Los rudos métodos de Miranda de Wallace: ¿venganza personal con permiso del estado?

kosterr

Bovino maduro
#1
Un reportaje de la revista Proceso señala, al detalle, como la protección oficial del presidente de la república y el procurador defeño permitieron a Isabel Miranda de Wallace el abuso de poder, la tortura y otros privilegios especiales en la búsqueda de los culpables de la muerte de su hijo. Una personalidad autoritaria y despótica aparece bajo la lupa de Jorge Carrasco.





Lo sordido del caso Wallace / Jorge Carrasco para Proceso





Documentos oficiales y testimonios de los presuntos implicados en el secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace Miranda acusan a la virtual candidata del PAN al gobierno capitalino, Isabel Miranda de Wallace, de haber incurrido en ilegalidades, incluyendo actos de tortura, al seguir el caso de su hijo. Los relatos de madres, hermanos y hasta tíos de las personas encarceladas por estos hechos coinciden en los señalamientos: la señora Wallace está utilizando el poder que le da su “amistad” con el presidente Calderón y con el ahora exprocurador capitalino Miguel Mancera.




Isabel Miranda de Wallace, poderosa mujer (Foto: notimex)​




Un día después de la desaparición de su hijo Hugo Alberto, Isabel Miranda de Wallace ya tenía localizado el lugar donde asegura que lo mataron cuando intentaron secuestrarlo. En menos de 24 horas ubicó su camioneta, dio con el departamento que denunció como escenario de los hechos que la convirtieron en figura pública y ya tenía referencias de dos de los señalados como responsables.

La madrugada del martes 12 de julio de 2005 ya había puesto una denuncia por la desaparición de Hugo Alberto. Ya sabía que una joven atractiva conocida como Claudia era una de las implicadas, lo mismo que un policía judicial. Más todavía, le dio una pista al Ministerio Público: había que localizar a Jacobo Tagle Dobin. Proporcionó su dirección.

Según la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIS/146/2005, abierta por la desaparición de Hugo Alberto Wallace Miranda, gracias a la declaración de un vecino curioso, al dicho de un niño que estaba en el edificio y por un sobre que le envió a su casa un anónimo con varios correos electrónicos, empezó a reconstruir las circunstancias de lo ocurrido en el departamento 4 del número 6 de la calle Perugino, en el sur de la Ciudad de México.

En poco más de dos meses ya sabía quiénes integraban –y cómo operaba– “la banda de secuestradores”: el exjudicial del estado de Morelos César Freyre Morales; la bailarina Juana Hilda González Lomelí, Claudia; el comerciante Jacobo Tagle; su novia Brenda Quevedo Cruz, y los hermanos Alberto y Tony Castillo Cruz.

Durante medio año la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) careció de elementos para consignar a los señalados. No fue sino hasta el 8 de febrero de 2006 cuando pudo enderezar los cargos de secuestro y asesinato a partir de una ampliación de declaración de Juana Hilda, en la que detalló la supuesta participación de cada uno.

Esa declaración contradijo dos previas en las que negaba los cargos. Pero no la ha ratificado porque fue tomada sin asesoría legal, fuera del lugar de arraigo y bajo coacción de los agentes del Ministerio Público Fermín Ubaldo Cruz y Braulio Robles Zúñiga, según el expediente 180/2010 abierto por el Instituto Federal de la Defensoría Pública del Consejo de la Judicatura Federal.



Los ministeriales la amenazaron con hacerle daño a su familia, como ya lo habían hecho con la mamá y la hermana de César Freyre, a quienes encarcelaron por supuesta extorsión. Según se lee en el expediente, en esa declaración se incluyó un careo, no solicitado por Juana Hilda, en el que ésta supuestamente le pidió perdón a Isabel Miranda.

Fermín Ubaldo y Braulio Robles también son identificados por Enriqueta Cruz Gómez, madre de Brenda Quevedo Cruz: “A mediados de 2006 me citaron en la SIEDO. Braulio me presentó a su jefe, Fermín Ubaldo Cruz, quien me empezó a atender amablemente, pidiéndome que le dijera dónde estaba mi hija”, dice Enriqueta en entrevista con este semanario.

