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¿ILUSION O VERDAD? CAP 1
Bueno no se por donde empezar, esto me ocurrió hace poco y aun sigo sin creérmelo, yo soy una chica de lo mas normal, no soy ni popular ni nada, vivo en un piso con mis padres pero debido a su trabajo no están mucho por casa, y prácticamente se puede decir que vivo sola, pero bueno esto no viene al caso después de todo.
Me levante como cualquier día, el maldito despertador sonó a la hora de costumbre con su infernal pitido, solo agradecía que se callara los fines de semana, tengo diecinueve años, mi pelo es corto llegándome hasta los hombros es de un color rojizo, tengo unos ojos verdes mi madre me decía que se asemejaban a los de mi gata, pero nunca llegue a creérmelo, no era ni muy delgada ni muy gorda, según decían mis amigas que en cuestión de pechos los tenia bonitos pero tampoco es plan de fijarse en lo que dicen las amigas, aunque me desarrolle bastante rápido a los quince ya llevaba sujetador en clase y cada vez que entraba terminaba avergonzada, los chicos no apartaban la mirada y las chicas terminaban algunas celosas, pero bueno mi infancia fue de lo mas normal.
Mi habitación era de lo mas común tenia algunos pósters de cantantes en mi pared pintada de un color suave una ventana al fondo con unas cortinas de color verde pistacho que siempre odiaba pero como a mi madre les gustaba no podía decirle que no, tenia un escritorio y un ordenador portátil, al lado tenia un armario y sobre mi cama descansaba algunos de mis peluches; mi favorito era Zarpitas un gato gordo y muy suave de color anaranjado que siempre que me entristecía algo me daba por mirarlo y lograba arrancarme una sonrisa, las sabanas tenían dibujos de hadas con un color rosa, alguno pensara que soy algo infantil pero me gusta pensar en la fantasía, siempre creí que había algo mas, que existía la magia aunque no la viésemos.
Bueno ya sabéis algo mas de mi, así que decidí quitarme el pijama que precisamente me lo regalo mi padre y estaba estampado de ositos de peluche es uno de mis favoritos y es con el que mas cómoda me siento; me fui para la ducha y me puse debajo del teléfono para que el agua caliente me despertara del sopor que aun tenia, deje resbalar el liquido por un momento que recorriera todo mi cuerpo, como si lo lamiera en cada rincón de el a veces me excitaba en la ducha no se por que me pasaba, notaba como el agua recorría mis pechos deslizándose, y como se me ponían los pezones duros lentamente y empezaba a notar como me mojaba , pero era mejor despertarse y apresurarse no era el momento, además tenia un examen y tampoco iba a perdérmelo, así que decidí
apresurarme y desayunar lo justo, para no perder el autobús.
Baje todo lo rápido que pude las escaleras casi choco con una persona pero por suerte pude esquivarla, al llegar a la parada del autobús vi, como siempre las mismas personas esperando pero esta vez observe a una de mis compañeras de clase y me extrañaba nunca estaba en esta parada si no en una mas adelante, no era precisamente una de mis amigas parecía que le caía mal pero no se el motivo, siempre que me veía me miraba de una forma que a veces me daba escalofríos, tenia el pelo largo de color rubio, y unos ojos azules siempre llevaba los labios pintados de un color rojo pálido y las uñas de color negro, aunque ami me gustaba el maquillaje no solía ponerme mucho, no creía que consiguiera novio, yo me centraba mas bien en los estudios aunque pensándolo mi compañera siempre estaba rodeada por su grupito de amigas y en algunas de sus conversaciones pude escuchar como los ponían verdes de muchas formas.
-- Hola…Buenos días… -- le salude educadamente, para ver si entablábamos alguna conversación antes de que llegara el autobús, aunque pensé que no me respondería.
-- Buenos días…-- me saludo mirándome seriamente, parecía forzada.
Al final tuve suerte y el autobús no tardo como siempre, dentro me senté en uno de los asientos al final para poder repasar algo del examen lo que mas me extraño fue precisamente que ella se sentara a mi lado, me quede mirando y llevaba unos pantalones vaqueros bastante ajustados, una blusa con un escote bastante generoso y una chaqueta vaquera, tenia un olor como a vainilla muy dulzón y agradable.
-- Perdona… ¿Cómo se llama ese perfume que llevas puesto?... – le pregunte curiosamente, aunque el que llevo no es muy resulton.
-- Es un perfume raro, se que lleva algo de nebeda, nada mas…-- esta vez su respuesta no parecía forzada, y la note un poco mas alegre.
El trayecto hasta el instituto era un poco largo como una hora en bus, aunque también estaba lleno de baches por lo que se notaba, parte del recorrido estaba en obras y tardo un poco más aunque justo a tiempo para el examen.
Me apresure para llegar a clase, aunque vi de reojo mientras me alejaba como mi compañera de clase se quedaba un rato hablando con su grupito de amigas, no me sorprendí, era lo que siempre hacia.
Al entrar en la clase note el ambiente muy cargado, una mezcla sorprendente de perfumes y maquillajes que por la mañana no era muy agradable, sentí como un ligero mareo, la mayoría estaban estudiando rascando las ultimas horas de repaso, al rato de haber entrado yo entro mi profesor un hombre ya de avanzada edad, con algunas entradas nunca me había caído bien, pero sabia explicar las cosas, sin mediar palabra abrió su maletín y saco un montón de papeles los dio a los primeros de cada fila y empezamos a repartirlos.
-- Buenos días…dejadlos boca abajo de momento…cuando diga les dais la vuelta empezáis…-- comento el profesor con una actitud seria.
Al momento la puerta se abrió y entro mi compañera en ultimo lugar pidiendo disculpas por el retraso, todos nos quedamos mirándola extrañados.
-- Vaya señorita…Catia…nos honra con su presencia, tan puntual como siempre…siéntese que nos ponemos a empezar el examen…y recordad que este examen es el veinticinco por ciento de la nota de esta asignatura y recordando esto podéis empezar…-- dijo el profesor irónicamente, y como si nos amenazara con la asignatura.
El examen no fue muy difícil, la mayoría de las cosas ya me las sabia, pude observar como Catia no escribía mucho, no creía tampoco que lo pudiera sacar sus notas daban mucho que desear, cuando terminamos pasaron las siguientes horas de lo mas normal, en el descanso yo me iba con algunas amigas de otros cursos a comer, de mientras observaba como Catia hablaba con su grupito lo mas seguro poniendo verde a algún pobre chico pero aquel día el perfume que llevaba se me había metido en la nariz, aunque no lo encontraba molesto, tenia algunas sensaciones, notaba mi corazón se aceleraba un poco y como el sujetador que llevaba me hacia un poco mas de presión, en el pecho, tuve que apretar las piernas un poco mas note como me mojaba y era incomprensible, eso no podía causarlo un perfume y menos aun que me gustase mi compañera le eche la culpa a alguna fantasía lo mas seguro que tenia y no lo supe conscientemente.
Al fin terminaron todas las clases ya tenia ganas de salir de aquel sitio y volver a casa y poder relajarme, fui un momento al servicio para poder refrescarme y al menos quitarme esa fantasía que tuve en el descanso, cuando Salí escuche unos gemidos provenientes de la clase, y me extraño bastante normalmente siempre estaba solitaria a estas horas y ya habían salido todos, me acerque a la puerta de manera sigilosa, la vi entre abierta cuando pude observar cual fue mi sorpresa que vi a Catia con otra compañera Alexa.
Catia la estaba abrazando, sus labios se posaron en ella suavemente y empezaban a besarlos saboreándolos pegando algunos pequeños mordiscos, pasado un momento juntaron sus labios y sus lenguas enroscándolas saboreando sus salivas como si de la mas dulce miel se tratara, la mano de Catia comenzó a bajar lentamente por su jersey cuando llego abajo la introdujo lentamente dentro de este y alcanzo el pecho que empezó a masajearlo suavemente notando cada centímetro de su piel sin prisa alguna, mientras el beso se hacia cada vez mas largo la expresión de mi amiga era de estar en el cielo; mientras yo seguía observando atentamente no quería perderme nada de lo que sucedía pero tampoco me lo creía lo que estaba sucediendo, mi cuerpo se iba calentando poco a poco, el calor me invadía por completo el sujetador empezaba a apretarme demasiado, así que decidí desabrochármelo y note como mis pezones estaban duros como piedras, moje uno de mis dedos y empecé a masajearlos dando giros en ellos de vez en cuando los apretaba y esa sensación de dolor y placer era increíble, lo que no me creía es que me hubiera calentado tanto viendo esa escena.
Catia termino el beso, levanto el jersey y desabrocho el sujetador que lo oprimía, mostrando aquel pecho, se arrodillo lentamente e introdujo sus manos debajo de la falda, y comenzó a bajar el tanga de color purpura que lo tiro lejos, mi amiga se tumbo en la masa abriendo sus muslos y dejando a la vista su húmeda y caliente vagina; Catia introdujo su cabeza entre las piernas y empezó a lamer saboreando cada gota de flujo que salía, estaba degustando ambrosía que emanaba de su entrepierna; yo por mi parte me desabroche el botón de mi pantalón ya no podía soportarlo mas e introduje una mano dentro de mi ropa interior, note como estaba chorreando, mis dedos actuaban solos, los pase por encima de mi raja, suavemente notando como cada vez me mojaba mas y mas, masajearon mi clítoris, girándolo suavemente, el placer era indescriptible me tuve que tapar la boca con la otra mano para no gemir.
Observe como Catia, introdujo sus dedos dentro de su vagina mientras seguía lamiendo, empezó a moverlos lentamente adentro y afuera en un vaivén delicioso, mientras mi amiga no hacia mas que gemir y gemir de placer, agarro la cabeza de Catia e intento atraerla mas hacia ella, como si quisiera sentir su lengua mas profundamente en ella, los gemidos de mi amiga se intensificaron lo mismo que los dedos de Catia a una velocidad sorprendente, mientras yo metí dos dedos dentro de mi y empecé a moverlos como queriendo imitar su velocidad pero no mas lejos de poder conseguirlo, el placer era enorme ante la visión que tenia delante y lo que estaba haciendo, llego un momento en que nos compenetramos cuando nos corrimos, su grito inundo la clase por completo y menos mal que no había nadie, y por suerte yo tenia la boca tapada si no se hubieran mezclado oyéndome.
Catia saco la cabeza de entre sus piernas con la boca chorreando de flujo de la corrida, saco su lengua para relamerse lo mismo que hubiera hecho un gato, mi amiga aun estaba convulsionando por la corrida que había tenido, había sido increíble; Catia se acerco a donde había lanzado el tanga y lo recogió.
-- No creo que te importe que me lo quede… ¿verdad?... – dijo Catia de manera lujuriosa como si de un trofeo se tratara, aunque no creo que mi amiga pudiera contestar en ese momento.
Viendo que iba a salir de la clase decidí abrochar mi pantalón todo lo deprisa que pudiera y salir de allí, para no ser descubierta.
Me apresure para llegar a casa lo antes posible, no podía creer aun lo que había pasado así que decidí tomar una ducha fría aunque no era muy fan de ellas y por lo menos resulto, cene algo ligero vi la tele y poco mas y me fui a dormir, a la mañana siguiente tuve una sorpresa, antes de salir para el instituto precisamente enfrente de mi puerta cuando la abrí me encontré a Catia allí parada con el ceño fundido como si estuviera cabreada por algo.
