En otra anécdota contaba el abuelo que, él tenía su casa y un terreno (en la actualidad fue dividido en tres y viven mi hermana y dos primos con sus familias respectivamente), el cual en ese entonces, funcionaba de huerta, no estaba muy retirados uno del otro, caminando se hacía como 15 minutos aproximadamente.
Aun así en tiempos de cosecha, el sembraba maíz, se quedaba en el terreno en un cuarto que el mismo había construido para guardar herramienta y cuidar que no se la robara la famosa “mota”.
La mota en cuestión, era una señora muy conocida en el pueblo, por ser muda y robar en los terrenos las cosechas de todo tipo, ignoro como se llamaba y el porqué del apodo.
Total que el abuelo llego desde muy temprano a la huerta, hizo trabajo de campo todo el día, llego la tarde y empezó a llover por lo que el bisabuelo, se metió al cuarto. Llovió hasta que cayó la noche por lo que decidió tomar su pan y café y se dispuso a dormir.
Ya estaba adentrada la noche cuando empezó a oír como caminaban en el maizal y cortaban el maíz. Así que sus primeros pensamientos fue “la pinche mota ya está robando”, así que tomo un machete y abrió lentamente la puerta para sorprender a la dichosa mota.
La idea correr detrás de ella y espantarla, así que poco a poco se aproximó, con la poca luz de luna, el maíz mojado y el suelo enlodado, alcanzo a vislumbrar una persona agachada cortando el maíz, así que cuando estuvo muy cerca, el empezó a correr y a gritar “ahorita vas a ver pinche mota”. Esa “persona” rápidamente se levantó y empezó a huir, y el abuelo encabronado iba detrás de ella, tratando de no tropezar por la oscuridad de la noche, cuando en eso la persona aquella dio vuelta en un gran nopal que estaba próximo a la calle a toda velocidad, mi abuelo hizo lo mismo pero cuando dio la vuelta, ya no vio rastro de aquella persona, por más que corrió y vio a los alrededores, no pudo observar por donde huyó.
Así que con el coraje en el hígado, regreso al cuarto y se dispuso a dormir nuevamente y revisar que tanto había cortado la dichosa mota apenas diera luz el sol.
A primera hora se levantó y empezó la revisión pero cuál fue su sorpresa, que nada había sido cortado, todo estaba en perfecto orden, ¿entonces que se llevó? , su segundo pensamiento ¿y por donde se fue?, así que fue a revisar por donde habían corrido y seguir las huellas, pues como había llovido el suelo estaba enlodado. Ahí fue lo más raro de todo, estaban las huellas de él mismo, pero no de una segunda persona, por más que busco no había rastro de que él hubiera seguido a alguien más.
Cabe resaltar que décadas más tarde una de sus tataranietas vería a una persona transparente, así es, el fantasma de un hombre, muy cerca de donde dicen que fue la persecución, haciéndole señas de que había algo enterrado por ahí, pero no ha tenido valor de rascar para ver que se encuentra, y por las señas que dijo es un hombre muy similar al abuelo o sino que él mismo.