El ateísmo es una aberración. Ni la ciencia ni la filosofía ni lógica ni nada están de su parte (los científicos más brillantes creen en Dios, a menos que los foristas ateos sean más "chipocludos" que Einstein o Hawking). Habrá lugar para el agnóstico, pero para el ateo no, solo él cree que tiene la razón.
Los grandes científicos de nuestro tiempo que suenan como religiosos
usualmente resultan no serlo cuando uno examina sus creencias más
profundamente, Esto es ciertamente verdadero de Einstein y Hawkings.
Existen muchos intelectuales ateos quienes orgullosamente se
llaman a sí mismos, judíos y siguen los ritos judíos; quizás en lealtad hacia una
antigua tradición o a sus parientes asesinados; pero también debido a una
confusa voluntad de llamar “religión” a la reverencia panteísta que muchos de
nosotros compartimos con su más distinguido exponente, Albert Einstein.
Puede que ellos no lo crean; para tomar prestada la frase de Dan Dennetts, ellos
“creen en la creencia”.8
Una de las expresiones de Einstein más ansiosamente citadas es: “La ciencia sin
religión es minusválida, la religión sin la ciencia es ciega”. Pero Einstein
también dijo:
"Fue, por supuesto, una mentira que usted leyó sobre mis convicciones
religiosas, una mentira que está siendo sistemáticamente repetida. Yo no creo
en un Dios personal y nunca lo he negado sino que lo he expresado claramente.
Si algo está en mí que pueda ser llamado religioso entonces es la ilimitada
admiración por la estructura del mundo hasta donde nuestra ciencia puede
revelarla."
¿Parecería que Einstein se contradijo a sí mismo? ¿Qué sus palabras pueden ser
escogidas como cerezas para ser usadas en citas para apoyar ambos lados de un
argumento? No. Por “religión” Einstein quiso decir algo enteramente diferente
de lo que convencionalmente significa. A medida que continúe clarificando la
distinción entre religión sobrenatural por una parte y religión einsteiniana por
a otra, mantenga en mente que yo estoy llamando delusional a los dioses
sobrenaturales.
"Yo soy un no-creyente profundamente religioso. Esto es de alguna manera un
nuevo tipo de religión Nunca le he imputado a la naturaleza un propósito o un
objetivo, o cualquier cosa que pudiese ser entendida como antropomórfica. Lo
que veo en la naturaleza es una magnífica estructura que nosotros podemos
comprender sólo muy imperfectamente, y eso debe llenar a una persona
pensante con sentimientos de humildad. Este es un genuino sentimiento
religioso que no tiene nada que ver con el misticismo.
La idea de un Dios personal es completamente extraña para mí y me parece
hasta ingenua."
En mayores cantidades desde su muerte, los apologistas religiosos
entendiblemente tratan de afirmar que Einstein es uno de los suyos. Algunos de
sus contemporáneos religiosos lo vieron a él muy diferentemente. En 1940
Einstein escribió un famoso papel justificando su afirmación de que: “Yo no
creo en un Dios personal” Ésta y afirmaciones similares provocaron una
tormenta de cartas de los ortodoxamente religiosos, muchas de ellas aludiendo
a los orígenes judíos de Einstein. Los extractos que siguen son tomados del libro
de Max Jammer, Einstein and Religion [Einstein y la Religión], (que es también
mi fuente principal de citas del propio Einstein sobre asuntos religiosos). El
Obispo católico romano de Kansas City dijo: “Es triste ver a un hombre que
proviene de la raza del Viejo Testamento y a sus enseñanzas, negar la gran
tradición de esa raza”. Otros clérigos católicos campanearon: “No existe ningún
otro Dios sino un Dios personal...Einstein no sabe de lo que está hablando. Él
está totalmente equivocado. Algunos hombres piensan eso porque han logrado
un alto grado de aprendizaje en algún campo; que ellos están calificados para
expresar opiniones en todo”. La noción de que la religión es un campo
apropiado sobre el cual uno pueda afirmar ser experto, es una que no debe
pasar sin ser cuestionada. Ese clérigo presumiblemente no se habría referido a
la experticia de un aclamado “estudioso de las hadas” sobre la exacta forma y
color de las alas de las hadas.