-- ¿Te crees que soy tonta o que?... – me pregunto de manera acusatoria, aunque no creo que fuese por lo de ayer.
-- ¿Qué pasa?... ¿Qué he hecho?... – pregunte yo intentando averiguar a que se debía.
-- Crees que no te vi, que estabas allí espiándonos… ¿Ahora que pretendes chantajearme?... –pregunto Catia aunque parecía que estaba amenazándome.
-- No de verdad, no pienso contar nada a nadie no te preocupes…te lo juro…-- respondí diciendo la verdad de todas formas no me iban a creer.
Catia me dio un ligero empujón introduciéndome dentro de la casa, cerro la puerta detrás de ella.
-- Por lo que veo te gusto lo que viste…si quieres comprobarlo en ti misma, podemos hacerlo…-- propuso ella de manera lujuriosa con un tono de voz que me era muy agradable.
Yo no pude menos que sonrojarme aunque quería contestarle las palabras no salían de mi garganta.
--Que lindo te has sonrojado…me encanta eso, sabes te voy a mostrar un secreto, que no se lo he enseñado a nadie…-- dijo mi amiga de manera misteriosa.
Catia cerro los ojos y una luz empezó a rodearla y ante mis ojos asombrados vi como de su cabeza salían unas orejas muy parecidas a las de un gato de color blanco, al final de su espalda le salio una cola del mismo color era precioso, se arrodillo ante mi y empezó a caminar a cuatro patas moviendo su cola de manera provocativa y ronroneando algo yo aun no salía de mi asombro, estaba como paralizada, cuando llego a mi altura se alzo un poco, deslizo sus manos por mis muslos yo estaba aun petrificada por esa visión era tan preciosa que incluso causaba miedo, cogio mi ropa interior y la deslizo hacia abajo, en ese momento se metió debajo de mi falda y empezó a lamer mi vagina ya húmeda, de tal forma que me estremecía de placer, era increíble, tenia una sensación entre suave y algo rasposa, fue fantástico, mis manos bajaron a su cabeza y la empuje mas hacia mi, su lengua se introdujo dentro de mi moviéndose de un sitio para otro, no sabia que hacer, estaba extasiada, no quería que aquello acabara nunca, cuando al fin me corrí note una oleada de calor por todo mi cuerpo, el flujo manaba de mi como si fuera una fuente, Catia siguió lamiendo y tragándose aquello como si de la mas deliciosa bebida fuese, al final me temblaron las piernas y caí al suelo de espaldas con las piernas aun temblando por el placer.
Catia no hizo más que relamerse los labios, de gusto, y mirarme con aquellos preciosos ojos, que parecían contener toda la lujuria del mundo en ellos.
-- ¿Crees que hemos acabado?... De ninguna manera ahora viene lo mejor…-- dijo Catia mirándome, con pasión.
Yo no sabia que pensar ni que decir solo sabia que aquello había sido increíble y maravilloso, aunque quería terminar mi cuerpo aun estaba caliente y tenía ganas de más.
Catia se puso encima mía dejando a mi alcance su vagina en un sesenta y nueve y volvió a lamerme, la misma sensación volvió a mi cuerpo, era fantástica su lengua parecía estar endemoniada de la forma que se movía dentro de mi, así que aplique mi boca a su sexo y empecé a chupar a lamerla, todo lo mejor que podía era mi primera vez con una chica, estaba caliente y húmeda los jugos de ella, resbalaban por mi boca mis manos se aferraban a sus muslos para atraerla mas hacia mi, y poder saborear aquel sexo dentro de mi boca.
Pero fue mi sorpresa que note como dos de sus dedos entraron en mi trasero, no pude hacer nada de la impresión me aferre mas a ella, Catia empezó a mover sus dedos primero despacio, y luego mas deprisa, la sensación era indescriptible mi cuerpo se calentaba mas y mas, no quería parar; quería mas y mas era maravilloso, el agujerito de mi trasero parecía absorber los dedos de ella y me encantaba era una sensación completamente distinta y muy placentera, mi mente estaba en otro mundo de mis ojos saltaron lagrimas de placer que se mezclaron al caer con sus flujos era como una carrera a ver que se corría antes; en ese instante solté un grito que inundo la habitación de placer, no podía contenerme por mas tiempo, cerré las piernas sobre la cabeza de Catia para que no pudiera escaparse y pudiera lamer todo lo que salía de mi, era maravilloso, pero ella tenia otros planes cuando afloje mi presa se levanto y apoyo su vagina sobre mi cara moviéndose lentamente mientras yo seguía chupando y bebiendo, sus manos cogieron los pechos y comenzó a moverlos, masajeándolos lentamente y pellizcando los pezones, yo seguía lamiendo mas y mas, hasta que note una riada de flujo que lleno mi boca, y mi cara era sorprendente pero ya todo me daba igual, mi mente estaba obnubilada por lo que había sucedido y aun así quería mas y mas.
Al momento se escucho el abrir de la puerta Catia se incorporo y vimos entrar a mi amiga, con una gabardina, en su cuello portaba un collar con una correa, cuando se desvistió estaba completamente desnuda.
-- ¿Puedo unirme?... – pregunto tímidamente y sonrojada.
Yo aun no podía creer que es lo que había ocurrido, no daba crédito cundo al fin pude recobrar algo de la cordura, me levante como pude, con las piernas aun temblándome.
-- ¿Se puede saber como has entrado aquí?...Será mejor que os… vayáis las dos ahora mismo, fuera de aquí…-- dije con voz temblorosa y algo entrecortada, aunque en verdad quería proseguir, pero mi cordura decía que tenían que irse.
Diciendo esto la vista se me nublo por completo, la cabeza me empezó a dar vueltas de sobremanera, no sabia hacia donde mirar, era como si todo de repente girara a mi alrededor o estuviera borracha, al final me desmaye y caí al suelo, mientras Catia me recogía mi ultima visión fue de ella dándome un beso en la frente y mirándome con sus lindos ojos.
-- Ha sido demasiado para ti es mejor que descanses…duerme no te preocupes…-- dijo Catia dulcemente mientras yo cerraba los ojos.
Antes de despertarme note una sensación de calor muy agradable que me recorría el cuerpo, creía que era un sueño y que aun permanecía dormida, notaba como me empezaba a mojar lentamente, y algo que se movía dentro de mi, adentro y afuera en un ritmo especialmente delicioso, cada vez estaba mas mojada, así que decidí abrir los ojos, cual fue mi sorpresa que encontré a Alexa debajo de las sabanas en mi entrepierna lamiéndome, cada gota de mi flujo, como si fuera su desayuno, no sabia como había entrado en mi casa o si paso toda la noche allí, pero no me importaba solo quería que siguiera haciéndolo; abrí un poco mas las piernas para que pudiera tener completa libertad mientras lamia sentí como con sus dedos giraban y apretaban mi clítoris suavemente esa sensación hizo que me retorciera aun mas de placer, ya no sabia ni donde me encontraba, solo me concentraba en aquel placer indescriptible que me ofrecía Alexa, note como con su otra mano introducía dos de sus dedos dentro de mi, no hizo falta ni lubricarlos, el flujo bañaba mis muslos y su boca, los introdujo suavemente, lo mas que pudo, y empezó a moverlos lentamente, tenia una sensación de calor y placer únicas nunca antes me había hecho esto antes, acelero el ritmo de sus dedos, iba cada vez mas deprisa, yo agarraba las sabanas con fuerza entre mis dedos y mi otra mano la tenia en mi boca para intentar no gemir demasiado fuerte, pasado un rato saco sus magníficos dedos y me corrí en abundancia, pero mi compañera aplico su boca taponando por completo mi vagina y succionándola para que no se escapara nada de su boca, yo no pude mas que contener mi placer.
--Ahhhhhhhhh, siiiiiiiiiii que delicia…-- grite plena de placer y satisfacción quería quedarme con ella todo el día en la cama.
Mire sus ojos e hice que se incorporase un poco mas a mi altura nuestros pezones se rozaron suavemente como si no quisieran hacerlo, su cuerpo estaba caliente y su piel era muy suave casi como la seda tenia miedo de rasgarla en algún momento, así que aplique mis labios a los suyos y nos fundimos en un beso introduje mi lengua dentro de su boca para juguetear con la suya, bebiendo su saliva que recorría mi garganta, note el sabor de la mezcla con mi flujo en su boca aunque no me desagradaba, me pareció estar bebiendo de una jarra de miel.
-- ¿Amanda estas despierta?...— grito una voz muy familiar era la de mi madre, no sabia que hacer ni lo que iba a pensar si viera a Alexa en mi habitación y en esa postura.
Decidí empujarla suavemente fuera de la cama para que se escondiera debajo de ella, no costo mucho pero, en su cara aun se veía que estaba como extasiada y casi ni se enteraba de lo que sucedía y me resulto extraño aunque no preste atención a aquello no me pareció de importancia y encima tendría a mi madre en mi habitación en cualquier momento.
-- Si, si mama…no te preocupes…enseguida me levanto…-- respondí yo todo lo mejor que podía para que no lo notara.
Lo malo que si se iba a enterar, cuando vi la mancha de flujo que había dejado en las sabanas así que me fui para el armario y cogi una de las mantas que encontré y la eche por encima todo lo deprisa que pude de mala manera y esperaba que Alexa al menos no se moviera de ese sitio por unos instantes pero estando en su estado lo dudaba mucho me metí en la cama de mala manera.
-- Voy a entrar Amanda…-- diciendo esto mi madre entro en mi habitación, aunque nunca le había gustado el desorden, mi cuarto lo respetaba ya que decía: “Cada habitación era el santuario de una persona”.
-- Pasa…-- dije yo intentando disimular aun mi voz aunque ya me iba calmando.
--Dios mío!!... ¿Cómo tienes así la cama?... ¿Se puede saber que has hecho?... Te has peleado con ella y ha perdido… -- exclamo mi madre diciéndolo de forma chistosa pero sabia perfectamente que eso era para que ordenara mi habitación y la cama.
Mi madre era una mujer de constitución fuerte pero sin llegar a gorda había estado bastante tiempo en un gimnasio y eso se notaba aun conservaba la figura y había desarrollado algo de musculatura también, tenia el cabello rizado y largo le llegaba a la cintura era de un color rojizo pero mas intenso, sus ojos eran de color verde, casi siempre en casa llevaba un chándal de color rojo ajustado podía adivinarse su figura debajo de el tenia unos pechos muy generosos yo pensaba que por genética tenían que crecer mas aunque no esperaba milagros, sus caderas parecían un pecado de como eran, para mi la perfección, su rostro redondeado y con facciones suaves que te daba confianza.
Yo estaba más preocupada por Alexa que se encontraba debajo de mi cama y aun no se había movido pero podía pasar en cualquier momento.
-- Bueno me voy a ir levantando, hoy te ayudare con las tareas de la casa, por la tarde iré al cine a ver una película y me relajare algo…-- dije estirándome todo cuanto pude.
-- Si es mejor que te relajes… ¿Sabes?...al hacer eso te pareces al gato?... Estas graciosísima…Ja, ja, ja…-- se río mi madre abiertamente.
Yo enseguida me detuve, mirándome lo que hacia y le lance a mi madre una mirada que lo decía todo y que ella siempre sabia interpretar.
