themanchs
Bovino Milenario
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Un tipo llegó a una posada, perdida en los montes tibetanos. Le preguntó al anciano administrador si tenía un cuarto para pasar la noche, ya que se encontraba perdido. Este le respondió que solo tenía un cuarto en el tercer piso, junto al cuarto de su hija, y se lo ofreció, no sin antes advertirle de que si le pasaba algo a su hija, le aplicaría los tres castigos chinos. El tipo le asegura que no va a pasar nada y acepta el cuarto.
A la hora de la cena, bajó por la escalera una dulce Chinita de unos 19 años de edad, muy linda y sensual, y durante toda la cena, la Chinita no dejaba de mirarlo y el hombre, nervioso por la situación comprometida, no podía dejar de pensar en lo que le había dicho el anciano. En la noche, la tentación fue demasiado grande para el tipo y pasó “mucho”, pero “mucho” tiempo con la Chinita… Cansado, volvió a su cuarto a descansar y se durmió.
A la mañana siguiente amanece con una roca inmensa encima de su cuerpo, con un papel que decía:
“Primer castigo chino: Roca encima de cuerpo.”
El tipo piensa que si eso era lo peor que podía hacerle el pobre anciano, no iba a tener mayores problemas, entonces se levanta, carga la roca y la tira por la ventana. Al tirar la roca por la ventana, ve otro papel en el marco de la ventana que decía:
“Segundo castigo chino: Roca amarrada a huevo derecho.”
El tipo, al ver que la cuerda ya estaba llegando al punto en que más se estiraría, no se lo piensa dos veces y se tira por la ventana mientras piensa:
“Mejor un par de huesos rotos que un huevo menos”.
Cuando va cayendo por el segundo piso lee un gran cartel en el suelo que decía:
“Tercer castigo chino: huevo izquierdo amarrado a pata de cama.”
A la hora de la cena, bajó por la escalera una dulce Chinita de unos 19 años de edad, muy linda y sensual, y durante toda la cena, la Chinita no dejaba de mirarlo y el hombre, nervioso por la situación comprometida, no podía dejar de pensar en lo que le había dicho el anciano. En la noche, la tentación fue demasiado grande para el tipo y pasó “mucho”, pero “mucho” tiempo con la Chinita… Cansado, volvió a su cuarto a descansar y se durmió.
A la mañana siguiente amanece con una roca inmensa encima de su cuerpo, con un papel que decía:
“Primer castigo chino: Roca encima de cuerpo.”
El tipo piensa que si eso era lo peor que podía hacerle el pobre anciano, no iba a tener mayores problemas, entonces se levanta, carga la roca y la tira por la ventana. Al tirar la roca por la ventana, ve otro papel en el marco de la ventana que decía:
“Segundo castigo chino: Roca amarrada a huevo derecho.”
El tipo, al ver que la cuerda ya estaba llegando al punto en que más se estiraría, no se lo piensa dos veces y se tira por la ventana mientras piensa:
“Mejor un par de huesos rotos que un huevo menos”.
Cuando va cayendo por el segundo piso lee un gran cartel en el suelo que decía:
“Tercer castigo chino: huevo izquierdo amarrado a pata de cama.”