...De pronto sintió una mano se posaba suavemente en su hombro y al voltear la cabeza para ver de quien se trataba, fue aún más el terror que sintió, era un fraile que también estaba descabezado. Pero aún así, pudo sentir que aquella mano cada vez mas se pesaba y en esos momentos el fraile con voz ronca dijo: !ESTA MISA NO ES PARA VIVOS¡ es para difuntos...