-- Vale ya me voy entendido…no hace falta que me mires así…a propósito quería hacerte una pregunta… ¿Qué tal te fue en el examen?... – pregunto mi madre con curiosidad.
Yo pensaba que había descubierto a Alexa, después de ese susto inicial me tranquilice.
-- Pues la verdad que fue demasiado fácil…creo que he sacado un sobresaliente – dije sonriéndole y satisfecha de mi misma.
-- Me alegro por ti…pues venga dúchate y ayúdame con las cosas, necesito tu ayuda…-- dijo mi madre marchándose de mi habitación y cerrando la puerta.
Yo enseguida mire debajo de la cama para comprobar como estaba pero no vi a nadie me extrañaba, aquello era imposible, si estaba debajo de la cama, a donde podía haber ido y la única salida era o la ventana o la puerta, me quede un momento pensando, intentando averiguar hacia donde había ido, pero no lograba saberlo, pensé que había sido un sueño o una ilusión pero la cama era testigo de que no fue así, cogi la ropa de cama y la deje en el cesto de la ropa sucia, haciendo esto me metí en la ducha y deje que el agua me resbalara nuevamente limpiándome por entera, cada vez que estaba duchándome, sentía un calor interno dentro de mi que me ponía caliente, de pronto sentí como dos manos agarraban mis pechos apretándolos y masajeándolos gire mi cabeza y vi a Alexa sonriéndome con un gesto lujurioso, mi cuerpo ya no daba mas de si pero quería que continuase, era la mezcla entre el agua cayéndonos por el cuerpo mojándonos y la sensación de que me acariciara era indescriptible.
Yo empecé a gemir lo mas bajo que podía, mi compañera me inclino un poco hacia delante apoyándome contra la pared de la ducha, y empezó a bajar besándome la espalda lentamente, y pasando su lengua saboreando la mezcla del agua por mi piel, cuando llego a mi trasero metió uno de sus dedos dentro de el, yo lo sentí muy placentero ya que Catia ya lo había hecho, y empezó a moverlo dentro y fuera estaba extasiada, mis piernas empezaban a temblar, su boca se aplico a mi vagina mojada y a la vez cubierta por el agua que caía, y empezó a lamer toda por entera como si además del agua ella también quisiera limpiármela, por dentro, mientras yo me apretaba mis pechos masajeándolos una y otra vez, mi cuerpo estaba exhausto sabia que mas no podría aguantar estaba demasiado sensible, en mi culo notaba como caía el agua y además introducía otro dedo, que seguía moviéndolo sin parar esta vez tarde mucho menos en correrme, con un grito sordo di la señal mientras me mojaba mis muslos parte de la corrida que llegaba a ellos se mezclaba con el agua de la ducha, yo no pude mas que darme la vuelta y besar sus dulces labios mientras notaba como nos caía el agua por nuestros cuerpos y los pechos se besaban dulcemente pezón contra pezón, queriendo aplacar nuestra pasión.
Me gire para cerrar la ducha y al girarme Alexia había desaparecido no podía creerme lo que estaba pasando, era como un fantasma o alguna clase de espíritu pero estaba convencida que había sido muy real.
Salí de la ducha me fui a vestir con ropa de andar por casa para estar cómoda y poder hacer las tareas, mire en el cajón de la ropa interior y no se como me vino a la mente ponerme algo nuevo y atrevido cosa que nunca haría, así que empecé a rebuscar entre las braguitas que tenia hasta que descubrí una un tanto especial que me regalo mi madre sobre los quince años, aunque mi padre no estaba muy de acuerdo con ello, pensaba que era demasiado provocativa para la edad que tenia pero esta vez ya había crecido, era de un color rojo algo vivo con un pequeño lacito delante de color púrpura y la parte de abajo estaba abierta, cuando me las puse el contacto con el tejido me excito un poco, nunca la había sentido de esa forma siempre las había visto como unas mas, decidí que el sujetador fuera también rojo pero con encajes y una rejilla sobre los pezones, al colocármelo sentí un cosquilleo muy especial, aunque este me estaba algo mas cómodo que el anterior pero era raro porque el otro era de mi talla, cogi unos pantaloncitos muy cortos de deporte, que se me ajustaban al trasero, y me quedaban perfectos me daban comodidad de movimientos estuve un rato espillándome el pelo, si no después seria un lío poder hacerlo, al pasar el cepillo por encima de la cabeza note, una especie de bultito aunque no le di importancia creyendo que podía haber sido un golpe al desmayarme, mientras estaba con el pelo escuche que llamaban a la puerta; mi madre la abrió y pude escuchar la conversación.
-- ¿Esta Amanda? …Me gustaría saber si puede salir un momento quisiera comentarle algo…-- dijo Catia, aunque era increíble que viniera a buscarme ya que nunca lo había hecho.
-- Vaya eres tu Catia, lo siento pero no esta, así que ya puedes irte… -- dijo mi madre duramente, aunque no sabia por que nunca había visto a Catia.
-- No se preocupe…solo quiero hablar con ella, volveremos enseguida…-- dijo Catia un poco mas temerosa de lo que pudiera pasar, aunque no pensaba que pudiera pasar nada mi madre nunca levanto la mano contra nadie.
-- Te he dicho que no esta, así que puedes irte por donde has venido…-- dijo mi madre más duramente aunque parecía una amenaza inacabada, la verdad que me sorprendió que fuera tan radical.
-- Muy bien no hay problema…ya vendré en otro momento a buscarla cuando este muchas gracias por todo…-- dijo Catia viendo que no podía hacer nada puesto que mi madre no la iba a dejar entrar tampoco.
Al momento escuche un portazo mi madre estaba enfadada y no quería enfurecerla mas aun, pero pensaba que seguro me llevaba una reprimenda por haberla conocido en cuanto saliera de mi cuarto solo esperaba que me dejara seguir yendo al cine.
Y efectivamente en cuanto salí de mi cuarto mi madre se acerco a mí con el rostro enfurecido.
-- Amanda, ¿tu conoces a Catia? … -- pregunto mi madre, con una mirada que, cualquiera se hubiera venido abajo y hubiera confesado directamente.
-- Si de vista, he hablado también algo…con ella somos compañeras de curso…-- dije yo tímidamente, aunque era la verdad no era toda precisamente, y sabia que si mentía ella lo sabría.
-- No quiero que la vuelvas a ver, no es buena gente; no me gustaría que terminaras como ella ganduleando y en una banda… ¿Ha quedado claro? ... – pregunto mi madre, asegurándose de que no se me olvidaba.
-- Si, no te preocupes, no me acercare a ella…-- respondí yo intentando que se calmara.
-- Espero que así sea…Bueno es hora de ponerse a trabajar yo me encargo de los dos cuartos y el baño y tu del salón…-- dijo algo mas tranquila.
Aunque por lo visto recibí mi castigo después de todo, el salón era mas grande de lo normal, tenia varios sillones la tele y varias estanterías llenas de figuritas y libros aparte de una mesa enorme donde solíamos comer, pensé que iba a tardar una eternidad, a mi mente vino como un relámpago, si estuviera Alexa por mi habitación mi madre podría darse cuenta de ello y seria peor aun no sabría como explicárselo, por suerte mi madre se dirigió a su cuarto primero para limpiarlo.
Empecé a buscar debajo de la cama en el armario y en el baño pero no aparecía por ninguna parte era increíble donde se habría escondido además era imposible que hubiera saltado por la ventana estábamos en un tercer piso, pero viendo que no estaba decidí ir a mi tarea, mi madre me vio al salir de mi habitación.
-- ¿Se puede saber que te pasa?…-- pregunto mi madre extrañada.
-- No nada, creía que se me había olvidado algo en mi cuarto pero parece ser que no es así…-- respondí yo intentando, calmarme, pero no dejaba de darle vueltas a la cabeza.
-- ¿Sabes si vendrá papa esta noche?…-- pregunte a mi madre, con tal de cambiar de tema.
-- No creo cariño, sabes que trabaja hasta tarde, aunque me dijo que lo intentaría…pero buen ose puede saber que haces sin haber empezado…date prisa si no quieres también hacer la terraza…-- respondió mi madre amenazándome con mas tarea aunque no quería hacerla me apresure con la que ya tenia.
Mientras limpiaba me fijaba de vez en cuando en mi madre, y como aquel chándal apretaba sus pechos y le marcaba su figura me dejaba extasiada, quería perderme entre sus muslos y saborear lo mas profundo de ella pero, tenia que despertarme era imposible que sintiera eso por mi madre, aunque su cuerpo era un escándalo lo que hubiera dado por no ser su hija y poder lamer y chupar aquellos pechos, notar sus pezones dentro de mi boca y jugar con mi lengua.
Al momento desperté de golpe de aquella fantasía empezaba a notar como me iba calentando poco a poco y no me apetecía y menos con mi madre, después de esto volví a notar ese perfume avainillado y dulzón el perfume que llevaba Catia pero no estaba aquí, seguramente dejo parte de su perfume cuando estuvo en la entrada, pero lo mas extraño es que fue la segunda vez que me paso, y también con este olor decidí que no era lugar para aquello aunque mi madre parecía totalmente a lo suyo, por suerte termino antes que yo y se puso a hacer la comida, de otra que me libraba aunque no sabia cocinar muy bien la ultima vez que lo hice mis padres tuvieron que ir al hospital por indigestión, o eso me dijeron.
Una vez acabamos de limpiar ayude ami madre a poner la mesa había hecho raviolis y una ensalada de pollo que era mi favorita, la charla de la comida fue bastante amena ella me hablaba de su vida y yo del colegio, cuando terminamos me toco fregar los platos cosa que odiaba pero así lo hubimos decidido una semana yo otra ella, el resto del tiempo lo pase chateando de cosas triviales en mi cuarto, cuando llegaron las cinco de la tarde decidí que ya iba siendo hora de arreglarse para irse, esta vez pensé que me arreglaría un poco mas, y era extraño casi nunca lo hacia y menos para ir al cine puesto que casi siempre iba sola a veces acompañada de Alexa aunque ya no sabia si iba a aparecer de la nada en cualquier momento.
Me puse una falda vaquera algo cómoda de color marrón unas medias negras, con un portaligas, aunque no me gustaba esta ocasión así lo quise, una blusa de color pastel y una chaqueta vaquera y unos zapatos de tacón bajo, cogi el bolso que me regalo mi madre tiempo atrás y siempre me había traído suerte aunque tampoco la buscaba, me maquille muy poco.
Cuando me mire al espejo no conocía aquella persona que se reflejaba tanto podía cambiar con un poco de maquillaje.
Antes de salir mi madre se fijo en mí y tuve el temor que me dijera que me pusiera otra ropa.
-- Vaya, vaya…y ese cambio que has dado…-- dijo mi madre mirándome de arriba abajo como si me repasara, yo me sentí algo incomoda, observaba cada parte de mi cuerpo buscando algo.
-- Decidí darme un pequeño cambio…-- dije yo como excusa aunque en verdad no sabia el por que de tal cambio.
-- Espero por tu bien que no hayas quedado con esa tal Catia…-- dijo mi madre amenazándome, era increíble el odio que le tenia.
-- No para nada no te preocupes, iré al cine del centro comercial, veré la película después comeré algo y vendré para casa…-- le explique el itinerario que iba a seguir por si me decía algo.
