Uniforme Completo
UNIFORME COMPLETO
José Alfredo Gutiérrez Falcón
@gutierrezfalcon
Hoy recibimos un mensaje del colegio de mi hijo Mario Antonio. Con motivo del fin de curso, se requería para “la foto del recuerdo”, llevar a nuestro pequeño con uniforme completo.
En nuestra ciudad de Monclova, Coahuila, se han registrado en los últimos tres días temperaturas hasta de 47 grados. El pantalón oficial del uniforme en su etiqueta dice 70% poliéster, 30% acrílico. La camiseta indica 50% algodón y 50% poliéster. Encima de la camiseta, el atavío lo completa un chaleco 100% acrílico. Es prácticamente un suéter sin mangas. Además de lo anterior, la camiseta y el chaleco tienen del lado izquierdo, un grueso escudo circular de 5 centímetros de diámetro. El emblema está bordado a máquina y por ello, al interior de estas prendas, los hilos endurecidos de la insignia generan una incomodidad completa.
En la fotografía del año pasado, Mario Antonio fue captado con una expresión de frustración absoluta. Cuando le pregunté a mi niño ¿Por qué saliste con ese gesto? Sin dudarlo me contestó con su vocecita baja y con un tono profundo de tristeza: “Tenía calor”.
Este año 2011 ha sido con mucho, más caliente que el 2010. Imagino lo que le espera mañana a mi hijo y me pregunto:
¿Por qué usar este uniforme en donde hay temperaturas tan elevadas? ¿Por qué estos materiales tan calientes? ¿Quién hace esta ropa? ¿Quién pidió estos materiales?
La tienda donde adquirimos los uniformes es única, nadie más los vende en Monclova. Los monopolios en México son chiquitos y grandotes. En el mencionado establecimiento comercial sólo hay vendedoras, porque la administración está en Saltillo, pues de aquella ciudad capital es esta fábrica de las prendas escolares.
Vuelven las reflexiones: En una ciudad de más de 300 mil habitantes, ¿No podemos hacer uniformes para nuestras niñas y nuestros niños? Estamos trayendo prendas de una ciudad donde la temperatura es más benévola. ¿Será por eso que en la tierra del sarape aguantan muy bien las telas de poliéster y los acrílicos? O ¿Nos estarán vendiendo prendas caras, confeccionadas con telas baratas?
Además de la calidad y el tipo de telas con las cuales se elaboran los uniformes, preguntémonos ¿quién los diseñó? ¿Dónde surgió la idea? ¿A quién se le ocurrió un chaleco 100% acrílico, con un termómetro marcando 47 grados? ¿Qué modisto o modista nos hizo ese “favor”?
Somos muy dados a imitar todo, máxime cuando se trata de Europa y/o Los Estados Unidos de América. Pero a quien les copiamos, tienen necesidades diferentes a las nuestras.
Así en México, copiamos desde modas pasajeras, hasta modelos económicos que nos condenan a la mala distribución de la riqueza. Inspirados en el neoliberalismo, queremos traer todo de fuera, pero no producimos algo que exportar. En vez de salir a ganar mercados, nos quedamos sentados para ser conquistados. Somos globalizadores en un solo sentido.
¿Por qué una empresa de fuera, es la única en vender los uniformes para nuestros niños? ¿Por qué las franquicias gringas llegan y nos maravillan, cuando no somos capaces de exportar siquiera tortillas de harina?
¿Por qué no hacer uniformes, de acuerdo a nuestro caluroso clima? ¿Por qué copiar modelos económicos de otras partes, cuando la historia y las circunstancias de México son distintas?
¿Por qué no convocar a diseñadores y diseñadoras de moda en la región, para que sus diseños atiendan a nuestras necesidades? Debemos fomentar la creatividad, no las copias disfuncionales. ¿Por qué no hacer aquí los uniformes para las niñas y los niños de esta ciudad? Debemos fomentar el mercado interno. Algo tan elemental como un uniforme escolar, es ridículo traerlo de otra parte.
¿Por qué no usar serigrafía, en lugar del molesto bordado del emblema? ¿Por qué no usar algodón? ¿Por qué fastidiar a los niños por falta de ingenio y sensibilidad?
