Para Hernan
1. En el principio no había un carajo, y Dios creó el tiempo.
2
Y la fecha era 4 de julio de 4004 AC.
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Y Dios dijo: "Hágase la luz", y hubo luz. Y cuando hubo luz, Dios vio la fecha, que era lunes, y vio la hora, que eran las 9 de la mañana, y se puso a trabajar, porque estaba atrasado una eternidad y tenía que terminar todo en menos de una semana.
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Y Dios hizo moléculas y caracoles y estratos de piedra caliza pre-cámbrica que luego limó para hacer arena y mosquitos atrapados en ámbar jurásico y un cráneo de cristal con una maldición y cosas cretácicas para entretener a los geólogos y monedas incrustadas en el asfalto. Ah, y las líneas de Nazca. Y eso fue todo durante el primer día de trabajo.
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Y vio Dios que había hecho muchas cosas maravillosas, pero que no sabía dónde meter todo, porque no tenía bolsillos. Y prendiósele la lamparita y dijo Dios: "Que los cielos se separen de la tierra, y que se entierren todas estas cosas nuevas, pero no demasiado profundo".
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Entonces agarró y enterró todo.
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Y durante la mañana y la noche y el resto de las horas sin nombre fue martes.
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Y Dios, que le gustaba mucho hablar consigo mismo, dijo: "Que haya agua y que aparezca la tierra seca", y así pasó.
9
Y llamó Dios a la tierra seca la Pacha Mama, y al agua mojada la llamó Mar. Y en la tierra y debajo de ella metió el petróleo, los terremotos, el gas natural, las minas de carbón y otras cosas por el estilo, y a todos estos los llamó recursos naturales, y los hizo en abundancia, excepto a los terremotos, que los hizo por diversión junto a los volcanes dormidos.
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Y también a todo lo que estaba en el mar lo llamó recurso -incluso a lo que estaba en aguas internacionales, como el manganeso, por poner un ejemplo-.
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Y de la mañana hasta la noche fue un largo día al que llamó miércoles.
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Y dijo Dios: "Que en la tierra en abundancia se desplacen todas las criaturas que se me ocurran, con o sin vértebras, con alas o con patas, o aletas o garras, me da igual; que haya de todo y ahora mismo, y que cada cosa sea de una especie separada salida de la nada".
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Y en la tierra hubo en abundancia toda clase de animales, desde bichitos molestos hasta tiranosaurios molestos, la mayoría bastante feos.
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Pero Dios bendijo a todos ellos diciendo: "Sed fecundos y multiplicaos y por nada del mundo evolucionéis".
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Y Dios miró a las especies que había hecho, y vio que la tierra estaba sumamente concurrida, y les dijo: "Que cada una de las especies compita por lo que necesite, porque una sana competencia es mi Ley". Y las especies compitieron entre sí: las vacas con el pasto, los perros con los tiburones, las moscas con las colas de los caballos, etcétera, y Dios fue complacido... pero no del todo, porque nunca falta un boludo.
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Y Dios tomó los huesos de los dinosaurios, y los hizo parecer mucho más antiguos que la misma creación, y los desparramó por la tierra y el mar. Y atrapó a cada pequeña criatura que no había hecho caso de competir y la fosilizó.
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Y sólo para poner la cuestión más allá de toda duda, Dios creó el Carbono 14. Y este es el origen de las especies.
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Y en la noche del día que fue jueves, vio Dios que había hecho otra buena jornada laboral, y se durmió con los pantalones puestos.
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Y dijo Dios, al otro día: "¡Hágase el Hombre a mi imagen y semejanza, o sea: feo, erguido y con pulgares opuestos; y ya que estamos, que se hagan los monos, que no se me parecen en nada pero son muy graciosos y peludos". Y añadió Dios: "Que el hombre tenga dominio sobre los monos y las aves del cielo y sobre cada una de las especies en peligro de extinción o de cualquier otro tipo".
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Por lo tanto, Dios creó al hombre a su propia imagen: feo, erguido y con pulgares opuestos, y nada en absoluto parecido a los monos cuyo único propósito en la naturaleza es comer bananas y acompañar a los piratas cuando los loros están de vacaciones.
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Y Dios le dijo al Hombre (sin que escuchen los monos): "He aquí que te doy cada hierba y sus semillas que hay sobre la faz de la tierra. Pero no te la fumes, porque me vas a hacer quedar mal".
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"Y toda bestia de la tierra y toda ave de los vientos también te doy, pero no les arranques la piel o las plumas para hacer boludeces". Y también dijo: "La carne de chancho queda muy bien con queso de vaca". Y el Señor pidió encarecidamente que no le pisen el césped, que estaba recién cortado.
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Y vio Dios todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Y puso cestos de basura cada 100 metros para que no se lo arruinen.
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Y fue a la tarde del quinto día, que había sido el día más complicado, en que Dios al fin dijo: "Gracias a mí... es viernes". Y Dios creó el fin de semana y el Happy Hour.