Brenda había huido a Estados Unidos. Se escondió cuando Isabel Miranda colocó varios anuncios espectaculares –ella es empresaria del ramo– con su fotografía, acusándola del secuestro y desaparición de Hugo Alberto.
Sigue Enriqueta Cruz: “Obviamente no le dije nada hasta que el hombre se desesperó y empezó a golpear la mesa. ‘¡Hable, con una chingada!’, le soltó.

“Así como usted está aquí sentada, así han estado la mamá y la hermana de César Freyre y las metí a la cárcel”, le dijo. Enriqueta Cruz preguntó: “¿Y por qué las encerró?”. El ministerial se desesperó tanto que ordenó que le quitaran unos cabellos y le sacaran sangre. “¿Para qué?”, se defendió la mujer. “Para cuando encontremos muerta a su hija, porque la vamos a encontrar muerta”, le gritó el funcionario.




Brenda Quevedo






Brenda Quevedo, presunto señuelo para el secuestro de Hugo Alberto (Foto: terra.con.mx)



Brenda fue extraditada de Estados Unidos en septiembre de 2009. Llegó en un avión de la PGR en el que también viajaba Braulio Robles. Miranda la esperó en el aeropuerto con una pancarta que preguntaba: “¿Dónde dejaste a mi hijo?”. Antes de que fuera presentada ante los medios le ofreció “beneficios jurídicos”.

Brenda la encaró. Fue traslada al Centro de Readaptación Social de Santiaguito, en Almoloya, Estado de México. Según su testimonio, narrado en una carta fechada el 29 de noviembre de ese año, alrededor de las siete de la mañana del día 27 una custodia fue por ella para una supuesta audiencia. Con el consentimiento del director del penal la llevaron a una sala.
Dice que cuando entró vio a tres personas volteadas hacia la pared. Vestían de traje. Se pusieron pasamontañas. Tenían las manos enguantadas. Desesperada, Brenda comenzó a gritar. Afirma que la sujetaron.

“Ya sabes por parte de quién venimos, hija de tu pinche madre”.
Llorando respondió:
“Sí. De la señora Isabel Miranda de Wallace”.
“Ahora sí vas a sentir lo que sintió Hugo el día que lo secuestraron”, sostiene que le dijeron. Enseguida, asegura, le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, la tiraron al piso, la patearon en el estómago y le golpearon la cabeza.

De un maletín sacaron un juego de esposas, vendas, jeringas, grabadora, papel, pluma y “una maquinita plateada que yo asumo era de toques eléctricos”, escribió Brenda. Le taparon los ojos. Asegura que la jalaban del cabello y le acercaron la grabadora.
Uno de los hombres le dijo: “A ver si ahora sí nos vas a decir dónde está el cuerpo de Hugo. Nos vas a dar una dirección y te vamos a sacar del penal. Y si nos das un dato en falso, te vamos a torturar hasta que te dejemos irreconocible y vamos a ir con cada uno de tu familia. Tu hermano está en Canadá, ¿no?”. Brenda sostiene que la agredieron sexualmente.

