Buen día.
primera vez que escribo aquí, pero al leer algunas páginas de este post, 
decidí que sería bueno integrar al expediente mi propia experiencia personal 
al haber vivido 2 años en una casa "embrujada", y pongo la palabra 
"embrujada" entre comillas, pues realmente no sé como describir el estatus 
de esa casa.
Es decir, no sé si son fantasmas, demonios, energía oculta o algún otro 
fenómeno.
De hecho, no dudo de la existencia de algunos fenómenos que no alcanzamos a 
comprender aún, yo sostengo la teoría de que los escépticos, los 
verdaderamente escépticos, lo son solo porque aún no experimentan nada 
parecido a lo que se ha escrito por aqui.
Yo a los 10 años dejé de ser escéptico gracias a vivir en esa casa.
Ok, comienzo. 
Mi familia llego a rentar esa casa cuando yo teniá 10 años, llegamos mi 
padre y madre, mi hermano mayor (12 años)  y mi hermanitas ( 7 y 2 años )
en total 6 personas, 
La casa donde rentamos en esa época es grande, parte de un mini-complejo 
habitacional de 5 casas grandes ubicada en un pequeño edificio de solo 3 
pisos ubicado en pleno centro de Monterrey, N.L.
Nosotros tomamoc la casa ubicada en el 3er. piso, a mi me toco compartir la 
habitación con mi hermano mayor durmiendo en literas, y pared con pared 
nuestra vecina era una señora muy agradable llamada Doña Ninfa.
Que en paz descanse. 
Quizás por haber tenido esas vivencias a los 10 años de edad, la experiencia 
es menos traumática, pues apenas vas despertando a la vida y el darte cuenta 
de repente que hay algo más palpitando entre la vida que no es de este 
mundo, aprendes a aceptarlo y a tener la mentalidad mas abierta.
¿Que tan fuerte es lo que habita o habitaba en esa casa?
Bueno, ya pasaron 26 años, actualmente trabajo en el centro de la ciudad de
Monterrey, y hace poco fui a una farmacia Benavides para comprar aspirinas, 
pues me dolía un poco la cabeza. 
La casa de la que hablo, está a 7 casas de esta farmacia benavides a la que 
fui, así que fui a echar un vistazo.
La casa esta abandonada, tiene cadenas para no subir a los pasillos de las 
escaleras que llevan arriba y, hasta donde yo sé, nosotros fuimos los 
últimos que habitamos esa casa.
Incidentes hubo muchos cuando viví en esa casa.
Trataré de recordar algunos y escribirlos aquí.
Recuerdo por ejemplo...
Que cuando llegamos a vivir ahí, nos sorprendimos de la numerosa familia que 
tenía nuestra vecina Doña Ninfa, nosotros eramos 6 de familia, pero ella, yo 
suponía que por ser ya una persona mayor, pues tendría hijos, Nietos, 
Bisnietos etc.
y así era, los fines de semana era un desfile de personas que entraban a su 
casa. y lo peor era que hacían mucho ruido.
Mi madre era enfermera del imss y a veces le tocaba cubrir el turno de 
noche, entonces, cuando llegaba a casa por la mañana, le era casi imposible 
dormir, pues en casa de mi vecina doña ninfa era un constante mover de 
muebles, escuchar música o ver la tv a un volumen muy alto.
Nosotros, como recién llegados y por llevar la fiesta en paz, nunca 
protestamos a pesar de que veíamos que sus familiares a veces llegaban a las 
2 de la mañana ¡a empezar una reunión!
No protestamos, aunque mi madre empezaba a cansarse del escándalo.
Los que alguna vez vivieron o han vivido en una casa compartida pared con 
pared entenderán lo que digo, yo, por mi parte me acostumbre al ruido al 
poco tiempo de haber llegado.
Pero un día paso algo, y fue el detonante de lo que siguió después.
Resulta que un sábado por la mañana, después de otra madrugada
de pachanga de nuestra vecina, tocaron a la puerta. Mi amá salió.
Era Doña Ninfa que venía a visitarnos.
Mi madre pensaba que venía a disculparse por tanto ruido, pero lo que le 
dijo la sorprendió mucho.
La señora venía a quejarse, argumentaba que le era imposible conciliar el 
sueño cuando trataba de dormir una siesta, y ya ni hablar de dormir bien por 
la noche debido al escándalo, que deberíamos hacer menos ruido etc.
mi madre la interrumpió, le dijo que la que hacía ruido era ella y sus 
familiares, Doña Ninfa le dijo a mi amá que ella era de otro estado, que no 
tenía familia aqui. Mi amá le dijo que entonces quienes la iban a visitar
Doña Ninfa dijo que nadie la visitaba.
En resumen, ella pensaba que los de los ruidos eramos nosotros, y aseguraba 
ver entrar gente a nuestra casa, y nosotros pensabamos lo mismo de ella.
Mamá, lejos de asustarse, y no porque fuera muy valiente, sino por lógica, 
pensó que la Sra. Ninfa estaba ya senil. Aunque eso no explicaba la gente 
que nosotros veíamos entrar a su casa.
Lo mas escalofriante de todo ese asunto del ruido fue que despues de esa 
conversación entre mi amá y Doña Ninfa, el ruido cesó, es decir, fue como si 
nos estuvieran escuchando o vigilando y decidieron no perturbar mas
( por un tiempo solamente ) porque tiempo después el ruido y la gente
volvieron, pero solo de madrugada.
Nosotros aprendimos a taparnos con la cobija hasta arriba y a tratar de 
volver a dormir.
Saludos y buen día, supongo que luego seguire desahogandome de estos 
recuerdos. Gracias.