Christian01
Bovino Milenario
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Ahora sí estoy convencido de que el mundo se va a acabar: Laura Bozzo ha llegado a Azteca 13.
¿Puede haber algo más negativo que esto? Sólo la mancha de petróleo en el Golfo de México y porque la mancha no habla, que si hablara, diría las mismas barbaridades que esta señora en su nuevo “talk show” que se transmite a las 17:00 y que lleva el muy “edificante” título de “Laura de todos”.
Si Laura Bozzo es “de todos”, pues qué amolados estamos “todos” en este país.
No necesito ponerlo en antecedentes sobre el trabajo de doña Laura, ¿verdad?
Usted seguramente la ubica de “Laura en América” que se llegó a transmitir como subproducto de relleno en Galavisión y que llamó mucho la atención no por su calidad sino por sus peculiaridades estilísticas como la del carrito sandwichero.
¿Cuál es el problema de que este personaje haya llegado a Azteca 13? Su imagen pública, su ausencia de credibilidad, su manera de meter en problemas todo lo que está a su alrededor y la validez del tipo de “talk show” que maneja a estas alturas del siglo XXI.
A esto, agréguele que Laura Bozzo no nació en México, que no habla como mexicana, que no se preocupa por hacerlo y que hay una tendencia en Azteca 13 a apoyar más a los talentos extranjeros que a los nacionales.
Y no, yo no me trago ese cuento de que doña Laura ame con todo su corazón a Chiapas, a Guerrero, a Tijuana, a Guadalajara, a Monterrey, a Tampico, a Durango y a todo el mapa de la República Mexicana (más la Virgen de Guadalupe) porque mientras dice que nos ama, su comunicación no verbal apunta hacia el lado contrario.
Es terrible lo que va a pasar ahí porque esta señora, que insiste en que la llamen señorita, no sólo necesita urgentemente de un asesor de imagen (a mí me daría miedo acercármele nada más por la manera en cómo se viste y se maquilla), va a meter en problemas a todo Grupo Salinas.
En su programa uno dio a entender, por ejemplo, que Fundación Azteca iba a trabajar para ella y que ahora sí iba a haber alguien que ayudara a los pobres.
Y Fundación Azteca es otro asunto, algo mucho muy superior a “Laura de todos”, y en TV Azteca, incluso desde antes de su privatización, ya había alguien trabajando para los pobres.
Ese alguien se llama Jorge Garralda y se me hace una absoluta falta de respeto que, nada más por el protagonismo de esta conductora, se le quiera negar su labor de décadas.
Pero lo peor de todo no es esto, es que los responsables de semejante burla crean que aquí es Perú, Miami o vaya usted a saber qué lugar.
En México hay instituciones y es delicadísimo que aparezca una comunicadora que diga que va a encontrar a los desaparecidos, que va a impartir la justicia y que, en resumen, va a hacer el trabajo de las autoridades.
Por la milésima parte de esto, a finales de los años 90, los anunciantes de toda nuestra nación se pusieron de acuerdo para boicotear títulos como “Hasta en las mejores familias”.
No me quisiera ni imaginar lo que va a pasar ahí porque, para acabarla de amolar, Laura Bozzo tuvo la “genial” idea de comenzar su “talk show” con el tema de los niños robados y desaparecidos.
Para no hacerle el cuento largo, nomás le diré que aquello fue un homenaje a la desinformación que se prestó para la ridiculización de este conflicto, de quienes lo padecen y de las autoridades que lo investigan.
Al igual que en “Segunda oportunidad”, en cuestión de segundos se pasó de una historia a otra, del tráfico de órganos al niño que se lo llevó su papá y del adulto de 31 años, que a lo mejor se fue de su casa, al anciano perdido.
Al final era imposible acordarse de un caso, quedarse con una historia, sentir algo.
Todo fue como un desfile de miserias y aberraciones donde, entre brumas, quedaba el vago recuerdo de que Laura Bozzo le había prometido ponerle un puesto de quesadillas a una persona enferma.
¿Qué tiene que ver un puesto de quesadillas con el robo de niños en México?
Quién sabe pero doña Laura lloró recordando que no vio la graduación de su hija, suspiró hablando de su padre y nos vendió la idea de que había sufrido mucho por un problema legal por el que nadie le preguntó.
¡Todo es tan falso en “Laura de todos”! No sé si usted lo vio, pero había un señor gordito indicándole a la gente cuándo aplaudir y cuándo gritar.
¿Por qué se le debe aplaudir a una madre de familia que llora porque le robaron a un hijo? Llorar no es ninguna gracia. Perder un hijo, tampoco.
Y, peor tantito, ¿porque esa señora que se supone que sufre mucho deja de llorar cuando escucha el sonido de los aplausos?
¿Estaba arreglado? ¿“Laura de todos” es un programa arreglado? ¿Tan bajo ha caído TV Azteca? ¿Tan bajo hemos caído “todos” como sociedad?
No cabe duda, el mundo se va a acabar. Laura Bozzo ha llegado a Azteca 13 y esto sólo se puede interpretar como el principio del Apocalipsis. ¿A poco no?
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