-- Cuando vuelvas no estaré en casa así que no te preocupes vendré algo tarde…-- dijo mi madre preparándome por si acaso no estaba.
Antes de que le dijera nada volvieron a llamar a la puerta, mi madre salto como un relámpago temiéndose lo peor que volviera a ser Catia y yo esperaba que no fuera ella, cuando abrió la puerta apareció Alexa, no pude contener mi cara de sorpresa al verla, de cómo siempre iba al instituto con vaqueros y demás a ese cambio, su pelo era rubio liso y llevaba un par de coletas una a cada lado de la cabeza que junto con su carita redondeada le daba un aspecto infantil y juguetón sus labios están pintados de un color rojo fresa muy apetecible, por lo que me parecía, y sorprendentemente llevaba una sombra de ojos de un color muy pálido, vestía un jersey de color oscuro que tanto le gustaba, aunque sin sujetador ya que se podía notar sus pezones, su pecho aunque no era tan grande como el mío tenían el tamaño perfecto para poder cogerlos y poder meterlos en la boca, su figura ya tenia unas curvas bien definidas sobre todo por la minifalda que llevaba que tenia bastante vuelo en sus piernas tenia unas medias de color negro que le quedaban a la perfección, y de remate unos zapatos de tacón para compensar algo su baja estatura en sus manos llevaba un pequeño bolso de color rojo, aunque la verdad no era muy baja solo tres o cuatro centímetros menos que yo.
-- Perdone… ¿Esta Amanda lista?...— dijo Alexia con una voz muy dulce y casi aniñada.
-- Espera un momento por favor… ¿Tú has quedado con Alexa? … Esta en la puerta esperándote…-- pregunto mi madre sorprendida porque pocas veces había venido Alexa a mi casa y menos aun para ir al cine.
Yo ante aquello intente disimular mi cara de emoción del primer momento.
-- Si, si…Quede con ella por el chat…-- respondí yo rápidamente, aunque pensaba que no se lo creería por la cara que puso.
-- Mientras no sea Catia me da lo mismo…-- dijo mi madre sonriéndome, aunque no me gustara su sonrisa.
-- Que os divirtáis…y no llegues tarde que después se a la hora que has llegado…-- dijo mi madre llevando todo bajo control aunque nunca sabía como se enteraba a la hora que llegaba.
-- Adiós…-- dijo Alexia dulcemente, esa voz se me clavaba como una espina en mi cerebro y retumbaba aunque no sabía el motivo.
En cuanto cerro la puerta y bajamos unos escalones mi mano fue directamente a su trasero, palpándolo, notando su firmeza y redondez, apretándolo firmemente, también note que llevaba un tanga y casi pude meter mi dedo dentro de ella, pero reaccione a tiempo, cuando la fui a retirar vi como Alexa cogio mi mano y la dejo allí por unos momento mas, giro la cabeza y me miro completamente sonrojada, en sus ojos se podía ver el deseo que tenia de volver a estar conmigo, casi se le saltaban las lagrimas por lo que había hecho parecía que estuviera esperándolo, yo no pude pronunciar palabra y eso que tenia muchísimas dudas de lo que había pasado dentro de casa y de cómo desaparecía.
Cuando bajamos unos peldaños mas y llegamos al entresuelo Alexa me retiro ya la mano de su trasero y me puso contra la pared, se fue agachando hasta ponerse en cuclillas, yo viendo esto la cogi de los hombros y la eleve nuevamente mirando aquellos preciosos ojos verdes que casi estaban llorosos, era como si estuviera esperando algo.
-- Mira tengo muchas preguntas que hacerte y no se por donde empezar… ¿Cómo desapareces?... ¿Cómo entraste en mi casa?... ¿El por que estas así conmigo si casi nunca hemos hablado?...Son varias cosas…Pero sobre todo no podemos seguir así esto ya es excesivo, mi vida ha cambiado de golpe desde que vi aquella escena de ti con Catia…-- le comente intentando no hacerle daño pero no pudo ser por lo que pareció.
A los ojos de Alexa saltaron lagrimas que rodaron por sus lindas mejillas y comenzó a gemir de tristeza, ese comentario mío le había hecho mucho daño, es como si le hubiera destrozado la vida.
Yo no pude mas que abrazarla fuertemente contra mi notando en mi cara sus lagrimas, intentando consolarla lo mas que pudiera, pensaba que como podía haber hecho eso a una chica tan estupenda, tenia que arreglarlo de alguna manera y de que pudiera responderme, y no lo se lo que fue pero estaba empezando a sentir algo por ella, aparte de las ganas de sexo que siempre tenia con ella, un sentimiento de amor por llamarlo de alguna forma.
-- ¿No me quieres?... – pregunto Alexia de manera llorosa con su dulce voz, su rostro enternecía de tal manera que me llegaba a asustar.
Yo la mire a los ojos intentando saber lo que pasaba, pero no pude obtener respuesta, quien lo sabia era Catia y de ella debía enterarme de todo.
-- Claro que te quiero…-- respondí yo para intentar calmarla, aunque a respuesta era verdad.
Alexia alegro su rostro nuevamente se seco las lagrimas, menos mal que no llevaba rimel si no hubiera sido un desastre; paso su lengua por mi mejilla era suave y caliente lamiendo las lagrimas que tenia en mi rostro, hecho esto se volvió a poner en cuclillas yo no sabia que iba a hacer pero ese sitio era demasiado peligroso aunque la verdad también producía muchísimo morbo.
Levanto mi falda un poco, cuando vio mi ropa interior que estaba abierta por debajo sonrío picaronamente, parecía esperarlo de alguna forma después de lo que habíamos hecho, rebusco en su bolso por un momento yo estaba completamente nerviosa no sabia que hacer por si alguien nos pillara, parece que por fin encontró lo que buscaba, era una especie de huevo no muy grande, no sabia lo que iba a hacer con eso pero en seguida me di cuenta, lo acerco a la entrada a mi vagina y lo fue introduciendo lentamente, sintiendo cada centímetro de ella, y recreándose un poco cuando lo hubo soltado, movió un poco los dedos arriba y abajo, yo empezaba a notar como el flujo empezaba a salir, debía de detener aquello a toda costa, si no seria un problema, entre el placer que sentía quería que continuase, quería correrme que sintiera el calor y lo pegajoso entre sus dedos, pero tuve que detenerla, le cogi la mano y la retire esperando que no se pusiera a llorar nuevamente, se levanto y empezó a rebuscar otra vez en su bolso, yo aun estaba un poco en otro mundo pero mas centrada, y me enseño una especie de mando a distancia que tenia un dial, pensé que eso controlaba aquel pequeño trasto que había metido en mi interior, pero no me entere hasta mas adelante, así que metiéndolo de nuevo en su bolso salimos del portal como si nada hubiera pasado.
Llegamos a la parada y vimos como había mas gente de lo normal no hacia nada de viento di gracias al cielo por que si no hubiera sido un espectáculo para Alexia que se levantara la falda, cuando llego el autobús, estaba abarrotado de gente, entramos como pudimos y apoye mi espalda contra un cristal y Alexia se pudo delante mía, casi podíamos rozarnos, por suerte el trayecto no duraría mas de quince minutos y esperaba que en ese trayecto no hubiese ningún arrebato por su parte aunque mas lejos de mi imaginación ocurrió.
Alexa cogio una de mis manos con la suya su piel estaba casi ardiendo del calor que tenia, metió dos de mis dedos en su boca llenándolos de saliva a conciencia aunque me extraño ya se por donde iba y aquello no podía ser allí con tanta gente podían descubrirnos fácilmente, pero a ella no parecía importarle solo calmar su deseo interior y provocar el mío, dirigió mi mano debajo de su falda, y la introdujo dentro de su tanga para que notase como estaba de mojada, note su flujo salir de su vagina deslizarse entre mis dedos que intentaban atraparlo todo para que no saliese al exterior, yo no pude mas que empezar a palparlo, pasando mi mano suavemente por el notando su clítoris erecto que acaricie durante un rato, girándolo y apretándolo de vez en cuando, aquello parecía que la volvía loca, su cara estaba completamente roja, no le hacia falta rubor en las mejillas, sus gemidos eran muy bajos, pero yo podía escucharlos, quería mas en ese momento su mano se metió dentro de su bolso esperaba que no hiciera lo que estaba pensando y menos allí, no sabia como iba a reaccionar, pero aun así acciono el dial una vibración me sacudió interiormente no me esperaba que fuera así, me hizo inclinarme un poco delante si no hubiera estado el cristal me hubiera caído pero pude aguantar aunque las piernas me temblaban, sentía como vibraba dentro de mi poniéndome mas cachonda aun, mi flujo empezaba a resbalar un poco por fuera mojando mis medias, intente gemir pero sabia que si lo hacia todo el mundo nos miraría de forma rara y no quería eso, el sujetador me apretaba, por los pezones con la rejilla de este era una combinación deliciosa; la ropa interior quería quitármela y empezar a besarla apasionadamente, parecía que esta tortura le gustaba de sobre manera, yo metí los dedos dentro de ella y empecé a moverlos como podía, notando su calor en mis dedos, y de cómo intentaba, disimular el placer que tenia, sus medias empezaron a mojarse no podía contener aquella cantidad de flujo pero no me importaba, lo que quería era estar entre sus muslos en vez de tenerla en mi mano pero tenia que conformarme con eso, la vibración era cada vez mayor no podía soportarlo por mas tiempo, llegue al clímax mordiéndome los labios para no gritar de placer mi compañera, también llego y note como me empapaba mi mano, cerro los ojos fuertemente, intentando no hacer ningún ruido, concentrándose en su placer interno, la suerte fue que en cuanto terminamos, el autobús llego a su parada y nadie se había dado cuenta, observe alguien parecida a Catia en el autobús pasando delante de nosotras y guiñándome un ojo aunque pensé que era a causa del placer que sentía y fue una ilusión, Alexa me saco la mano de su entrepierna húmeda y lamió mis dedos jugueteando con su lengua hasta dejarlos limpios, al fin salimos del autobús cogiéndome de la mano y apresurándonos para sacar las entradas, en cuanto las hubimos sacado fuimos a tomar algún refresco por lo menos para calmarnos, una vez nos hubimos sentado en la mesa, necesite ir al servicio.
-- Voy al servicio para refrescarme algo no tardo… -- le dije a Alexa esperando que no me siguiera aunque ella también tenia que refrescarse.
-- Te acompaño!…-- exclamo ella con rapidez.
-- No hace falta cuando venga entras tu no te preocupes no tardo…-- le dije yo intentando evitar mas de lo que ya había pasado en el autobús.
El servicio de aquel centro comercial era bastante amplio, y muy limpio se podía oler incluso el aroma a desinfectante tenia un gran espejo en la pared, no parecía que hubiese nadie, pero a mi oído llegaban unos lamentos sordos de uno de ellos, intente ignorarlos, lavándome las manos y arreglándome un poco el pelo, pero no podía mas así que entre en el contiguo olvidándome de echar el pestillo por desgracia, al menos estaba limpia la taza y no había garabatos por ningún sitio pero en una de las paredes de madera había un pequeño agujero, no quería pecar de voayer, pero la curiosidad pudo conmigo, cuando me dispuse a mirar vi algo que no pude creerme…
FIN DEL CAPITULO 1
P. Espero os guste y me lo digais si es asi pondre los demas capitulos muchas gracias :vientos:
Bueno no se por donde empezar, esto me ocurrió hace poco y aun sigo sin creérmelo, yo soy una chica de lo mas normal, no soy ni popular ni nada, vivo en un piso con mis padres pero debido a su trabajo no están mucho por casa, y prácticamente se puede decir que vivo sola, pero bueno esto no viene al caso después de todo.
