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Yo y mi Gatita (Fantasia)

Tienes razon Zikuti, sigue siendo muy bueno el relato...

Yarina, esperamos la siguiente parte
 
Muchas gracias a todos por seguir este relato un :besito: a todos.
 
wow mmmm sigue siendo igual o mas sensual , en verdad muy excitante la historia

ya me habia perdido la segunda parte

un abrazo
 
UN VIAJE INESPERADO CAP 3


-- Rubí despierta venga no seas dormilona…despierta…-- dije un poco asustada, pensaba que algo le pasaba pero no sabia que hacer.

Las chicas empezaron a despertarse poco a poco por el aumento de mi voz; se fueron acercando ami poco a poco para ver que pasaba.


-- ¿Ocurre algo? …¿Le sucede algo? …-- pregunto una de las chicas mientras la zarandeaba.

--No lo se…no despierta…algo le pasa estoy segura…-- dije yo mientras seguía moviéndola pero sin obtener ningún resultado así que decidí no hacer nada mas, solo pude mas que taparla con una de las mantas que encontré para darle calor.

En ese momento vi como por la puerta entraba Catia cabizbaja, por su expresión me temía lo peor. Varias chicas se le acercaron para recibir las malas noticias o en su caso algo diferente. Mientras Verónica se acercaba a mi lado para comprobar el alboroto que se había producido.

-- ¿La has encontrado? …-- pregunto uno de las chicas.

-- No había nadie en la arena…ha desaparecido…-- dijo Catia con la voz apagada.

-- No puede ser…es imposible…-- dije con tristeza en mi voz, no podía creer que fuera cierto, por una parte estaba aliviada por que no se había encontrado su cuerpo pero por otra esta completamente desolada, no sabia que hacer.

-- Lo mejor es que nos calmemos y pongamos nuestras prioridades…lo primero es arreglarnos un poco…algunas chicas que vayan a la cafetería a ver que pueden encontrar, haremos turnos en las duchas…Catia será mejor que vayas a la sala de ordenadores…si Akemi esta viva lo mas seguro es que se ponga en contacto con nosotras de alguna forma…y ya que por Rubí no se puede hacer nada es mejor dejarla descansar, lo mismo puede ser algo de su cuerpo o alguna cosa, es mejor que no te preocupes…-- dijo Verónica planeándolo todo y era lo mas sensato que podíamos hacer, pero podía verse la preocupación en su cara y mas allá de la desaparición de Akemi.

Mientras las chicas se disponían a arreglar aquello y demás; Catia se iba a la sala de ordenadores, yo me quede mirando un instante a Verónica mientras me sonreía y seguidamente le daba un beso en la frente a Rubí y otro a mi.

-- Pasa algo con Akemi… ¿Verdad? …-- pregunte yo mientras le observaba el rostro de preocupación.

-- Espero que no ocurra lo peor…sabes que Akemi es una Nekomusume, y tenia controlado su voraz apetito durante años lo ha hecho, pero lo que temo es que se vuelva a convertir en eso… y vuelva a devorar a gente…-- dijo Elvira mientras me miraba a los ojos.

-- No pasara estoy segura…--
dije convenciéndome y esperando que así fuera, manteniendo la esperanza.

-- Esperemos que no pero ahora es momento de ponernos en marcha tengo que hacer algunas llamadas y organizar algunas cosas mas…tu es mejor que vayas a ducharte luego entrare yo…--
dijo Elvira sonriéndome, y cambiando de tema.
En cuanto dijo lo de las llamadas me vino a la mente lo del cristalero, eso si que iba a ser un problema por segunda vez que no estuviera en casa y no podía hacer nada ni ir siquiera, pensé que seria mejor olvidarlo.
Así que me dirigí a las duchas al entrar allí fue todo un espectáculo ver las chicas desnudas que se paseaban por las duchas moviendo graciosamente sus colas, sus cuerpos estaban brillando por el agua mientras resbalaba por ellos, me mente empezó a imaginar varias escenas que ya me hubiera gustado que pasaran, incluso pude observar a mas de una olfatear el aire mientras pasaba cerca de ellas, peor por lo visto de momento no querían acercarse o eso o estaban esperando que yo hiciera algo, aunque no tenia pensamientos para eso así que me duche tranquilamente cerrando los ojos y dejando que todo aquello pasase por mi mente como el agua de un río, al mirarme el cuerpo bajo la ducha, esperaba solo que aquella criatura estuviera bien y que aquellos símbolos extraños que tenia por mi cuerpo aguantasen lo suficiente, de momento no tenia ningún dolor y aquella canción de Rubí había funcionado.
En cuanto me seque me dirigí a la cafetería para poder tomar algo si aun quedaba, escuche el alboroto de siempre por un momento pensé que me encontraba en el instituto pero al entrar vi que no era así las chicas estaban sentadas en las bancas desayunando, una de ellas se levanto y me invito a acompañarlas, el desayuno fue de lo mas animado conversando, riendo contando anécdotas, fue el mejor que había tenido, mi agradable escena fue rota por un relámpago, al parecer el tiempo había cambiado nuevamente para peor al parecer.

Después de haber desayunado me dirigí nuevamente a donde estaba Rubí por si se producía algún cambio pero al parecer ninguno por lo que pude ver, me senté a su lado y recosté mi cabeza en su pecho pidiendo a lo que fuera que existiese que se recuperara lo antes posible, cerré los ojos por un instante al abrirlo me fije en las espadas que estaban apoyadas en la pared y decidí entrenar un poco en el gimnasio que había espacio suficiente y no podría hacer daño a nadie.

En cuanto llegue a el empecé a moverme como me había explicado mi madre pero aquellas espadas no se el motivo pero me parecían mas pesadas que de costumbre, aunque no estaba acostumbrada tanto a su peso como para poder moverlas con ligereza.

-- Así que has decidido entrenar por tu cuenta…yo tendría cuidado de que no te cortes…-- dijo Catia estaba vestida con un chándal de color rojo lo mas seguro que hubiera encontrado en alguna taquilla, le quedaba algo ajustado contorneando su figura.

-- Esperaba poder practicar algo…levo tiempo sin hacerlo y no me gustaría ser una carga…todas aquí me han ayudado han dado incluso su vida por mi no puedo permitir que suceda mas…-- dije pensando que ya había llegado la hora aunque sabia que esto no podría hacerlo de la noche a la mañana.

-- Espera un poco, pásame una de ellas por lo menos podré enseñarte algo; sabes Akemi me enseño su uso hace ya bastante tiempo…-- dijo Catia mientras cogía una de las espadas y se colocaba en posición de defensa, en ese momento la luz de un relámpago se dejo ver, reflejando el rostro de Catia sobre la espada su expresión había cambiado literalmente era espeluznante.

Catia se lanzo a por mi sus golpes eran sucesivos sin dejarme tiempo a casi reaccionar, ya que encima casi apenas podía verla, intente defenderme cuanto podía pero sus ataques se sucedían una y otra vez tirándome al suelo, estaba convencida de que si hubiera sido un duelo de verdad en ese momento estaría muerta, en uno de sus ataques me tumbo al suelo y me puso la espada en la garganta casi me la rozaba su expresión era casi diabólica incrementada por los relámpagos y los truenos que se escuchaban afuera, me quede petrificada mirándole a los ojos, que en ese momento eran como los de un autentico gato.

Estaba segura que si hubiera querido en ese instante me hubiera matado, su expresión era para eso, el sudor resbalaba por mi cara goteando al suelo, otro relámpago me despertó de ese estado y observe como Catia me alargaba la mano para que me levantara y prosiguiera con el entrenamiento.

-- Debes de mejorar tu juego de pies…y tu defensa…gastas demasiada energía en el movimiento…-- dijo Catia aconsejándome, la mejor postura y la mejor forma de movimiento.

-- Gracias…no solo por esto si no por todo lo que has hecho por mí…-- dije agradeciéndole todo, era lo menos que podía hacer.

-- No seas tonta, no he hecho nada si no te hubiera despertado, no habría pasado nada de esto, estarías tan tranquila con tus asuntos…-- dijo Catia auto culpándose, en sus ojos empezaba a aparecer las lagrimas, en ese momento se dio la vuelta y de un movimiento seco lanzo la espada al suelo clavándola.

-- No te preocupes, no creo que me hubiera podido mantener al margen por mas tiempo pero en su lugar has hecho algo maravilloso…me has mostrado a mi verdadera madre he encontrado entre vosotras una verdadera familia…y por eso yo te debería dar las gracias…-- dije mientras me acercaba a ella abrazándola, en ese momento cayo al suelo de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente, yo no se como pero sentía su dolor en mi corazón, intente abrazarla todo lo fuerte que pude para consolarla y que comprendiera que incluso por aquella apariencia de solitaria y dura, tenia alguien en quien podía confiar.


-- Muchas gracias…necesitaba desahogarme, son muchas cosas que se han ido acumulando…la muerte de mis amigas la perdida de Akemi, te lo agradezco…-- dijo Catia mientras me cogía las manos.

-- Bueno es mejor que sigamos entrenando…así no podré hacer nada…-- dije yo intentando cambiar de tema y centrándonos en mi adiestramiento.

-- Es lo mejor…y parece que necesitas mucho…bueno si tienes aun ánimos sigamos…--
dijo Catia mientras se secaba las ultimas lagrimas de la cara.

El entrenamiento continuo yo seguía recibiendo golpes con la parte plana de la espada pero cada vez iba mejorando algo podía ver un poco mejor los movimientos de Catia pero aun así seguía cayendo al suelo, sus embistes eran continuos y muy rápidos, aunque cayese al suelo no me daba tregua de levantarme.

-- Puedes defenderte desde el duelo…crees que el enemigo se parara a que te levantes…-- grito Catia, era increíble el cambio de expresión que tenia, se centraba en las cosas de una manera sorprendente.

Así seguimos durante unas horas más, fue sorprendente recibí incluso más golpes que cuando entrenaba con Akemi, a cada ataque suyo un relámpago se podía ver a través de las ventanas, era incluso que estuviera en unión con la misma naturaleza y la tormenta quisiera expresar su furia.

Al finalizar terminamos rendidas en el suelo las dos tumbadas, sudorosas y eso que acabábamos de ducharnos y otra vez a la ducha y a buscar otra ropa en las taquillas, ni siquiera podía imaginarme cuando volvieran a abrir el instituto lo que pasaría.

-- Aun queda otra parte de tu entrenamiento…-- dijo Catia mientras me ponía de rodillas para que meditara.

-- ¿La meditación? …-- pregunte yo sorprendida no creía que fuera tan importante.

-- ¿Crees que no es importante? … A veces incluso es mas importante que el entrenamiento físico y te advierto soy de la vieja escuela…lo voy a hacer lo mismo que me enseño a mi Akemi…-- dijo Catia mientras me obligaba a concentrarme.
Cerré los ojos y empecé a concentrarme a intentar relajarme, manteniendo la mente en blanco pero era casi imposible, cada vez que me movía, o intentaba abrir los ojos sentía un golpe fuerte en los hombros, para mantener la postura y no desviarme del entrenamiento, así permanecí unas horas cuando al fin pude descansar tenia los pies hechos polvo casi ni los podía mover debido a la postura y los hombros completamente doloridos debido a los golpes, en ese momento estaba cabreada con Catia pero recordé que lo hacia por mi bien y que era necesario.

En cuanto terminamos entro por la puerta la dependienta que me atendió llevaba unos pantaloncitos vaqueros cortos de color azul apagado y en sus piernas unos leggins de color oscuro en sus pies portaba unos botines de color marrón apagado, en su torso llevaba un jersey de lana lo mas seguro por el frío de color violeta sin dibujo alguno, su expresión era de seriedad y algo de despecho llevaba unas bolsas en sus manos de su tienda precisamente que arrojo al suelo delante de mi.

-- No lo conseguirás…No te mereces el honor que te ha sido concedido…hay tienes la ropa que me encargo Verónica y recuerda que eso te lo apunto en tu cuenta…-- dijo la chica fríamente y de la misma forma que había entrado salio del gimnasio.

-- ¿Pero que demonios le he hecho yo a esa? … dije intentando pensar que le habría dicho o hecho para que estuviera así conmigo.

-- Mejor no lo pienses…no a todo el mundo le vas a caer bien eso te lo aseguro…pero estoy convencida que es una buena chica…lo que me pica la curiosidad es ahora ver la ropa que te ha traído Verónica…-- dijo Catia rebuscando entre las bolsas de ropa, literalmente metió la cabeza dentro de ellas y empezó a sacarla.

