Yo coincido con el punto de vista respecto a evitar una formación religiosa. Es justo para un individuo (aunque se trate de un infante) darle opción de elegir. Ahora bien, el evitar la inducción hacia la religión no significa tampoco señalarla como algo no deseable, el punto es no ser parcial hacia ninguna alternativa. Con respecto a la ilusión que pueden generar personajes fantásticos, eso es muy subjetivo. En mi caso, mis padres me hicieron llegar los "hechos de la vida" a una edad muy temprana, y eso no significa que no tuviera ilusión de recibir algún presente o detalle, me atrevo a decir, que lo valoré mucho (quizá hasta más que si "por arte de magia" me lo hiciera llegar alguien), pensando en todo el esfuerzo y cariño que representaba para mis padres el darme un obsequio.