Según narra, sacaron una jeringa con una sustancia roja. Le dijeron que era sangre infectada con VIH. Que se la iban a inyectar si no firmaba la confesión de que ella había sido la responsable del secuestro. Le ponían la pluma en la mano. Al cabo de un rato, tras una llamada a la puerta, recogieron sus cosas y se fueron.
Un año después, en otra carta, fechada en noviembre de 2010, refiere la supuesta tortura que sufrió el 13 de octubre anterior, cinco
días después de ser trasladada a la colonia penal federal de las Islas Marías. Con el pretexto de que le encontraron unas pastillas en su cama la llevaron a “la borracha”, una celda de castigo.
Hacia las tres de la mañana ya del día 14, dos custodias la sacaron de la celda y la subieron a una pick up blanca conducida por un hombre. Media hora o 40 minutos después del oscuro trayecto, en el que escuchó y vio el mar, pararon en un lugar con vegetación. Bajaron y la dejaron en una pequeña casa en construcción.
No había luz. Sólo una cobija vieja en el piso. Se quedó dormida sobre ella. Como a la una de la tarde, por la ventana vio llegar una camioneta tipo Van blanca, con vidrios polarizados. Se abrió la puerta y entraron cinco o seis hombres encapuchados, pantalón de mezclilla, playeras blancas de tirantes y zapatos negros. El primero que se acercó a ella le dijo: “Ora sí ya chingaste a tu madre. ¿Te acuerdas de nosotros? Ahora sí nadie te va a oír”.
Siempre según su relato, le vendaron los ojos y la envolvieron en la cobija con cinta canela. La mojaron. Le quitaron los zapatos y los calcetines. La acostaron y al mismo tiempo le empezaron a echar agua en la nariz y la boca. Le dijeron que si no le daba lástima que su mamá pagara “por sus chingaderas”. “La íbamos a matar el día que se operó de los ojos o a dejarla ciega, pero luego pensamos que ella no tiene la culpa”.
Con la humedad la venda se le corría y distinguió los ojos café claro de uno de sus agresores, reconoció a uno de complexión robusta y velludo que a veces se ponía encima en ella.
Seguían los golpes en el cuerpo. Sangraba. “¿Ahora sí sabes por qué estamos aquí?”. “Por el secuestro de Hugo”, respondió. Uno de ellos la golpeó tan fuerte que la dejó medio sorda y le dijo: “Del señor Hugo, para ti”. Le amarraron un alambre al dedo gordo del pie derecho y le echaron más agua. Le dieron toques.
Sacaron una grabadora. “Tienes que decir que llevaron el cuerpo de Hugo al departamento de Perugino, que sacaron su cuerpo en bolsas y usaron tu coche para botarlo. Di que tú tomaste las fotos del cuerpo”. Prendían la grabadora cuando Brenda repetía: “Lo dejamos en un acueducto y en unas maletas en un terreno”.

Uno de ellos le dijo: “Más te vale no ir de nuevo a tus pinches desmadres de derechos humanos. Date cuenta del poder que tenemos para venir hasta este lugar. Tenemos mucho poder. Te metiste con la persona que no debías. Esto te pasa por molestar a la señora, a su esposo y a su familia”.

Uno de los hombres le dijo:

“Vas a pedir hablar con el juez y le vas a decir que te arrepientes de todo el mal que has hecho, que es cierto todo lo que dijo Hilda y le vas a pedir perdón a la señora Wallace”.

El personal que la había llevado un día antes la regresó a “la borracha”. Salió el día siguiente, pero la mantuvieron aislada. Pasó casi un mes para que la dejaran hablar por teléfono y contarle a su mamá lo sucedido.




Alberto y Tony Castillo







Isabel Miranda; ¿de justicia a venganza? (Foto: reporteindigo.com)​







El 12 de octubre de 2010, un día antes de la presunta tortura de Brenda, habría sido el turno de Alberto Castillo Cruz, acusado junto con su hermano, Tony, de mutilar el cuerpo de Hugo Alberto. Ocurrió en el penal de Puente Grande, que junto con el de las Islas Marías y demás penales federales dependen del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

Alberto ya había sido golpeado el 8 de marzo de 2006, cuando fue detenido cerca del Monumento a la Revolución –a un paso de la SIEDO– por personas vestidas de negro y cubiertas con pasamontañas que acompañaban a Isabel Miranda.

El relato de las presuntas torturas infligidas a Alberto y las amenazas a sus familiares es hecho por la madre de ambos, María Elena Cruz Bustamante, quien sostiene que desde la fecha citada la amenazaron con matarla a ella y a su tío, Luis Carrillo Bustamante, si no decía que él y los señalados por Miranda eran los culpables de la desaparición. “Más te valía haber matado al hijo del presidente. Vas a temer el poder que tiene la señora Wallace”.

Le preguntaban por su hermano y su “prima”, Brenda Quevedo Cruz. “No es mi prima. La he visto en alguna ocasión, pero no es una amistad”, contestó Alberto, refiere María Elena Cruz en entrevista. “Le cortaron cartucho y siguieron las amenazas. Dos horas y media después lo entregaron a la AFI”, entonces al mando de García Luna.

El 22 de marzo de 2006 Tony se presentó en la SIEDO. Ahí lo detuvieron. Cuando declararon ante Braulio Robles, Alberto y Tony le dijeron que eran ciudadanos estadunidenses y trabajaban en México para empresas de ese país. “Aquí están en México y aquí se chingan”, les respondió.

