Algunas cosas que tu médico olvidó contarte
El movimiento antivacunación, como la mayoría de movimientos anticientíficos y pseudorreligiosos se basa en la repetición acrítica de dogmas sin cuestionamiento alguno. Entre esos mantras que se repiten más a menudo está el panfleto llamado “50 things that your doctor forgot to tell you”, que circula en su versión completa o a trozos por los círculos antivacunas de internet. Para alguien con un mínimo de sentido crítico no deja de ser sorprendente que a alguien que lea este decálogo no se le enciendan las luces de alerta y se lo crea sin una mínima comprobación. Veamos una selección de algunas de las afirmaciones más “atrevidas”.
Viruela
La viruela habría desaparecido alrededor de 1870 si los compinches de Jenner no hubieran convencido al Parlamento a obligar vacunar a los niños en 1867, causando la mayor epidemia de viruela con un pico de 42.000 muertes en 1872.
La afirmación de que la viruela habría desaparecido en 1870 es una afirmación “porque yo lo valgo”. ¿De dónde sacan semejante dato? Nadie lo dice. Simplemente te lo crees y punto. Simplemente hacemos como que no nos enteramos de que en 1837 la epidemia de viruela mató a más del 90% de los indios Mandan, que en el siglo XVIII la viruela se llevaba por delante a 400.000 personas cada año, incluyendo reyes, que en Angola, la epidemia de 1864 mató a 25.000 personas, etc, etc. Nada que haga pensar que en 1870 habría algún indicio no ya de desaparición, sino de atenuación.
Después de la burda manipulación del dato de Jenner, no nos vamos a esperar mucho rigor histórico, así que, a pesar de que no lo dicen, asumimos que el Parlamento del que estamos hablando es el británico y encontramos con que en 1867 aprobó la Vaccination Act que hacía obligatoria la vacunación de todos los recién nacidos. En 1870 se desencadenó un brote de viruela. Lo que los antivacunas “olvidan” mencionar es que el acta de 1867 es una actualización de la de 1853 y que la epidemia se originó en la Europa continental durante la Guerra Franco-Prusiana (y no creo que ni Francia ni Prusia acataran mucho las actas del Parlamento Británico). La incidencia en el Reino Unido fue menor que en el resto de Europa.
Para probar la efectividad de la inmunidad natural frente a la vacunación, el personal no vacunado de la Clínica Kingston retó a seis doctores vacunados a unirse a ellos, en 1936, en una unidad de aislamiento de viruela. Los doctores tuvieron el buen sentido común de no aceptar la oferta.
El grado de incidencia del sida en Brasil, Haití, Burundi, Ruanda, Tanzania, Zaire, Zambia, Uganda y Malawi coincide con el grado de intensidad de vacunación contra la viruela.
Fuente: La ciencia y sus demonios