Me levante como cualquier día, el maldito despertador sonó a la hora de costumbre con su infernal pitido, solo agradecía que se callara los fines de semana, tengo diecinueve años, mi pelo es corto llegándome hasta los hombros es de un color rojizo, tengo unos ojos verdes mi madre me decía que se asemejaban a los de mi gata, pero nunca llegue a creérmelo, no era ni muy delgada ni muy gorda, según decían mis amigas que en cuestión de pechos los tenia bonitos pero tampoco es plan de fijarse en lo que dicen las amigas, aunque me desarrolle bastante rápido a los quince ya llevaba sujetador en clase y cada vez que entraba terminaba avergonzada, los chicos no apartaban la mirada y las chicas terminaban algunas celosas, pero bueno mi infancia fue de lo mas normal.
Mi habitación era de lo mas común tenia algunos pósters de cantantes en mi pared pintada de un color suave una ventana al fondo con unas cortinas de color verde pistacho que siempre odiaba pero como a mi madre les gustaba no podía decirle que no, tenia un escritorio y un ordenador portátil, al lado tenia un armario y sobre mi cama descansaba algunos de mis peluches; mi favorito era Zarpitas un gato gordo y muy suave de color anaranjado que siempre que me entristecía algo me daba por mirarlo y lograba arrancarme una sonrisa, las sabanas tenían dibujos de hadas con un color rosa, alguno pensara que soy algo infantil pero me gusta pensar en la fantasía, siempre creí que había algo mas, que existía la magia aunque no la viésemos.
Bueno ya sabéis algo mas de mi, así que decidí quitarme el pijama que precisamente me lo regalo mi padre y estaba estampado de ositos de peluche es uno de mis favoritos y es con el que mas cómoda me siento; me fui para la ducha y me puse debajo del teléfono para que el agua caliente me despertara del sopor que aun tenia, deje resbalar el liquido por un momento que recorriera todo mi cuerpo, como si lo lamiera en cada rincón de el a veces me excitaba en la ducha no se por que me pasaba, notaba como el agua recorría mis pechos deslizándose, y como se me ponían los pezones duros lentamente y empezaba a notar como me mojaba , pero era mejor despertarse y apresurarse no era el momento, además tenia un examen y tampoco iba a perdérmelo, así que decidí
apresurarme y desayunar lo justo, para no perder el autobús.
Baje todo lo rápido que pude las escaleras casi choco con una persona pero por suerte pude esquivarla, al llegar a la parada del autobús vi, como siempre las mismas personas esperando pero esta vez observe a una de mis compañeras de clase y me extrañaba nunca estaba en esta parada si no en una mas adelante, no era precisamente una de mis amigas parecía que le caía mal pero no se el motivo, siempre que me veía me miraba de una forma que a veces me daba escalofríos, tenia el pelo largo de color rubio, y unos ojos azules siempre llevaba los labios pintados de un color rojo pálido y las uñas de color negro, aunque ami me gustaba el maquillaje no solía ponerme mucho, no creía que consiguiera novio, yo me centraba mas bien en los estudios aunque pensándolo mi compañera siempre estaba rodeada por su grupito de amigas y en algunas de sus conversaciones pude escuchar como los ponían verdes de muchas formas.
-- Hola…Buenos días… -- le salude educadamente, para ver si entablábamos alguna conversación antes de que llegara el autobús, aunque pensé que no me respondería.
-- Buenos días…-- me saludo mirándome seriamente, parecía forzada.
Al final tuve suerte y el autobús no tardo como siempre, dentro me senté en uno de los asientos al final para poder repasar algo del examen lo que mas me extraño fue precisamente que ella se sentara a mi lado, me quede mirando y llevaba unos pantalones vaqueros bastante ajustados, una blusa con un escote bastante generoso y una chaqueta vaquera, tenia un olor como a vainilla muy dulzón y agradable.
-- Perdona… ¿Cómo se llama ese perfume que llevas puesto?... – le pregunte curiosamente, aunque el que llevo no es muy resulton.
-- Es un perfume raro, se que lleva algo de nebeda, nada mas…-- esta vez su respuesta no parecía forzada, y la note un poco mas alegre.
El trayecto hasta el instituto era un poco largo como una hora en bus, aunque también estaba lleno de baches por lo que se notaba, parte del recorrido estaba en obras y tardo un poco más aunque justo a tiempo para el examen.
Me apresure para llegar a clase, aunque vi de reojo mientras me alejaba como mi compañera de clase se quedaba un rato hablando con su grupito de amigas, no me sorprendí, era lo que siempre hacia.
Al entrar en la clase note el ambiente muy cargado, una mezcla sorprendente de perfumes y maquillajes que por la mañana no era muy agradable, sentí como un ligero mareo, la mayoría estaban estudiando rascando las ultimas horas de repaso, al rato de haber entrado yo entro mi profesor un hombre ya de avanzada edad, con algunas entradas nunca me había caído bien, pero sabia explicar las cosas, sin mediar palabra abrió su maletín y saco un montón de papeles los dio a los primeros de cada fila y empezamos a repartirlos.
-- Buenos días…dejadlos boca abajo de momento…cuando diga les dais la vuelta empezáis…-- comento el profesor con una actitud seria.
Al momento la puerta se abrió y entro mi compañera en ultimo lugar pidiendo disculpas por el retraso, todos nos quedamos mirándola extrañados.
-- Vaya señorita…Catia…nos honra con su presencia, tan puntual como siempre…siéntese que nos ponemos a empezar el examen…y recordad que este examen es el veinticinco por ciento de la nota de esta asignatura y recordando esto podéis empezar…-- dijo el profesor irónicamente, y como si nos amenazara con la asignatura.
El examen no fue muy difícil, la mayoría de las cosas ya me las sabia, pude observar como Catia no escribía mucho, no creía tampoco que lo pudiera sacar sus notas daban mucho que desear, cuando terminamos pasaron las siguientes horas de lo mas normal, en el descanso yo me iba con algunas amigas de otros cursos a comer, de mientras observaba como Catia hablaba con su grupito lo mas seguro poniendo verde a algún pobre chico pero aquel día el perfume que llevaba se me había metido en la nariz, aunque no lo encontraba molesto, tenia algunas sensaciones, notaba mi corazón se aceleraba un poco y como el sujetador que llevaba me hacia un poco mas de presión, en el pecho, tuve que apretar las piernas un poco mas note como me mojaba y era incomprensible, eso no podía causarlo un perfume y menos aun que me gustase mi compañera le eche la culpa a alguna fantasía lo mas seguro que tenia y no lo supe conscientemente.
Al fin terminaron todas las clases ya tenia ganas de salir de aquel sitio y volver a casa y poder relajarme, fui un momento al servicio para poder refrescarme y al menos quitarme esa fantasía que tuve en el descanso, cuando Salí escuche unos gemidos provenientes de la clase, y me extraño bastante normalmente siempre estaba solitaria a estas horas y ya habían salido todos, me acerque a la puerta de manera sigilosa, la vi entre abierta cuando pude observar cual fue mi sorpresa que vi a Catia con otra compañera Alexa.
Catia la estaba abrazando, sus labios se posaron en ella suavemente y empezaban a besarlos saboreándolos pegando algunos pequeños mordiscos, pasado un momento juntaron sus labios y sus lenguas enroscándolas saboreando sus salivas como si de la mas dulce miel se tratara, la mano de Catia comenzó a bajar lentamente por su jersey cuando llego abajo la introdujo lentamente dentro de este y alcanzo el pecho que empezó a masajearlo suavemente notando cada centímetro de su piel sin prisa alguna, mientras el beso se hacia cada vez mas largo la expresión de mi amiga era de estar en el cielo; mientras yo seguía observando atentamente no quería perderme nada de lo que sucedía pero tampoco me lo creía lo que estaba sucediendo, mi cuerpo se iba calentando poco a poco, el calor me invadía por completo el sujetador empezaba a apretarme demasiado, así que decidí desabrochármelo y note como mis pezones estaban duros como piedras, moje uno de mis dedos y empecé a masajearlos dando giros en ellos de vez en cuando los apretaba y esa sensación de dolor y placer era increíble, lo que no me creía es que me hubiera calentado tanto viendo esa escena.
Catia termino el beso, levanto el jersey y desabrocho el sujetador que lo oprimía, mostrando aquel pecho, se arrodillo lentamente e introdujo sus manos debajo de la falda, y comenzó a bajar el tanga de color purpura que lo tiro lejos, mi amiga se tumbo en la masa abriendo sus muslos y dejando a la vista su húmeda y caliente vagina; Catia introdujo su cabeza entre las piernas y empezó a lamer saboreando cada gota de flujo que salía, estaba degustando ambrosía que emanaba de su entrepierna; yo por mi parte me desabroche el botón de mi pantalón ya no podía soportarlo mas e introduje una mano dentro de mi ropa interior, note como estaba chorreando, mis dedos actuaban solos, los pase por encima de mi raja, suavemente notando como cada vez me mojaba mas y mas, masajearon mi clítoris, girándolo suavemente, el placer era indescriptible me tuve que tapar la boca con la otra mano para no gemir.
Observe como Catia, introdujo sus dedos dentro de su vagina mientras seguía lamiendo, empezó a moverlos lentamente adentro y afuera en un vaivén delicioso, mientras mi amiga no hacia mas que gemir y gemir de placer, agarro la cabeza de Catia e intento atraerla mas hacia ella, como si quisiera sentir su lengua mas profundamente en ella, los gemidos de mi amiga se intensificaron lo mismo que los dedos de Catia a una velocidad sorprendente, mientras yo metí dos dedos dentro de mi y empecé a moverlos como queriendo imitar su velocidad pero no mas lejos de poder conseguirlo, el placer era enorme ante la visión que tenia delante y lo que estaba haciendo, llego un momento en que nos compenetramos cuando nos corrimos, su grito inundo la clase por completo y menos mal que no había nadie, y por suerte yo tenia la boca tapada si no se hubieran mezclado oyéndome.
Catia saco la cabeza de entre sus piernas con la boca chorreando de flujo de la corrida, saco su lengua para relamerse lo mismo que hubiera hecho un gato, mi amiga aun estaba convulsionando por la corrida que había tenido, había sido increíble; Catia se acerco a donde había lanzado el tanga y lo recogió.
-- No creo que te importe que me lo quede… ¿verdad?... – dijo Catia de manera lujuriosa como si de un trofeo se tratara, aunque no creo que mi amiga pudiera contestar en ese momento.
Viendo que iba a salir de la clase decidí abrochar mi pantalón todo lo deprisa que pudiera y salir de allí, para no ser descubierta.
Me apresure para llegar a casa lo antes posible, no podía creer aun lo que había pasado así que decidí tomar una ducha fría aunque no era muy fan de ellas y por lo menos resulto, cene algo ligero vi la tele y poco mas y me fui a dormir, a la mañana siguiente tuve una sorpresa, antes de salir para el instituto precisamente enfrente de mi puerta cuando la abrí me encontré a Catia allí parada con el ceño fundido como si estuviera cabreada por algo.