Fueron arraigados y después de dos meses, enviados al Reclusorio Norte (Reno), donde los extorsionaron por ser “secuestradores y asesinos”. Año y medio antes de ser sentenciados, y sin aviso a la familia, los enviaron a penales federales. Alberto a Puente Grande. Tony a Matamoros. Estuvieron segregados nueve meses.

Desde mediados de 2006, cuando fueron enviados al Reno, comenzaron las amenazas telefónicas a sus familiares: Si daban aviso a la embajada estadunidense iban a matar a sus hijos en el reclusorio. A ellos les decían lo mismo. Ya saben de parte de quién. “Como tres o cuatro veces me llamó una voz de mujer”, cuenta la madre de los hermanos Castillo.

“Fueron las mismas amenazas durante años. Ellos callados por su lado, y yo por el mío. Por el miedo de que nos iban a matar”. Alberto, quien está por cumplir 39 años, fue enviado al penal de Puente Grande. Allí, asegura la madre, el 12 de octubre de 2010 fue torturado para que firmara su culpa. A cambio sería “testigo protegido de la señora Wallace”. “Prefiero morirme”, retó.

Como en el caso de Brenda, afirma la señora Cruz, hombres encapuchados fueron los que actuaron. Fue en un cuarto del Centro de Observación y Clasificación (COC) de Puente Grande. Los embozados lo esposaron de manos y pies. Lo envolvieron en una sábana y lo empezaron a golpear. Para asfixiarlo usaron agua y bolsas de plástico.

Un hombre le apretaba el cuello con una toalla y le tapaba la cabeza con una bolsa, mientras que otro, uno chaparro, lo golpeaba. A uno más lo describe como “un hombre peludo, corpulento, moreno”. Fue delante de Robles Zúñiga, le dijo a su familia.

“Tienes que decir que participaste. Y lo vas a hacer ante el juez”, le dijeron. Al día siguiente lo llevaron al juzgado. Ahí –afirma la señora Cruz– estaban Braulio Robles, Isabel Miranda y su hermano Roberto, a quien identificó como una de las personas que, pistola en mano, lo detuvo en marzo de 2006.

En la audiencia Alberto denunció la tortura. Al siguiente día le pasó lo mismo. De nuevo en el COC. “¿Con que te pasaste de pendejo ayer?”.

Sigue el relato de María Elena Cruz:
Uno de sus torturadores no dejaba de mirar hacia la puerta y hacia arriba. Fue como se dio cuenta de que Isabel Miranda y el director de Puente Grande, Francisco Javier Gómez Meza, presenciaban la tortura. Una semana después Gómez Meza fue destituido, acusado de narcotráfico. Para comprobar ese señalamiento Alberto pidió los videos de las cámaras del penal, incluido del COC. No se los dieron. Le dijeron que los borraban cada tres días.
Alberto decidió entonces que su familia avisara a la embajada estadunidense, que desde entonces los asiste. A Alberto también, primero a través del consulado de Guadalajara y ahora mediante el de Hermosillo, pues a finales del año pasado fue trasladado al penal de Guasave, Sinaloa.





Jacobo Tagle






Jacobo Tagle, acusado acusador (Foto: notaroja-koneocho.blogspot.com)



Dos meses después de las presuntas torturas a Brenda y a Alberto, Jacobo Tagle Dobin fue detenido en el Estado de México. Fue el último de los seis señalados por Miranda. Lo presentaron a la prensa el 4 de diciembre de 2010.

En una carta, fechada un día antes en Cuautitlán Izcalli, narra lo que, afirma, fueron las circunstancias de su detención: hombres encapuchados, vestidos de negro que circulaban en autos particulares lo esposaron y lo subieron a una camioneta panel blanca donde iban otros encapuchados. Le cubrieron la cabeza y al cabo de 40 minutos de trayecto, según calcula, uno de los hombres le dijo a una mujer:

“Ya tengo su paquete. ¿Qué quiere que hagamos, señora?”.
Según Tagle la respuesta fue:
“Tortúrenlo hasta que diga dónde está mi hijo”.
La camioneta avanzó unos 15 minutos más. Cuando se detuvo le vendaron los ojos y le quitaron los zapatos y los calcetines. Le pusieron una bolsa en la cabeza. Sintió que se subieron en sus piernas y otro lo apretaba. Estaba con el torso desnudo, vendados los tobillos y los brazos. Repitieron la operación.

