunas mas ágilmente que otras cabe destacar, la puerta principal estaba cerrada además tenia un precinto de seguridad y si lo rompíamos podían darse cuenta.

Empezamos a mirar por los alrededores y descubrimos una ventana abierta la del laboratorio que casi siempre estaba así por si se formaba algún vapor o algo peligroso que pudiéramos tener ventilación, pero estaba en el segundo piso.

-- Bueno hay esta la ventana, ahora el problema es como vamos a subir…se que vosotras podéis pero yo no creo que pueda pegar esos brincos…-- dije mientras las miraba, con algo de envidia.

Catia en cuanto termine de hablar empezó a pegar brincos saltando en la pared, como si fuera un verdadero gato llego con mucha rapidez a la ventana y se coló dentro.

-- Esperad en la entrada, creo que tendré que desactivar la alarma para que podamos entrar…-- dijo Catia metiéndose dentro.

La tarde empezaba a caer lentamente, ya ni pensaba el tiempo que había estado en la comisaría, solo sabia que tenia bastante hambre, cuando hubo pasado un rato, la puerta de delante se abrió, pudiendo entrar al primer sitio que me dirigí fue a la cafetería por suerte siempre quedaban algunos dulces y bocadillos por allí y parte del menú, al menos pudimos comer un poco ya que ami me hacia falta y con urgencia, después de aquella comida improvisada y habiendo limpiado algo, fuimos inspeccionando el lugar para ver donde nos podíamos meter.

Escogimos el auditorio, al menos era un sitio grande, nos fuimos hacia el almacén de gimnasia y cogimos varios colchones para hacer de improvisadas camas en aquel lugar estuvimos bastante ajetreadas casi toda la tarde por suerte también encontramos algunas linternas, por que la electricidad no podíamos usarla, entre tanto deje a Rubí con las chicas, cuando estuvimos todas acomodadas fui a investigar algo por allí y descubrí a Catia sentada en una ventana mirando como los últimos rayos de sol decían el adiós al día, y como en el cielo se iban acumulando nubes de tormenta.

-- ¿Te encuentras bien…? …-- pregunte intrigada.

-- Si, no te preocupes…es solo que espero que Akemi este bien cuando llegue la noche iré a ver si puedo llegar a la arena y ver si se encuentra allí…sabes, Akemi es como si fuera mi madre la conocí muy pequeña y me acogió como si fuera su propia hija, me enseño todo lo que se y no quisiera perderla…-- respondió Catia sabia que las lagrimas resbalaban por su rostro, pero era mejor no decirle nada por que estaba segura que lo negaría.

-- Se como te sientes…yo no soportaría perder a mi madre ahora que la he encontrado…además estoy segura de que esta bien…y también de que saldremos de esta…solo hay que tener fe…-- dije intentando animarla, sabia que le hacia falta.

Decidí dejarla no sin antes fijarme en que miraba para abajo sorprendida y salía corriendo hacia la entrada.

-- Vaya así que ha decidido venir, después de todo no es tan torpe como pensaba…-- dijo sonriendo dirigiéndose hacia la entrada principal.

-- ¿Pero quien es…? … -- pregunte desconcertada, mientras la seguía.

-- No te lo imaginas por que salimos tan fácilmente de la comisaría…no era por mi gran interpretación precisamente…cualquiera se hubiera dado cuenta…-- respondió Catia, era como si la hubiera estado esperando esa visita.

No me dio tiempo a responder cuando llegamos abajo, abrió la puerta y allí estaba era Elvira no podía creer eso, nos había descubierto, pero nada mas que entro se lanzo a los brazos de Catia dándole un beso apasionado y muy largo yo pensé incluso que se quedaban sin respiración, me quede de piedra al ver eso.

-- Vaya…mira quien tenemos aquí…a la fugada y sus cómplices…-- dijo Elvira mirándome seriamente.

-- Así que al final has venido…dime… ¿Que es lo que has averiguado?…-- pregunto Catia rápidamente, sin dejarle tiempo a nada.