Desde la década de los ochentas, a nuestro país le han venido poniendo uniformes que no le quedan. Además de ello, los modelos adquiridos por nuestros gobiernos, han sido aderezados con corrupciones y compadrazgos. De esta manera, muchos los monopolios del estado, pasaron a ser monopolios privados. Estas inmensas corporaciones, nos venden lo que quieren y al precio que quieren. Exactamente igual, que la tienda de uniformes.
Con malos servicios y cobros excesivos, nos quieren seguir haciendo reír para la foto. Pero esto ya no es posible. Es momento de replantearnos la vida en México. ¿Queremos ser nosotros mismos? o ¿Queremos seguir usando uniformes imitados que nos hacen daño?
La economía de mercado ha llegado para quedarse, no se ve otra salida. Sin embargo, debemos superar la economía de compadres, para llegar a una libre competencia. Debemos analizar nuestro entorno, para crear productos ad hoc a nuestras circunstancias, y así generar riqueza.
¿Por qué no exportar desde Monclova, un modelo de uniformes frescos a los países árabes? Atrevámonos a crear y pensemos menos en copiar. Vamos a traer, pero también vamos a llevar.
Si las escuelas y colegios de Monclova, se comprometieran a consumir frutas y verduras de la región para nuestras niñas y niños, quizá nuestros campesinos no se irían a los Estados Unidos, vivirían con sus familias, podrían proveernos de alimentos frescos todos los días. Habría una mejor alimentación y tendríamos menos obesidad.
La educación no solo son datos en un pizarrón. La preparación va más allá de un ángulo en un cuaderno. La formación de la niñez, es mucho más que materiales en las manos de nuestros niños y nuestras niñas.
La educación debe fomentar la conciencia colectiva, para aspirar a un mejor entorno cada día.
A mi hijo Mario Antonio, por haber soportado el uniforme completo hasta la salida.
COPY/PASTE
____________________________________________________________________
FUENTE
http://www.comunicasion.com/onmedios/index.php?option=com_k2&view=item&id=3072:uniforme-completo-jos%C3%A9-alfredo-guti%C3%A9rrez-falc%C3%B3n&Itemid=72
:mota::eolo:
UNIFORME COMPLETO
José Alfredo Gutiérrez Falcón
@gutierrezfalcon
Hoy recibimos un mensaje del colegio de mi hijo Mario Antonio. Con motivo del fin de curso, se requería para “la foto del recuerdo”, llevar a nuestro pequeño con uniforme completo.
En nuestra ciudad de Monclova, Coahuila, se han registrado en los últimos tres días temperaturas hasta de 47 grados. El pantalón oficial del uniforme en su etiqueta dice 70% poliéster, 30% acrílico. La camiseta indica 50% algodón y 50% poliéster. Encima de la camiseta, el atavío lo completa un chaleco 100% acrílico. Es prácticamente un suéter sin mangas. Además de lo anterior, la camiseta y el chaleco tienen del lado izquierdo, un grueso escudo circular de 5 centímetros de diámetro. El emblema está bordado a máquina y por ello, al interior de estas prendas, los hilos endurecidos de la insignia generan una incomodidad completa.
En la fotografía del año pasado, Mario Antonio fue captado con una expresión de frustración absoluta. Cuando le pregunté a mi niño ¿Por qué saliste con ese gesto? Sin dudarlo me contestó con su vocecita baja y con un tono profundo de tristeza: “Tenía calor”.
Este año 2011 ha sido con mucho, más caliente que el 2010. Imagino lo que le espera mañana a mi hijo y me pregunto:
¿Por qué usar este uniforme en donde hay temperaturas tan elevadas? ¿Por qué estos materiales tan calientes? ¿Quién hace esta ropa? ¿Quién pidió estos materiales?
La tienda donde adquirimos los uniformes es única, nadie más los vende en Monclova. Los monopolios en México son chiquitos y grandotes. En el mencionado establecimiento comercial sólo hay vendedoras, porque la administración está en Saltillo, pues de aquella ciudad capital es esta fábrica de las prendas escolares.
Vuelven las reflexiones: En una ciudad de más de 300 mil habitantes, ¿No podemos hacer uniformes para nuestras niñas y nuestros niños? Estamos trayendo prendas de una ciudad donde la temperatura es más benévola. ¿Será por eso que en la tierra del sarape aguantan muy bien las telas de poliéster y los acrílicos? O ¿Nos estarán vendiendo prendas caras, confeccionadas con telas baratas?
