"Camina sin mí" es la historia de un pequeño niño cristiano de nueve años, Schlomo, durante tres etapas de su vida: de niño, interpretada por Moshe Agazai; adolescencia por Moshe Abebe; y adulto por Sirak M. Sabahat.
En el inicio, Schlomo lucha contra la voluntad de su madre, interpretada por Meskie Shibru Sivan, de hacerlo pasar por judío y enviarlo junto con los hijos de Moisés etíopes a Tierra Santa.
Cobijado por las manos de una mujer que ha perdido a toda su familia, el pequeño llega a Tel Aviv, pero a la muerte de ella, es declarado huérfano y puesto en adopción.
Poco a poco, Shlomo, integrado a una familia de sefarditas franceses en la que el respeto, la integración y los valores humanos predominan, comienza a presenciar la realidad del Israel detrás de las cámaras de los noticieros.
Cargado de un dramatismo montado sobre una temática social, el filme exige del espectador una atención indiscutible.
Sin ser complejos, los diálogos y las secuencias plantean una postura convincente sobre un Israel poli cromático en el que hay quienes ven una salida del conflicto en la integración.
Una de las escenas más dramáticas ocurre casi al final de la película, cuando Mihaileanu utiliza a un Schlomo adulto (Sirak M. Sabahat) para presentar el drama de la ocupación de Palestina y a la vez el significado del sionismo.
Aunque pudiera parecer que, con una duración de 140 minutos, el tiempo de proyección es largo; la fuerza de la historia y en particular de las actuaciones de los protagonistas la hacen más que atractiva.

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