Lo primero que encontró fue la ropa interior, aunque la verdad para mi gusto era algo atrevida, tenia un color violeta vivo y por delante tenia unos encajes y una pequeña abertura cerrada con un lacito y además se ataban lateralmente, al verlas la cara se me puso roja al momento, el sujetador parecía incluso que le faltaba la copa por que eran precisamente de los que alzaban desde abajo y no tenia nada por delante también era de un color violeta vivo, la parte de arriba era un jersey de tela algo gruesa, de color rojo y con un dibujo de una estrella sonriendo, y por ultimo una falda pantalón de color grisáceo que me llegaba un poco antes de las rodillas, en los pies había optado por unos de tacón bajo de color negro.

-- Wooooow, parece que te esta preparando para algo mas por lo que puedo ver, o eso o quieres que estés supertona…je, je, je…-- dijo Catia mirando la ropa interior e imaginando como me quedaría puesta.

-- Pero en que estará pensando al comprarme esto…y ¿Cómo ha sabido mis medidas? … es increíble… -- dije completamente sorprendida al ver aquella ropa pero bueno era mejor que no tener nada.

Diciendo esto cogi las bolsas y me dirigí hacia las duchas, a refrescarme, deje nuevamente el agua discurrir entre los recovecos de mi cuerpo, al menos de momento no había tenido dolores y eso era buena señal en cuanto termine me seque el pelo cuanto pude y me puse la ropa, que por cierto su tacto era delicioso, sentir como la seda se deslizaba en mi cuerpo, aunque no estaba acostumbrada al sujetador me sentía extraña, en cuanto me puse el jersey se notaba mucho me alzaba los pechos pero el problema era que ahora mismo se marcaban los pezones por el frío, pero que remedio no tenia otra cosa.

Habiéndome vestido me dirigí al auditorio a ver lo que pasaba, al entrar observe como Verónica estaba dirigiendo la situación, pero todo se detuvo un instante las chicas se quedaron mirándome fijamente sobre todo al pecho, a mas de una las orejas de gata se saltaron en su cabeza, era como si hubieran visto un ratón moverse, me sentí como si fuera uno en ese momento y que debía salir corriendo de allí.

-- Vaya…ya has llegado…venga chicas…no nos distraigamos hay cosas que hacer…-- dijo Verónica mientras organizaba a situación al otro lado del auditorio estaba Rubí inmóvil con esa aura aun rodeando su cuerpo.

-- Gracias por la ropa…pero creo que te has pasado un poco en la interior…por decirlo suavemente…-- agradecí su buena intención, pero era mejor remarcarle lo que había hecho.

-- ¿No te gusta? …Si prefieres puedes ir sin nada mucho mas excitante sobre todo para mi…-- dijo Verónica mirándome mientras se relamía al contemplarme de arriba abajo.

-- No es eso…y lo sabes solo que es un poco atrevida eso es todo…pero con muy buen gusto eso si…-- dije yo aclarando aquella situación.

-- No te preocupes mira tengo que hacer unas llamadas será mejor que ayudes por aquí en diez minutos te espero en la clase…-- dijo Verónica obviando aquel tema, para no armar mucho revoleo.

De mientras me puse a guardar colchones y mantas en su sitio, la lluvia arrecio mas si pudiese, al salir del auditorio vi como Catia estaba en la ventana, esperando una respuesta de Akemi, pensé que lo mejor seria dejarla sola.
Pasando los diez minutos me dirigí a la clase para ver que quería Verónica, al entrar observe que se había cambiado de ropa, tenia una falda de color negro de cuero muy ajustada a su muslos, en sus piernas tenia unas medias con portaligas que podían adivinarse, en su pecho una blusa de color pastel con algunos encajes y en sus pies unos zapatos cerrados de tacón bajo, la verdad es que estaba preciosa, aquella ropa le contorneaba su figura de una manera extraordinaria apretando tanto sus muslos, como casi transparentando sus pechos con esa blusa en la silla estaba apoyada una gabardina larga negra de cuero, un conjunto que le quedaba como anillo al dedo.

En cuanto entre, sentí un empujón y como no, aquella chica entro y se puso al lado de Verónica aunque no sintiera celos me sentía como amenazada por ella de alguna forma. Me acerque a ellas, aunque la mirada que tenia sobre mi no era precisamente muy amigable.

-- Muy bien esta es la situación, he podido contactar con el descendiente de mi maestro, y el tiene un libro que puede desbloquearte los canales del Chi…-- dijo Verónica, al menos una buena noticia, pensé que al menos las cosas se irían solucionando.

-- Bien, me alegro por eso…-- dije, pero antes de terminar la frase fui interrumpida.

-- No te alegres demasiado, el problema es que vive en Japón en un bosque y tenemos que ir para allá, otro problema es que seguro que nos están buscando la policía y tendrán los aeropuertos vigilados y los puertos también, y yo no tengo pasaportes aquí ni tu tampoco y a tu casa no puedes ir ni yo a mi tienda…y aunque pudiéramos ir y cogerlos no creo pudiéramos ir tampoco, nuestras caras son reconocibles pero bueno eso es aparte…necesitaríamos pasaportes falsos…-- dijo Verónica exponiendo todo lo que sucedía y tenia razón en todo, empecé a darle vueltas a la cabeza pero no encontraba la solución.

-- En los pasaportes puedo hacer algo…Elvira me debe algún que otro favor…--
dijo Catia entrando por la puerta, con el rostro algo mas animado, desfogarse en el gimnasio le había servidote algo.

-- Muy bien espero que pueda conseguirlos…solo me hace falta eso y nuestras fotos pero eso es fácil…vamos al cuarto baño veras que bien…--
dijo Verónica cogiéndome de la mano y saliendo de la habitación; yo pensaba que ibamos a divertirnos por decirlo de alguna forma pero no era precisamente eso.

Entramos en el cuarto baño y me situó delante del espejo y ella detrás.

-- No es lo que tu piensas…escucha piensa en una amiga y yo pensare en otra intentare hacer que nuestros rostros parezcan de otra persona, esto solo dura un día y será suficiente si podemos saldremos esta noche para Japón…-- dijo Verónica intentando hacer otra de sus magias.

-- Un momento…espera no tengo dinero para ir a Japón y menos aun dejar a Rubí aquí sola podría despertarse en cualquier momento y necesitar alimento o algo…aparte tengo que saber como se encuentra mi padre…-- dije excusando el viaje por varios motivos evidentes.

-- A ver en este viaje te invito yo crees que en todo este tiempo que he vivido, mi tarjeta no ha dado intereses…y no pienses que no te voy a decir mi edad…pero no creo que Rubí se despierte, es como si su cuerpo estuviera en hibernación de alguna forma, y a tu padre puedes llamarlo para comprobar como se encuentra pero yo que tu no lo haría no crees que estarán vigilando al medico…y otra cosa es por salvar a esa criatura y a ti también así que tu eliges…yo no te puedo obligar pero es la mejor opción que tienes…--
dijo Verónica aclarándome la situación, y no le faltaba razón.

-- De acuerdo…si no queda otra… ¿Esto duele? …-- dije aceptando lo que me ofrecía y preocupándome por lo que pudiera pasar.

-- No te preocupes no duele nada…o eso espero…es broma tranquila solo mantén la imagen de alguna de tus amigas…-- dijo Verónica bromeando pero yo no estaba tan convencida de aquello.

Ami mente empezaron a pasar varias chicas del instituto que podría considerar mis amigas o conocidas por así decirlo, pero en seguida se introdujo y no supe el por que la cara de Alexa.

Pude ver como a Verónica le aparecían las orejitas de kitsune y las colas se desplegaban alzándose al igual que las otras veces, coloco sus manos en posición de rezos y empezó a recitar un Sutra como ella lo llamaba sus manos empezaron a hacer gestos al igual que la otra vez pero no con tanta rapidez, en pocos movimientos las manos se detuvieron la luz de cuarto baño se apago al instante, yo empezaba a asustarme, no sabia lo que fuera a pasar.

-- Aaaaaaaaaaaaaah…leche que susto…no vuelvas a hacer esto… ¿Pero como es posible? …Es increíble…-- grite asustada en cuanto se encendieron las luces y al verme la cara de Alexa en el espejo no podía creerlo era idéntica, y Verónica tenia el rostro de Akemi, era sorprendente lo que había hecho.

-- Por favor no hagas eso… ¿Bueno que te parecen? …no han quedado mal…-- dijo Verónica mientras se miraba en el espejo, aunque sin evitarlo tuve que reírme al ver que lo único que no había cambiado eran las orejas y las dos colas.

-- Ja, ja, ja, ja…es increíble…-- me reí por un momento al verla.

-- ¿Qué pasa?… No han quedado mal…-- dijo Verónica mientras revisaba su obra.

-- No es que hayan quedado mal precisamente…es que hay una cosa que no podrás esconder por mucho conjuro que hagas…esas orejas y tus colas…-- dije entre risas mientras las observaba.

-- Dios…en eso tienes razón…casi siempre se me olvidan…y pensaba que con esto se ocultarían pero ya veo que no…bueno no pasa nada mejor esconderlas como siempre…-- dijo Verónica mientras las volvía a esconder.
Al salir del baño vimos como Catia paso a nuestro lado y se quedo mirándonos por un instante, pensé que vernos así le traía recuerdos, su mirada era triste y melancólica pero aun así, sabia que tenia que ser fuerte y mantener la mente fría.

-- Bueno he llamado a Elvira y me ha dicho que estaba loca completamente, que era mejor salir de allí cuanto antes…y que le debía un favor tremendo pero dentro de poco aquí estará con los pasaportes…es mejor que os vayáis preparando…-- dijo Catia intentando aguantarse las ganas de llorar.

-- ¿Tu no vendrás? …--
le pregunte a Catia, aunque creo que intuía la respuesta que iba a darme.

-- No puedo tengo que ocuparme de varias cosas…de las chicas y por si acaso recibimos noticias de Akemi…--
dijo Catia, con la voz algo tristona y melancólica pero tenia razón.

Nos dirigimos hacia el auditorio al entrar las chicas se nos quedaron mirando extrañadas pero no fue mucho el engaño al menos el mío, varias de ellas se pusieron a olfatear el ambiente y me reconocieron casi de inmediato, al igual que con Verónica al menos sabíamos que ellas nos reconocerían.

Escuche la puerta de abrirse, y vi entrar a Elvira mojada con un paraguas en la mano que estaba chorreando yo me dirigí hacia donde estaba Rubí para sentarme junto a ella, a su lado había una de las muchachas mirándola, al menos sabia que estaría atendida mientras estuviera durmiendo. Me quede por un momento mirándola recordando todas aquellas trastadas que hacia, la mirada de su inocencia, su sonrisa, y su cariño, las lagrimas asaltaron mi rostro, no pude evitar darle un beso en su frente, creí por un instante incluso que me sonreía pero lo mas seguro que fuese mi imaginación desde el otro lado podía ver como Elvira discutía con Catia estaba convencida que era por lo que habría tenido que hacer para conseguir los pasaportes, observe como se los paso a Verónica y esta se acercaba ami con el móvil para hacerme una foto y otra a ella, lo mas seguro para pasarla al ordenador y ponerlas en los pasaportes.

Solo esperaba que todo aquel esfuerzo resultara la pena y que al menos algo volviera a la normalidad, pero enseguida vino a mi mente que por mucho que pusiéramos fotos nuevas nuestros datos aun estarían puestos.

Al momento entro de nuevo Verónica por la puerta dándome el pasaporte.

-- Una cosa por mucho leu cambiemos las fotos nuestros datos estarán escritos en ellos…y eso no podemos cambiarlos…-- dije a Verónica exponiendo otro problema mas.

-- He tenido que hacer otro Sutra de ilusión para variar los datos…no te preocupes también pensé en eso…-- dijo Verónica, al parecer la edad si da la sabiduría, siempre estaba mas adelantada de lo que yo pensaba.

-- Será mejor que compruebes los horarios de los aviones…-- dije a Verónica para poder encontrar el que saliera antes.

