Alej17
Bovino de la familia
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San Zhi: una ciudad abandonada de ciencia ficción
Imaginaos una ciudad que parece proceder del siglo XXII. Estructuras de dos pisos de las que emergen módulos habitacionales oblongos de color azul o rosa provistos de grandes ventanales. Al primer golpe de vista, la ciudad recuerda mucho a las que dibujaba Akira Toriyama en su serie de animación Dragon Ball. Pero al internarnos en ella, entonces descubrimos que, además de la estética, San Zhi guarda más semejanzas con una película de ciencia ficción. Porque San Zhi está abandonada, como si fuera una ciudad del futuro víctima de algún desastre nuclear. O una futurista estación lunar en ruinas.
San Zhi es una urbanización fantasma situada en las afueras de Taipei, en Taiwán, entre las localidades de Damshui y Baishawan, a lo largo de un corto tramo de costa en el norte. Este complejo vacacional, llamado San-Zhi Pod Village, se construyó a principios de 1980 para alojar a habitantes adinerados.
Pero lo cierto es que apenas se conoce nada sobre las causas que llevaron a sus constructores a dejarla a medias. Una teoría apunta a que la constructora fue arruinada por un tifón. También se habla de espíritus malignos, que asustaron a los obreros. Los taiwaneses son muy supersticiosos, de modo que, por si acaso rondan espíritus por la zona, tampoco se atreven a derruir el complejo por temor a que esos seres maléficos pasen a okupar los hogares de los obreros. Si un okupa de carne y hueso ya puede causar problemas, imaginad de lo que es capaz un okupa ectoplasmático. Aunque la razón con más peso que explica que esta urbanización se dejara a medias es que el gobierno retiró la licencia porque estaba enclavada en una costa natural, no en una playa, y que la proximidad con el mar y el calor de la zona corroía el metal de las casas en pocas semanas, haciéndolas inviables.
El complejo está compuesto de pequeñas construcciones de vivos colores, aunque hoy en día el color ya se haya quedado pálido. Todas las viviendas son modulares, construidas con hormigón y fibra de vidrio, y se articulan alrededor de núcleos de hormigón. Los colores de las viviendas dependen de su ubicación. Los edificios del oeste son de color verde; los del este de color rosa; los del sur de color azul; y los del norte de color blanco.
Por Internet corren muchas fotografías de esta especie de resort futurista en ruinas. Algunas, incluso, modificadas por bromistas, que han dibujado el sello de la Dharma Initiative en la pared de algún edificio, la organización secreta que opera en la serie de televisión Perdidos. Y no es para menos, porque el lugar tiene aspecto de haber sido ideado como una especie de parque temático. Incluso aún se pueden apreciar toboganes que surgen de algunos edificios y que culminan en un estanque central, sin duda una divertida forma de abandonar tu casa para darte un chapuzón.
No es demasiado difícil imaginar que aquí podría ambientarse aquella novela de Ira Levin de 1972, The Stepford Wives, cuya acción transcurre en un pueblo de los Estados Unidos llamado Stepford donde las mujeres casadas son la encarnación de la perfecta ama de casa. Cuidan a los niños, mantienen la casa impoluta, cocinan platos sabrosos y todo ello lo llevan a cabo de forma hacendosa y servil, pues realmente son mujeres que han sido transformadas en robots por una asociación masculina secreta con cuartel general en Stepford. No desentonaría, pues, que por alguna de esas ventanas de diseño de San Zhi asomara la cabeza una de esas amas de casa robot con una etiqueta en un costado en la que se leyera Made in Japan.
El transcurrir de los años, sin embargo, ha vuelto el lugar menos romántico de lo que pudiéramos imaginar. Mucha gente suele visitarlo, pero por las noches también es un refugio para vagabundos y criminales, de modo que poco a poco está perdiendo su aureola futurista para convertirse en uno de tantos edificios en ruinas del extrarradio de las grandes ciudades.


Imaginaos una ciudad que parece proceder del siglo XXII. Estructuras de dos pisos de las que emergen módulos habitacionales oblongos de color azul o rosa provistos de grandes ventanales. Al primer golpe de vista, la ciudad recuerda mucho a las que dibujaba Akira Toriyama en su serie de animación Dragon Ball. Pero al internarnos en ella, entonces descubrimos que, además de la estética, San Zhi guarda más semejanzas con una película de ciencia ficción. Porque San Zhi está abandonada, como si fuera una ciudad del futuro víctima de algún desastre nuclear. O una futurista estación lunar en ruinas.
San Zhi es una urbanización fantasma situada en las afueras de Taipei, en Taiwán, entre las localidades de Damshui y Baishawan, a lo largo de un corto tramo de costa en el norte. Este complejo vacacional, llamado San-Zhi Pod Village, se construyó a principios de 1980 para alojar a habitantes adinerados.
Pero lo cierto es que apenas se conoce nada sobre las causas que llevaron a sus constructores a dejarla a medias. Una teoría apunta a que la constructora fue arruinada por un tifón. También se habla de espíritus malignos, que asustaron a los obreros. Los taiwaneses son muy supersticiosos, de modo que, por si acaso rondan espíritus por la zona, tampoco se atreven a derruir el complejo por temor a que esos seres maléficos pasen a okupar los hogares de los obreros. Si un okupa de carne y hueso ya puede causar problemas, imaginad de lo que es capaz un okupa ectoplasmático. Aunque la razón con más peso que explica que esta urbanización se dejara a medias es que el gobierno retiró la licencia porque estaba enclavada en una costa natural, no en una playa, y que la proximidad con el mar y el calor de la zona corroía el metal de las casas en pocas semanas, haciéndolas inviables.

El complejo está compuesto de pequeñas construcciones de vivos colores, aunque hoy en día el color ya se haya quedado pálido. Todas las viviendas son modulares, construidas con hormigón y fibra de vidrio, y se articulan alrededor de núcleos de hormigón. Los colores de las viviendas dependen de su ubicación. Los edificios del oeste son de color verde; los del este de color rosa; los del sur de color azul; y los del norte de color blanco.
Por Internet corren muchas fotografías de esta especie de resort futurista en ruinas. Algunas, incluso, modificadas por bromistas, que han dibujado el sello de la Dharma Initiative en la pared de algún edificio, la organización secreta que opera en la serie de televisión Perdidos. Y no es para menos, porque el lugar tiene aspecto de haber sido ideado como una especie de parque temático. Incluso aún se pueden apreciar toboganes que surgen de algunos edificios y que culminan en un estanque central, sin duda una divertida forma de abandonar tu casa para darte un chapuzón.

No es demasiado difícil imaginar que aquí podría ambientarse aquella novela de Ira Levin de 1972, The Stepford Wives, cuya acción transcurre en un pueblo de los Estados Unidos llamado Stepford donde las mujeres casadas son la encarnación de la perfecta ama de casa. Cuidan a los niños, mantienen la casa impoluta, cocinan platos sabrosos y todo ello lo llevan a cabo de forma hacendosa y servil, pues realmente son mujeres que han sido transformadas en robots por una asociación masculina secreta con cuartel general en Stepford. No desentonaría, pues, que por alguna de esas ventanas de diseño de San Zhi asomara la cabeza una de esas amas de casa robot con una etiqueta en un costado en la que se leyera Made in Japan.
El transcurrir de los años, sin embargo, ha vuelto el lugar menos romántico de lo que pudiéramos imaginar. Mucha gente suele visitarlo, pero por las noches también es un refugio para vagabundos y criminales, de modo que poco a poco está perdiendo su aureola futurista para convertirse en uno de tantos edificios en ruinas del extrarradio de las grandes ciudades.