-- ¿Te crees que soy tonta o que?... – me pregunto de manera acusatoria, aunque no creo que fuese por lo de ayer.
-- ¿Qué pasa?... ¿Qué he hecho?... – pregunte yo intentando averiguar a que se debía.
-- Crees que no te vi, que estabas allí espiándonos… ¿Ahora que pretendes chantajearme?... –pregunto Catia aunque parecía que estaba amenazándome.
-- No de verdad, no pienso contar nada a nadie no te preocupes…te lo juro…-- respondí diciendo la verdad de todas formas no me iban a creer.
Catia me dio un ligero empujón introduciéndome dentro de la casa, cerro la puerta detrás de ella.
-- Por lo que veo te gusto lo que viste…si quieres comprobarlo en ti misma, podemos hacerlo…-- propuso ella de manera lujuriosa con un tono de voz que me era muy agradable.
Yo no pude menos que sonrojarme aunque quería contestarle las palabras no salían de mi garganta.
--Que lindo te has sonrojado…me encanta eso, sabes te voy a mostrar un secreto, que no se lo he enseñado a nadie…-- dijo mi amiga de manera misteriosa.
Catia cerro los ojos y una luz empezó a rodearla y ante mis ojos asombrados vi como de su cabeza salían unas orejas muy parecidas a las de un gato de color blanco, al final de su espalda le salio una cola del mismo color era precioso, se arrodillo ante mi y empezó a caminar a cuatro patas moviendo su cola de manera provocativa y ronroneando algo yo aun no salía de mi asombro, estaba como paralizada, cuando llego a mi altura se alzo un poco, deslizo sus manos por mis muslos yo estaba aun petrificada por esa visión era tan preciosa que incluso causaba miedo, cogio mi ropa interior y la deslizo hacia abajo, en ese momento se metió debajo de mi falda y empezó a lamer mi vagina ya húmeda, de tal forma que me estremecía de placer, era increíble, tenia una sensación entre suave y algo rasposa, fue fantástico, mis manos bajaron a su cabeza y la empuje mas hacia mi, su lengua se introdujo dentro de mi moviéndose de un sitio para otro, no sabia que hacer, estaba extasiada, no quería que aquello acabara nunca, cuando al fin me corrí note una oleada de calor por todo mi cuerpo, el flujo manaba de mi como si fuera una fuente, Catia siguió lamiendo y tragándose aquello como si de la mas deliciosa bebida fuese, al final me temblaron las piernas y caí al suelo de espaldas con las piernas aun temblando por el placer.
Catia no hizo más que relamerse los labios, de gusto, y mirarme con aquellos preciosos ojos, que parecían contener toda la lujuria del mundo en ellos.
-- ¿Crees que hemos acabado?... De ninguna manera ahora viene lo mejor…-- dijo Catia mirándome, con pasión.
Yo no sabia que pensar ni que decir solo sabia que aquello había sido increíble y maravilloso, aunque quería terminar mi cuerpo aun estaba caliente y tenía ganas de más.
Catia se puso encima mía dejando a mi alcance su vagina en un sesenta y nueve y volvió a lamerme, la misma sensación volvió a mi cuerpo, era fantástica su lengua parecía estar endemoniada de la forma que se movía dentro de mi, así que aplique mi boca a su sexo y empecé a chupar a lamerla, todo lo mejor que podía era mi primera vez con una chica, estaba caliente y húmeda los jugos de ella, resbalaban por mi boca mis manos se aferraban a sus muslos para atraerla mas hacia mi, y poder saborear aquel sexo dentro de mi boca.
Pero fue mi sorpresa que note como dos de sus dedos entraron en mi trasero, no pude hacer nada de la impresión me aferre mas a ella, Catia empezó a mover sus dedos primero despacio, y luego mas deprisa, la sensación era indescriptible mi cuerpo se calentaba mas y mas, no quería parar; quería mas y mas era maravilloso, el agujerito de mi trasero parecía absorber los dedos de ella y me encantaba era una sensación completamente distinta y muy placentera, mi mente estaba en otro mundo de mis ojos saltaron lagrimas de placer que se mezclaron al caer con sus flujos era como una carrera a ver que se corría antes; en ese instante solté un grito que inundo la habitación de placer, no podía contenerme por mas tiempo, cerré las piernas sobre la cabeza de Catia para que no pudiera escaparse y pudiera lamer todo lo que salía de mi, era maravilloso, pero ella tenia otros planes cuando afloje mi presa se levanto y apoyo su vagina sobre mi cara moviéndose lentamente mientras yo seguía chupando y bebiendo, sus manos cogieron los pechos y comenzó a moverlos, masajeándolos lentamente y pellizcando los pezones, yo seguía lamiendo mas y mas, hasta que note una riada de flujo que lleno mi boca, y mi cara era sorprendente pero ya todo me daba igual, mi mente estaba obnubilada por lo que había sucedido y aun así quería mas y mas.
Al momento se escucho el abrir de la puerta Catia se incorporo y vimos entrar a mi amiga, con una gabardina, en su cuello portaba un collar con una correa, cuando se desvistió estaba completamente desnuda.
-- ¿Puedo unirme?... – pregunto tímidamente y sonrojada.
Yo aun no podía creer que es lo que había ocurrido, no daba crédito cundo al fin pude recobrar algo de la cordura, me levante como pude, con las piernas aun temblándome.
-- ¿Se puede saber como has entrado aquí?...Será mejor que os… vayáis las dos ahora mismo, fuera de aquí…-- dije con voz temblorosa y algo entrecortada, aunque en verdad quería proseguir, pero mi cordura decía que tenían que irse.
Diciendo esto la vista se me nublo por completo, la cabeza me empezó a dar vueltas de sobremanera, no sabia hacia donde mirar, era como si todo de repente girara a mi alrededor o estuviera borracha, al final me desmaye y caí al suelo, mientras Catia me recogía mi ultima visión fue de ella dándome un beso en la frente y mirándome con sus lindos ojos.
-- Ha sido demasiado para ti es mejor que descanses…duerme no te preocupes…-- dijo Catia dulcemente mientras yo cerraba los ojos.
Antes de despertarme note una sensación de calor muy agradable que me recorría el cuerpo, creía que era un sueño y que aun permanecía dormida, notaba como me empezaba a mojar lentamente, y algo que se movía dentro de mi, adentro y afuera en un ritmo especialmente delicioso, cada vez estaba mas mojada, así que decidí abrir los ojos, cual fue mi sorpresa que encontré a Alexa debajo de las sabanas en mi entrepierna lamiéndome, cada gota de mi flujo, como si fuera su desayuno, no sabia como había entrado en mi casa o si paso toda la noche allí, pero no me importaba solo quería que siguiera haciéndolo; abrí un poco mas las piernas para que pudiera tener completa libertad mientras lamia sentí como con sus dedos giraban y apretaban mi clítoris suavemente esa sensación hizo que me retorciera aun mas de placer, ya no sabia ni donde me encontraba, solo me concentraba en aquel placer indescriptible que me ofrecía Alexa, note como con su otra mano introducía dos de sus dedos dentro de mi, no hizo falta ni lubricarlos, el flujo bañaba mis muslos y su boca, los introdujo suavemente, lo mas que pudo, y empezó a moverlos lentamente, tenia una sensación de calor y placer únicas nunca antes me había hecho esto antes, acelero el ritmo de sus dedos, iba cada vez mas deprisa, yo agarraba las sabanas con fuerza entre mis dedos y mi otra mano la tenia en mi boca para intentar no gemir demasiado fuerte, pasado un rato saco sus magníficos dedos y me corrí en abundancia, pero mi compañera aplico su boca taponando por completo mi vagina y succionándola para que no se escapara nada de su boca, yo no pude mas que contener mi placer.
--Ahhhhhhhhh, siiiiiiiiiii que delicia…-- grite plena de placer y satisfacción quería quedarme con ella todo el día en la cama.
Mire sus ojos e hice que se incorporase un poco mas a mi altura nuestros pezones se rozaron suavemente como si no quisieran hacerlo, su cuerpo estaba caliente y su piel era muy suave casi como la seda tenia miedo de rasgarla en algún momento, así que aplique mis labios a los suyos y nos fundimos en un beso introduje mi lengua dentro de su boca para juguetear con la suya, bebiendo su saliva que recorría mi garganta, note el sabor de la mezcla con mi flujo en su boca aunque no me desagradaba, me pareció estar bebiendo de una jarra de miel.
-- ¿Amanda estas despierta?...— grito una voz muy familiar era la de mi madre, no sabia que hacer ni lo que iba a pensar si viera a Alexa en mi habitación y en esa postura.
Decidí empujarla suavemente fuera de la cama para que se escondiera debajo de ella, no costo mucho pero, en su cara aun se veía que estaba como extasiada y casi ni se enteraba de lo que sucedía y me resulto extraño aunque no preste atención a aquello no me pareció de importancia y encima tendría a mi madre en mi habitación en cualquier momento.
-- Si, si mama…no te preocupes…enseguida me levanto…-- respondí yo todo lo mejor que podía para que no lo notara.
Lo malo que si se iba a enterar, cuando vi la mancha de flujo que había dejado en las sabanas así que me fui para el armario y cogi una de las mantas que encontré y la eche por encima todo lo deprisa que pude de mala manera y esperaba que Alexa al menos no se moviera de ese sitio por unos instantes pero estando en su estado lo dudaba mucho me metí en la cama de mala manera.
-- Voy a entrar Amanda…-- diciendo esto mi madre entro en mi habitación, aunque nunca le había gustado el desorden, mi cuarto lo respetaba ya que decía: “Cada habitación era el santuario de una persona”.
-- Pasa…-- dije yo intentando disimular aun mi voz aunque ya me iba calmando.
--Dios mío!!... ¿Cómo tienes así la cama?... ¿Se puede saber que has hecho?... Te has peleado con ella y ha perdido… -- exclamo mi madre diciéndolo de forma chistosa pero sabia perfectamente que eso era para que ordenara mi habitación y la cama.
Mi madre era una mujer de constitución fuerte pero sin llegar a gorda había estado bastante tiempo en un gimnasio y eso se notaba aun conservaba la figura y había desarrollado algo de musculatura también, tenia el cabello rizado y largo le llegaba a la cintura era de un color rojizo pero mas intenso, sus ojos eran de color verde, casi siempre en casa llevaba un chándal de color rojo ajustado podía adivinarse su figura debajo de el tenia unos pechos muy generosos yo pensaba que por genética tenían que crecer mas aunque no esperaba milagros, sus caderas parecían un pecado de como eran, para mi la perfección, su rostro redondeado y con facciones suaves que te daba confianza.
Yo estaba más preocupada por Alexa que se encontraba debajo de mi cama y aun no se había movido pero podía pasar en cualquier momento.
-- Bueno me voy a ir levantando, hoy te ayudare con las tareas de la casa, por la tarde iré al cine a ver una película y me relajare algo…-- dije estirándome todo cuanto pude.
-- Si es mejor que te relajes… ¿Sabes?...al hacer eso te pareces al gato?... Estas graciosísima…Ja, ja, ja…-- se río mi madre abiertamente.
Yo enseguida me detuve, mirándome lo que hacia y le lance a mi madre una mirada que lo decía todo y que ella siempre sabia interpretar.
