El mundo está muy achuchado como para gastar dinero en hacer investigaciones científicas “poco serias” como parece esta de la que os voy a hablar, pero no es así… pues el conocimiento y el autoconocimiento nos permiten mejorar y ser más felices en todas las facetas de la vida.
A finales de los años 70, R. Clark y E. Hatfield, dos psicólogos de la Universidad de Florida, hicieron una investigación para analizar la predisposición al sexo casual entre hombres y mujeres. Pidieron a un estudiante de atractivo medio que fuera por el campus de la universidad, se aproximara amable y educadamente a las chicas y les hiciera varias preguntas de “distinto nivel de agresividad”.
-“Te he visto por el campus y te encuentro muy atractiva”… ¿Saldrías esta noche conmigo?”
-“Te he visto por el campus y te encuentro muy atractiva”… ¿Vendrías esta noche a mi apartamento”
-“Te he visto por el campus y te encuentro muy atractiva”… ¿Te irías esta noche a la cama conmigo?”
Aproximadamente la mitad de las chicas a las que les pidió salir aceptaron salir con él, pero ni una sola chica dijo que sí a la propuesta de irse a la cama con él esa misma noche. Este mismo experimento también se hizo al revés y el 75% de los chicos respondieron que se irían con ella a la cama esa misma noche, algunos incluso dijeron que no hacía falta esperar a la noche.
Este experimento se repitió varias veces con resultados similares, pero ya han pasado más de 30 años de esta famosa investigación y la cosa parece que ha cambiado bastante. La intuición, que también es muy importante en la ciencia, nos dice a todos que han cambiado muchas cosas en las sociedades occidentales, no hay más que darse un garbeo nocturno con actitud observadora para comprobarlo.
Es más, el Instituto Kinsey da fe de ello pues ha publicado recientemente un artículo científico sobre la prevalencia, características y efectos del sexo casual durante la adolescencia y la juventud en Estados Unidos y los resultados son esclarecedores: el 60% de los estudiantes universitarios han tenido alguna relación ADR (Amigos con Derecho a Roce), en inglés FWB (Friends With Benefits), el 36% continuaron siendo amigos tras dejar de tener sexo, y el 29% finalizaron tanto sexo como amistad.
Algunas otras interesantes conclusiones de este estudio:
- En general, hoy se concibe como algo absolutamente normal el sexo casual entre la mayoría de los jóvenes.
- Con el sexo casual se busca algo más que sexo, de hecho el sexo sin compromiso puede enamorar.
- Cada vez hay más mujeres que buscan satisfacción sexual sin compromiso y más hombres que reconocen desear un componente emocional unido al sexo casual.
- El 63% de los chicos y el 83% de las chicas prefieren una relación romántica tradicional a una sexual sin compromiso.
Y a modo de conclusión general de esta investigación parece que tanto hombres como mujeres deseamos a la vez romanticismo y diversidad sexual. Esa es la magia de las relaciones humanas, el combinado de sexo y amor y el arte de saberlo combinar. Arte en el que estamos en permanente entrenamiento creativo, y como todo lo relacionado con creatividad, no se puede enseñar pero sí se puede aprender.
A finales de los años 70, R. Clark y E. Hatfield, dos psicólogos de la Universidad de Florida, hicieron una investigación para analizar la predisposición al sexo casual entre hombres y mujeres. Pidieron a un estudiante de atractivo medio que fuera por el campus de la universidad, se aproximara amable y educadamente a las chicas y les hiciera varias preguntas de “distinto nivel de agresividad”.
-“Te he visto por el campus y te encuentro muy atractiva”… ¿Saldrías esta noche conmigo?”
-“Te he visto por el campus y te encuentro muy atractiva”… ¿Vendrías esta noche a mi apartamento”
-“Te he visto por el campus y te encuentro muy atractiva”… ¿Te irías esta noche a la cama conmigo?”
Aproximadamente la mitad de las chicas a las que les pidió salir aceptaron salir con él, pero ni una sola chica dijo que sí a la propuesta de irse a la cama con él esa misma noche. Este mismo experimento también se hizo al revés y el 75% de los chicos respondieron que se irían con ella a la cama esa misma noche, algunos incluso dijeron que no hacía falta esperar a la noche.
Este experimento se repitió varias veces con resultados similares, pero ya han pasado más de 30 años de esta famosa investigación y la cosa parece que ha cambiado bastante. La intuición, que también es muy importante en la ciencia, nos dice a todos que han cambiado muchas cosas en las sociedades occidentales, no hay más que darse un garbeo nocturno con actitud observadora para comprobarlo.
Es más, el Instituto Kinsey da fe de ello pues ha publicado recientemente un artículo científico sobre la prevalencia, características y efectos del sexo casual durante la adolescencia y la juventud en Estados Unidos y los resultados son esclarecedores: el 60% de los estudiantes universitarios han tenido alguna relación ADR (Amigos con Derecho a Roce), en inglés FWB (Friends With Benefits), el 36% continuaron siendo amigos tras dejar de tener sexo, y el 29% finalizaron tanto sexo como amistad.
Algunas otras interesantes conclusiones de este estudio:
- En general, hoy se concibe como algo absolutamente normal el sexo casual entre la mayoría de los jóvenes.
- Con el sexo casual se busca algo más que sexo, de hecho el sexo sin compromiso puede enamorar.
- Cada vez hay más mujeres que buscan satisfacción sexual sin compromiso y más hombres que reconocen desear un componente emocional unido al sexo casual.
- El 63% de los chicos y el 83% de las chicas prefieren una relación romántica tradicional a una sexual sin compromiso.
Y a modo de conclusión general de esta investigación parece que tanto hombres como mujeres deseamos a la vez romanticismo y diversidad sexual. Esa es la magia de las relaciones humanas, el combinado de sexo y amor y el arte de saberlo combinar. Arte en el que estamos en permanente entrenamiento creativo, y como todo lo relacionado con creatividad, no se puede enseñar pero sí se puede aprender.