Le echaron agua en la cara. Se asfixiaba. “Si se le empiezan a poner moradas las uñas, me avisan”, escuchó. De nuevo, a taparle la nariz y la boca, a echarle agua, a golpearlo en los oídos, a apretarle el estómago.

Volvieron a poner la camioneta en marcha. “Ahora sí, vamos a la Procu. Tienes que aceptar todo”.

Ahí “un señor canoso, creo que era el jefe, me dijo que iba a entrar la señora Wallace y que si no cooperaba con ella me iban a dar otra chinga… Entró un chaparro que venía de jeans y camisa a cuadros. Sacaron una pistola, cortaron cartucho y me apuntaron a la cabeza”.

Siguieron las amenazas:

“Más vale que cooperes o te mueres. Te he estado buscando por todos lados y me las vas a pagar. Tengo bien ubicada a tu mamá Raquel y a tu hermana Judith, y tenemos clavado a tu hermano Salomón”.
Relata Jacobo:

“Se salió el chaparro y regresó con la señora Wallace, su hija, su sobrino y dos señores más. La señora se puso del otro lado del escritorio y me dijo que me iba a morir, que iban a lastimar a mi familia y a refundir a mi hermano (también acusado de secuestro) en la cárcel”.
Le pidió que le ayudara a refundir en la cárcel a César Freyre, Hilda, Brenda y los hermanos Castillo “porque ella era amiga del presidente Calderón, del procurador general de la República, de Miguel Mancera (procurador del DF) y de muchos políticos.

Le pidieron que repitiera lo que le decían. Cuenta que el sobrino de la señora, que no identifica, grabó la declaración, mientras que su hija escribía en una laptop.

“No me dejaron hacer ni una llamada y me hicieron firmar unos documentos que no me dejaron leer. Nos dirigimos a Cuemanco y la señora me dijo que ella me iba a señalar un lugar donde supuestamente se tiró el cuerpo de su hijo”.
“Me llevaban en una camioneta tipo Van y ella iba en una Cherokee, con muchos escoltas y policía. En Cuemanco me pasaron a la Cherokee y la señora me dijo: ‘Nos vamos a detener y vas a caminar. Donde veas una entrada de casa, dices que ahí es. Entras y vas a ver unos montones de arena movidos y vas a decir que ahí tiraron el cuerpo de mi hijo”.
“De ahí me llevaron a la Procu y en la mañana me llevaron a Toluca”. Ahí el 4 de diciembre lo presentaron a la prensa. En esa ocasión, Isabel Miranda pidió que se levantara la playera para constatar que no estaba golpeado.

En su declaración ministerial del 14 de diciembre de ese año en el Juzgado Primero de Distrito en Procesos Penales Federales con sede en el penal de alta seguridad del Noroeste, en Nayarit, ratificó que fue torturado.

En esa declaración también se lee que Jacobo Tagle “igualmente desea agregar que la señora Isabel Miranda también le dejó en claro que no le convenía ponerse en su contra o negarse a declarar, porque dentro de poco iba a tener un cargo político y con más poder podría acabar con su familia”.

Tagle, de 32 años, está recluido desde octubre pasado en el penal de alta seguridad de Villa Aldama, en Perote, Veracruz.




César Freyre






Cesar Freyre, jefe de la banda de plagiarios de Hugo Alberto Wallace (Foto: sispe.com)​




César Freyre Morales, expolicía judicial de Morelos y señalado por Miranda como jefe de la banda, también fue torturado para declararse culpable, asegura su madre, María Rosa Morales Ibarra, quien fue encarcelada acusada de extorsión por Luis Saucedo, a quien ésta identifica como chofer y asistente de Miranda.

Pasó un año y medio en la cárcel. Lo mismo que su hija Julieta, coacusada por Saucedo. Las detuvieron el 8 de junio de 2006, cuando fueron a la SIEDO a ver a Freyre, detenido tres meses antes. Morales asegura que el entonces titular de la Subprocuraduría, José Luis Santiago Vasconcelos, la presionaba para que le dijera dónde estaban las casas de seguridad y las cuentas bancarias de su hijo.