-- Vale ya me voy entendido…no hace falta que me mires así…a propósito quería hacerte una pregunta… ¿Qué tal te fue en el examen?... – pregunto mi madre con curiosidad.
Yo pensaba que había descubierto a Alexa, después de ese susto inicial me tranquilice.
-- Pues la verdad que fue demasiado fácil…creo que he sacado un sobresaliente – dije sonriéndole y satisfecha de mi misma.
-- Me alegro por ti…pues venga dúchate y ayúdame con las cosas, necesito tu ayuda…-- dijo mi madre marchándose de mi habitación y cerrando la puerta.
Yo enseguida mire debajo de la cama para comprobar como estaba pero no vi a nadie me extrañaba, aquello era imposible, si estaba debajo de la cama, a donde podía haber ido y la única salida era o la ventana o la puerta, me quede un momento pensando, intentando averiguar hacia donde había ido, pero no lograba saberlo, pensé que había sido un sueño o una ilusión pero la cama era testigo de que no fue así, cogi la ropa de cama y la deje en el cesto de la ropa sucia, haciendo esto me metí en la ducha y deje que el agua me resbalara nuevamente limpiándome por entera, cada vez que estaba duchándome, sentía un calor interno dentro de mi que me ponía caliente, de pronto sentí como dos manos agarraban mis pechos apretándolos y masajeándolos gire mi cabeza y vi a Alexa sonriéndome con un gesto lujurioso, mi cuerpo ya no daba mas de si pero quería que continuase, era la mezcla entre el agua cayéndonos por el cuerpo mojándonos y la sensación de que me acariciara era indescriptible.
Yo empecé a gemir lo mas bajo que podía, mi compañera me inclino un poco hacia delante apoyándome contra la pared de la ducha, y empezó a bajar besándome la espalda lentamente, y pasando su lengua saboreando la mezcla del agua por mi piel, cuando llego a mi trasero metió uno de sus dedos dentro de el, yo lo sentí muy placentero ya que Catia ya lo había hecho, y empezó a moverlo dentro y fuera estaba extasiada, mis piernas empezaban a temblar, su boca se aplico a mi vagina mojada y a la vez cubierta por el agua que caía, y empezó a lamer toda por entera como si además del agua ella también quisiera limpiármela, por dentro, mientras yo me apretaba mis pechos masajeándolos una y otra vez, mi cuerpo estaba exhausto sabia que mas no podría aguantar estaba demasiado sensible, en mi culo notaba como caía el agua y además introducía otro dedo, que seguía moviéndolo sin parar esta vez tarde mucho menos en correrme, con un grito sordo di la señal mientras me mojaba mis muslos parte de la corrida que llegaba a ellos se mezclaba con el agua de la ducha, yo no pude mas que darme la vuelta y besar sus dulces labios mientras notaba como nos caía el agua por nuestros cuerpos y los pechos se besaban dulcemente pezón contra pezón, queriendo aplacar nuestra pasión.
Me gire para cerrar la ducha y al girarme Alexia había desaparecido no podía creerme lo que estaba pasando, era como un fantasma o alguna clase de espíritu pero estaba convencida que había sido muy real.
Salí de la ducha me fui a vestir con ropa de andar por casa para estar cómoda y poder hacer las tareas, mire en el cajón de la ropa interior y no se como me vino a la mente ponerme algo nuevo y atrevido cosa que nunca haría, así que empecé a rebuscar entre las braguitas que tenia hasta que descubrí una un tanto especial que me regalo mi madre sobre los quince años, aunque mi padre no estaba muy de acuerdo con ello, pensaba que era demasiado provocativa para la edad que tenia pero esta vez ya había crecido, era de un color rojo algo vivo con un pequeño lacito delante de color púrpura y la parte de abajo estaba abierta, cuando me las puse el contacto con el tejido me excito un poco, nunca la había sentido de esa forma siempre las había visto como unas mas, decidí que el sujetador fuera también rojo pero con encajes y una rejilla sobre los pezones, al colocármelo sentí un cosquilleo muy especial, aunque este me estaba algo mas cómodo que el anterior pero era raro porque el otro era de mi talla, cogi unos pantaloncitos muy cortos de deporte, que se me ajustaban al trasero, y me quedaban perfectos me daban comodidad de movimientos estuve un rato espillándome el pelo, si no después seria un lío poder hacerlo, al pasar el cepillo por encima de la cabeza note, una especie de bultito aunque no le di importancia creyendo que podía haber sido un golpe al desmayarme, mientras estaba con el pelo escuche que llamaban a la puerta; mi madre la abrió y pude escuchar la conversación.
-- ¿Esta Amanda? …Me gustaría saber si puede salir un momento quisiera comentarle algo…-- dijo Catia, aunque era increíble que viniera a buscarme ya que nunca lo había hecho.
-- Vaya eres tu Catia, lo siento pero no esta, así que ya puedes irte… -- dijo mi madre duramente, aunque no sabia por que nunca había visto a Catia.
-- No se preocupe…solo quiero hablar con ella, volveremos enseguida…-- dijo Catia un poco mas temerosa de lo que pudiera pasar, aunque no pensaba que pudiera pasar nada mi madre nunca levanto la mano contra nadie.
-- Te he dicho que no esta, así que puedes irte por donde has venido…-- dijo mi madre más duramente aunque parecía una amenaza inacabada, la verdad que me sorprendió que fuera tan radical.
-- Muy bien no hay problema…ya vendré en otro momento a buscarla cuando este muchas gracias por todo…-- dijo Catia viendo que no podía hacer nada puesto que mi madre no la iba a dejar entrar tampoco.
Al momento escuche un portazo mi madre estaba enfadada y no quería enfurecerla mas aun, pero pensaba que seguro me llevaba una reprimenda por haberla conocido en cuanto saliera de mi cuarto solo esperaba que me dejara seguir yendo al cine.
Y efectivamente en cuanto salí de mi cuarto mi madre se acerco a mí con el rostro enfurecido.
-- Amanda, ¿tu conoces a Catia? … -- pregunto mi madre, con una mirada que, cualquiera se hubiera venido abajo y hubiera confesado directamente.
-- Si de vista, he hablado también algo…con ella somos compañeras de curso…-- dije yo tímidamente, aunque era la verdad no era toda precisamente, y sabia que si mentía ella lo sabría.
-- No quiero que la vuelvas a ver, no es buena gente; no me gustaría que terminaras como ella ganduleando y en una banda… ¿Ha quedado claro? ... – pregunto mi madre, asegurándose de que no se me olvidaba.
-- Si, no te preocupes, no me acercare a ella…-- respondí yo intentando que se calmara.
-- Espero que así sea…Bueno es hora de ponerse a trabajar yo me encargo de los dos cuartos y el baño y tu del salón…-- dijo algo mas tranquila.
Aunque por lo visto recibí mi castigo después de todo, el salón era mas grande de lo normal, tenia varios sillones la tele y varias estanterías llenas de figuritas y libros aparte de una mesa enorme donde solíamos comer, pensé que iba a tardar una eternidad, a mi mente vino como un relámpago, si estuviera Alexa por mi habitación mi madre podría darse cuenta de ello y seria peor aun no sabría como explicárselo, por suerte mi madre se dirigió a su cuarto primero para limpiarlo.
Empecé a buscar debajo de la cama en el armario y en el baño pero no aparecía por ninguna parte era increíble donde se habría escondido además era imposible que hubiera saltado por la ventana estábamos en un tercer piso, pero viendo que no estaba decidí ir a mi tarea, mi madre me vio al salir de mi habitación.
-- ¿Se puede saber que te pasa?…-- pregunto mi madre extrañada.
-- No nada, creía que se me había olvidado algo en mi cuarto pero parece ser que no es así…-- respondí yo intentando, calmarme, pero no dejaba de darle vueltas a la cabeza.
-- ¿Sabes si vendrá papa esta noche?…-- pregunte a mi madre, con tal de cambiar de tema.
-- No creo cariño, sabes que trabaja hasta tarde, aunque me dijo que lo intentaría…pero buen ose puede saber que haces sin haber empezado…date prisa si no quieres también hacer la terraza…-- respondió mi madre amenazándome con mas tarea aunque no quería hacerla me apresure con la que ya tenia.
Mientras limpiaba me fijaba de vez en cuando en mi madre, y como aquel chándal apretaba sus pechos y le marcaba su figura me dejaba extasiada, quería perderme entre sus muslos y saborear lo mas profundo de ella pero, tenia que despertarme era imposible que sintiera eso por mi madre, aunque su cuerpo era un escándalo lo que hubiera dado por no ser su hija y poder lamer y chupar aquellos pechos, notar sus pezones dentro de mi boca y jugar con mi lengua.
Al momento desperté de golpe de aquella fantasía empezaba a notar como me iba calentando poco a poco y no me apetecía y menos con mi madre, después de esto volví a notar ese perfume avainillado y dulzón el perfume que llevaba Catia pero no estaba aquí, seguramente dejo parte de su perfume cuando estuvo en la entrada, pero lo mas extraño es que fue la segunda vez que me paso, y también con este olor decidí que no era lugar para aquello aunque mi madre parecía totalmente a lo suyo, por suerte termino antes que yo y se puso a hacer la comida, de otra que me libraba aunque no sabia cocinar muy bien la ultima vez que lo hice mis padres tuvieron que ir al hospital por indigestión, o eso me dijeron.
Una vez acabamos de limpiar ayude ami madre a poner la mesa había hecho raviolis y una ensalada de pollo que era mi favorita, la charla de la comida fue bastante amena ella me hablaba de su vida y yo del colegio, cuando terminamos me toco fregar los platos cosa que odiaba pero así lo hubimos decidido una semana yo otra ella, el resto del tiempo lo pase chateando de cosas triviales en mi cuarto, cuando llegaron las cinco de la tarde decidí que ya iba siendo hora de arreglarse para irse, esta vez pensé que me arreglaría un poco mas, y era extraño casi nunca lo hacia y menos para ir al cine puesto que casi siempre iba sola a veces acompañada de Alexa aunque ya no sabia si iba a aparecer de la nada en cualquier momento.
Me puse una falda vaquera algo cómoda de color marrón unas medias negras, con un portaligas, aunque no me gustaba esta ocasión así lo quise, una blusa de color pastel y una chaqueta vaquera y unos zapatos de tacón bajo, cogi el bolso que me regalo mi madre tiempo atrás y siempre me había traído suerte aunque tampoco la buscaba, me maquille muy poco.
Cuando me mire al espejo no conocía aquella persona que se reflejaba tanto podía cambiar con un poco de maquillaje.
Antes de salir mi madre se fijo en mí y tuve el temor que me dijera que me pusiera otra ropa.
-- Vaya, vaya…y ese cambio que has dado…-- dijo mi madre mirándome de arriba abajo como si me repasara, yo me sentí algo incomoda, observaba cada parte de mi cuerpo buscando algo.
-- Decidí darme un pequeño cambio…-- dije yo como excusa aunque en verdad no sabia el por que de tal cambio.
-- Espero por tu bien que no hayas quedado con esa tal Catia…-- dijo mi madre amenazándome, era increíble el odio que le tenia.
-- No para nada no te preocupes, iré al cine del centro comercial, veré la película después comeré algo y vendré para casa…-- le explique el itinerario que iba a seguir por si me decía algo.
