LA BUSQUEDA CAP 1
El regreso en avión fue de lo mas normal pero cada vez que miraba por la ventana no solo veía las nubes si no también me acordaba de la pobre Noriko de lo que hizo por mi, confiaba en mi, y no podía defraudarla intentaba darle vueltas a la cabeza el por que se había quedado Verónica en aquel lugar y que estaría buscando, y de la pobre Aya que a pesar de todo no era tan malvada como parecía, solo fue una victima de todo aquello.
Pero bueno al fin volvía a estar entera completamente y ahora estaba mas convencida que nunca de combatir los planes de La Gran Madre, solo quería volver y ver de nuevo a Rubí y ver como se encontraba y las noticias de mi padre si se había recuperado.
Al llegar al aeropuerto pude ver en la puerta a algunas de las chicas que me estaban esperando, con la vista miraban a ver si podían encontrar a Verónica o a Noriko por alguna parte, al verme corrieron para saludarme.
-- No veo a Verónica contigo… ¿Le ha pasado algo? … -- pregunto una de las chicas extrañada.
-- ¿Y Noriko esta bien? …-- pregunto otra de ellas.
-- Verónica ha decidido quedarse por un tiempo en el templo cuando llegamos todos los habitantes estaban muertos…y la pobre de Noriko…ha muerto defendiéndome…-- respondí ocultando los detalles de la transformación de Verónica y de lo que había sucedido.
Aquella noticia resulto ser un jarro de agua helada para las chicas sus rostros cambiaron de golpe entristeciéndose por la noticia al parecer quería mucho a Noriko.
Cogimos un taxi y nos dejo cerca del local aunque no lo entendía muy bien el por que, entramos en los restos del ennegrecido edificio, por lo visto la entrada a la arena estaba intacta, bajamos por una escalera iluminada por algunas lámparas al llegar abajo pude ver que la parte de abajo estaba como transformada en un improvisado piso subterráneo, en cuanto entre varias de las chicas salieron corriendo a abrazarme y darme la bienvenida, al fondo podía ver a Catia esta vez vestía unos pantalones vaqueros cortos de color azul apagado en sus piernas lucia unas medias de rejilla y en su torso un top con mangas de color rosado en su cuello una cinta de color negro y en sus pies unos botines de color rosado. Se quedo por un instante mirándome, como las chicas me abrazaban y me daban la bienvenida.
Una de ellas me llevo a las habitaciones que habían improvisado, era una sitio no muy grande con una cama al fondo, un armario en una de las paredes no tenia ventanas salvo un conducto de ventilación y toda la luz era proveniente de una lámpara en el techo, se sentaron ami alrededor para saber lo que había pasado, la noticia de la muerte de Noriko fue un duro trago para todas ellas.
En un momento Catia entro por la puerta la mayoría de ellas se retiraron para seguir reconstruyendo aquel sitio, cerró la puerta y al momento se sentó a mi lado.
-- ¿Qué tal te encuentras…?…-- pregunto Catia mirando me a los ojos sabia que algo me pasaba.
-- Me siento mal…por dentro no sabría como explicártelo, es como un vacío…que me esta devorando…y además me siento culpable por la pobre Noriko…no esperaba que hiciera eso…no debía haber hecho eso…-- respondí mientras me levantaba de la cama y paseaba de un sitio a otro.
-- ¿Crees que hizo mal al hacerlo…?…-- pregunto Catia, haciendo de psicóloga, pero me venia muy bien sacar los sentimientos que tenia guardados.
-- No lo se…se que tengo estos poderes…pero si solo fue por eso…no mereció la pena que lo hiciera ella era mas valiosa que yo y sobre todo para Verónica, la pobre esta hecha polvo al menos sabe que ella descansa en paz y esta feliz…-- respondí yo con tono triste y bajando la cabeza.
-- Escúchame…ella no se sacrifico por tus poderes…si no por ti por que cree en ti y todas las chicas de aquí lo hacen incluso yo y lo sabes…tu madre mas que nadie…así que no debes entristecerte…además estoy segura de que Verónica aparecerá pronto solo debe de poner en orden sus pensamientos, no seas tan dura contigo… se que tu también te sacrificarías por nosotras si fuese necesario…ya me lo contó Verónica lo que hiciste por mis amigas…y te lo agradezco…-- respondió Catia intentando consolarme pero en verdad lo hizo, al momento se levanto y me abrazo sentí toda la fuerza que tenia dentro de ella invadiéndome.
-- Sabes te tengo una sorpresa…que estoy convencida que te gustara mucho…-- dijo Catia mientras salía de la habitación cerrando tras de ella.