Los tres fueron arraigados. César fue trasladado a La Palma y ellas a Santa Martha. Allí pasaron un año nueve meses sin que se les comprobara el cargo. Salieron libres bajo fianza cuando reclasificaron el delito del fuero federal al común. Julieta, de 40 años, murió el 2 de octubre de 2009 de un derrame cerebral poco después de salir de la cárcel.

fuente: http://pulsociudadano.com/2012/02/l...ace-venganza-personal-con-permiso-del-estado/
 

JRO

Bovino de la familia
#2
pues fuerte la informacion, aunque, sinceramente, como padre, considero que fue muy "suave", muy, muy suave

ahora se ve fuerte, desde el punto de vista politico, pues cambio la situacion de ella, pero como padre o madre, ufff, hasta le falto, creo yo
 
#3
Shale, el poder en las manos equivocadas puede hacer que un animal como el ser humano, se olvide por completo de eso mismo, ser humano.
 
#4
pues vaya, no esta bien pero tampocoesta mal, esa es la paradoja. igual y esa riquilla se rebaja... claro tiene quien diga que no es cierto.
 

Zephyros

Bovino de la familia
#5
Yo tengo la duda de porqué esta información "se cuela" justo ahora que vienen las elecciones presidenciales, vamos que si hablamos de complots, prefiero re-leer "El complot Mongol"...

No estoy disculpando a nadie, simplemente pongo en la mesa la "posibilidad" de que se trate de un intento por desprestigiar a alguien que carece de prestigio como lo es el PAN con todo y sus políticos y candidatos, casi hasta parece una pérdida de tiempo.

A ese tipo de basura nos tenía acostumbrados el partido más viejo que ahora se disfrazó de "nuevo", la gran diferencia es que en ese entonces no se podía levantar la voz para intentar defenderse y ahora aunque puedas gritar con toda tu fuerza, nadie te hace caso.

El "gobierno pederal", ha dejado en claro que ellos hacen lo que se les antoja, sirva o no, a los ciudadanos, ellos imponen funcionarios (cof, cof, Fepade, cof, cof) y ellos dicen dónde y cuándo baila el perro.

Me pregunto hasta cuándo estaremos dispuestos a permitir que sea así... -_-
 

Joker

Moderador risitas
#6
Por supuesto que está mal, justamente esto lo habíamos discutido hace unos meses, cuando el gobierno calderonista premió a la mujer con la presea nacional de la defensa de los derechos humanos. Y está mal porque el Estado no debe permitir que ninguna venganza (por muy "justa" que sea) cometas actos como estos. Y aquí vemos que no solo no la han castigado, sino que hasta la premiaron y la elevaron a los altares.

Ahora entienden como es que Miranda de Wallace, la mujer que ganó el premio nacional de derechos humanos, también apoya la pena de muerte.

Con lo que parece decir "Ay sí, ay sí, tengo un premio nacional de derechos humanos".

 

Heretic Elite

Bovino de alcurnia
#7
Y todo esto sucede, por q el estado, no cumple, ni hace cumplir las leyes, ni normas q nos rigen, muy al contrario, pareciera q la "justicia" esta al mejor postor, prostituyéndose. Dejando al ciudadano indefenso.
Unos tomando justicia por propia mano, y cometiendo atrocidades, otros, q se valen de palancas u dinero, para realizar la labor q el estado no sabe, ni desea hacer. Esto pareciera, del tipo de guardias blancas, o escuadrones de la muerte como en Brasil, o los pepes en Colombia.
Y las mujeres y hombres de buena voluntad, donde quedan? Q se jodan!!!
 

zaike buttowski

Bovino Milenario
#8
Pero bueno los secuestradores no tienen remordimiento alguno a la hora de secuestrar, torturar y matar a una persona una ves vi un videi en una pagina web en donde ponen a un joven de no mas de 17 años a pedir dinero para su rescate mientras el secuestrador lo agarra a patadas y le pega con un cinturon (el joven esta desnudo) desde ese dia que vi aquel video wow malditos secuestradores pero lo que aqui se hace aqui se paga
 

