Este camino va de Mitla hacia los Mixes, en el estado de Oaxaca. Se rumora que en este sitio se ve a un ingeniero llorar por su familia
Esta leyenda tiene su origen en la época que se construyó la carretera de Mitla hacia los Mixes. Los pobladores cuentan que cuando se empezó con la obra, los ingenieros que trabajaban para ésta tuvieron muchas complicaciones: pues las labores que hacían al otro día se derrumbaban y simplemente no avanzaban, publica el sitio infiernitum.com
Ya cansados de que su trabajo fuera en vano, decidieron ir a investigar qué era lo que pasaba, a un pueblo cercano. Ahí, los habitantes les dijeron que debajo de esa carretera había una cueva que le pertenecía al diablo así que si querían hacer su construcción tenían que ir a hablar con él.
Una mañana, el representante de ellos decidió ir, y ya estando en la cueva gritó muy fuerte, llamándo a dicha figura demoníaca. Una vez frente a él le preguntó qué quería de ellos, y una voz le respondió: Sí quieren hacer la carretera tendrán que darme un carro de gente para apoderarme de sus almas, comenta leyendasixtlan.webcindario.com
Cuando la vía ya estaba construida, el ingeniero invitó a la gente del pueblo a que fueran a verla y así lo hicieron: cuando estaban a punto de llegar, el carro que los transportaba se volteó, muriendo todos. La gente dice que el diablo reclamó sus derechos del trato, ya que él ya había cumplido su parte.
Todos pensaron que había sido un accidente, pero sólo el ingeniero sabía la verdadera causa del accidente. Posteriormente, el ingeniero no se conformó con haber hecho su trabajo, así que fue hablar con el diablo, de nueva cuenta, pero esta vez le pidió dinero.
Él le dijo que sí se lo daría, entonces el ingeniero le preguntó que quería a cambio, y el diablo le contestó que él sabía como cobrárselas, que le daría una gran sorpresa.
Con el tiempo, el ingeniero se volvió millonario pero no todo fue felicidad, ya que sus siete hijos se fueron muriendo uno a uno y al final su esposa, quedándose completamente solo; entonces, cayó en cuenta que esa era la sorpresa que le había dicho el diablo.
Con el tiempo y la soledad el ingeniero se volvió loco y al poco tiempo murió. Desde entonces, en esa carretera se aparece este hombre llorando y pidiendo perdón por su egoísmo y su ambición.
¿Has sido testigo de esta u otra leyenda por las carreteras de México?
Fuente De10.com.mx