-- Vaya si que vas directa al grano pero como siempre…solo se que estáis en busca y captura por la policía, y que no ha sido muy buena idea el venir al instituto precisamente, solo podré detenerlos cuarenta y ocho horas mas, después de eso tendréis que iros…aparte no se lo que va a pasar con el cuerpo que tienen en el forense es una de las vuestras…hasta el momento habíais sido muy discretas…como os habéis descuidado tanto, la verdad no puedo creerlo…¿Y quien es ella…?, y no me refiero al nombre eso lo se…¿Una nueva recluta?…-- pregunto Elvira mirándome de arriba abajo, lo que no me podía creer es que fuera amiga de Catia y que todo aquello hubiera sido un montaje.

-- Esta es Amanda la hija de Akemi…-- me presento Catia brevemente.

-- ¿Ella es su hija…? …no tenia ni idea…pero bueno ya sabéis cual es la situación y con respecto al local no he visto a Akemi por ningún sitio la verdad que me asuste bastante al escuchar que había sido atacado, por lo menos estáis bien…-- dijo sorprendida y resumiendo la situación del local al menos Akemi no había sido encontrada eso presentaba dos situaciones o estaba enterrada en la arena o había salido… ¿Pero a donde?

-- ¿Y como que os conocéis…?…-- pregunte yo interesada en la historia.

-- Fue mientras se encontraba en este instituto hubo un robo y ella estaba involucrada…así que la detuve…y poco a poco me fue engatusando…como puedes ver y así hasta ahora…-- respondió Elvira mientras acariciaba el trasero a Catia.

-- Bueno tenemos que hablar de los viejos tiempos…-- dijo Catia como excusa para quedarse solas mientras avanzaban hacia el almacén del gimnasio.