-- Ya lo he hecho, saldrá dentro de unas cinco horas, es mejor prepararse para irse, dentro de poco llamare un taxi tenemos que estar fuera de aquí, en la otra calle…Es mejor decirle a las chicas lo que pasara y que se vayan preparando también…-- dijo Verónica atando todos los cabos sueltos, mientras yo permanecía al lado de Rubí acariciándole el pelo.

Las horas pasaron rápidamente o eso creí, Verónica me tuvo que despertar para ir a recoger el taxi, al parecer me había quedado dormida, esperando que pasara algo o reaccionara de alguna forma, pero no paso nada, temía dejarla sola o que despertara y no se pudiera alimentar, pero no había otra forma de resolver aquello.

Nos despedimos de las chicas, la despedida no fue muy larga, Catia se acerco a mi y me dio un beso, nuestros labios se juntaron en un beso que ojala hubiera sido eterno y no tuviera que marcharme, pero no fue así salimos de la puerta con el único paraguas el de Elvira en una noche con tormenta poca gente había en la calle, y casi ningún coche circulaba por ella, yo me quede por un momento mirando hacia el cielo y veía como los relámpagos se hacían dueños de la noche rasgando el cielo y con su estruendo ahogándolo todo, no tuvimos que esperar mucho tiempo el taxi llego rápidamente.

Nos montamos en el, de improviso se introdujo también la alumna de Verónica yo no me llegue a esperar aquello pero era mejor que viniera con nosotras aunque no la soportara después de la sorpresa inicial nos dirigimos al aeropuerto en el trayecto no mencionamos ni una palabra, aunque no se por que Aurel silencio se me hizo sentir incomoda al llegar pudimos observar que había varios policías por allí, buscándonos por si nos encontraban, aunque me sentía algo nerviosa al menos no creía que dieran con nosotras, tuvimos que esperar sentadas como una hora antes de subir al avión debido al tiempo lo retrasaron un poco mas, así que fuimos a un bar a comer algo y a relajarnos, hablando de nosotras.

En cuanto terminamos nos fuimos a la zona de embarque, al parecer había escogido segunda clase, el dinero no era una de las cosas que le faltaba, subimos al avión y despegamos, yo me sentía con bastante miedo, nunca había volado en avión antes, Verónica me agarro la mano, que la tenia aferrada al asiento, y me tranquilizo, sentí como Wan presión en el estomago al despegar pero al rato me tranquilice, la mano de Verónica era calida y muy suave, el calor que me daba era como si fluyera de dentro de ella.

Cuando al fin pudimos quitarnos los cinturones de seguridad me sentí completamente aliviada y algo más calmada.

-- Voy al cuarto baño para refrescarme la cara que me hace falta…-- dije esperando calmarme un poco mas, aun no lo había asimilado por completo.

--Espera voy contigo…también necesito refrescarme un poco…--
dijo Verónica, aunque no estaba muy convencida de que fuera a refrescarse como ella decía.

La muchacha no pronuncio ni una sola palabra solo se me quedo mirando de manera fría.

-- ¿Se puede saber que le pasa conmigo? …-- pregunte yo, ya que parecía que le molestaba todo cuanto hiciese.

-- No te preocupes por ella es una buena chica solo que ha sufrido muchas decepciones en su vida…-- respondió Verónica, intentando disculparla.

-- Me supongo pero yo no le hecho nada para que me trate así…-- replique, solo esperaba que al menos que pudiéramos ser amigas pero así era imposible.

Al terminar la conversación Verónica cerro la puerta detrás de nosotras con el cierre de seguridad me apoye contra el lavabo para refrescarme la cara con el agua pero eso pareció encenderla de golpe, su manos se aferraron a mi pecho por encima del jersey y empezó a masajearlos, lentamente sin prisa aunque yo también tenia ganas no podía negarlo; las movía en círculos lentamente mientras con sus dedos agarraba los pezones apretándolos un poco y estirándolos, aquel pequeño dolor combinado con el placer me estaba volviendo loca, su boca empezó a besarme el cuello lentamente con pequeños besos, al momento cambio sus labios por la lengua y comenzó a lamérmelo, yo no pude mas que morderme los labios para no gemir de placer, su boca se paso a mi oreja que la mordía suavemente, entre que tenia mis pechos entre sus juguetonas manos y el espacio reducido me estaba volvió mas y mas cachonda.

Me di la vuelta y me subí el jersey mostrando el sujetador que me había dado y como mis pezones estaban durísimos, cogi su cabeza y la baje hacia mis pechos, ella aplico su boca rodeándolos con sus labios y empezó a chupar, mordiéndolos jugueteando con su lengua, lo que no me espere es que su otra mano abriese el botón de la falda pantalón y la deslizase dentro de el; el contacto de su piel era como seda poco a poco fue bajando hasta introducirse dentro de la ropa interior , allí note como sus dedos se movían palpando mi sexo caliente y ya húmedo, uno de ellos presiono mi clítoris, me tuve que morder el labio fuertemente para no gritar de placer, mientras sus otros dedos encontraron el camino hacia mi interior, no tuvieron ninguna dificultad en introducirse por lo húmeda que ya estaba incluso mi flujo resbalaba ya por mis muslos, al introducirlos sentí un placer indescriptible de un tiempo a esta parte estaba mas sensible de lo normal, lentamente empezó a moverlos dentro y fuera de mi despacio sin prisa, mientra su boca jugaba con mis pezones mordiéndolos y disfrutando de su sabor, sus dedos empezaron a moverse con mas brío, cada vez era mas fuerte su dedo se movía alrededor de mi clítoris rápidamente presionándolo, moviéndolo mientras sus otros dedos entraban y salían con una velocidad increíble y muy fácilmente del o húmeda que estaba no tarde mucho en casi hacerme sangre en los labios, pero no fue así Verónica me concia casi al a perfección a si que soltó mis pechos y aplico su boca a la mía en un beso largo y profundo mi grito resonó en su garganta, mis ojos casi se ponen en blanco, las lagrimas resbalaban por mi cara que era de placer, al igual que el flujo manaba de mi entrepierna de manera copiosa, mi vagina tenia contracciones debido al orgasmo.

Cuando dejo de besarme, nuestras lenguas se separaron dejando un rastro de saliva, ella me sonrío de manera lujuriosa, sabia que de esta forma podría tranquilizarme y la verdad no le falto razón.

Pero aun así yo quería sentirla también, así que decidí ponerme en cuclillas y subir aquella falda de cuero y pude ver un tanga de color rojo con encajes era precioso así que lo aproveche lo cogi con una mano y tire de el hacia arriba introduciéndoselo en su sexo con fuerza esto le hizo echar la cabeza hacia atrás y suspirar de placer, así lo hice tres o cuatro veces hasta que vi que el flujo empezaba a manar de ella, esa fue mi señal para bajar aquella ropa interior mojada, y aplicar mi lengua sobre su raja sintiendo aquel flujo resbalarme por las mejillas, era algo pegajoso y caliente pero su sabor me encantaba, mi lengua empezó a juguetear con su sexo ávidamente como si de ella dependiera mi existencia , mi saliva se mezclaba con su flujo, pasado un momento me centre en su clítoris, dándole pequeños mordiscos, y lametones furtivos eso poco a poco la encendió de golpe, agarro una de mis manos y la llevo debajo de su blusa y empezó a moverla en sus grandes pechos, los apretaba y jugaba con ellos mis dedos Coria su pezón y lo retorcían suavemente, yo podía ver como eso le encantaba así que decidí con mi otra mano meter dos dedos en su trasero, al sentirlo casi da un grito de placer pero tuvo que contenerse, no hacia falta ni lubricarlo por lo mojada que estaba así que empecé a moverlo dentro y fuera de ella intentando no quedarme atrás en el movimiento como me había proporcionado ella, seguía lamiendo profusamente, cuando podía incluso metí la lengua dentro de ella para que lo sintiera, sabia que no podía aguantarse mas por el placer, mis manos no paraban de jugar con sus pechos, mis dedos seguían entrando y saliendo dentro de su trasero y mis labios aprisionaban su clítoris suavemente, en uno de esos apretones, aferro mas fuerte mi muñeca, sabia que estaba en su clímax así que puse mi boca como si fuera una copa para recoger todo su flujo caliente dentro de mi garganta, fue como una explosión de placer, no quería perderme nada de el quería tragármelo todo, sentirlo como resbalaba en mi garganta sentir su calor.

Cuando hubo terminado me levante y la bese en los labios su cara era de placer, estaba llorando por la sensación, nuestros labios volvieron a juntarse, saboreamos juntas nuestras salivas y el flujo de su corrida mezclándose con el, me volví a agachar pero esta vez para colocarle bien el tanga y bajarle la falda de cuero, al final si nos tuvimos que refrescar de verdad, cuando nos hubimos arreglado, salimos del baño la mayoría de la gente se nos quedo mirando por un momento ami se me subió los colores a la cara de vergüenza y lo mas seguro que tuviera razón por ello pero me preguntaba si habíamos liado tanto como para que se dieran cuenta o eso o el tiempo que habíamos tardado en salir o el hecho de que hubiéramos entrado las dos a la vez pero bueno, la cosa es que el viaje se me hizo mucho mas relajado hasta le final, de vez en cuando Verónica me lanzaba miradas furtivas y me guiñaba el ojo.

Después de unas cuantas horas llegamos al aeropuerto aquello estaba lleno de gente que iba de un sitio para otro, por lo menos la policía no nos buscaría aquí, así que fuimos al cuarto de baño y Verónica deshizo la ilusión, salimos de la terminal y cogimos un taxi, el camino iba a ser bastante largo, después de un buen rato en el taxi llegamos a un descampado, me percate que Verónica dominaba el idioma de manera esplendida, tuvimos que andar un poco mas el paisaje era magnifico se podían ver las montañas, el cielo estaba completamente despejado, la brisa nos acariciaba los rostros, estaba encantada por aquello, tuvimos que atravesar un pequeño río con un puentecito muy bien hecho y cuidado, llegamos al rato nos fuimos introduciendo lentamente en un bosque de bambú, el sol tímidamente atravesaba aquel sitio, era bastante fresco a pesar de parecer que estaban en verano, a o lejos pudimos ver un templo, en su puerta estaban los grandes estatuas de kitsunes, aquel sitio era inmenso y estaba muy bien cuidado, por fuera había una muralla rodeando el sitio.

Llamamos al aldabón de la entrada, la puerta se abrió y apareció ante nosotros una mujer no muy alta de corpulencia media su cara estaba maquillada completamente de blanco a excepción de sus labios que eran rojos como la sangre, su ojos tenia un color verde profundo su pelo estaba recogido en un moño que lo atrapaba un alfiler, sus ropas eran el típico kimono completo de color rojo fuerte, estaba estampado por flores de loto, en sus pies la típicas sandalias japonesas, sus rasgos eran redondeados quizás demasiado.

-- Kowanba…venimos en busca del sensei del templo…-- dijo Verónica mientras yo observaba absorta el sitio.

-- Kowanba…no se preocupe hablo su idioma, el sensei no esta pero nos dijo de su llegada, si quieren pueden pasar la noche dentro…-- dijo la mujer amablemente aunque no se por que tuve una sensación extraña, pero lo achaque al viaje, estaba convencida que estaría mejor después de descansar.

-- Muchas gracias…necesitamos descansar

-- Adelante pasen les llevare a sus habitaciones…-- dijo la mujer mientras nos llevaba a través del templo.
El patio exterior era precioso tenia varios árboles y un pequeño estanque supuse que habría kois en el, los pasillos por donde nos movimos estaba iluminado por antorchas y velas por casi todos los pasillos, había varias habitaciones abiertas por la que se podía ver grandes estatuas de Buda, rodeado por velas de vez en cuando se podían ver estas moviéndose y también se observaba como las sombras de algo que parecían ser niños corriendo, que me llegaron a sobresaltar.

-- No te preocupes…son Zashiki-Warashi no debes de tenerles miedo…se dicen que traen prosperidad a la casa en donde se encuentran y felicidad…pero no entiendo el motivo de por que están tan alterados…-- dijo la muchacha que venia con rostros que no había pronunciado palabra siquiera durante el viaje.

-- Si tienes razón parecen que están mas alterados de lo normal…--
dijo Verónica mientras miraba las sombras moverse rápidamente.

-- Muy bien aquí tienen sus habitaciones espero que descansen…--
dijo la joven mientras abría una puerta corredera y nos presentaba tres futones típicos, aquella habitación no era muy amplia y estaba iluminada por algunas lámparas de aceite, aunque sabia lo que eran no terminaba de acostumbrarme a las sombras.