Ambos; él y el obispo, pensaron que Einstein, al no tener entrenamiento
teológico, había malentendido la naturaleza de Dios. Al contrario, Einstein
entendía muy bien exactamente lo que él estaba negando. Un abogado
estadounidense católico romano, trabajando a favor de una coalición
ecuménica, le escribió a Einstein:
Sentimos profundamente que usted hiciera su afirmación...en la cual ridiculiza
la idea de un Dios personal. En los pasados diez años nada ha sido tan
calculado como su afirmación, para hacer que la gente piense que Hitler tenía
algo de razón para expulsar a los judíos de Alemania,. Concediéndole a usted el
derecho a expresar libremente su pensamiento, yo todavía digo que su
afirmación lo constituye a usted en una de las más grandes fuentes de discordia
en los Estados Unidos de América.
Un rabino de Nueva York, dijo: “Einstein es incuestionablemente un gran
científico, pero sus puntos de vista religiosos son diametralmente opuestos al
judaísmo”.
¿“Pero”? ¿“Pero”? Porqué no ¿“ y ”?
El presidente de una sociedad histórica de Nueva Jersey escribió una carta que
tan condenadamente expone la debilidad de la mente religiosa, que vale la pena
leerla dos veces:
"Nosotros respetamos su aprendizaje, Dr. Einstein; pero existe una cosa que
usted parece no haber aprendido: que Dios es un espíritu y no puede ser
encontrado a través del telescopio o del microscopio, no más que la emoción o
el pensamiento humanos pueden ser hallados analizando el cerebro. Como
saben todos, la religión está basada en la Fe, no en el conocimiento. Cada
persona pensante; quizás, es asaltada a veces por dudas religiosas. Mi propia fe ha divagado muchas veces. Pero yo nunca le conté a nadie mis aberraciones
espirituales por dos razones: temí que pudiese; por mera sugestión,
perturbar y dañar la vida y las esperanzas de algún compañero ser humano;
porque estoy de acuerdo con el escritor que dijo: “Existe una sombra de maldad
en cada uno que destruirá la fe de otro”...Yo tengo esperanzas, Dr. Einstein, de
que usted haya sido erróneamente citado y que usted dirá algo más placentero
a la vasta cantidad del pueblo estadounidense que se deleita en hacerle honores
a usted."
!Qué carta tan devastantemente reveladora! Cada ciencia gotea cobardía
intelectual y moral.
Menos abyecta, pero más perturbadora fue la carta del Fundador De la
Asociación del Tabernáculo del Calvario de Oklahoma:
"Profesor Einstein, yo creo que cada cristiano en los Estados Unidos de América
le responderá a usted. “Nosotros no vamos a renunciar a nuestra creencia en
Dios y en su hijo Jesús Cristo, sino que lo invitamos, si usted no cree en el Dios
del pueblo de esta nación, a que regrese de donde vino”. Yo he hecho todo lo
que está en mi poder para ser una bendición para Israel, y entonces viene usted
con una afirmación de su blasfema lengua, ha hacer más para herir la causa de
su pueblo que todos los esfuerzos de los cristianos que aman a Israel puedan
hacer para aplastar el anti-semitismo en nuestra tierra. Profesor Einstein, cada
cristiano en los Estados Unidos de América le replicará a usted
inmediatamente: “Tome su loca, falaz teoría de la evolución y regrese a
Alemania de donde vino, deténgase en tratar de quebrar la fe de un pueblo que
le dio a usted la bienvenida cuando fue forzado a escapar de su tierra nativa."
La única cosa que todos estos críticos teístas captaron correctamente, fue que
Einstein no era uno de ellos. Él se indignó repetidamente ante la sugerencia de
que él era un teísta. Así que, ¿Era él un deísta como Voltaire o Diderot? ¿O un
panteísta, como Spinoza, cuya filosofía él admiraba: “Yo creo en el Dios de
Spinoza quien se revela a sí mismo en la ordenada armonía de lo que existe, no
en un Dios que se preocupa él mismo con los destinos de los seres humanos”?