En cuanto entraron cerraron la puerta, no se por que pero tenia ganas de ver como recordaban esos viejos tiempos, pensé que al final Catia tenia razón que me gustaba mirar, así que decidí espiar que es lo que hacían, me acerque a la puerta y la abrí casi sin hacer ruido por aquella rendija pude observar como las dos se fusionaban en un beso, sus lenguas jugaban una con la otra en una danza, incluso apartaron los labios para moverlas, una junto a la otra, saboreando sus salivas y sabor, podía ver como la cola de Catia se enroscaba en la cintura de Elvira y acariciaba el trasero por encima de la falda, por mi parte empezaba a notar como mis pezones iban endureciéndose y notándose mas a través de aquella escueta camiseta de tirantes, poco a poco iba mojándome, notaba como aquél pantalón pegado como una segunda piel iba humedeciéndose; Catia fue bajando lentamente hasta ponerse en cuclillas empezó a levantar aquella falda de tubo que resulto muy fácil de hacer pude contemplar un tanga de rejilla de color negro que no se apresuro en bajarlo lo hizo deleitándose con la vista de su sexo completamente depilado del que empezaba a emanar flujo y a resbalar por sus muslos, seguidamente que lo hubo bajado empezó a subir recorriendo sus piernas con la lengua lamiendo todo aquello, como si fuera el mas dulce vino, cuando llego a su entre pierna, aplico su boca por entera tapandola moviendo su lengua dentro de ella, Elvira empezo a suspirar, acaloradamente mientras Catia seguia moviendola dentro de ella, pense en aquella sensación entre rasposa y suave que tanto em gustaba, mis manos reaccionaron por si solas, subi mi camiseta y empece a acariciarme los pechos que habian crecido algo de tamaño los pezones estaba duros como piedras me pase los dedos por la lengua mojandolos y empece a acariciarlos rodeandolos sintiendolos entre mis dedos, apretandolos de vez en cuando sintiendo la combinación de dolor-placer que tanto me gustaba, empece a jadear al ritmo de Elvira que por su expresión estaba en su particular eden, su respiración se hacia mas agitada veia como su pecho subia y bajaba a traves de blusa queriendo ser libre de aquella prision de tela, no tardo mucho en proferir un gemido mas agudo estaba segura que habia llegado al climax y que Catia estaba relamiendose con su corrida y degustandola como el mas dulce nectar.
Observe como Elvira tuvo que apoyarse contra el potro de gimnasia para poder tenerse en pie pero creo que Catia no el iva dar cuartel ninguno, se desabrocho el pantalon vaquero, y cogiendola de la mano la puso de espaldas, abrió sus muslos de golpe e inclinándose abrió su trasero empezó a meter la lengua mientras sus dedos los introducía en su vagina húmeda y caliente aun chorreante de flujo y empezó a lamer furiosamente con ansias de vez en cuando introducía y sacaba su lengua dentro de ella como si fuera un pequeño pene, los dedos no dejaban de moverse dentro y fuera de ella acelerando cada vez mas su ritmo, una de mis manos, que estaba jugando con mis pechos, bajo hasta llegar al pantalón ya humedecido y empezó a masajear mi sexo de arriba hacia abajo mis dedos palparon mi clítoris inflamado y notaron la humedad que salía de mi sexo al instante metí los dedos dentro de mi, aquella sensación fue mas maravillosa de lo que había pensado, estaba muy sensible los dedos empezaron a entrar y salir con mucha facilidad de mi interior, tenia que permanecer callada para que no me escucharan, mi respiración iba en aumento no podría aguantarme por mucho tiempo; Catia seguía lamiendo su trasero y metiendo y sacando los dedos de ella su respiración prosiguió en aumento cada vez mas y mas hasta que escuche otro gemido de placer, ya se había corrido dos veces, su expresión era de cansancio pero Catia no quería dejarla insatisfecha quería mas de ella, su expresión lujuriosa no la había visto antes no estaba satisfecha aun, agarro con una mano su miembro que nunca supe donde podía esconder aquella cosa y apoyo la cabeza de este en el agujero de su trasero ahora húmedo por la saliva de su boca y empezó a meterlo en cuanto entro la expresión de Elvira cambio de golpe, era como si se sorprendiera de aquello, Catia sin pensárselo dio un empujón venciendo toda resistencia y logro introducirlo todo dentro, Elvira profirió un grito de placer y sin detenerse empezó a moverse violentamente dando unas arremetidas brutales, incluso aquél aparato de gimnasia temblaba de las embestidas, una y otra vez no le dejaba descanso la cara de la profesora era de éxtasis su cuerpo ya no podía dar mas de si, pero Catia no llego a importarle, mis manos se empezaron a mover mas deprisa y con furia queria sentir aquello dentro y que fuera de la misma forma, sabia que no duraria mucho y que pronto terminaría, y no quería que acabase nunca había visto a Catia de esa forma y me encantaba, su lengua recorrió su espalda hasta llegar a su cuello donde la mordió lo mismo que a mi, mientras se movía sus pechos se balanceaban al ritmo de aquella batalla sexual que mantenían, Catia siguió con su violencia metiendo y sacando cada vez con mas rapidez sus respiraciones estaban agitadas hasta que al fin las tres soltamos un gemido toda aquella carga caliente y espesa se introdujo dentro de ella llenándola por dentro parte del esperma salía por fuera cayendo al suelo mezclado con la corrida de Elvira que manchaba sus muslos, así se quedo un momento yo veía los espasmos de su miembro mientras seguía soltando mas leche dentro de ella pasado un momento, Catia lo saco de ella aun manando leche y como Elvira no podía moverse del sitio solo jadear, y como su cuerpo temblaba del placer, mientras yo estaba en el suelo, con los pantalones mojados y mi mano chorreando, aun jadeando por aquello.

En ese momento la puerta termino de abrirse y apareció Catia que se quedo mirándome por un momento.

-- Es lo que decía…al final te gusta mirar…-- dijo Catia mirándome con una sonrisa de lujuria en su rostro, mientras yo no podía apartar la vista de su miembro, aun reluciente y goteando leche.