Nos dispusimos a pasar la noche…

FIN DEL CAPITULO 3
 
wow!! ahora ya estanen japon y esto se pone cada vez mejor...+
 
UNA AMIGA DESCONOCIDA CAP 4

Aunque no teníamos mucho sueño decidimos meternos en los futones y descansar, nos descalzamos antes de entrar en la habitación y pusimos nuestra ropa bien doblada a los pie de la cama, apagamos las lámparas de aceite y nos dispusimos a dormir un poco el viaje había sido largo y algo cansado.

No pasaron mas de cuatro horas cuando sentí como si alguien me tapara la boca, pensé que querían secuestrarme y todo había sido una trampa por aquella mujer que nos recibió, pero al abrir los ojos vi que era la chica que nos acompañaba al parecer quería investigar lo que pasaba por los alrededores.

-- Shhhhhh, será mejor que no hables, Verónica me ha dicho que te despierte será mejor que vayamos a ver que ocurre…-- dijo la chica quitándome la mano de la boca.

-- ¿Pasa algo? …-- pregunte extrañada, mientras veía como Verónica se vestía.

-- Vístete deprisa…si pasa algo y me extraña mucho que este esa mujer en este lugar, donde nunca se admitieron mujeres, o en su caso yo fui una excepción y mas aun que no haya visto ningún discípulo del sensei…además los Zaraki están alterados cosa que nunca lo habían estado, siempre están tranquilos o jugando sin causar problemas lo normal que cuando estén enfadados es que rompan pequeñas cosas o cambien los objetos de lugar, pero no que estén corriendo sin motivo…-- respondió Verónica, explicándome la situación aunque, también me era extraño que solo esa mujer nos hubiera recibido.

Una vez vestida empezamos a inspeccionar el lugar la luna estaba preciosa completamente llena se podía ver incluso mucho mas grande su luz iluminaba el patio del que había un silencio sepulcral solo roto por los grillos y alguna ave nocturna.

Empezamos investigando las habitaciones de los monjes no eran muy grandes al igual que la muestra, solo tenían un futon y poco mas sus ropas estaban allí pero no había ni rastro de ellos.

Nos pasamos por la sala del gran Buda visto de cerca era inmenso y la sala muy grande en la pared varias velas la iluminaban y aquellas pequeñas sombras se veían correr, mire al suelo y pude ver pisadas hechas con ceniza por donde pasaban.

-- No te preocupes son las marcas que dejan a veces…-- dijo la joven mientras yo miraba las huellas con asombro.

-- Noriko es mejor que cojas una de las armas de la pared y tu también Amanda no se por que pero creo que tendremos problemas…-- dijo Verónica mientras sus orejas aparecían y salían a la luz sus colas de zorro.

Me acerque a una de las paredes lo mismo que Noriko y cogí la katana me pareció algo mas pesada que las que llevaba yo por su parte Noriko cogio una de las naginata aunque me lo suponía por la ultima vez que la vi manejarla estaba muy bien entrenada con ella.

-- ¿Tu no vas a coger ninguna? …-- pregunte extrañada, aunque nunca la había visto coger ninguna con su magia le bastaba.

-- No me hace falta, no te preocupes por eso es mejor que estéis prevenidas por si acaso pasase algo, que estoy segura que pasara…-- respondió Verónica mientras salíamos de aquella habitación para seguir inspeccionando el resto del lugar.

Pasamos por la cocina, un sitio bastante grande estaba en la semi penumbra la luz de la luna entraba por uno de los ventanucos, el lugar estaba completamente en orden no había señales de nada.

Salimos de la cocina para dirigirnos al sótano del sitio, bajamos por unas escaleras algo estrechas allí no entraba nada de luz, Verónica se concentro por un momento y aparecieron dos especies de fuegos fatuos acompañándola para iluminar la estancia, con una luz muy suave; estaba llena de sacos de arroz y vegetales apilados pero nada que resaltar salvo algunas arañas dándose un paseo por el sitio.

-- Que extraño…estas arañas no son muy normales…-- dijo Verónica mientras las miraba.

-- ¿Por qué dices eso? …-- pregunte con curiosidad.

-- Fíjate bien, en su espalda llevan un dibujo de un ojo, si te das cuenta es como si nos mirara o se moviese…-- dijo Verónica mientras las seguía con la mirada hacia donde se escapaban.

-- Seguro que son imaginaciones algunos cuadros parecen que hacen lo mismo y no por eso están vivos…-- dije intentando quitarle importancia al asunto.

Al momento Verónica se fijo en algo extraño; apartando uno de los sacos vio una mano, yo no pude mas que taparme la boca para no gritar al quitar varios sacos pudo ver los cuerpos de varios de los alumnos con heridas por el cuerpo, sus ropas estaban destrozadas y ensangrentadas, el rostro de Verónica cambio de golpe esperaba no encontrar a su sensei allí y por lo visto no estaba fue un alivio para ambas.

Salimos con el rostro de Verónica desencajado por lo que había visto, quien podía haber hecho algo así era imposible.

-- Al parecer nos estaban esperando…-- dijo Noriko cogiendo con mas fuerza en el arma entre sus manos.

-- Eso parece pero quien ha podido hacerles eso…no le hacían daño a nadie…por lo visto no quieren que recuperes tus poderes…solo espero que no hayan tocado al sensei si no se las verán conmigo…y esto ya es personal…-- dijo Verónica mientras cerraba el puño con fuerza.

-- Lo que mas me extraña es que no esta esa mujer por ningún lado…la que nos abrió la puerta…-- dije intentando averiguar por donde estaría.

-- Nos queda otra sala, la de entrenamiento…pero no creo que sea ella…a menos que…-- dijo Verónica dejando la frase a la mitad, en ese momento acelero sus pasos hacia la sala de entrenamiento, yo casi no podía seguirla de lo rápido que caminaba.
Al llegar abrimos unas puertas bastante grandes la habitación era enorme con un tatami de color crema en el suelo había estantes para diversas armas puestas en las paredes y solo la luz de la luna entrando por uno de los ventanucos de la estancia, al fondo pudimos ver la figura de esa mujer, leyendo uno de los ideogramas de la pared.

Al momento las lámparas de aceite se fueron iluminando una tras otra, pudimos ver una horrible escena, varios cuerpos estaban colgados del techo envueltos completamente en una telaraña y aquellas extrañas arañas se paseaban por ellos, en el techo había algunas colgadas con aquellos extraños ojos mirándonos.

-- ¿Quién eres? …¿Y que has hecho con el sensei? …-- pregunto Verónica enfadada, en su tono podía verse la rabia e incluso el odio.

-- Mi nombre es Aya, fui invocada para proteger a esta gente de personas como vosotras, pero por lo visto llegue tarde, y ya habéis realizado vuestro trabajo…-- respondió Aya acusándonos de haber sido nosotras quien hubiera asesinado a los habitantes del lugar.

-- Espera un momento… ¿Has sido invocada? …¿Y crees que nosotras hemos hecho esto? …responde… ¿Quién te ha invocado? …-- volvió a preguntar Verónica aunque su tono denotaba sorpresa por completo.

-- Parecéis sorprendidas…o eso me queréis hacer creer; soy una Jorougumo y mi invocadora ha sido, una , kitsune Yako me dijo que vendríais de nuevo…así que se acabaron las charlas…-- respondió Aya revelando la identidad de su invocadora, por lo visto habíamos llegado demasiado tarde alguien les había dicho a donde pensábamos ir y la única persona era Akemi.

-- ¿Una Jorougumo? …¿Que es eso? …-- pregunte extrañada.

-- Es una criatura mitad mujer mitad araña, puede convertirse en una mujer completa por lo que ves…pero nunca pensé que eran malvadas…-- respondió Noriko, resolviendo mis dudas.

-- No puede ser, Akemi es imposible que nos traicionara, a menos que…no es posible, ha cambiado a su forma de demonio la debe de haber torturado esa kitsune…-- dijo Verónica sacando conclusiones.

-- No puede ser…no quiero perderla…-- dije completamente asustada por la posible perdida de mi madre.

-- No te preocupes, intentaremos salvarla…pero ahora tenemos otro problema entre manos…-- dijo Verónica poniéndose de pie sus colas se alzaron como si estuviera preparándose para algo Noriko se puso a un lado de Verónica y yo al otro para poder protegerla.

En ese momento por el ventanuco entraron dos sombras destruyéndolo que se pusieron al lado de Aya, cuando pudimos verlas eran dos miembros de la bandada de La Gran Madre, portando unas espadas; Verónica tenia razón en todo, al parecer llegaron antes y estaban controlando a la Jorougumo o la habían engañado.

Aya empezó a transformarse ante nuestros ojos sus piernas fueron cambiando en un gran abdomen de araña del cual salieron varias patas, en lo alto de su lomo se sitúo un gran loto negro en su cabeza salieron unas antenas y varios ojos mas alineados salieron en su frente, yo me quede sin palabras literalmente al ver aquello.

-- Serra mejor que os preparéis esta lucha será bastante difícil…yo atacare a Aya…-- dijo Verónica formulando la estrategia.

-- Es mejor que hayas aprendido algo con Catia no me gustaría tener que defenderte a ti también…-- dijo Noriko con frialdad, como si fuera un estorbo.

Las hermanas se lanzaron contra nosotras Noriko se defendía bastante bien de los ataques yo hacia lo que podía contra los embistes empezaba a cogerle el truco a los movimientos pero aquella espada se me hacia mas pesada que las mías, Verónica se lanzo contra Aya sus movimientos eran al mas puro estilo Kung-Fu aunque aya no dejaba tregua a pesar de su gran tamaño parecía saber cada uno de sus movimientos incluso antes de lo que los realizara, en las pocas oportunidades que pudo para ver el sitio me di cuenta que aquellas arañas eran como sus ojos, viendo todo el sitio.

Al parecer a Noriko le estaba costando un poco deshacerse de su contrincante esta vez estaban mas entrenadas de lo normal, sus ataques aunque tenían fuerza y eran precisos no acertaban en el blanco yo por mi parte la fatiga empezaba a hacer mella en mi, aquella arma empezaba a cansarme pero no podía flaquear.

Verónica dio un salto hacia atrás y empezó a mover sus manos como si hiciera uno de sus Sutras, varias palabras japonesas aparecieron a su alrededor con un resplandor abrió su boca y de ella salio una luz en dirección a Aya, esta de un soltó se colgó en el techo y el ataque se estrello contra la pared haciendo un gran agujero.

-- Crees que con ese simple Fuego de Zorro podrás derrotarme, tengo ojos por todos sitios y no podrás sorprenderme con tus ataques…-- dijo aya desde el techo.

Verónica se lanzo de un salto contra ella, Aya volvió a bajar y de su abdomen salieron varios hilos de seda que alcanzaron las muñecas de Verónica que termino estrellada contra la pared e inmovilizada. Aya se le acercaba muy peligrosamente, dispuesta a acabar su trabajo.

Noriko aun estaba peleando contra su rival que no le daba tregua parecía que no se cansaban ami sin embargo el abdomen empezó a dolerme de forma muy aguda era como si me estuvieran atravesando literalmente, lo único que pude es detener uno de los ataques de mi contrincante y caer al suelo de espaldas por el dolor, cosa que aprovecho mi atacante para lanzarse contra mi con su espada para atravesarme ami mente vino la imagen de Rubí, Catia, Akemi, Verónica y a todas las que conocí cerré los ojos esperando el final.

Pero al momento sentí algo caliente en mi cara pensé que era mi propia sangre la que estaba derramada y me había salpicado al abrirlos pude ver el rostro de Noriko encima mía y el filo de aquella espada atravesándole el pecho.

Me quede de piedra completamente, no sabia que hacer, ni el por que había arriesgado su vida, mi mente estaba en blanco ni siquiera le dolor que tenia llegaba a sentirlo, pude ver como me sonreía levemente.

-- Lo siento…te pido perdón…por todo lo que te he dicho…se que eres una excelente chica…Verónica esta muy orgullosa de ti me lo contaba todo sobre ti, se que…no te he demostrado aprecio…pero en el fondo te quería como todas las demás…siéntete orgullosa de tu don…-- dijo Noriko mientras otra espada la volvía a atravesar haciendo que su sangre me salpicara nuevamente.

--Nooooooooo,… ¿QUE LE HABEIS HECHO? …-- grito Verónica como si le hubieran arrancado parte de su alma.