Joker

Moderador risitas
#9
Pero bueno los secuestradores no tienen remordimiento alguno a la hora de secuestrar, torturar y matar a una persona una ves vi un videi en una pagina web en donde ponen a un joven de no mas de 17 años a pedir dinero para su rescate mientras el secuestrador lo agarra a patadas y le pega con un cinturon (el joven esta desnudo) desde ese dia que vi aquel video wow malditos secuestradores pero lo que aqui se hace aqui se paga
Es porque son secuestradores, eso hacen. El Estado no puede hacer lo mismo. Menos si sirve a intereses de venganza de una persona, porque en ese caso, todos pediríamos venganza por los distintos crímenes de los que somos víctimas. Ya no sería un estado de justicia el que prevalecería, sino la ley del Talión: ojo por ojo.

La nota rescata varios aspectos, más allá de si están o no a favor de la venganza:
a) Miranda de Wallace se sirvió del poder gracias a sus contactos. Lo cual es tráfico de influencias.
b) El uso de este poder no fue para buscar solamente justicia, sino venganza.
c) Los tribunales fueron hechos a un lado, y ella se convirtió en juez y jurado, dictaminando quienes eran culpables y quienes inocentes.

La discusión de si los secuestradores son muy malos y por eso necesitan toques en los aquellitos, queda fuera de la discusión, en tanto este tema no habla sobre ello.
 

electorgas

Bovino maduro
#10
Bueno mi estimado Joker, si Obama gana el Premio Nobel de la Paz... porque no esta señora puede ganar el premio nacional de derechos humanos?
 

Testeringo

Bovino Milenario
#11
Bueno mi estimado Joker, si Obama gana el Premio Nobel de la Paz... porque no esta señora puede ganar el premio nacional de derechos humanos?
Pues ninguno de los dos se merece nada, es un obvio acto de corrupcion que sirve para distraer a la gente y darle un cierto peso a sus opiniones, por otro lado eso se sale del tema por lo tanto....

Lo que si es que como ya han mencionado es horrible ver que al parecer las instituciones de seguridad actuan mas como una mafia politica que como lo que representan, una pena aunque debo decir que no es una novedad, desde el Negro Durazo ahora todos los politicos se creen que son dueños de una agencia de seguridad personal.... definitivamente aborrecible. Claro que la violencia con violencia se acaba verdad..... q<.>p
 
#12
dice uno de los detenidos

“igualmente desea agregar que la señora Isabel Miranda también le dejó en claro que no le convenía ponerse en su contra o negarse a declarar, porque dentro de poco iba a tener un cargo político y con más poder podría acabar con su familia”.

si esta asentada en un acta y es demostrable algo hay de cierto....




lo que no entiendo es que si realmente son los asesinos la señora tenga que fabricar un tetatrito de "vamos a ir a cuemanco y aqui veras tal y haras tal"... pero no por esto uno puede realmente saber si son chivos expiatorios o si son culpables, tampoco a mi ver se puede decir que esta señora uso o no influencoas solo "suponemos que si"
 

WingLess

Bovino de alcurnia
#14
Aaah, qué bonitos candidatos tiene el PAN. Independientemente de que haya o no resuelto el caso de su hijo, vemos que no puede acceder a un puesto con tanto poder.
 
#15
Pues tal vez abusó, pero ¿qué crees? Todos los acusados confesaron. Todos haríamos lo mismo si nos mataran a un familiar. Usaríamos todo lo que tuviéramos a mano. Ella usó sus métodos porque las autoridades no hacían nada. No traten de exonerar a los culpables. Los que mataron a su hijo merecen morir. Que agradezcan que sólo están presos.
 

Joker

Moderador risitas
#16
Dios, estás ahí? Podrías enseñarles a leer antes de postear o de plano es mucho pedir?

Pues tal vez abusó, pero ¿qué crees? Todos los acusados confesaron. Todos haríamos lo mismo si nos mataran a un familiar. Usaríamos todo lo que tuviéramos a mano. Ella usó sus métodos porque las autoridades no hacían nada. No traten de exonerar a los culpables. Los que mataron a su hijo merecen morir. Que agradezcan que sólo están presos.
Éste es un subforo especializado, no es un lugar para venir a decir lo primero que se nos ocurre, todos los que aquí participamos asumimos el compromiso de leer los posts anteriores a fin de no venir a repetir lo mismo hasta el cansancio. Evítate una sanción y relee el reglamento.

Es porque son secuestradores, eso hacen. El Estado no puede hacer lo mismo. Menos si sirve a intereses de venganza de una persona, porque en ese caso, todos pediríamos venganza por los distintos crímenes de los que somos víctimas. Ya no sería un estado de justicia el que prevalecería, sino la ley del Talión: ojo por ojo.

La nota rescata varios aspectos, más allá de si están o no a favor de la venganza:
a) Miranda de Wallace se sirvió del poder gracias a sus contactos. Lo cual es tráfico de influencias.
b) El uso de este poder no fue para buscar solamente justicia, sino venganza.
c) Los tribunales fueron hechos a un lado, y ella se convirtió en juez y jurado, dictaminando quienes eran culpables y quienes inocentes.

La discusión de si los secuestradores son muy malos y por eso necesitan toques en los aquellitos, queda fuera de la discusión, en tanto este tema no habla sobre ello.
 

ArchlordZerato

Bovino Milenario
#17
La venganza nunca ha sido nada buena, porque es jugar el mismo juego. Desafortunadamente no puedo decir que no haría lo mismo si un hijo mio fuera secuestrado. Creo que seguiría por cielo, mas y tierra a la gente hasta saber qué pasó con mi hijo y lograr capturar o dar con quienes le hicieron daño. Si tuviera el mismo poder que la señora Wallace, quizá lo usaría para que me ayudaran a que las autoridades procedieras más rápido, pero no para utilizar métodos de violencia, amedrentar e intimidar a la gente, puesto que eso es caer exactamente en el mismo punto de la violencia y juego de quienes hayan secuestrado a mi hijo... Aquí sí, el fin no justifica los medios. Realmente es reprobable que pasen este tipo de situaciones en nuestro país, pero este es nuestro México.
 
#18
Pues igual y ya sera out topic mi comentario, pero pues yo en lo personal si supiera quien le hizo algo asi a algun familiar, pues si tubiese influencias y poder etc, haria sufrir mucho a la persona culpable, una persona que es capaz de secuestrar y matar no tiene derecho a nada desde mi punto de vista. Ellos no se tocan el corazon al momento de hacer sufrir a las personas, torturarlas y mutilarlas etc.
 

Joker

Moderador risitas
#19
Pues igual y ya sera out topic mi comentario, pero pues yo en lo personal si supiera quien le hizo algo asi a algun familiar, pues si tubiese influencias y poder etc, haria sufrir mucho a la persona culpable
Yo les enseñaría a tocar la armónica, pero eso que tiene que ver? Último llamado para continuar con la discusión sin desvirtuos. El tema del thread no es "Qué harías con un secuestrador?", por favor automodérense.
 

king changuis

Bovino Milenario
#20
Este tema va dirigido principalmente a aquellos que han considerado su voto para la señora Wallace, si hoy tan en boga esta el tema del dinero del narco en las campañas, aquí para el D.F. debe estar en boca de todos el tema los candidatos que no respetan las leyes y quieren ser Jefe de Gobierno.
Ahora resulta que una de las grandes luchas que los capitalinos hemos ganado a través de las décadas, la poca democracia y apertura política que ha ganado la ciudad y sus formas de representación ciudadana, quieren venir a coartarla con candidatos supuestamente "ciudadanos" pero de muy alto perfil ... dentro de las esferas políticas.
Es de resaltar que la trayectoria de la señora ha sido de contradicciones, por un lado exige justicia para el crimen de su hijo mientras con la otra mano aplica su ley del talión (la cual solo generara mas y mas violencia) sintiendo con esto superioridad a los demás ciudadanos; acepta un premio en derechos Humanos mientras a la vuelta viola los derechos mas fundamentales de aquellos que ella considera sus enemigos, habla y aboga sobre democracia y llego a la candidatura por medio de una imposición ... es difícil creer que una persona así merece un cargo de representación ciudadana, pero es mas difícil creer que gente honesta considere que ella merece esos cargos a menos que claro esa gente crea que actos como los que cometió la señora deban ser premiados.
 
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