Al instante entro una jovencita, un poco alta en sus pies llevaba unos zapatos de tacón bajo de color rojo, sus piernas estaban contorneadas y preciosas portaba unos leggins de color negro que casi podía decirse que eran de cuero, en su torso una blusa de color blanco dejando un escote muy apetecible aparte de que el hecho se podía notar unos pechos redondeados y con la forma perfecta, me parecía creer que era Alexa pero en aquel momento todo me lo dijo cuando vi una cola moverse detrás de sus piernas, no podía ser estaba despierta; toda aquella hibernación había sido una fase de su cuerpo para poder acomodarse a su crecimiento su cara era preciosa tenia una combinación de jovencita y niña pequeña que era deliciosa y seguía teniendo el pelo de color verde al parecer le habían hecho dos coletas, y en su frente aquellos cuernecillos ya estaban algo crecidos, sus labios eran de un color rojo fuerte y aquellos maravillosos ojos que no había visto en tiempo que tanto me encantaban, incluso sus pequeñas alas ya eran mas grandes.
-- Mamiiiiiiii…-- dijo Rubí lanzándose a mis brazos, sus labios se acoplaron a los míos y su lengua se deslizo por dentro de mi boca empezando a jugar ávidamente con ella saboreándome por completa, no se ni cuanto duro aquel beso solo que no quería que acabase al terminar separo sus labios muy tiernamente, quedándose abrazada por un momento a mi.
-- Rubí…estas impresionante…creía que te había pasado algo…estaba muy preocupada por ti…-- dije con lagrimas en mis ojos pero con alegría en mi rostro y corazón.
-- Rubí estar bien…solo ser hibernación de crecimiento…Rubí echar mucho de menos a mami y a hermanita, ella estar muy alegre de volver a tenerte…-- dijo Rubí explicándome lo que había sucedido.
-- ¿Puedes escuchar a la hermanita…?… -- pregunte algo desconcertada.
Rubí se agacho un poco acercando el oído a mi vientre y sonriendo con su inocencia característica.
-- Rubí escuchar a hermanita…y estar muy feliz…-- dijo Rubí mientras me volvía a abrazar.
Parecía que hubiera sido un siglo en que no me hubiera visto ni yo a ella, al fin estaba conmigo de nuevo.
Estaba feliz pero cansadísima el viaje había sido largo, viendo la cama decidí desnudarme salvo la ropa interior y descansar, Rubí como de costumbre se acostó a mi lado abrazándome, me fascinaba volver a sentir aquel calor llenándome por completo, me quede dormida acariciando su pelo mientras ella me cubría tiernamente con sus alas.
Justamente a media noche me desperté, mi estomago gruñía y tenia algo de hambre, con cuidado salí de la habitación y me dispuse a investigar por suerte no tuve que ir muy lejos vi un cartel que ponía comedor y era lo mejor baza que tenia para saciar algo el gusanillo, el lugar era bastante grande tenia como una mesa de auto-servicio con bandejas al fondo una puerta daría a la cocina y en el centro una gran mesa con varias sillas a los costados no tenia ninguna ventana, pero las luces estaban encendidas varias de las chicas estaban comiendo al parecer no fui la única que tenia hambre, en cuanto me vieron me invitaron a acompañarlas una de ellas se levanto para acercarme una de las bandejas, llevaba un picardías de color rosa apagado pero transparente abierto por delante y un tanga de color blanco, sin embargo no llevaba ningún sujetador y sus pechos eran mas bien grandes y se movían mientras andaba aparte cuando mire a sus caderas por mi mente se pasaron muchísimas cosas al poder contemplar aquella cola negra moviéndose al ritmo, aunque mi imaginación fue detenida por una pregunta de las chicas.
-- ¿Qué tal te encuentras? …¿Ya no sientes dolor? …-- pregunto una, al parecer mi estado les preocupaba bastante.
-- Desde que Verónica pudo neutralizar el bloqueo, me siento genial incluso mejor…-- respondí explicándolo, pero se podía ver en su rostros a pesar de su alegría estaban preocupadas por Akemi.
-- ¿Piensas tener a la cría? …-- pregunto otra.
-- Si, deseo tenerla al principio dudaba bastante pero ya estoy convencida, aunque debería de ir a una ginecologa…y no creo que pudiese ya que no podemos usar la magia de Verónica ni conozco ninguna…-- respondí en que eso me era necesario y no sabia lo que fuera a pasar tampoco ni como seria.
-- No deberías de preocuparte por eso…tengo una amiga en un hospital en el que trabajo y podría ayudarnos…estoy segura que podrá verte…-- respondió una de ellas mientras saboreaba algo de atún.
-- Muchas gracias me vendría genial…al fin algo que se soluciona pero, pero como hacemos para que parezca distinta…-- dije yo intentando pensar la forma de camuflarme.
-- Eso es fácil, te maquillaremos y te teñiremos el pelo, seguro que serás distinta…-- dijo otra proponiendo una solución.
-- Muchas gracias a todas de verdad sois increíbles…-- dije yo con alegría, solo podía pensar que eran maravillosas siempre ayudándose entre ellas.
Axial nos pasamos un rato hablando entre nosotras bromeando y demás hasta que la puerta se abrió y apareció Catia bostezando, llevaba unas braguitas bastante ajustadas que redondeaba su trasero de color rojo con encajes en la parte de arriba y al parecer aquí casi ninguna dormía con sujetador, sus pechos eran magníficos aparte tenia los pezones duros debido al cambio de temperatura, en mi imaginación solo podía mas que relamerme de gusto.
-- Se puede saber que hacéis levantadas, mañana tenemos trabajo, venga volved a las camas…-- ordeno Catia, y me pareció bien en ausencia de Akemi alguien debía de llevar el orden y tenían mucho por hacer.
-- Perdón…es mejor que recojamos todo esto…hasta mañana Amanda…-- dijeron las chicas mientras recogían sus cosas.
-- Amanda es mejor que descanses mañana tendremos un duro entrenamiento…recupera fuerzas…-- me aconsejo Catia y pensé que seria lo mejor al parecer me tenia preparada toda una sesión de entrenamiento, aparte tenia que llamar por teléfono al hospital para ver como se encontraba mi padre.
En cuanto recogí aquello, me fui para mi habitación y observe que aun estaba dormida Rubí, decidí meterme en la cama intentando no despertarla, al hacerlo note su calor que me arropaba amorosamente y me quede dormida.
A la mañana note algo extraño sentía como mas calor del normal, levante las sabanas y me encontré a Rubí en mi entre pierna lamiendo, al parecer la había sorprendido.
-- Mami…Rubí tener hambre…-- dijo Rubí sonriéndome, ese fue el mejor despertar volver a sentirla conmigo y me encantaba.
Solo pude mas que atraerla la cabeza hacia mi sexo que ya estaba húmedo su lengua se introdujo dentro de mi, recorriendo todo mi interior entraba y salía rítmicamente pero con mucha suavidad yo no paraba de manar flujo mientras gemía de placer, ella lo saboreaba con su lengua incluso llegaba a mojar las sabanas, note que casi rozaba la entrada de mi útero, y empecé a gemir de manera viva intentando apagarlos por si despertaba a alguien fue maravilloso volver a sentir aquella lengua deslizarse, entrar y salir de mi vagina deseosa de tenerla, pasado un momento que estaba casi a punto de llegar al clímax Rubí se detuvo en seco y dándose la vuelta me coloco su pene que esta vez era mas grande y grueso no pensaba incluso que pudiera caberme en la boca, me coloco el glande en mis labios esperando mi lengua, mientras me miraba con su carita ruborizada y sus ojos casi llorosos al parecer había estado esperando aquello por tiempo y no pensaba defraudarla, le di un beso al glande, muy suave y fui abriendo la boca poco a poco notando como iba introduciéndose dentro de mi, notaba su sabor salado y a la vez dulzón mientras se deslizaba mi lengua empezó a juguetear recorriéndolo y enroscándose mientras lo llenaba de saliva, mis manos se aferraron a el como si mi vida dependiera de ello y empezaron a moverlo al ritmo que entraba y salía al compás de su pelvis, podía notar que me llegaba a la garganta de lo que había crecido, note como mis mandíbulas me dolían por lo gordo pero no me importaba solo quería sentirla que disfrutara como nunca, mientras ella volvía a empezar a lamerme yo seguía chupando, estábamos en perfecta compenetración, su lengua no paraba de moverse de chupar de entrar y de salir mi flujo manaba con mas fuerza manchándome los muslos y la cama sus gemidos se mezclaban con los míos, aquello acelero mas los movimientos de su pelvis quería corredse y yo también que ambas saboreáramos nuestros néctares, yo seguía chupando y moviéndola con las manos, hasta que al final sentí como un espasmo los dedos de los pies se me encogieron, y cerré los muslos para apresarla entre ellos pero sabia que no haría falta que Rubí me saborearía con apetito, mientras note que su pene se introdujo de golpe en mi boca con una fuerza inusitada descargando todo su semen en mi garganta directamente yo no pude mas que tragar saboreando lo espesa y caliente que estaba como si fuera el mas delicioso desayuno tanto para mi como para Rubí, su boca se apoyo en mi sexo y no dejaba escapar ni una gota incluso mientras me corría note como su lengua seguía dentro de mi notando mis espasmos, el semen ya me desbordaba incluso se salía por las comisuras de los labios era demasiado, pero a pesar de todo quería mas y mas mis ojos se pusieron llorosos por el placer, pasado un momento saco aquel magnifico miembro chorreando de saliva y mezclado con su esperma, aun goteando mi cara era de placer y cansancio pero no sabia que no fuera a darme descanso, aunque viendo que aun lo tenia erguido y desafiante me lo imaginaba.