Cuando la mire, su rostro empezaba a cambiar poco a poco tenia rostros mas zorrunos, empezaba a tener algo de morro, los dientes crecieron hasta transformarse en colmillos sus ojos eran completamente rojos y tenia la pupila como la de los gatos, sus uñas crecieron en forma de garras los fuegos fatuos empezaban a aparecer a su alrededor y aumentaban su luminosidad.

Aya al ver aquello empezó a retroceder lentamente no se esperaba esa reacción y temía lo peor, y no se equivocaba, de un tironee rompió las ataduras que la apresaban en ese momento todo rastro de Verónica desparecio, con una velocidad pasmosa solo vi una de las cabezas de las hermanas rodar por el suelo, la otra se alejo de mi un poco, y al momento observe como una de las garras de Verónica atravesaba el pecho de un solo golpe de la pobre hermana dejándola en el sitio, después se fue acercando lentamente a Noriko y se arrodillo a su lado, yo intente levantarme lentamente, el miedo que tenia casi me paralizaba, no podía creer que hubiera hecho aquello y la transformación que había tenido, me acerque poco a poco a Aya su rostro era de pavor, al momento Verónica giro su cabeza mirando de reojo a Aya de su boca salía incluso humo; se lanzo a por ella para eliminarla pero me puse en medio apelando a su parte humana si todavía estaba dentro de ella, al instante note una ráfaga de viento y una de sus garras se paro a escasos centímetros de mi corazón.

Aquellos ojos eran los de un demonio furioso sediento de sangre y venganza, su odio era tal que incluso podía sentirse en el ambiente.

-- APARTA DE MI CAMINO…QUIERO SU CORAZON…-- grito Verónica llena de furia.

-- No…tendrás que matarme y no creo que lo hagas…además ella no ha tenido la culpa como dijo antes Noriko es posible que la hayan engañado o estén controlándola de alguna forma y no pienso que manches tus manos con su sangre…-- dije apelando a su corazón que sabia que por mucha rabia que tuviera estaba segura que aun estaba hay dentro parte de ella.

-- APARTA DE MI CAMINO…-- volvió a gritar Verónica y de un movimiento de mano me arrojo contra el suelo estrellándome contra una de las paredes.

-- No puedes matarla…Noriko no lo querría así y se que tu tampoco lo harías… mírala esta aterrorizada por completo lo mismo que yo…se que tu no eres así…Noriko dio su vida por algo en que creía…crees que yo quise esto alguna vez piensas que alguna vez lo quise…si mi muerte arreglara algo y pudiera protegeros lo haría sin dudar, ya viste lo que hice en el gimnasio por unas chicas que no conocía…ahora solo te pido que confíes un poco que el sacrificio de Noriko no haya sido en vano que no te vea desde donde este de esa forma…estoy segura que no querrá que manches tus manos con la sangre de una criatura inocente…-- dije yo intentando apelar a algo de la humanidad que tenia escondida por alguna parte, antes que cometiera un error, del que se arrepentiría toda la vida.

Al escuchar estas palabras se quedo un momento mirándola a los ojos el rostro de Aya era de pánico, sabia que ella no era la responsable de aquello, en cuanto se giro, sus rasgos empezaron a transformarse nuevamente en normales se dirigió hacia Noriko y arrodillándose ante ella empezó a llorar desconsoladamente yo me quede un momento en el suelo intentando recuperarme del dolor que sentía.

Aya se acerco a mí y me ofreció su mano para levantarme, sabia que no me equivocaba y estaba convencida de que ella no era culpable de lo que pasaba allí.

-- Lo siento… todo es culpa mía solo me dieron unas ordenes que cumplir, al entrar estaban todos muertos, y esa kitsune me dijo específicamente… que conservara a unos cuantos en unas telarañas y así lo hice…-- dijo Aya disculpándose y explicando todo lo que le había sucedido.

-- ¿Pudiste verle el rostro…a esa kitsune…?…-- pregunte a Aya mientras me colocaba una de las mano en mi abdomen.

-- No, lo siento era lo mismo que ella cuando se ha transformado…-- respondió Aya sin mas noticias.

-- Si es así tenemos mas problemas de los que había pensado…Por casualidad… ¿No tendrás en una de tus telarañas al sensei? …-- pregunto Verónica con voz llorosa aun.

-- Si así es…fue el primero que me dijeron de conservar…-- dijo Aya subiendo a una de las paredes y deshaciendo uno de los capullos de seda y bajando el cuerpo.

En cuanto lo bajo pude ver que era un hombre no muy mayor y calvo, sus ropas eran las típicas de entrenamiento de artes marciales, aunque no era muy corpulento; tenia las vestiduras llenas de sangre y entre sus brazos tenia aferrado un libro, al parecer no pudieron quitárselo.

Verónica al verlo volvió a llorar, al parecer tenia en mucho aprecio al sensei, pero sacando fuerzas de flaqueza cogio el libro y empezó a repasar lentamente las paginas mientras yo volvía a arrodillarme en el suelo por el dolor que cada vez aumentaba mas de intensidad, aquellos sellos empezaban a disolverse lentamente desaparecían ante mi vista.
-- Si pudieras darte…un poco de prisa…el dolor empieza a ser insoportable…-- dije yo mientras caía al suelo sujetándome el abdomen con ambas manos.

En el podían verse como unas especies de manos que intentaban salir de mi, destrozándome por dentro el tiempo se acababa y esperaba que pudiera encontrar aquello.

En ese momento Verónica cerro el libro de golpe y se acerco hizo varios gestos con su manos en sucesión rápida y empezó a golpear varios sitios claves, el dolor en ese momento fue desapareciendo poco a poco, incluso mi piel y aquellas marcas empezaron a desaparecer.

-- ¿Qué tal te encuentras…?…-- pregunto Verónica, viendo que todo volvía a la normalidad, lentamente.

Me incorpore lentamente el dolor había desaparecido por completo, al parecer funciono, y además podía ver una especie de aura rojiza alrededor de Verónica, pero no lograba ver ninguna alrededor de Aya.

-- El dolor ha desaparecido, y es extraño puedo ver un aura de color rojizo a tu alrededor…pero Aya no tiene ninguna…-- dije extrañada mientras intentaba averiguar por que podía ver eso, al parecer mis sentidos estaban algo mas ampliados nuevamente, incluso podía sentir la humedad del ambiente.

-- No te preocupes eso pasara enseguida…son nuestras auras…lo tendrás por un momento y es normal que ella no tenga…Pero bueno hablando de otra cosa, no se si podrás hacerlo…-- dijo Verónica peor me extrañaba nunca me había pedido un favor hasta ahora.

-- Si puedo hacerlo no te preocupes…-- dije asintiendo si podía hacerlo lo tendría.

-- Noriko acaba de morir y quiero que seas tu la que la acompañes a la puerta de los muertos y le des consuelo, se que te resultan raras estas palabras…pero te ayudare a hacerlo…-- dijo Verónica y la verdad esa petición me extraño y por que no decirlo incluso me asusto.

-- ¿Pero como voy a hacerlo…?…-- dije extrañada ante la petición de Verónica.

-- No te preocupes tu sigue lo que te vaya indicando…y estoy segura que lo lograras…-- dijo Verónica mientras me hacia sentar y con las manos en un posición de meditación.

-- Muy bien esperemos que resulte…-- dije esperando cumplir su favor como mejor pudiera.

-- Cierra los ojos…concéntrate en tu parte Nekomata siéntela, sigue mis palabras imagina un campo lleno de flores…o un bosque en pena noche por el que discurre un pequeño río…-- dijo Verónica, ami mente empezaban a venir lentamente las imágenes que me iba relatando, llego un momento en que no escuchaba sus palabras solo el rumor del río y la brisa nocturna en mi cara.

Cuando abrí los ojos me vi en un bosque bastante frondoso iluminado por luciérnagas y la luz de la luna llena, un pequeño riachuelo que discurría delante mía en mi cabeza note de nuevo aquellas orejas blancas y de mi espalda salían aquellas dos colas me sentí mas aliviada; seguí el riachuelo hasta llegar a un claro de aquel sitio donde se encontraba una gran puerta hecha por varios troncos de madera de color rojo en la parte superior había un cartel negro con letras doradas japonesas que no comprendía.

A sus pies estaba un figura como si esperara algo, cuando me acerque vi que se trataba de Noriko llevaba el kimono de las Miko estaba preciosa y con su pelo recogido. Me acerque a ella algo asustada, pero tranquila al mismo tiempo.

-- Gracias…por haber venido, he visto todo lo que ha pasado y me alegra que le hayas hecho entender, eres estupenda, se que ha llegado mi hora y también que nos volveremos a ver, dile que no pierda la esperanza, que no desfallezca y que no se rinda por que yo estaré protegiéndola…ahora ya puedo descansar tranquila…-- dijo Noriko mientras yo le daba la mano y juntas atravesábamos esa puerta en cuanto lo hicimos su cuerpo desaparecía lentamente pude ver que se marchaba con una sonrisa en su rostro.

Paso un momento cuando escuche una voz que provenía de la puerta al momento me sonó como la voz de Alexa, mi corazón se lleno de alegría, pero no llegaba a distinguirla bien, pensé que ya mismo volvería a verla, volví a cerrar los ojos y cuando los abrí estaba en el tatami junto a Verónica y Aya.

-- ¿Qué te ha dicho…? …¿Has podido hablar con ella? …-- pregunto Verónica ansiosa y con curiosidad.

-- Estaba preciosa…con su vestido de Miko me ha dicho que no desfallezcas ni te rindas que ella te estará protegiendo y que se alegra que no hicieras eso y que esta segura que algún día os volveréis a ver de nuevo…se marcho en paz y alegre…-- respondí a Verónica relatándole todo lo que me había dicho.

Las lagrimas afloraron a sus ojos, no pude mas que abrazarla y estar así un rato consolándola, sabia que lloraba de pena por la perdida pero a la vez de alegría por saber que descansaba en paz.

-- Muchas gracias…-- dijo Verónica entre sollozos.

Pasado un momento volvimos a la habitación por la mañana tendríamos trabajo haciendo algunas tumbas para los del templo, en cuanto amaneció mire si estaba Verónica pero no se encontraba en el otro futon, me vestí y me fui a la cocina allí pude ver como aya estaba poniendo el desayuno, en cuanto me volví observe como me sonreía, parecía estar mas tranquila, pero aun estaba segura de que no se fiaba mucho de Verónica.

-- Buenos días…espero que tengas apetito…-- dijo Aya con alegría.

-- Buenos días…si tengo algo de hambre muchas gracias por hacer el desayuno… ¿Dónde esta Verónica…? …-- pregunte con curiosidad al no verla por allí.

-- Ha salido temprano se ha duchado en el lago y se ha ido a rezar por los muertos…-- explico Aya, aunque la verdad no me extrañaba que hubiera hecho eso.

Cuando termine de desayunar me fui aquel lago que me indico por donde se encontraba Aya, aunque no me hacia gracia tener que meterme en agua helada no había otra, así que saque el valor que tenia y me metí en aquel sitio y lo dicho el agua estaba helada pero dicen que es buena para la piel aunque habiéndolo comprobado no me lo creía, donde este el agua caliente que se quite lo demás.

Cuando hube terminado me arregle un poco y me dirigí a la habitación del gran Buda estaba segura que se encontraría allí, y Aya se encontraba en la puerta; precisamente como había pensado estaba rezando, me acerque a ella, al verme se levanto.

-- Bueno es hora de marcharse…-- dije ya que no nos quedaba nada mas que hacer por aquí.

-- Escucha te iras tu sola, Aya y yo nos quedamos aquí…-- dijo Verónica, no sabia el por que de esa decisión incluso Aya se asusto un poco al escucharlo, pero no quiso decir nada.

-- Pero… ¿Por qué? …-- pregunte interesada quería saber la respuesta.

-- Lo siento pero debo quedarme y no se por cuanto tiempo…no te preocupes podrás volver y demás…pero necesito un tiempo conmigo misma y con Aya…-- dijo Verónica aunque la verdad no me rebelaba mucho.

-- Muy bien ya nos veremos, espero que tengas suerte y tu también Aya…hasta pronto…-- dije despidiéndome de las dos y esperando encontrarlas pronto.


FIN DEL CAPITULO 4

P.D: aqui os dejo el ultimo cap de esta temporada espero uqe lo dsifruteis un beso a todos :besito:
 
Por fin tuve oportunidad de leer este capitulo, esperamos las siguientes
 
LA BUSQUEDA CAP 1

El regreso en avión fue de lo mas normal pero cada vez que miraba por la ventana no solo veía las nubes si no también me acordaba de la pobre Noriko de lo que hizo por mi, confiaba en mi, y no podía defraudarla intentaba darle vueltas a la cabeza el por que se había quedado Verónica en aquel lugar y que estaría buscando, y de la pobre Aya que a pesar de todo no era tan malvada como parecía, solo fue una victima de todo aquello.

Pero bueno al fin volvía a estar entera completamente y ahora estaba mas convencida que nunca de combatir los planes de La Gran Madre, solo quería volver y ver de nuevo a Rubí y ver como se encontraba y las noticias de mi padre si se había recuperado.

Al llegar al aeropuerto pude ver en la puerta a algunas de las chicas que me estaban esperando, con la vista miraban a ver si podían encontrar a Verónica o a Noriko por alguna parte, al verme corrieron para saludarme.

-- No veo a Verónica contigo… ¿Le ha pasado algo? … -- pregunto una de las chicas extrañada.

-- ¿Y Noriko esta bien? …-- pregunto otra de ellas.

-- Verónica ha decidido quedarse por un tiempo en el templo cuando llegamos todos los habitantes estaban muertos…y la pobre de Noriko…ha muerto defendiéndome…-- respondí ocultando los detalles de la transformación de Verónica y de lo que había sucedido.

Aquella noticia resulto ser un jarro de agua helada para las chicas sus rostros cambiaron de golpe entristeciéndose por la noticia al parecer quería mucho a Noriko.

Cogimos un taxi y nos dejo cerca del local aunque no lo entendía muy bien el por que, entramos en los restos del ennegrecido edificio, por lo visto la entrada a la arena estaba intacta, bajamos por una escalera iluminada por algunas lámparas al llegar abajo pude ver que la parte de abajo estaba como transformada en un improvisado piso subterráneo, en cuanto entre varias de las chicas salieron corriendo a abrazarme y darme la bienvenida, al fondo podía ver a Catia esta vez vestía unos pantalones vaqueros cortos de color azul apagado en sus piernas lucia unas medias de rejilla y en su torso un top con mangas de color rosado en su cuello una cinta de color negro y en sus pies unos botines de color rosado. Se quedo por un instante mirándome, como las chicas me abrazaban y me daban la bienvenida.

Una de ellas me llevo a las habitaciones que habían improvisado, era una sitio no muy grande con una cama al fondo, un armario en una de las paredes no tenia ventanas salvo un conducto de ventilación y toda la luz era proveniente de una lámpara en el techo, se sentaron ami alrededor para saber lo que había pasado, la noticia de la muerte de Noriko fue un duro trago para todas ellas.

En un momento Catia entro por la puerta la mayoría de ellas se retiraron para seguir reconstruyendo aquel sitio, cerró la puerta y al momento se sentó a mi lado.

-- ¿Qué tal te encuentras…?…-- pregunto Catia mirando me a los ojos sabia que algo me pasaba.

-- Me siento mal…por dentro no sabría como explicártelo, es como un vacío…que me esta devorando…y además me siento culpable por la pobre Noriko…no esperaba que hiciera eso…no debía haber hecho eso…-- respondí mientras me levantaba de la cama y paseaba de un sitio a otro.

-- ¿Crees que hizo mal al hacerlo…?…-- pregunto Catia, haciendo de psicóloga, pero me venia muy bien sacar los sentimientos que tenia guardados.

-- No lo se…se que tengo estos poderes…pero si solo fue por eso…no mereció la pena que lo hiciera ella era mas valiosa que yo y sobre todo para Verónica, la pobre esta hecha polvo al menos sabe que ella descansa en paz y esta feliz…-- respondí yo con tono triste y bajando la cabeza.

-- Escúchame…ella no se sacrifico por tus poderes…si no por ti por que cree en ti y todas las chicas de aquí lo hacen incluso yo y lo sabes…tu madre mas que nadie…así que no debes entristecerte…además estoy segura de que Verónica aparecerá pronto solo debe de poner en orden sus pensamientos, no seas tan dura contigo… se que tu también te sacrificarías por nosotras si fuese necesario…ya me lo contó Verónica lo que hiciste por mis amigas…y te lo agradezco…-- respondió Catia intentando consolarme pero en verdad lo hizo, al momento se levanto y me abrazo sentí toda la fuerza que tenia dentro de ella invadiéndome.

-- Sabes te tengo una sorpresa…que estoy convencida que te gustara mucho…-- dijo Catia mientras salía de la habitación cerrando tras de ella.

Al instante entro una jovencita, un poco alta en sus pies llevaba unos zapatos de tacón bajo de color rojo, sus piernas estaban contorneadas y preciosas portaba unos leggins de color negro que casi podía decirse que eran de cuero, en su torso una blusa de color blanco dejando un escote muy apetecible aparte de que el hecho se podía notar unos pechos redondeados y con la forma perfecta, me parecía creer que era Alexa pero en aquel momento todo me lo dijo cuando vi una cola moverse detrás de sus piernas, no podía ser estaba despierta; toda aquella hibernación había sido una fase de su cuerpo para poder acomodarse a su crecimiento su cara era preciosa tenia una combinación de jovencita y niña pequeña que era deliciosa y seguía teniendo el pelo de color verde al parecer le habían hecho dos coletas, y en su frente aquellos cuernecillos ya estaban algo crecidos, sus labios eran de un color rojo fuerte y aquellos maravillosos ojos que no había visto en tiempo que tanto me encantaban, incluso sus pequeñas alas ya eran mas grandes.

-- Mamiiiiiiii…-- dijo Rubí lanzándose a mis brazos, sus labios se acoplaron a los míos y su lengua se deslizo por dentro de mi boca empezando a jugar ávidamente con ella saboreándome por completa, no se ni cuanto duro aquel beso solo que no quería que acabase al terminar separo sus labios muy tiernamente, quedándose abrazada por un momento a mi.

-- Rubí…estas impresionante…creía que te había pasado algo…estaba muy preocupada por ti…-- dije con lagrimas en mis ojos pero con alegría en mi rostro y corazón.

-- Rubí estar bien…solo ser hibernación de crecimiento…Rubí echar mucho de menos a mami y a hermanita, ella estar muy alegre de volver a tenerte…-- dijo Rubí explicándome lo que había sucedido.

-- ¿Puedes escuchar a la hermanita…?… -- pregunte algo desconcertada.

Rubí se agacho un poco acercando el oído a mi vientre y sonriendo con su inocencia característica.

-- Rubí escuchar a hermanita…y estar muy feliz…-- dijo Rubí mientras me volvía a abrazar.

Parecía que hubiera sido un siglo en que no me hubiera visto ni yo a ella, al fin estaba conmigo de nuevo.

Estaba feliz pero cansadísima el viaje había sido largo, viendo la cama decidí desnudarme salvo la ropa interior y descansar, Rubí como de costumbre se acostó a mi lado abrazándome, me fascinaba volver a sentir aquel calor llenándome por completo, me quede dormida acariciando su pelo mientras ella me cubría tiernamente con sus alas.

Justamente a media noche me desperté, mi estomago gruñía y tenia algo de hambre, con cuidado salí de la habitación y me dispuse a investigar por suerte no tuve que ir muy lejos vi un cartel que ponía comedor y era lo mejor baza que tenia para saciar algo el gusanillo, el lugar era bastante grande tenia como una mesa de auto-servicio con bandejas al fondo una puerta daría a la cocina y en el centro una gran mesa con varias sillas a los costados no tenia ninguna ventana, pero las luces estaban encendidas varias de las chicas estaban comiendo al parecer no fui la única que tenia hambre, en cuanto me vieron me invitaron a acompañarlas una de ellas se levanto para acercarme una de las bandejas, llevaba un picardías de color rosa apagado pero transparente abierto por delante y un tanga de color blanco, sin embargo no llevaba ningún sujetador y sus pechos eran mas bien grandes y se movían mientras andaba aparte cuando mire a sus caderas por mi mente se pasaron muchísimas cosas al poder contemplar aquella cola negra moviéndose al ritmo, aunque mi imaginación fue detenida por una pregunta de las chicas.

-- ¿Qué tal te encuentras? …¿Ya no sientes dolor? …-- pregunto una, al parecer mi estado les preocupaba bastante.

-- Desde que Verónica pudo neutralizar el bloqueo, me siento genial incluso mejor…-- respondí explicándolo, pero se podía ver en su rostros a pesar de su alegría estaban preocupadas por Akemi.

-- ¿Piensas tener a la cría? …-- pregunto otra.

-- Si, deseo tenerla al principio dudaba bastante pero ya estoy convencida, aunque debería de ir a una ginecologa…y no creo que pudiese ya que no podemos usar la magia de Verónica ni conozco ninguna…-- respondí en que eso me era necesario y no sabia lo que fuera a pasar tampoco ni como seria.

-- No deberías de preocuparte por eso…tengo una amiga en un hospital en el que trabajo y podría ayudarnos…estoy segura que podrá verte…-- respondió una de ellas mientras saboreaba algo de atún.

-- Muchas gracias me vendría genial…al fin algo que se soluciona pero, pero como hacemos para que parezca distinta…-- dije yo intentando pensar la forma de camuflarme.

-- Eso es fácil, te maquillaremos y te teñiremos el pelo, seguro que serás distinta…-- dijo otra proponiendo una solución.

-- Muchas gracias a todas de verdad sois increíbles…-- dije yo con alegría, solo podía pensar que eran maravillosas siempre ayudándose entre ellas.

Axial nos pasamos un rato hablando entre nosotras bromeando y demás hasta que la puerta se abrió y apareció Catia bostezando, llevaba unas braguitas bastante ajustadas que redondeaba su trasero de color rojo con encajes en la parte de arriba y al parecer aquí casi ninguna dormía con sujetador, sus pechos eran magníficos aparte tenia los pezones duros debido al cambio de temperatura, en mi imaginación solo podía mas que relamerme de gusto.

-- Se puede saber que hacéis levantadas, mañana tenemos trabajo, venga volved a las camas…-- ordeno Catia, y me pareció bien en ausencia de Akemi alguien debía de llevar el orden y tenían mucho por hacer.

-- Perdón…es mejor que recojamos todo esto…hasta mañana Amanda…-- dijeron las chicas mientras recogían sus cosas.

-- Amanda es mejor que descanses mañana tendremos un duro entrenamiento…recupera fuerzas…-- me aconsejo Catia y pensé que seria lo mejor al parecer me tenia preparada toda una sesión de entrenamiento, aparte tenia que llamar por teléfono al hospital para ver como se encontraba mi padre.

En cuanto recogí aquello, me fui para mi habitación y observe que aun estaba dormida Rubí, decidí meterme en la cama intentando no despertarla, al hacerlo note su calor que me arropaba amorosamente y me quede dormida.

A la mañana note algo extraño sentía como mas calor del normal, levante las sabanas y me encontré a Rubí en mi entre pierna lamiendo, al parecer la había sorprendido.

-- Mami…Rubí tener hambre…-- dijo Rubí sonriéndome, ese fue el mejor despertar volver a sentirla conmigo y me encantaba.

Solo pude mas que atraerla la cabeza hacia mi sexo que ya estaba húmedo su lengua se introdujo dentro de mi, recorriendo todo mi interior entraba y salía rítmicamente pero con mucha suavidad yo no paraba de manar flujo mientras gemía de placer, ella lo saboreaba con su lengua incluso llegaba a mojar las sabanas, note que casi rozaba la entrada de mi útero, y empecé a gemir de manera viva intentando apagarlos por si despertaba a alguien fue maravilloso volver a sentir aquella lengua deslizarse, entrar y salir de mi vagina deseosa de tenerla, pasado un momento que estaba casi a punto de llegar al clímax Rubí se detuvo en seco y dándose la vuelta me coloco su pene que esta vez era mas grande y grueso no pensaba incluso que pudiera caberme en la boca, me coloco el glande en mis labios esperando mi lengua, mientras me miraba con su carita ruborizada y sus ojos casi llorosos al parecer había estado esperando aquello por tiempo y no pensaba defraudarla, le di un beso al glande, muy suave y fui abriendo la boca poco a poco notando como iba introduciéndose dentro de mi, notaba su sabor salado y a la vez dulzón mientras se deslizaba mi lengua empezó a juguetear recorriéndolo y enroscándose mientras lo llenaba de saliva, mis manos se aferraron a el como si mi vida dependiera de ello y empezaron a moverlo al ritmo que entraba y salía al compás de su pelvis, podía notar que me llegaba a la garganta de lo que había crecido, note como mis mandíbulas me dolían por lo gordo pero no me importaba solo quería sentirla que disfrutara como nunca, mientras ella volvía a empezar a lamerme yo seguía chupando, estábamos en perfecta compenetración, su lengua no paraba de moverse de chupar de entrar y de salir mi flujo manaba con mas fuerza manchándome los muslos y la cama sus gemidos se mezclaban con los míos, aquello acelero mas los movimientos de su pelvis quería corredse y yo también que ambas saboreáramos nuestros néctares, yo seguía chupando y moviéndola con las manos, hasta que al final sentí como un espasmo los dedos de los pies se me encogieron, y cerré los muslos para apresarla entre ellos pero sabia que no haría falta que Rubí me saborearía con apetito, mientras note que su pene se introdujo de golpe en mi boca con una fuerza inusitada descargando todo su semen en mi garganta directamente yo no pude mas que tragar saboreando lo espesa y caliente que estaba como si fuera el mas delicioso desayuno tanto para mi como para Rubí, su boca se apoyo en mi sexo y no dejaba escapar ni una gota incluso mientras me corría note como su lengua seguía dentro de mi notando mis espasmos, el semen ya me desbordaba incluso se salía por las comisuras de los labios era demasiado, pero a pesar de todo quería mas y mas mis ojos se pusieron llorosos por el placer, pasado un momento saco aquel magnifico miembro chorreando de saliva y mezclado con su esperma, aun goteando mi cara era de placer y cansancio pero no sabia que no fuera a darme descanso, aunque viendo que aun lo tenia erguido y desafiante me lo imaginaba.

Aun yo cansada Rubí se levanto y me cogio de espaldas a ella por los muslos dejándome abierta de piernas yo gire la cabeza para mirarle a sus ojitos tiernos y la bese en los labios, al parecer estaba esperando como mi permiso para continuar, apoye la cabeza de su miembro en la entrada de mi trasero esperando su empujo pero fue al revés la introdujo lentamente, venciendo la resistencia estaba deleitándose con aquel momento no quería desperdiciar ni un solo momento del placer que iba sintiendo, al principio me dolió un poco pero poco a poco fue desapareciendo, sustituyéndolo por el placer que siempre me daba mi pequeña Rubí, la mire a los ojos y pude ver su cara de placer era una sinfonía para mi, esta vez pensé que me moría parecía no acabar de introducirse dentro de mi, al final llego hasta la base, casi podía sentirla golpear mi estomago, sin embargo note algo mejor sus pechos contra mi espalda como sus pezones me la rozaban, estaban duros era una sensación maravillosa, al momento empezó a moverse al principio lentamente pero una vez hubo llevado un rato mi trasero comenzó a mojarse solo mezclado por la saliva y el esperma que aun tenia consigo, el movimiento y era rítmico entraba y salía dentro de mi con total libertad era maravilloso sentirla otra vez conmigo, yo estaba en el cielo pero no me esperaba lo siguiente que iba a ocurrir, aunque la verdad me encanto, mientras Rubí seguía moviéndose y mi mente ya estaba en la gloria escuche como la puerta se abría, y entro Catia tenia un espectáculo increíble delante de ella, estaba abierta de piernas, preparada para que ella me embistiera, esto iba a ser un sueño, no pude mas que abrazarme al cuello de Rubí y relamerme invitándola a nuestra fiesta.

No tardo ni mucho en unirse además no necesitaba casi ni desvestirse, se acerco a nosotras sin decir palabra mientras Rubí seguía moviéndose a su ritmo Catia empezó a lamerme mi vagina húmeda y caliente con su lenga áspera, necesitaba sentir eso de nuevo como se movía por toda ella saboreándome incluso llego a morderme suavemente el clítoris eso hizo que diera un grito de placer parecía no estar en este mundo, su lengua era un sueño áspera y sedosa a la vez, mi flujo empezaba a gotear por su boca cayendo al suelo dejando algunos pequeños charcos, cuando lo creyó oportuno se levanto, y se saco aquel pene maravilloso, restregó el glande contra mi sexo ansioso de tenerlas a las dos dentro de mi yo ya no podía resistir mas apoyo el glande rojo y vivo en la entrada y empezó a entrar lentamente, a cada centímetro yo gemía mas y mas no sabia si había caído en el cielo o en el infierno cuando al fin la sentí entera dentro de mi note como mi sexo lo aprisionaba aun mas fuerte, Catia empezó a moverse rítmicamente al compás de Rubí aquello era maravilloso, no paraba de manar flujo que se mezclaba Catia empezó a gemir, aquellos penes entraban y salían de mi a un ritmo demencial era maravilloso, sentirse llena nuestros pechos se bamboleaban al ritmo, los pezones de Catia rozaban con los míos poniéndose aun mas duros, sentía el pecho de Rubí contra mi espalda moverse y su aliento, volví la cabeza por un instante y la bese, apagando nuestros gemidos, brevemente nuestra saliva se mezclo con el sabor d e su esperma en nuestras bocas era esplendido, al momento volví a girarla y bese los labios de Catia fundiéndonos en un beso maravilloso, no se ni siquiera el tiempo que pasaría, pero note como sus penes se endurecían de golpe, sabia que estábamos cerca del orgasmo, y necesitaba sentir una cosa mas, aquella maravillosa bola de carne creció dentro de mi, apretándome por dentro, parecía querer partirme en dos, mis ojos casi se pusieron en blanco las lagrimas las abordaban mis mejillas, incluso era mas grande que antes Rubí tenso su cuerpo descargando dentro de mi todo su placer una riada de leche me recorrió por dentro inundándome, caliente espesa, Catia a su vez hizo lo mismo al notar aquella bola, sentí su leche recorrerme dentro de mi, mientras yo me corría entre espasmos casi llegue a desmayarme aunque no fue así, lo curioso que el miembro de Catia quedo aprisionado haciendo que se corriera aun mas, cosa que me encanto las tres gemimos fuertemente ya no nos importaba si nos escucharan aquello fue una explosión de placer sin control, mis paredes vaginales daban espasmos aprisionando el pene de Catia mientras aquella bola de carne me hacia gemir mas y mas de placer su vibración era muy rápida; mientras Rubí daba empujoncitos para llenarme todo lo que podía, debido al esfuerzo caímos al suelo, Catia no podía sacarla de mi interior, y nos quedamos durante diez minutos, hasta que al fin aquella maravilla de Rubí se aflojo un poco y pudo salir, yo notaba la leche salir dentro de mi a pequeños chorros incluso tenia un poco el abdomen mas abultado y mi trasero estaba mas dilatado incluso podría asegurar que si me hubieran metido un puño hubiera entrado con total facilidad, estando allí cogi ambos penes y los fui lamiendo sin prisa alguna saboreando los restos de cada una mezclándolos con mi saliva, hasta dejarlos limpios, había sido algo maravilloso.

Pasado un momento Catia se levanto algo agotada tambaleándose se dirigió al armario y lo abrió allí habían varias prendas de entrenamiento.

-- Ufff...…ha sido maravilloso…estoy hecha polvo…pero no tenemos otra mas que ponernos a entrenar, en el armario tienes algunas… ropas de entrenamiento aparte querrás ducharte…date prisa…te espero en la arena…-- dijo Catia mientras salía de la habitación dando algunos tumbos y apoyándose contra la pared.

Yo mire a Rubí su carita estaba ruborizada tenia los colores subidos completamente y una cara de felicidad, que no podía describir pero tenia razón Catia tenia que ir a entrenarme.

-- Bueno Rubí espero que estés por hoy saciada…para mi ha sido algo maravilloso…pero ahora debemos ducharnos…-- dije dándole las gracias a lo que había hecho Verónica no solo por esto si no por mucho mas, la recupere a ella y a la pequeña.

-- Rubí querer ducharse con Mami…Rubí estar saciada y contenta -- dijo Rubí sonriéndome, mientras me abrazaba al parecer adopto esa costumbre.

Diciendo esto me levante y me dirigí al armario la verdad que había poco donde elegir, aparte de unos leggins de color crema y un pequeño kimono para estar cómoda, pero bueno no se podía pedir mas.

Cogi la ropa y me fui a las duchas, al llegar me quede en blanco todas las chicas estaban allí, era un sitio bastante grande tenia un improvisado vestidor para deshacerse de la ropa y por dentro había una habitación separada por un muro de piedra delante arriba estaban las duchas, al entrar la mayoría se me quedaron mirando, incluso vi mover alguna de sus orejitas, incluso Rubí se dio cuenta lo que hizo que me abrazara marcando como si fuera de su propiedad; incluso alguna de ellas se relamía, abrí el grifo y cerré los ojos sentí el agua caliente de nuevo limpiarme por entera incluso pude notar como si el alma se despejara, era maravilloso sentirla recorrerme el cuerpo, no tarde ni cinco segundos en abrirlos, aquel sitio estaba desierto, de algunos grifos aun goteaban agua, las luces parpadeaban de vez en cuando, incluso la oscuridad parecía haber tomado vida propia, sentí un escalofrío recorrerme la espalda.

Las orejas y las dos colas se manifestaron sabia que aquello no era real, era otra premonición comencé a caminar entre las duchas mirando si pudiera encontrar alguna de las chicas pero no había nadie, salí al pasillo esperando encontrar a alguien.

-- Chicas… ¿Dónde estáis…? …-- pregunte sin obtener respuesta, el silencio se apodero del lugar.

Al momento las luces de la ducha se apagaron y desde atrás una oscuridad empezó a recorrer el pasillo apagando cada lámpara, el miedo se apodero de mí y comencé a correr intentando salir de aquel lugar pero por más que lo hiciera parecía que no avanzaba del sitio.

-- ERES MIA!!! …-- grito una voz desde esa oscuridad pude ver unos ojos de color rojo como el fuego acercándose mas y mas.

-- ALEJATE DE MI, VETE, DESAPARECE…-- grite desesperada viendo que se acercaba mas y mas, al momento sentí como aquella oscuridad me cogia del brazo, caí al suelo y empezaba a arrastrarme dentro de ella, intente liberarme forcejeando pero no había forma, al instante resbale y caí al suelo aquella cosa seguía arrastrándome dentro de ella.

Enseguida vi una imagen de mujer no muy delgada, alta con unas alas de murciélago y cuernos pensé que era La Gran Madre que había venido a ver como era devorada pero no podía verla con claridad estaba como envuelta en oscuridad pero era muy distinta a la que me estaba engullendo, acerco su mano, para ayudarme aunque no tenia mucho donde elegir.

-- Coge mi mano, si quieres sobrevivir no tengas miedo tu me conoces muy bien…-- dijo aquella mujer, no me quedaba otra alternativa, en cuanto la cogi sentí su piel calida; abrí los ojos y me encontraba en las duchas con las chicas mientras se cambiaban y demás.

Rubí se me quedo mirando extrañada yo me mire el brazo, tenia la señal de una garra, al parecer no fue tan sueño como parecía ser, estaba temblando aun sintiendo el agua caliente recorrerme, decidí olvidarme de momento mientras le lavaba el pelo a Rubí, mientras ella jugaba con las burbujas de jabón, pasamos así un buen rato disfrutando de aquello, cuando salimos me puse las ropas de entrenamiento y me cepille el pelo ami y a Rubí le puse la coleta suya de costumbre, Rubí de momento se puso la misma ropa, aunque ya le iba siendo necesaria mas y la que compre estaba aun en mi casa y estaba convencida que seria mejor no ir.

Fui al comedor esta vez había un gran revuelo las muchachas copian las bandejas para desayunar al menos parecían que las provisiones no escaseaban, me senté en una de las mesas aquel desayuno fue uno de los mejores bromeando y charlando casi nunca tuve desayunos tan amenos, al terminar me dirigí a la arena de entrenamiento Rubí subió a la parte de arriba para observarme, dentro de ella estaba Catia con la misma ropa que yo y dos espadas de bambú por un momento me pareció ver a Akemi allí dentro, la echaba demasiado de menos.

-- Muy bien…prepárate intentaremos ponerte en forma lo mas rápido posible…-- dijo Catia mientras me lanzaba una de las espadas de bambú.

-- Una cosa Catia…después de esto tengo que llamar al hospital para ver como sigue mi padre…-- dije preocupada por su estado.

-- Eso es mas difícil no tenemos teléfono ninguno… tendremos que ir a la calle a una cabina y es mejor que no tardes en llamar, lo mas seguro que le estén vigilando…-- dijo Catia previendo lo que pudiera pasar y era cierto.

-- Bueno será mejor que empecemos…-- dije yo mientras cogia una de las espadas de bambú.

Catia se lanzo de golpe atacándome a toda velocidad mi visión esta vez era mas precisa, casi podía divinar sus movimientos pero me seguía costando un poco varios de sus ataques se los pude detener, pero terminaba cayendo al suelo, al verme me daba la mano para levantarme avisándome que el enemigo nunca haría eso que incluso desde el suelo se podía ganar una pelea, así continuamos por mas de tres horas esta vez acabe con menos moratones.

-- Vaya parece que estas mejorando, eso esta bien…pero aun te falta mucho concéntrate en la sangre de Nekomata que tienes en tu interior…y nunca pierdas de vista a tu adversario, mira siempre a tu alrededor a veces es la mejor estrategia…y recuerda que el enemigo nunca te dará tregua…-- dijo Catia aconsejándome lo mejor que podía.

Así seguimos por un buen rato, yo empezaba a cogerle el truco a los ataques y los movimientos mi vista se acostumbraba a esa velocidad.

-- Bueno ahora toca otra cosa mas…como sabrás bien no siempre tendrás luz para poder ver a tu adversario…así que esta vez concéntrate en tu sangre y lucharemos a oscuras…-- dijo Catia previendo otra situación, yo sabia que eso era mucho mas difícil pero tenia que conseguirlo.

Diciendo esto Catia hizo un gesto para que apagaran las luces yo cerré los ojos intentando concentrarme en mi interior pero al abrirlos, note una presencia sabia que no era, Rubí ni Catia quien estaba ami lado, era fría casi llegaba a helarme la sangre se podía notar su maldad a mi alrededor, al fin pude ver sus ojos aquellos ojos rojos que fuesen lagos de sangre, casi me veía ahogar en ellos, empezaba a faltarme el aire.

-- AHHHHHHHHHH…-- grite desesperada, esperando que alguien encendiera la luz.

Catia al escucharme gritar encendió las luces rápidamente, sabia que no había sido ella ni siquiera había empezado a moverse.

-- ¿Qué te ocurre…?…-- pregunto Catia alterada, no sabia lo que había ocurrido.

En cuanto se acerco a mi me pudo ver aterrada en un rincón, con Rubí delante mía intentando defenderme de lo que pudiera pasarme.

-- ¿Estas bien…?… ¿Qué te pasa? …-- pregunto Catia sobresaltada al verme; estaba pegada a una de las paredes con los ojos que casi se salían de las orbitas y con la cara desencajada por el miedo no pudo hacer otra cosa que zarandearme un poco intentando que recuperara el conocimiento.

-- Rubí sentir algo malvado…Rubí defender a Mami…-- dijo Rubí mientras estaba nerviosa mirando en todas direcciones.

-- La oscuridad se…la oscuridad…se abalanzo sobre mi…-- dije tartamudeando por el miedo que aun me recorría por el cuerpo.

-- ¿Pero que ha pasado…?…-- volvió a preguntarme Catia intentando que respondiera.

-- No lo se…en cuanto apagaste las luces note algo a mi alrededor, era completamente frío, se notaba la maldad, sus ojos eran rojos… como profundos lagos de sangre…me vi en ellos ahogarme y morir…-- respondí entrecortadamente, lo que me había pasado pero mi descuido fue peor, cuando por error mostré el brazo con la señal de la garra que tenia marcada.

-- ¿Amanda pero…que es eso? …-- pregunto Catia asustada al ver la marca que me había dejado.

-- Antes en las duchas tuve…una premonición rara…las duchas estaban vacías y me vi perseguida por eso…y al parecer me agarro…alguien no se quien fue me ofreció su mano era una mujer…tenia las mismas alas que Rubí y cuernos…pensé que era ella…-- respondí resumiendo mi premonición en los baños.

-- Rubí no ser…no poder hacer eso…-- dijo Rubí extrañada.

-- Tu conoces alguna amiga tuya…quiero decir algún miembro de otra bandada… -- dije intentando averiguar quien hubiera podido salvarme de esa oscuridad.

-- Rubí conocer a miembros de otras bandadas…pero no ver por ciudad…ni olerlas solo estar la de La Gran Madre…casi todas ser pacificas…-- dijo Rubí mientras intentaba recordar si había algunas mas en la ciudad.

-- ¿Por qué dices eso…?…-- pregunto Catia extrañada.

-- Por que esa mujer me dijo que la conocía muy bien…-- respondí yo mirándole a los ojos.

-- Esto es rarísimo pero es mejor que nunca estés sola…y menos cuando haya oscuridad…Rubí ocúpate de que nada le pase en cuanto ocurra algo me avisas a mi o alguna de las chicas…es mejor que te duches y vayamos a llamar al hospital a ver que tal esta tu padre y recuerda no podemos tardar mucho…-- ordeno Catia su expresión había cambiado, parecía que creía saber lo que era pero no estaba convencida aun.

-- Rubí proteger a Mami no dejar que pase nada… -- dijo Rubí mientras me cogia en brazos, era sorprendente la fuerza que tenia cuando se encontraba saciada, sentí el mismo calor, que cuando aquella mujer me cogio de la mano.

-- Bueno ya puedes bajarme no te preocupes cariño…estoy bien ahora es mejor que me de una ducha y encuentre algo de ropa, pregúntale a Catia si tiene algo…-- dije mientras me iba desnudando, pero como siempre Rubí se quedaba hasta que me desnude entera, ya parecía que si no me miraba ella no estaba a gusto, le hice gestos con la mano para que se diera algo de prisa, era encantador como me protegía.

Mientras Rubí salio corriendo en busca de alguna ropa yo volví a sentir el agua nuevamente, recorrer mi cuerpo por entero, era como si algo de seda se pasease por el, por un momento cerré nuevamente los ojos, pero al parecer esta vez no sucedió nada extraño, en cuanto termine vi a Rubí sentada al lado de mi ropa sonriendo y esperarme verme mientras me vestía.

Le sonreí un poco mientras cogia la ropa interior, era de color violeta y con un lacito en la parte delantera de color rojo y tenia algunos encajes era muy linda, al parecer Catia no quiso darme sujetador, me dio un top con tirantes estampado lleno de flores, era muy lindo y de paso una minifalda con vuelo de color blanco y en los pies unos botines negros que se abrochaban con cremallera lateral, mientras me vestía Rubí no perdía ojo de mi, mis manos fueron al abdomen y lo sentí algo mas abultado de lo normal aparte aquel símbolo ya era una llama completa de color rojo vivo, pero no era posible no había pasado el tiempo suficiente para eso, o esta raza se desarrolla mas rápido de lo normal era otra posibilidad, de todas formas esperaba ir a la ginecóloga pronto, me cepille el pelo y me lo recogí en una cola de caballo como la de Rubí.

Pero poco me iba a durar, al instante entraron las chicas corriendo, me agarraron de los brazos me metieron en una habitación de ellas que tenia un tocador y un espejo con bombillas, en la mesa había varios cosméticos y aparte de algunos tintes para el pelo.

-- Bueno chicas que opináis, le queda mejor… ¿El negro o el cobrizo? …-- pregunto una de las chicas sin ni siquiera darme tiempo a responder.

-- El negro!!! …-- respondieron las tres al unísono, tuve que decirle adiós a mi color de pelo pero al menos esperaba que eso sirviera de algo.

Mientras una me teñía el pelo, la otra me estaba pitando las uñas y la otra me maquillaba, cuando terminaron me mire al espejo y no parecía la misma, ni siquiera llegaba a reconocerme en el espejo.

-- Bueno Rubí… ¿Qué te parece…? …-- pregunto una de ellas mientras me daba la vuelta.

-- Mami estar muy guapa…-- dijo Rubí abriendo la boca mientras me miraba.

-- Bueno estas lista para salir…esperemos que nadie se fije…nosotras al menos podemos reconocerte por ese olor que tienes…-- dijo una de ellas mientras me guiñaba un ojo con complicidad.

-- Muchas gracias a todas de verdad…os agradezco mucho lo que estáis haciendo…-- dije agradeciéndole todo su esfuerzo.

-- No hace falta que nos lo agradezcas…todas nos ayudamos…-- dijo otra mientras se reían, era increíble que a pesar de todo lo que estuvieran pasando seguían teniendo buen humor y como se ayudaban siempre entre ellas.

Diciendo esto abandone la habitación con Rubí afuera me esperaba Catia, vestía un pantalón de color rojo que le llegaba al trasero dejando mostrar un tanga de color blanco llevaba un top con mangas de color negro estampado con estrellas de lentejuelas y encima una chaqueta vaquera ligera, en sus pies unos zapatos abiertos por los dedos de color negro, en cuanto me vio me lanzo otra chaqueta vaquera para que me la pusiera.

-- Es mejor que no tardemos…y a propósito estas preciosa…han hecho un esplendido trabajo, si te viera por la calle ni te reconocería…-- dijo Catia halagándome, mientras me observaba de arriba abajo.

-- Bueno es mejor salir y darse prisa vámonos…-- dije mientras subíamos las escaleras para la superficie, yo casi había perdido la noción del tiempo al estar allí.

Cuando llegamos arriba pude ver que estaba atardeciendo, había mucha gente por las calles, de un lado para otro el ambiente estaba algo cargado, y los coches de policía estaban patrullando al parecer había mas de lo habitual, buscándome estaba convencida, pasamos algunas calles hasta llegar a una cabina, Catia me presto unas monedas para llamar.

-- ¿Doctor…? …Soy Amanda me gustaría saber como se encuentra mi padre…-- pregunte intentando meterle prisa todo lo que podía, sabia que el tiempo era esencial.

-- Amanda que sorpresa…espera un momento…-- dijo el doctor estaba segura que estaba intentando ganar algo de tiempo estaba convencida que le tenían vigilado como me había dicho Catia.

-- Date prisa cuanto mas tiempo estamos aquí peor es…-- dijo Catia metiéndome prisa para salir de allí cuanto antes.

-- Lo se…pero que quieres que haga…-- dije algo malhumorada por la prisa que me daba.

-- Perdona Amanda… ¿Pero tu padre no esta contigo? …-- pregunto el doctor extrañado.

-- No… ¿Por qué…? …-- pregunte totalmente extrañada, por la afirmación del doctor.

-- Por que según los registros, tu madre ha venido a por el y se lo ha llevado, según ella prefería tenerlo en casa…-- respondió el doctor.

-- Pero como es posible…-- dije asustada y al a vez sorprendida, el mundo se me había caído al suelo, para que lo querría mi madre.

No tuve ni tiempo de terminar la frase Catia me arrebato el teléfono de la mano y colgó de golpe.

-- ¿Qué ha pasado? …-- pregunto Catia extrañada por la expresión de mi rostro.

-- A mi padre lo han secuestrado…-- respondí yo con el semblante pálido.

FIN DEL CAPITULO 1


P.D: Bueno como dije aqui esta el primer capitulo de la 4ª temporada espero os guste :)
 
Lo ame, te lo juro, estubo increible, al principio pense que era tipo anime y eso, pero la historia me atrapo, realmente relatas muy bn te felicito, espero sigas con la historia :D
 
Muy buena historia, me tienes en ascuas!!! Por favor publica más capitulos pronto
 
Muchas gracias a todos por los animos y me alegra que la historia enganche y te aseguro que seguire poniendo los cap que haga aunque claro eso lleva su tiempo ahora estoy en un cap piloto por asi decirlo o una continuacion de 2 hombres solos a ver qeu tal :)
 
yarina, simplemente es espectacular. Especialmente para un adicto al anime como yo
 
Yarina nos tienes muy abandonados, espero que sigas publicando la novela
 
Nos preocupeis lo que pasa uqe este cap esta siendo mas largo que de costumbre tiene muchas cosas mas esa es la cosa, pero no os preocupeis que para esta semana saldra lo siento la tardanza perdon :llorar:
 
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