Un consejo según mi experiencia:
Cuando se termina una relación, usualmente nos hacemos de un cómplice o compañero de lágrimas; alguien en quién refugiarnos. Sea un hermano, una amiga, etc. Lo tomamos como confesor y asesor. Esto no siempre es bueno.
Dependiendo de cómo hayan quedado, pueden sentir confianza con alguien, pero deben ser muy precavidos con los consejos y las opiniones que toman. Una relación es algo muy privado, que realmente sólo entienden dos personas. Cuando acudimos a un amigo, evidentemente nos apoyará como amigo que es. Generalmente nos dará la razón. Rara vez nos dirá de corazón si realmente nosotros cometimos un error. Además, finalmente es la opinión de un tercero, que no tiene todo el conocimiento de nosotros.
Hagan lo que sientan más conveniente y prudente ustedes, y no vayan "de encargo" porque les dijeron que eso era lo mejor. Aquí hay un artículo muy bueno de rompimientos. Sería muy sano considerar lo que dice ahí.