Aun yo cansada Rubí se levanto y me cogio de espaldas a ella por los muslos dejándome abierta de piernas yo gire la cabeza para mirarle a sus ojitos tiernos y la bese en los labios, al parecer estaba esperando como mi permiso para continuar, apoye la cabeza de su miembro en la entrada de mi trasero esperando su empujo pero fue al revés la introdujo lentamente, venciendo la resistencia estaba deleitándose con aquel momento no quería desperdiciar ni un solo momento del placer que iba sintiendo, al principio me dolió un poco pero poco a poco fue desapareciendo, sustituyéndolo por el placer que siempre me daba mi pequeña Rubí, la mire a los ojos y pude ver su cara de placer era una sinfonía para mi, esta vez pensé que me moría parecía no acabar de introducirse dentro de mi, al final llego hasta la base, casi podía sentirla golpear mi estomago, sin embargo note algo mejor sus pechos contra mi espalda como sus pezones me la rozaban, estaban duros era una sensación maravillosa, al momento empezó a moverse al principio lentamente pero una vez hubo llevado un rato mi trasero comenzó a mojarse solo mezclado por la saliva y el esperma que aun tenia consigo, el movimiento y era rítmico entraba y salía dentro de mi con total libertad era maravilloso sentirla otra vez conmigo, yo estaba en el cielo pero no me esperaba lo siguiente que iba a ocurrir, aunque la verdad me encanto, mientras Rubí seguía moviéndose y mi mente ya estaba en la gloria escuche como la puerta se abría, y entro Catia tenia un espectáculo increíble delante de ella, estaba abierta de piernas, preparada para que ella me embistiera, esto iba a ser un sueño, no pude mas que abrazarme al cuello de Rubí y relamerme invitándola a nuestra fiesta.
No tardo ni mucho en unirse además no necesitaba casi ni desvestirse, se acerco a nosotras sin decir palabra mientras Rubí seguía moviéndose a su ritmo Catia empezó a lamerme mi vagina húmeda y caliente con su lenga áspera, necesitaba sentir eso de nuevo como se movía por toda ella saboreándome incluso llego a morderme suavemente el clítoris eso hizo que diera un grito de placer parecía no estar en este mundo, su lengua era un sueño áspera y sedosa a la vez, mi flujo empezaba a gotear por su boca cayendo al suelo dejando algunos pequeños charcos, cuando lo creyó oportuno se levanto, y se saco aquel pene maravilloso, restregó el glande contra mi sexo ansioso de tenerlas a las dos dentro de mi yo ya no podía resistir mas apoyo el glande rojo y vivo en la entrada y empezó a entrar lentamente, a cada centímetro yo gemía mas y mas no sabia si había caído en el cielo o en el infierno cuando al fin la sentí entera dentro de mi note como mi sexo lo aprisionaba aun mas fuerte, Catia empezó a moverse rítmicamente al compás de Rubí aquello era maravilloso, no paraba de manar flujo que se mezclaba Catia empezó a gemir, aquellos penes entraban y salían de mi a un ritmo demencial era maravilloso, sentirse llena nuestros pechos se bamboleaban al ritmo, los pezones de Catia rozaban con los míos poniéndose aun mas duros, sentía el pecho de Rubí contra mi espalda moverse y su aliento, volví la cabeza por un instante y la bese, apagando nuestros gemidos, brevemente nuestra saliva se mezclo con el sabor d e su esperma en nuestras bocas era esplendido, al momento volví a girarla y bese los labios de Catia fundiéndonos en un beso maravilloso, no se ni siquiera el tiempo que pasaría, pero note como sus penes se endurecían de golpe, sabia que estábamos cerca del orgasmo, y necesitaba sentir una cosa mas, aquella maravillosa bola de carne creció dentro de mi, apretándome por dentro, parecía querer partirme en dos, mis ojos casi se pusieron en blanco las lagrimas las abordaban mis mejillas, incluso era mas grande que antes Rubí tenso su cuerpo descargando dentro de mi todo su placer una riada de leche me recorrió por dentro inundándome, caliente espesa, Catia a su vez hizo lo mismo al notar aquella bola, sentí su leche recorrerme dentro de mi, mientras yo me corría entre espasmos casi llegue a desmayarme aunque no fue así, lo curioso que el miembro de Catia quedo aprisionado haciendo que se corriera aun mas, cosa que me encanto las tres gemimos fuertemente ya no nos importaba si nos escucharan aquello fue una explosión de placer sin control, mis paredes vaginales daban espasmos aprisionando el pene de Catia mientras aquella bola de carne me hacia gemir mas y mas de placer su vibración era muy rápida; mientras Rubí daba empujoncitos para llenarme todo lo que podía, debido al esfuerzo caímos al suelo, Catia no podía sacarla de mi interior, y nos quedamos durante diez minutos, hasta que al fin aquella maravilla de Rubí se aflojo un poco y pudo salir, yo notaba la leche salir dentro de mi a pequeños chorros incluso tenia un poco el abdomen mas abultado y mi trasero estaba mas dilatado incluso podría asegurar que si me hubieran metido un puño hubiera entrado con total facilidad, estando allí cogi ambos penes y los fui lamiendo sin prisa alguna saboreando los restos de cada una mezclándolos con mi saliva, hasta dejarlos limpios, había sido algo maravilloso.
Pasado un momento Catia se levanto algo agotada tambaleándose se dirigió al armario y lo abrió allí habían varias prendas de entrenamiento.
-- Ufff...…ha sido maravilloso…estoy hecha polvo…pero no tenemos otra mas que ponernos a entrenar, en el armario tienes algunas… ropas de entrenamiento aparte querrás ducharte…date prisa…te espero en la arena…-- dijo Catia mientras salía de la habitación dando algunos tumbos y apoyándose contra la pared.
Yo mire a Rubí su carita estaba ruborizada tenia los colores subidos completamente y una cara de felicidad, que no podía describir pero tenia razón Catia tenia que ir a entrenarme.
-- Bueno Rubí espero que estés por hoy saciada…para mi ha sido algo maravilloso…pero ahora debemos ducharnos…-- dije dándole las gracias a lo que había hecho Verónica no solo por esto si no por mucho mas, la recupere a ella y a la pequeña.
-- Rubí querer ducharse con Mami…Rubí estar saciada y contenta -- dijo Rubí sonriéndome, mientras me abrazaba al parecer adopto esa costumbre.
Diciendo esto me levante y me dirigí al armario la verdad que había poco donde elegir, aparte de unos leggins de color crema y un pequeño kimono para estar cómoda, pero bueno no se podía pedir mas.
Cogi la ropa y me fui a las duchas, al llegar me quede en blanco todas las chicas estaban allí, era un sitio bastante grande tenia un improvisado vestidor para deshacerse de la ropa y por dentro había una habitación separada por un muro de piedra delante arriba estaban las duchas, al entrar la mayoría se me quedaron mirando, incluso vi mover alguna de sus orejitas, incluso Rubí se dio cuenta lo que hizo que me abrazara marcando como si fuera de su propiedad; incluso alguna de ellas se relamía, abrí el grifo y cerré los ojos sentí el agua caliente de nuevo limpiarme por entera incluso pude notar como si el alma se despejara, era maravilloso sentirla recorrerme el cuerpo, no tarde ni cinco segundos en abrirlos, aquel sitio estaba desierto, de algunos grifos aun goteaban agua, las luces parpadeaban de vez en cuando, incluso la oscuridad parecía haber tomado vida propia, sentí un escalofrío recorrerme la espalda.
Las orejas y las dos colas se manifestaron sabia que aquello no era real, era otra premonición comencé a caminar entre las duchas mirando si pudiera encontrar alguna de las chicas pero no había nadie, salí al pasillo esperando encontrar a alguien.
-- Chicas… ¿Dónde estáis…? …-- pregunte sin obtener respuesta, el silencio se apodero del lugar.
Al momento las luces de la ducha se apagaron y desde atrás una oscuridad empezó a recorrer el pasillo apagando cada lámpara, el miedo se apodero de mí y comencé a correr intentando salir de aquel lugar pero por más que lo hiciera parecía que no avanzaba del sitio.
-- ERES MIA!!! …-- grito una voz desde esa oscuridad pude ver unos ojos de color rojo como el fuego acercándose mas y mas.
-- ALEJATE DE MI, VETE, DESAPARECE…-- grite desesperada viendo que se acercaba mas y mas, al momento sentí como aquella oscuridad me cogia del brazo, caí al suelo y empezaba a arrastrarme dentro de ella, intente liberarme forcejeando pero no había forma, al instante resbale y caí al suelo aquella cosa seguía arrastrándome dentro de ella.
Enseguida vi una imagen de mujer no muy delgada, alta con unas alas de murciélago y cuernos pensé que era La Gran Madre que había venido a ver como era devorada pero no podía verla con claridad estaba como envuelta en oscuridad pero era muy distinta a la que me estaba engullendo, acerco su mano, para ayudarme aunque no tenia mucho donde elegir.
-- Coge mi mano, si quieres sobrevivir no tengas miedo tu me conoces muy bien…-- dijo aquella mujer, no me quedaba otra alternativa, en cuanto la cogi sentí su piel calida; abrí los ojos y me encontraba en las duchas con las chicas mientras se cambiaban y demás.
Rubí se me quedo mirando extrañada yo me mire el brazo, tenia la señal de una garra, al parecer no fue tan sueño como parecía ser, estaba temblando aun sintiendo el agua caliente recorrerme, decidí olvidarme de momento mientras le lavaba el pelo a Rubí, mientras ella jugaba con las burbujas de jabón, pasamos así un buen rato disfrutando de aquello, cuando salimos me puse las ropas de entrenamiento y me cepille el pelo ami y a Rubí le puse la coleta suya de costumbre, Rubí de momento se puso la misma ropa, aunque ya le iba siendo necesaria mas y la que compre estaba aun en mi casa y estaba convencida que seria mejor no ir.
Fui al comedor esta vez había un gran revuelo las muchachas copian las bandejas para desayunar al menos parecían que las provisiones no escaseaban, me senté en una de las mesas aquel desayuno fue uno de los mejores bromeando y charlando casi nunca tuve desayunos tan amenos, al terminar me dirigí a la arena de entrenamiento Rubí subió a la parte de arriba para observarme, dentro de ella estaba Catia con la misma ropa que yo y dos espadas de bambú por un momento me pareció ver a Akemi allí dentro, la echaba demasiado de menos.
-- Muy bien…prepárate intentaremos ponerte en forma lo mas rápido posible…-- dijo Catia mientras me lanzaba una de las espadas de bambú.
-- Una cosa Catia…después de esto tengo que llamar al hospital para ver como sigue mi padre…-- dije preocupada por su estado.
-- Eso es mas difícil no tenemos teléfono ninguno… tendremos que ir a la calle a una cabina y es mejor que no tardes en llamar, lo mas seguro que le estén vigilando…-- dijo Catia previendo lo que pudiera pasar y era cierto.
-- Bueno será mejor que empecemos…-- dije yo mientras cogia una de las espadas de bambú.
Catia se lanzo de golpe atacándome a toda velocidad mi visión esta vez era mas precisa, casi podía divinar sus movimientos pero me seguía costando un poco varios de sus ataques se los pude detener, pero terminaba cayendo al suelo, al verme me daba la mano para levantarme avisándome que el enemigo nunca haría eso que incluso desde el suelo se podía ganar una pelea, así continuamos por mas de tres horas esta vez acabe con menos moratones.
-- Vaya parece que estas mejorando, eso esta bien…pero aun te falta mucho concéntrate en la sangre de Nekomata que tienes en tu interior…y nunca pierdas de vista a tu adversario, mira siempre a tu alrededor a veces es la mejor estrategia…y recuerda que el enemigo nunca te dará tregua…-- dijo Catia aconsejándome lo mejor que podía.
Así seguimos por un buen rato, yo empezaba a cogerle el truco a los ataques y los movimientos mi vista se acostumbraba a esa velocidad.
-- Bueno ahora toca otra cosa mas…como sabrás bien no siempre tendrás luz para poder ver a tu adversario…así que esta vez concéntrate en tu sangre y lucharemos a oscuras…-- dijo Catia previendo otra situación, yo sabia que eso era mucho mas difícil pero tenia que conseguirlo.
Diciendo esto Catia hizo un gesto para que apagaran las luces yo cerré los ojos intentando concentrarme en mi interior pero al abrirlos, note una presencia sabia que no era, Rubí ni Catia quien estaba ami lado, era fría casi llegaba a helarme la sangre se podía notar su maldad a mi alrededor, al fin pude ver sus ojos aquellos ojos rojos que fuesen lagos de sangre, casi me veía ahogar en ellos, empezaba a faltarme el aire.
-- AHHHHHHHHHH…-- grite desesperada, esperando que alguien encendiera la luz.
Catia al escucharme gritar encendió las luces rápidamente, sabia que no había sido ella ni siquiera había empezado a moverse.
-- ¿Qué te ocurre…?…-- pregunto Catia alterada, no sabia lo que había ocurrido.
En cuanto se acerco a mi me pudo ver aterrada en un rincón, con Rubí delante mía intentando defenderme de lo que pudiera pasarme.
-- ¿Estas bien…?… ¿Qué te pasa? …-- pregunto Catia sobresaltada al verme; estaba pegada a una de las paredes con los ojos que casi se salían de las orbitas y con la cara desencajada por el miedo no pudo hacer otra cosa que zarandearme un poco intentando que recuperara el conocimiento.
-- Rubí sentir algo malvado…Rubí defender a Mami…-- dijo Rubí mientras estaba nerviosa mirando en todas direcciones.
-- La oscuridad se…la oscuridad…se abalanzo sobre mi…-- dije tartamudeando por el miedo que aun me recorría por el cuerpo.
-- ¿Pero que ha pasado…?…-- volvió a preguntarme Catia intentando que respondiera.
-- No lo se…en cuanto apagaste las luces note algo a mi alrededor, era completamente frío, se notaba la maldad, sus ojos eran rojos… como profundos lagos de sangre…me vi en ellos ahogarme y morir…-- respondí entrecortadamente, lo que me había pasado pero mi descuido fue peor, cuando por error mostré el brazo con la señal de la garra que tenia marcada.
-- ¿Amanda pero…que es eso? …-- pregunto Catia asustada al ver la marca que me había dejado.
-- Antes en las duchas tuve…una premonición rara…las duchas estaban vacías y me vi perseguida por eso…y al parecer me agarro…alguien no se quien fue me ofreció su mano era una mujer…tenia las mismas alas que Rubí y cuernos…pensé que era ella…-- respondí resumiendo mi premonición en los baños.
-- Rubí no ser…no poder hacer eso…-- dijo Rubí extrañada.
-- Tu conoces alguna amiga tuya…quiero decir algún miembro de otra bandada… -- dije intentando averiguar quien hubiera podido salvarme de esa oscuridad.
-- Rubí conocer a miembros de otras bandadas…pero no ver por ciudad…ni olerlas solo estar la de La Gran Madre…casi todas ser pacificas…-- dijo Rubí mientras intentaba recordar si había algunas mas en la ciudad.
-- ¿Por qué dices eso…?…-- pregunto Catia extrañada.
-- Por que esa mujer me dijo que la conocía muy bien…-- respondí yo mirándole a los ojos.
-- Esto es rarísimo pero es mejor que nunca estés sola…y menos cuando haya oscuridad…Rubí ocúpate de que nada le pase en cuanto ocurra algo me avisas a mi o alguna de las chicas…es mejor que te duches y vayamos a llamar al hospital a ver que tal esta tu padre y recuerda no podemos tardar mucho…-- ordeno Catia su expresión había cambiado, parecía que creía saber lo que era pero no estaba convencida aun.
-- Rubí proteger a Mami no dejar que pase nada… -- dijo Rubí mientras me cogia en brazos, era sorprendente la fuerza que tenia cuando se encontraba saciada, sentí el mismo calor, que cuando aquella mujer me cogio de la mano.
-- Bueno ya puedes bajarme no te preocupes cariño…estoy bien ahora es mejor que me de una ducha y encuentre algo de ropa, pregúntale a Catia si tiene algo…-- dije mientras me iba desnudando, pero como siempre Rubí se quedaba hasta que me desnude entera, ya parecía que si no me miraba ella no estaba a gusto, le hice gestos con la mano para que se diera algo de prisa, era encantador como me protegía.
Mientras Rubí salio corriendo en busca de alguna ropa yo volví a sentir el agua nuevamente, recorrer mi cuerpo por entero, era como si algo de seda se pasease por el, por un momento cerré nuevamente los ojos, pero al parecer esta vez no sucedió nada extraño, en cuanto termine vi a Rubí sentada al lado de mi ropa sonriendo y esperarme verme mientras me vestía.
Le sonreí un poco mientras cogia la ropa interior, era de color violeta y con un lacito en la parte delantera de color rojo y tenia algunos encajes era muy linda, al parecer Catia no quiso darme sujetador, me dio un top con tirantes estampado lleno de flores, era muy lindo y de paso una minifalda con vuelo de color blanco y en los pies unos botines negros que se abrochaban con cremallera lateral, mientras me vestía Rubí no perdía ojo de mi, mis manos fueron al abdomen y lo sentí algo mas abultado de lo normal aparte aquel símbolo ya era una llama completa de color rojo vivo, pero no era posible no había pasado el tiempo suficiente para eso, o esta raza se desarrolla mas rápido de lo normal era otra posibilidad, de todas formas esperaba ir a la ginecóloga pronto, me cepille el pelo y me lo recogí en una cola de caballo como la de Rubí.
Pero poco me iba a durar, al instante entraron las chicas corriendo, me agarraron de los brazos me metieron en una habitación de ellas que tenia un tocador y un espejo con bombillas, en la mesa había varios cosméticos y aparte de algunos tintes para el pelo.
-- Bueno chicas que opináis, le queda mejor… ¿El negro o el cobrizo? …-- pregunto una de las chicas sin ni siquiera darme tiempo a responder.
-- El negro!!! …-- respondieron las tres al unísono, tuve que decirle adiós a mi color de pelo pero al menos esperaba que eso sirviera de algo.
Mientras una me teñía el pelo, la otra me estaba pitando las uñas y la otra me maquillaba, cuando terminaron me mire al espejo y no parecía la misma, ni siquiera llegaba a reconocerme en el espejo.
-- Bueno Rubí… ¿Qué te parece…? …-- pregunto una de ellas mientras me daba la vuelta.
-- Mami estar muy guapa…-- dijo Rubí abriendo la boca mientras me miraba.
-- Bueno estas lista para salir…esperemos que nadie se fije…nosotras al menos podemos reconocerte por ese olor que tienes…-- dijo una de ellas mientras me guiñaba un ojo con complicidad.
-- Muchas gracias a todas de verdad…os agradezco mucho lo que estáis haciendo…-- dije agradeciéndole todo su esfuerzo.
-- No hace falta que nos lo agradezcas…todas nos ayudamos…-- dijo otra mientras se reían, era increíble que a pesar de todo lo que estuvieran pasando seguían teniendo buen humor y como se ayudaban siempre entre ellas.
Diciendo esto abandone la habitación con Rubí afuera me esperaba Catia, vestía un pantalón de color rojo que le llegaba al trasero dejando mostrar un tanga de color blanco llevaba un top con mangas de color negro estampado con estrellas de lentejuelas y encima una chaqueta vaquera ligera, en sus pies unos zapatos abiertos por los dedos de color negro, en cuanto me vio me lanzo otra chaqueta vaquera para que me la pusiera.
-- Es mejor que no tardemos…y a propósito estas preciosa…han hecho un esplendido trabajo, si te viera por la calle ni te reconocería…-- dijo Catia halagándome, mientras me observaba de arriba abajo.
-- Bueno es mejor salir y darse prisa vámonos…-- dije mientras subíamos las escaleras para la superficie, yo casi había perdido la noción del tiempo al estar allí.
Cuando llegamos arriba pude ver que estaba atardeciendo, había mucha gente por las calles, de un lado para otro el ambiente estaba algo cargado, y los coches de policía estaban patrullando al parecer había mas de lo habitual, buscándome estaba convencida, pasamos algunas calles hasta llegar a una cabina, Catia me presto unas monedas para llamar.
-- ¿Doctor…? …Soy Amanda me gustaría saber como se encuentra mi padre…-- pregunte intentando meterle prisa todo lo que podía, sabia que el tiempo era esencial.
-- Amanda que sorpresa…espera un momento…-- dijo el doctor estaba segura que estaba intentando ganar algo de tiempo estaba convencida que le tenían vigilado como me había dicho Catia.
-- Date prisa cuanto mas tiempo estamos aquí peor es…-- dijo Catia metiéndome prisa para salir de allí cuanto antes.
-- Lo se…pero que quieres que haga…-- dije algo malhumorada por la prisa que me daba.
-- Perdona Amanda… ¿Pero tu padre no esta contigo? …-- pregunto el doctor extrañado.
-- No… ¿Por qué…? …-- pregunte totalmente extrañada, por la afirmación del doctor.
-- Por que según los registros, tu madre ha venido a por el y se lo ha llevado, según ella prefería tenerlo en casa…-- respondió el doctor.
-- Pero como es posible…-- dije asustada y al a vez sorprendida, el mundo se me había caído al suelo, para que lo querría mi madre.
No tuve ni tiempo de terminar la frase Catia me arrebato el teléfono de la mano y colgó de golpe.
-- ¿Qué ha pasado? …-- pregunto Catia extrañada por la expresión de mi rostro.
-- A mi padre lo han secuestrado…-- respondí yo con el semblante pálido.
FIN DEL CAPITULO 1
P.
Bueno como dije aqui esta el primer capitulo de la 4ª temporada espero os guste