-- Cuando vuelvas no estaré en casa así que no te preocupes vendré algo tarde…-- dijo mi madre preparándome por si acaso no estaba.
Antes de que le dijera nada volvieron a llamar a la puerta, mi madre salto como un relámpago temiéndose lo peor que volviera a ser Catia y yo esperaba que no fuera ella, cuando abrió la puerta apareció Alexa, no pude contener mi cara de sorpresa al verla, de cómo siempre iba al instituto con vaqueros y demás a ese cambio, su pelo era rubio liso y llevaba un par de coletas una a cada lado de la cabeza que junto con su carita redondeada le daba un aspecto infantil y juguetón sus labios están pintados de un color rojo fresa muy apetecible, por lo que me parecía, y sorprendentemente llevaba una sombra de ojos de un color muy pálido, vestía un jersey de color oscuro que tanto le gustaba, aunque sin sujetador ya que se podía notar sus pezones, su pecho aunque no era tan grande como el mío tenían el tamaño perfecto para poder cogerlos y poder meterlos en la boca, su figura ya tenia unas curvas bien definidas sobre todo por la minifalda que llevaba que tenia bastante vuelo en sus piernas tenia unas medias de color negro que le quedaban a la perfección, y de remate unos zapatos de tacón para compensar algo su baja estatura en sus manos llevaba un pequeño bolso de color rojo, aunque la verdad no era muy baja solo tres o cuatro centímetros menos que yo.
-- Perdone… ¿Esta Amanda lista?...— dijo Alexia con una voz muy dulce y casi aniñada.
-- Espera un momento por favor… ¿Tú has quedado con Alexa? … Esta en la puerta esperándote…-- pregunto mi madre sorprendida porque pocas veces había venido Alexa a mi casa y menos aun para ir al cine.
Yo ante aquello intente disimular mi cara de emoción del primer momento.
-- Si, si…Quede con ella por el chat…-- respondí yo rápidamente, aunque pensaba que no se lo creería por la cara que puso.
-- Mientras no sea Catia me da lo mismo…-- dijo mi madre sonriéndome, aunque no me gustara su sonrisa.
-- Que os divirtáis…y no llegues tarde que después se a la hora que has llegado…-- dijo mi madre llevando todo bajo control aunque nunca sabía como se enteraba a la hora que llegaba.
-- Adiós…-- dijo Alexia dulcemente, esa voz se me clavaba como una espina en mi cerebro y retumbaba aunque no sabía el motivo.
En cuanto cerro la puerta y bajamos unos escalones mi mano fue directamente a su trasero, palpándolo, notando su firmeza y redondez, apretándolo firmemente, también note que llevaba un tanga y casi pude meter mi dedo dentro de ella, pero reaccione a tiempo, cuando la fui a retirar vi como Alexa cogio mi mano y la dejo allí por unos momento mas, giro la cabeza y me miro completamente sonrojada, en sus ojos se podía ver el deseo que tenia de volver a estar conmigo, casi se le saltaban las lagrimas por lo que había hecho parecía que estuviera esperándolo, yo no pude pronunciar palabra y eso que tenia muchísimas dudas de lo que había pasado dentro de casa y de cómo desaparecía.
Cuando bajamos unos peldaños mas y llegamos al entresuelo Alexa me retiro ya la mano de su trasero y me puso contra la pared, se fue agachando hasta ponerse en cuclillas, yo viendo esto la cogi de los hombros y la eleve nuevamente mirando aquellos preciosos ojos verdes que casi estaban llorosos, era como si estuviera esperando algo.
-- Mira tengo muchas preguntas que hacerte y no se por donde empezar… ¿Cómo desapareces?... ¿Cómo entraste en mi casa?... ¿El por que estas así conmigo si casi nunca hemos hablado?...Son varias cosas…Pero sobre todo no podemos seguir así esto ya es excesivo, mi vida ha cambiado de golpe desde que vi aquella escena de ti con Catia…-- le comente intentando no hacerle daño pero no pudo ser por lo que pareció.
A los ojos de Alexa saltaron lagrimas que rodaron por sus lindas mejillas y comenzó a gemir de tristeza, ese comentario mío le había hecho mucho daño, es como si le hubiera destrozado la vida.
Yo no pude mas que abrazarla fuertemente contra mi notando en mi cara sus lagrimas, intentando consolarla lo mas que pudiera, pensaba que como podía haber hecho eso a una chica tan estupenda, tenia que arreglarlo de alguna manera y de que pudiera responderme, y no lo se lo que fue pero estaba empezando a sentir algo por ella, aparte de las ganas de sexo que siempre tenia con ella, un sentimiento de amor por llamarlo de alguna forma.
-- ¿No me quieres?... – pregunto Alexia de manera llorosa con su dulce voz, su rostro enternecía de tal manera que me llegaba a asustar.
Yo la mire a los ojos intentando saber lo que pasaba, pero no pude obtener respuesta, quien lo sabia era Catia y de ella debía enterarme de todo.
-- Claro que te quiero…-- respondí yo para intentar calmarla, aunque a respuesta era verdad.
Alexia alegro su rostro nuevamente se seco las lagrimas, menos mal que no llevaba rimel si no hubiera sido un desastre; paso su lengua por mi mejilla era suave y caliente lamiendo las lagrimas que tenia en mi rostro, hecho esto se volvió a poner en cuclillas yo no sabia que iba a hacer pero ese sitio era demasiado peligroso aunque la verdad también producía muchísimo morbo.
Levanto mi falda un poco, cuando vio mi ropa interior que estaba abierta por debajo sonrío picaronamente, parecía esperarlo de alguna forma después de lo que habíamos hecho, rebusco en su bolso por un momento yo estaba completamente nerviosa no sabia que hacer por si alguien nos pillara, parece que por fin encontró lo que buscaba, era una especie de huevo no muy grande, no sabia lo que iba a hacer con eso pero en seguida me di cuenta, lo acerco a la entrada a mi vagina y lo fue introduciendo lentamente, sintiendo cada centímetro de ella, y recreándose un poco cuando lo hubo soltado, movió un poco los dedos arriba y abajo, yo empezaba a notar como el flujo empezaba a salir, debía de detener aquello a toda costa, si no seria un problema, entre el placer que sentía quería que continuase, quería correrme que sintiera el calor y lo pegajoso entre sus dedos, pero tuve que detenerla, le cogi la mano y la retire esperando que no se pusiera a llorar nuevamente, se levanto y empezó a rebuscar otra vez en su bolso, yo aun estaba un poco en otro mundo pero mas centrada, y me enseño una especie de mando a distancia que tenia un dial, pensé que eso controlaba aquel pequeño trasto que había metido en mi interior, pero no me entere hasta mas adelante, así que metiéndolo de nuevo en su bolso salimos del portal como si nada hubiera pasado.
Llegamos a la parada y vimos como había mas gente de lo normal no hacia nada de viento di gracias al cielo por que si no hubiera sido un espectáculo para Alexia que se levantara la falda, cuando llego el autobús, estaba abarrotado de gente, entramos como pudimos y apoye mi espalda contra un cristal y Alexia se pudo delante mía, casi podíamos rozarnos, por suerte el trayecto no duraría mas de quince minutos y esperaba que en ese trayecto no hubiese ningún arrebato por su parte aunque mas lejos de mi imaginación ocurrió.
Alexa cogio una de mis manos con la suya su piel estaba casi ardiendo del calor que tenia, metió dos de mis dedos en su boca llenándolos de saliva a conciencia aunque me extraño ya se por donde iba y aquello no podía ser allí con tanta gente podían descubrirnos fácilmente, pero a ella no parecía importarle solo calmar su deseo interior y provocar el mío, dirigió mi mano debajo de su falda, y la introdujo dentro de su tanga para que notase como estaba de mojada, note su flujo salir de su vagina deslizarse entre mis dedos que intentaban atraparlo todo para que no saliese al exterior, yo no pude mas que empezar a palparlo, pasando mi mano suavemente por el notando su clítoris erecto que acaricie durante un rato, girándolo y apretándolo de vez en cuando, aquello parecía que la volvía loca, su cara estaba completamente roja, no le hacia falta rubor en las mejillas, sus gemidos eran muy bajos, pero yo podía escucharlos, quería mas en ese momento su mano se metió dentro de su bolso esperaba que no hiciera lo que estaba pensando y menos allí, no sabia como iba a reaccionar, pero aun así acciono el dial una vibración me sacudió interiormente no me esperaba que fuera así, me hizo inclinarme un poco delante si no hubiera estado el cristal me hubiera caído pero pude aguantar aunque las piernas me temblaban, sentía como vibraba dentro de mi poniéndome mas cachonda aun, mi flujo empezaba a resbalar un poco por fuera mojando mis medias, intente gemir pero sabia que si lo hacia todo el mundo nos miraría de forma rara y no quería eso, el sujetador me apretaba, por los pezones con la rejilla de este era una combinación deliciosa; la ropa interior quería quitármela y empezar a besarla apasionadamente, parecía que esta tortura le gustaba de sobre manera, yo metí los dedos dentro de ella y empecé a moverlos como podía, notando su calor en mis dedos, y de cómo intentaba, disimular el placer que tenia, sus medias empezaron a mojarse no podía contener aquella cantidad de flujo pero no me importaba, lo que quería era estar entre sus muslos en vez de tenerla en mi mano pero tenia que conformarme con eso, la vibración era cada vez mayor no podía soportarlo por mas tiempo, llegue al clímax mordiéndome los labios para no gritar de placer mi compañera, también llego y note como me empapaba mi mano, cerro los ojos fuertemente, intentando no hacer ningún ruido, concentrándose en su placer interno, la suerte fue que en cuanto terminamos, el autobús llego a su parada y nadie se había dado cuenta, observe alguien parecida a Catia en el autobús pasando delante de nosotras y guiñándome un ojo aunque pensé que era a causa del placer que sentía y fue una ilusión, Alexa me saco la mano de su entrepierna húmeda y lamió mis dedos jugueteando con su lengua hasta dejarlos limpios, al fin salimos del autobús cogiéndome de la mano y apresurándonos para sacar las entradas, en cuanto las hubimos sacado fuimos a tomar algún refresco por lo menos para calmarnos, una vez nos hubimos sentado en la mesa, necesite ir al servicio.
-- Voy al servicio para refrescarme algo no tardo… -- le dije a Alexa esperando que no me siguiera aunque ella también tenia que refrescarse.
-- Te acompaño!…-- exclamo ella con rapidez.
-- No hace falta cuando venga entras tu no te preocupes no tardo…-- le dije yo intentando evitar mas de lo que ya había pasado en el autobús.
El servicio de aquel centro comercial era bastante amplio, y muy limpio se podía oler incluso el aroma a desinfectante tenia un gran espejo en la pared, no parecía que hubiese nadie, pero a mi oído llegaban unos lamentos sordos de uno de ellos, intente ignorarlos, lavándome las manos y arreglándome un poco el pelo, pero no podía mas así que entre en el contiguo olvidándome de echar el pestillo por desgracia, al menos estaba limpia la taza y no había garabatos por ningún sitio pero en una de las paredes de madera había un pequeño agujero, no quería pecar de voayer, pero la curiosidad pudo conmigo, cuando me dispuse a mirar vi algo que no pude creerme…
FIN DEL CAPITULO 1
P. Espero os guste y me lo digais si es asi pondre los demas capitulos muchas gracias :vientos: