En estos tiempos, es difícil saber si la información que cualquier medio presenta es veraz, o ha sido manipulada en mayor o menor grado, y cuales son los motivos o intereses reales que se quieren conseguir al darla a conocer, pero si esto es verdad, es sólo un caso de miles que demuestran que vivimos en un país en el que, la capacidad de obtener justicia, en este caso, venganza, o salir impune, es directamente proporcional a los alcances económicos de cada quién, la ley y los medios para obtener justicia están al servicio del dinero y el poder.
Suponiendo que la señora Wallace es una persona digna y recta, que en condiciones normales no abusa de su poder económico, y en este caso actuó dejándose llevar por su dolor y su coraje, me pregunto si no se da cuenta que, en su búsqueda de satisfacer su necesidad de venganza, utilizó la cara obscura de las instituciones policiacas de nuestro país, los mecanismos, los métodos, y la misma gente corrupta y sin escrúpulos que engrasan, alimentan y al mismo tiempo practican, se nutren y viven de las actividades criminales que causaron la muerte de su hijo, estos pseudorepresentantes de la ley, que normalmente tienen la moral más negra y retorcida que un delincuente común y corriente.