Recordémonos a nosotros mismos la terminología. Un teísta cree en una
inteligencia sobrenatural que, en añadidura a su principal trabajo de crear el
universo en primer lugar, todavía está por ahí para supervisar e influenciar el
subsiguiente destino de su creación inicial.
En muchos sistemas de creencias teístas, la deidad está íntimamente
involucrada en los asuntos humanos. Él responde plegarias, perdona o castiga
pecados; interviene en el mundo haciendo milagros, se preocupa por las buenas
y las malas acciones; y sabe cuando nosotros las hacemos (o hasta cuando
pensamos hacerlas). Un deísta; también, cree en una inteligencia sobrenatural,
pero en una cuyas actividades estuvieron confinadas en primer lugar, a
establecer las leyes que gobiernan el universo. El Dios deísta nunca interviene
después, y ciertamente no tiene un interés específico en los asuntos humanos.
Los panteístas no creen en lo absoluto en un Dios sobrenatural, sino que usan la
palabra Dios como un sinónimo no-sobrenatural de naturaleza, o del universo,
o de la legalidad que gobierna su funcionamiento. Los deístas se diferencian de
los teístas en que su Dios no responde plegarias; no está interesado en los
pecados o confesiones; no lee nuestros pensamientos; y no interviene con
caprichosos milagros. Los deístas se diferencian de los panteístas en que el Dios
deísta es alguna forma de inteligencia cósmica; en vez del metafórico o poético
sinónimo del panteísta para las leyes del universo. El panteísmo es un ateísmo
más sexualmente atractivo (sic: sexed-up). El Deísmo es un teísmo diluido.
Existen todas las razones para pensar que los famosos einsteininismos como:
“Dios es sutil pero no malicioso” ó “Él no juega dados” ó “¿Tuvo Dios otras
opciones al crear el universo”? son panteístas, no deístas, y ciertamente no
teístas. “Dios no juega dados” debe ser traducido como “El azar no yace en el
meollo de todas las cosas”. “¿Tuvo dios otras opciones al crear el Universo?”
significa: “¿Pudo el universo haber comenzado de alguna otra manera?”.
Einstein estaba usado a “Dios” en un sentido puramente metafórico; puramente
poético. Lo mismo ocurre con Stephen Hawking, y también con la mayoría de
aquellos físicos quienes ocasionalmente se deslizan hacia el lenguaje de la
metáfora religiosa.
El libro; The Mind of God (La Mente de Dios), de Paul Davies, parece estar
suspendido entre el panteísmo einsteiniano y una oscura forma de deísmo—por
el cual él fue recompensado con el Templeton Prize (Premio Templeton—una
gran suma de dinero otorgada anualmente por la Fundación Templeton,
usualmente a un científico que esté preparado para decir algo simpático sobre
religión).
Permítanme resumir la religión einsteiniana en una cita más del mismo
Einstein: “Sentir que detrás de cualquier cosa que pueda ser experimentada
existe un algo que nuestra mente no puede captar y cuya belleza y sublimidad
nos alcanza indirectamente y como un débil reflejo, eso es religiosidad. En ese
sentido yo soy religioso”. En este sentido, yo también soy religioso, con la
reserva de que “no captar” no tiene que significar “por siempre incaptable”.
Pero yo prefiero no llamarme a mí mismo religioso porque confunde. Confunde
destructivamente porque; para la vasta mayoría de las personas, “religión”
implica “sobrenatural”. Carl Sagan lo dijo bien: “Si por ‘Dios’ uno quiere
significar el conjunto de leyes físicas que gobiernan el universo; entonces
claramente existe tal Dios. Este Dios no satisface emocionalmente...no tiene
mucho sentido orar a la ley de gravedad”.
Tomado del libro: "la ilusión de Dios" de Richar Dawkins, pag 10 - 16