Catia se acerco a mi y yo me alce abrí mi boca acogedora y caliente para que pudiera introducirlo dentro de ella, y dicho y hecho Catia lo metió dentro de ella, empecé a apretarlo con mis labios en una prisión deliciosa y comencé a saborear aquel coctel de sabores en mi boca que mezclada con mi saliva tenia un gusto muy especial, Catia me agarro la cabeza y empezó a subirla y bajarla a todo lo largo que era, para que lo limpiara a fondo mientras mi lengua se enroscaba en el sentía que por momento se iba endureciendo mas y mas, y eso me gustaba, casi llegaba a mi garganta me llenaba por completo la boca, cuando la saco fuera tosí un poco pero vi que estaba reluciente y como la saliva aun resbalaba por el haciéndolo mas brillante y apetecible aun si pudiese.

Catia me levanto y me dio la vuelta apoyándome contra la pared sus manos se agarraron a mis pechos, cogiendolos y apretándolos yo proferí un gemido al notar sus dedos como se agarraban a mis pezones acariciándolos, al momento bajo mi pantalón, y empezó a restregar su miembro contra mi, lubricándolo con los flujos que aun manaban de el por la corrida, habiéndolo mojado lo suficiente entro con mucha facilidad y empezó a moverse dentro y afuera aumentando su ritmo mientras su cola se introducía en mi trasero haciendo lo mismo eso me encanto estar llena por completa no sabia que hacer solo aguantar aquel maravilloso miembro dentro de mi y sus acometidas que cada vez iban en mas y mas aumento mientras sus manos jugaban, sopesaban, y masajeaban mis pechos, su boca se aplico a mi cuello mordiéndome fue una sensación de placer increíble a pesar del dolor me encanto volver a sentir como sus colmillos se clavaban su furia poseyéndome fue maravillosa estaba a su completa merced no sabia que hacer solo me deje llevar gimiendo mientras ella me penetraba con mas y mas fuerza yo sentía como se movía dentro de mi, llenándome, llegando incluso a la entrada mas profunda de mi estuvimos así un buen rato, hasta que sentí que las arremetidas eran mucho mas fuertes que las anteriores, también sentí como sus colmillos se aferraban mas aun y pude notar como en un empujón entro por entera, su caliente esperma en mi interior llenaba cada rincón de mi interior y como se movía, los espasmos de su miembro y los de mi vagina apretándola, fue indescriptible, permanecimos un momento así hasta que su boca dejo de apretar mi cuello y la saco, la leche brotaba afuera, y Catia tuvo que apoyarse contra la pared estaba jadeando y cansada lo mismo que yo y sobre todo maravillada de tenerla de vuelta.

Cuando hubimos descansado un poco nos dirigimos a las duchas para poder asearnos un poco dejamos que Elvira descansara un poco mas, me sentí en la gloria entre lo que habíamos hecho y el calor del agua fue una delicia, cuando me hube secado, maldije no tener un cepillo para le pelo, y lo único que pude encontrar fue un chándal que ponerme en mi taquilla no tenia otra cosa, me dirigí al auditorio para descansar un poco, pude contemplar como todas las chicas estaban tumbadas descansando, y como Rubí estaba en uno de los colchones mirándome y esperándome que me acostase junto a ella, al momento de haberme tumbado vi a Catia como cruzaba el pasillo y saltaba por una ventana para ir al local, pensé que estaría de los nervios lo mas seguro.

Creí que lo mejor era no seguirla, lo mas probable seria un inconveniente para ella, así que decidí ponerme a dormir lo necesitaba; Rubí se abrazo a mi para darme calor, y empezó a cantar esa cancioncilla nuevamente que me dejo dormida por completo, cuando llego la mañana creí que Verónica tendría que volver a alimentarla pero no sentí su erección, me volví algo sorprendida y la vi como estaba durmiendo pero esta vez tenia una especie de aura apagada de color rojizo rodeándola, la zarandee suavemente para despertarla pero aun así no reaccionaba...


FIN DEL CAPITULO 2



P.D: Espero que os guste muchas gracias a todos nueva mente y un beso :)
 
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