Las orejas de burro parece una forma severa y anticuada de hacer que los niños se comporten, pero el ámbito público por lo demás conocido como Internet ha vuelto a poner de moda la vergüenza pública como medio de disciplina. El domingo, un “redditor” llamado AngryCommGuy publicó una fotografía titulada “Mamá atrapa a hija haciendo ciberbullying”, que él dice que fue publicada por una “mamá suburbana” en Facebook.
La imagen muestra a una chica, que parece estar en los primeros años de la adolescencia, sosteniendo un letrero y un iPod. El letrero dice: “Mi nombre es Hailey. Soy una chica amable, considerada e inteligente, pero tomo malas decisiones con los medios sociales. Como castigo, estoy vendiendo mi iPod y donaré el dinero a la organización benéfica Beat Bullying, con la esperanza de cambiar mi conducta así como crear conciencia sobre el bullying. Porque hacer bullying está mal”.
En una era en que incluso algunos jueces sentencian a la gente usar letreros humillantes para expiar sus delitos, este es sólo uno de muchos incidentes reportados por los medios sobre padres que usan la vergüenza en línea para disciplinar a sus hijos. Y aparentemente, puede ser una herramienta poderosamente aversiva. En el 2012, una mamá en Texas publicó una foto de su hija de 12 años sosteniendo un letrero vergonzoso en Instagram como castigo por publicar un selfie donde aparece con una botella de vodka. La madre le dijo a ABC News, “de hecho pidió nalgadas en lugar de eso; rogó que le diera de nalgadas”.
El redditor no respondió a las peticiones de Yahoo Shine para comentar al respecto, pero en el sitio de redes sociales, ahondó al explicar que la reacción a la fotografía en Facebook era “de aprobación total”. Se puede argumentar que la madre le está enseñando a la hija una lección valiosa –y que nunca olvidará– al mostrarle precisamente cómo se siente ser humillada en línea. “¡Educar a los hijos! *Puño levantado en el aire*”, escribió un lector. Otro recordó, “cuando tenía 6 años, mi mamá me atrapó cuando le hacía bullying a un niño por ser pobre/sucio. Me hizo usar el mismo atuendo sin lavar una semana. ¡BAM! Empatía aprendida”.
Sin embargo, muchos otros acusan a la mamá de estar haciendo ella misma cyberbullying. Uno preguntó, “Cómo enseñarle a tu hija a no ser una ciberbully; publicar una fotografía sentenciosa de la chica en Internet para que la gente pueda ver lo mala que es”. Otro añadió, “pienso que avergonzar a tus hijos es una forma espantosa de educarlos y todas las respuestas de ‘criar hijos: lo estás haciendo bien’ (que) este tipo de publicación recibe son muy tristes”.
Aunque tal vez la madre tenía buenas intenciones, a la terapeuta de familias y experta en crianza de hijos Karen Ruskin le preocupa que al hacerle a la hija lo que le hizo a otra niña, el ciclo continúe. Ruskin le dijo a Yahoo Shine que un padre o madre está en lo correcto al tomar medidas –ve a muchos padres que tienen una actitud de “mi hijo no sería capaz de eso” en lo que se refiere al bullying– pero siente que este tipo de castigo perpetúa el problema y no le enseña al chico sobre una verdadera empatía. “El ciberbullying es dañar psicológicamente a alguien usando medios sociales. Ahora tú pones a tu hija en una posición en la que está siendo avergonzada”.
Ruskin dice que sería más benéfico para todos si la hija fuera a la casa de la víctima para disculparse cara a cara: “Estar parada ahí con una nota no ayuda a la otra persona”. Aunque Ruskin siente que los padres que usan este tipo de castigo podrían tener buenas intenciones, no obtendrán el resultado que buscan ya que contradicen su propio mensaje. “¿Y darle su iPod a una organización benéfica? Preferiría que done su tiempo. Algún día, estoy segura, la hija va a recibir otro iPod”.
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