Además de la calidad y el tipo de telas con las cuales se elaboran los uniformes, preguntémonos ¿quién los diseñó? ¿Dónde surgió la idea? ¿A quién se le ocurrió un chaleco 100% acrílico, con un termómetro marcando 47 grados? ¿Qué modisto o modista nos hizo ese “favor”?
Somos muy dados a imitar todo, máxime cuando se trata de Europa y/o Los Estados Unidos de América. Pero a quien les copiamos, tienen necesidades diferentes a las nuestras.
Así en México, copiamos desde modas pasajeras, hasta modelos económicos que nos condenan a la mala distribución de la riqueza. Inspirados en el neoliberalismo, queremos traer todo de fuera, pero no producimos algo que exportar. En vez de salir a ganar mercados, nos quedamos sentados para ser conquistados. Somos globalizadores en un solo sentido.
¿Por qué una empresa de fuera, es la única en vender los uniformes para nuestros niños? ¿Por qué las franquicias gringas llegan y nos maravillan, cuando no somos capaces de exportar siquiera tortillas de harina?
¿Por qué no hacer uniformes, de acuerdo a nuestro caluroso clima? ¿Por qué copiar modelos económicos de otras partes, cuando la historia y las circunstancias de México son distintas?
¿Por qué no convocar a diseñadores y diseñadoras de moda en la región, para que sus diseños atiendan a nuestras necesidades? Debemos fomentar la creatividad, no las copias disfuncionales. ¿Por qué no hacer aquí los uniformes para las niñas y los niños de esta ciudad? Debemos fomentar el mercado interno. Algo tan elemental como un uniforme escolar, es ridículo traerlo de otra parte.
¿Por qué no usar serigrafía, en lugar del molesto bordado del emblema? ¿Por qué no usar algodón? ¿Por qué fastidiar a los niños por falta de ingenio y sensibilidad?
Desde la década de los ochentas, a nuestro país le han venido poniendo uniformes que no le quedan. Además de ello, los modelos adquiridos por nuestros gobiernos, han sido aderezados con corrupciones y compadrazgos. De esta manera, muchos los monopolios del estado, pasaron a ser monopolios privados. Estas inmensas corporaciones, nos venden lo que quieren y al precio que quieren. Exactamente igual, que la tienda de uniformes.
Con malos servicios y cobros excesivos, nos quieren seguir haciendo reír para la foto. Pero esto ya no es posible. Es momento de replantearnos la vida en México. ¿Queremos ser nosotros mismos? o ¿Queremos seguir usando uniformes imitados que nos hacen daño?
La economía de mercado ha llegado para quedarse, no se ve otra salida. Sin embargo, debemos superar la economía de compadres, para llegar a una libre competencia. Debemos analizar nuestro entorno, para crear productos ad hoc a nuestras circunstancias, y así generar riqueza.
¿Por qué no exportar desde Monclova, un modelo de uniformes frescos a los países árabes? Atrevámonos a crear y pensemos menos en copiar. Vamos a traer, pero también vamos a llevar.
Si las escuelas y colegios de Monclova, se comprometieran a consumir frutas y verduras de la región para nuestras niñas y niños, quizá nuestros campesinos no se irían a los Estados Unidos, vivirían con sus familias, podrían proveernos de alimentos frescos todos los días. Habría una mejor alimentación y tendríamos menos obesidad.
La educación no solo son datos en un pizarrón. La preparación va más allá de un ángulo en un cuaderno. La formación de la niñez, es mucho más que materiales en las manos de nuestros niños y nuestras niñas.
La educación debe fomentar la conciencia colectiva, para aspirar a un mejor entorno cada día.
A mi hijo Mario Antonio, por haber soportado el uniforme completo hasta la salida.
COPY/PASTE
____________________________________________________________________
FUENTE
http://www.comunicasion.com/onmedios/index.php?option=com_k2&view=item&id=3072:uniforme-completo-jos%C3%A9-alfredo-guti%C3%A9rrez-falc%C3%B3n&Itemid=72
:mota::eolo:
