¿Son mejores las mujeres?

Joker

Moderador risitas
#1
Esto les va a gustar a los mandefender. Para que antes de criticar al feminismo primero entiendan sus propuestas y entiendan que éste no busca la "aniquilación" de los varones, sino una equitativa convivencia entre los sexos. Lo mejor es que la reseña es de Marta Lamas, una de las feministas más importante de México.
¿Son mejores las mujeres?

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Sara Sefchovich, con su rasgo característico de poner el dedo en la llaga, acaba de publicar su nuevo libro: ¿Son mejores las mujeres? (Paidós/Debate Feminista). Construido a partir de extractos que ha seleccionado de sus novelas, ensayos académicos, artículos periodísticos e intervenciones públicas, el libro está dirigido a un público amplio, interesado en uno de los conflictos más acuciantes de hoy: la desigualdad entre mujeres y hombres. Con un sólido bagaje intelectual y una pluma de largo oficio literario, Sefchovich recorre la historia reciente de México, explica el surgimiento del movimiento feminista en el país, elabora un catálogo de los temas del feminismo, plantea sus reivindicaciones, da su versión de lo vivido, fundamentando sus enojos y desacuerdos, para concluir con un balance de lo conseguido y lo pendiente por lograr.

A contracorriente de la mayoría de las feministas, Sara se pregunta algo que toca el corazón del problema: ¿somos más buenas, más honestas, más confiables políticamente las mujeres? Ella responde que no. Existen mujeres de distintos tipos y calañas, mujeres que aunque comparten problemáticas generales, en la vida se manejan de formas diferentes: algunas con solidaridad y generosidad, pero muchas otras con mezquindad, corrupción y maldad. No hay una “esencia” que nos haga mejores. Hay, eso sí, procesos psíquicos y culturales con sus usos y costumbres lo suficientemente arraigados para desarrollar un estilo de ser femenino. Por eso muchas conductas de las mujeres se parecen, de igual forma que las conductas de los hombres también tienen rasgos compartidos. Así, la lectura de este libro relega al terreno de lo fantasioso cualquier intento de defender la idea demagógica, ¡lamentablemente tan común!, de que las mujeres somos mejores que los hombres.

A lo largo de 370 páginas, Sara Sefchovich pone en tela de juicio el mujerismo, esa enfermedad del feminismo que consiste en denunciar solamente lo que padecen las mujeres y considerarlas víctimas, sin registrar los sufrimientos y dolores de los hombres. Su análisis sobre las actitudes “políticamente correctas”, su cuestionamiento a los silencios cómplices sobre los errores y horrores que cometen las mujeres, su reflexión sobre “lo que algunas se niegan a entender”, tienen gran fuerza argumentativa. La crítica que hace sobre el conservadurismo, las mujeres enemigas, el oportunismo y la complacencia femeninos, las debilidades de una postura política que reproduce lo que critica (el sexismo al revés) y la omnipotencia presente en el anhelo de ser supermujeres están desarrolladas con lucidez. Una conclusión que se desprende es que si las personas feministas (hombres pro igualdad incluidos), con su variedad de tendencias y expresiones, demuestran ser incapaces de hacer frente al mujerismo, no se podrá revertir la desintegración del mensaje radical y esperanzador del feminismo.

La mayor amenaza para el objetivo emancipador del feminismo ha sido su deriva disgregadora hacia la constitución de grupos sectarios que se van separando de un proyecto democrático radical que debe ser compartido por otros grupos ciudadanos. Ante este panorama la pregunta ineludible es: ¿están las feministas dispuestas de verdad a examinarse críticamente? La propuesta de Sara Sefchovich ofrece un espejo implacable y apunta a una revisión de los síntomas de la enfermedad que llamamos machismo y que es una de las palancas de esa maquinaria productora de inhumanidad y enajenación que es el sistema capitalista. Es evidente que si hemos de girar el rumbo político hacia una sociedad más justa y menos desigual se requieren procesos de reflexión y debate, como los que este libro alimenta y respalda. Con harta frecuencia la opinión mediática, que sabe poco de matices o, cuando los conoce, no le interesa precisarlos, retoma y difunde principalmente las posturas sectarias de algunas feministas, con su áspero tono anti-intelectualista. Frente a esto no hay nada que hacer, más que asomarse a las ventanas que abre Sara para visualizar otro feminismo.

El feminismo, como movimiento social, está constituido por diversas tendencias y como pensamiento político ciertas figuras intelectuales le otorgan un perfil destacado. El de Sara Sefchovich es un pensamiento crítico, ilustrado y comprometido, y la manera en que ha ensamblado las citas de sus novelas, conferencias y ensayos hacen que la lectura de su libro fluya ágilmente, mostrando la gama del pensamiento de su autora. Al interrogarse si las mujeres son mejores que los hombres, Sara Sefchovich desarrolla una reivindicación de la humanidad compartida de todos los seres humanos. Sin embargo, es muy clara cuando señala: “No podemos sentarnos en nuestros laureles, pues falta mucho, falta demasiado”.

Estoy convencida de que ¿Son mejores las mujeres? se convertirá en una pieza clave del muy necesario debate sobre el sexismo: la discriminación en función del sexo, que viven tanto mujeres como hombres. Debatir es indispensable no sólo para participar democráticamente sino para producir una distinta dinámica de relación entre las mujeres y los hombres. El trabajo de Sara Sefchovich apunta en esa dirección y cierra con una conclusión muy esperanzadora.
 

DevIaNcE®

Bovino de la familia
#2
Yo siempre dicho que un género no es mejor que el otro... Solo me queda conseguir el libro y leerlo de principio a fin
 
#3
Esto tiene que ver con el papel de muchas mujeres de ponerse en estadode debilidad para tener ventajas sociales. Se quejan (algunas queconozco) de que son maltratadas, que son débiles, que les debemos respeto por el simple hecho de ser mujeres, cuando están en un gran error, les debemos respeto por el aún más simple y sencillo hecho de ser humanos, no son débiles, son tan fuertes como la circunstancia lo requiera, aunque hablando fisiológicamente, tampoco son más fuertes que los hombres, con sus debidas excepciones, y si son víctimas, es por el mismo proceso psicológico que muchos varones, porque creen merecerlo, lo disfrutan, o no conocen su "rol" de otra manera.
En fin, al carrito para pelearme con mis compañeras de vida jajaja.
 

supertatu

Bovino de alcurnia
#5
Pos dime tu:

[YOUTUBE]u_M1EQIkrt4[/YOUTUBE]

Sin palabras!!

asi mismo lo dice el articulo:

A contracorriente de la mayoría de las feministas, Sara se pregunta algo que toca el corazón del problema: ¿somos más buenas, más honestas, más confiables políticamente las mujeres? Ella responde que no. Existen mujeres de distintos tipos y calañas, mujeres que aunque comparten problemáticas generales, en la vida se manejan de formas diferentes: algunas con solidaridad y generosidad, pero muchas otras con mezquindad, corrupción y maldad. No hay una “esencia” que nos haga mejores. Hay, eso sí, procesos psíquicos y culturales con sus usos y costumbres lo suficientemente arraigados para desarrollar un estilo de ser femenino.
soy mujer, y no puedo decir que seamos mejores, ya que como la del video, hay un monton, pero no todas son asi.

simplemente hay de todo, tanto hombres justos y tambien mujeres justas.
 

psi

Bovino maduro
#6
Pos dime tu:

[YOUTUBE]u_M1EQIkrt4[/YOUTUBE]

Sin palabras!!
Un error muy común, querer generalizar por solo un ejemplo, como bien dice la compañera supertatu existen mujeres de todo tipo, buenas, malas. Así que estas erróneo al pensar que todas las mujeres son como la del vídeo...
 

Zikz

Bovino de alcurnia
#7
Ese es un gran problema que no sólo sucede con las mujeres, sino con todos los grupos vulnerables. Al señalar un defecto o un error, se deja de ver su individualidad y se las ve como el grupo. Si despiden a una mujer de un empleo porque no fue eficiente, gritan que es discriminación. Lo mismo puede pasar con gays, indígenas, afroamericanos. Incluso hay quienes parodian esta "victimización". En fin, no hay que irse a los extremos, hay que cuidar la igualdad junto con la individualidad.
 

esoj03

Bovino adicto
#8
El eterno problema de siempre "que la mujer es mejor" "que el hobre es peor", el dia que comprendamos que tanto hombres y mujeres tenemos el mismo cerebro, nos caera el veinte y nos daremos cuenta que las unicas diferencia que hay entre hombres y mujeres es unicamente fisica, de hay en fuera he mirado videos tan aberrantes tonto de hombres como de mujeres con un comportamiento, como el que nos mostro el compañero.

saludos.
 

cabbballo

Bovino Milenario
#9
Hombres y mujeres somos iguales, no debe de haber discriminación, ... en cuanto al vídeo, esa diputada se parece a las ladies de polanco, ...

Salu2...
 

tiburonxx

Bovino de alcurnia
#11
Esto les va a gustar a los mandefender. Para que antes de criticar al feminismo primero entiendan sus propuestas y entiendan que éste no busca la "aniquilación" de los varones, sino una equitativa convivencia entre los sexos. Lo mejor es que la reseña es de Marta Lamas, una de las feministas más importante de México.
¿Son mejores las mujeres?

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Sara Sefchovich, con su rasgo característico de poner el dedo en la llaga, acaba de publicar su nuevo libro: ¿Son mejores las mujeres? (Paidós/Debate Feminista). Construido a partir de extractos que ha seleccionado de sus novelas, ensayos académicos, artículos periodísticos e intervenciones públicas, el libro está dirigido a un público amplio, interesado en uno de los conflictos más acuciantes de hoy: la desigualdad entre mujeres y hombres. Con un sólido bagaje intelectual y una pluma de largo oficio literario, Sefchovich recorre la historia reciente de México, explica el surgimiento del movimiento feminista en el país, elabora un catálogo de los temas del feminismo, plantea sus reivindicaciones, da su versión de lo vivido, fundamentando sus enojos y desacuerdos, para concluir con un balance de lo conseguido y lo pendiente por lograr.

A contracorriente de la mayoría de las feministas, Sara se pregunta algo que toca el corazón del problema: ¿somos más buenas, más honestas, más confiables políticamente las mujeres? Ella responde que no. Existen mujeres de distintos tipos y calañas, mujeres que aunque comparten problemáticas generales, en la vida se manejan de formas diferentes: algunas con solidaridad y generosidad, pero muchas otras con mezquindad, corrupción y maldad. No hay una “esencia” que nos haga mejores. Hay, eso sí, procesos psíquicos y culturales con sus usos y costumbres lo suficientemente arraigados para desarrollar un estilo de ser femenino. Por eso muchas conductas de las mujeres se parecen, de igual forma que las conductas de los hombres también tienen rasgos compartidos. Así, la lectura de este libro relega al terreno de lo fantasioso cualquier intento de defender la idea demagógica, ¡lamentablemente tan común!, de que las mujeres somos mejores que los hombres.

A lo largo de 370 páginas, Sara Sefchovich pone en tela de juicio el mujerismo, esa enfermedad del feminismo que consiste en denunciar solamente lo que padecen las mujeres y considerarlas víctimas, sin registrar los sufrimientos y dolores de los hombres. Su análisis sobre las actitudes “políticamente correctas”, su cuestionamiento a los silencios cómplices sobre los errores y horrores que cometen las mujeres, su reflexión sobre “lo que algunas se niegan a entender”, tienen gran fuerza argumentativa. La crítica que hace sobre el conservadurismo, las mujeres enemigas, el oportunismo y la complacencia femeninos, las debilidades de una postura política que reproduce lo que critica (el sexismo al revés) y la omnipotencia presente en el anhelo de ser supermujeres están desarrolladas con lucidez. Una conclusión que se desprende es que si las personas feministas (hombres pro igualdad incluidos), con su variedad de tendencias y expresiones, demuestran ser incapaces de hacer frente al mujerismo, no se podrá revertir la desintegración del mensaje radical y esperanzador del feminismo.

La mayor amenaza para el objetivo emancipador del feminismo ha sido su deriva disgregadora hacia la constitución de grupos sectarios que se van separando de un proyecto democrático radical que debe ser compartido por otros grupos ciudadanos. Ante este panorama la pregunta ineludible es: ¿están las feministas dispuestas de verdad a examinarse críticamente? La propuesta de Sara Sefchovich ofrece un espejo implacable y apunta a una revisión de los síntomas de la enfermedad que llamamos machismo y que es una de las palancas de esa maquinaria productora de inhumanidad y enajenación que es el sistema capitalista. Es evidente que si hemos de girar el rumbo político hacia una sociedad más justa y menos desigual se requieren procesos de reflexión y debate, como los que este libro alimenta y respalda. Con harta frecuencia la opinión mediática, que sabe poco de matices o, cuando los conoce, no le interesa precisarlos, retoma y difunde principalmente las posturas sectarias de algunas feministas, con su áspero tono anti-intelectualista. Frente a esto no hay nada que hacer, más que asomarse a las ventanas que abre Sara para visualizar otro feminismo.

El feminismo, como movimiento social, está constituido por diversas tendencias y como pensamiento político ciertas figuras intelectuales le otorgan un perfil destacado. El de Sara Sefchovich es un pensamiento crítico, ilustrado y comprometido, y la manera en que ha ensamblado las citas de sus novelas, conferencias y ensayos hacen que la lectura de su libro fluya ágilmente, mostrando la gama del pensamiento de su autora. Al interrogarse si las mujeres son mejores que los hombres, Sara Sefchovich desarrolla una reivindicación de la humanidad compartida de todos los seres humanos. Sin embargo, es muy clara cuando señala: “No podemos sentarnos en nuestros laureles, pues falta mucho, falta demasiado”.

Estoy convencida de que ¿Son mejores las mujeres? se convertirá en una pieza clave del muy necesario debate sobre el sexismo: la discriminación en función del sexo, que viven tanto mujeres como hombres. Debatir es indispensable no sólo para participar democráticamente sino para producir una distinta dinámica de relación entre las mujeres y los hombres. El trabajo de Sara Sefchovich apunta en esa dirección y cierra con una conclusión muy esperanzadora.
Sin embargo, hay muchos que no entienden, me cae...
http://www.lavanguardia.com/interna.../judios-ultraortodoxos-segregacion-mujer.html

Judíos ultraortodoxos se enfrentan a la policía para defender la segregación de la mujer


Jerusalén (EFE).- Cientos de judíos ultraortodoxos se enfrentaron hoy a agentes de policía en dos barrios diferentes de la ciudad israelí de Beit Shemesh, foco de una creciente polémica sobre el aumento de comportamientos integristas, informó la Policía.

Los haredim (literalmente "temerosos" de Dios) quemaron contenedores de basura y persiguieron y lanzaron piedras contra los agentes, uno de los cuales resultó herido leve, señalan medios locales.

Uno de los atacantes fue arrestado en el acto por la policía, que ha desplegado patrullas y está quitando, en coordinación con las autoridades municipales, los carteles de esta urbe al suroeste de Jerusalén que instan a las mujeres a caminar por una acera distinta a la de los hombres, indicó a Efe el portavoz policial, Miki Rosenfeld.

La retirada de uno de estos signos originó una de las refriegas, mientras que la otra se desató al mediodía, cuando un equipo del canal 10 de la televisión nacional trataba de grabar una pieza informativa.

El equipo fue rodeado de repente por una multitud de residentes y llamó enseguida a la Policía para evitar verse en situación que vivieron ayer sus compañeros del canal 2, que acabaron atacados y golpeados durante varios minutos por unos doscientos ultraortodoxos.

El alcalde de Beit Shemesh, Moshe Abutbul, ha anunciado la instalación de entre 300 y 400 cámaras de videovigilancia para frenar los ataques o humillaciones a las mujeres en los espacios públicos por parte de los ultraortodoxos más radicales.

"No hay forma de que un alcalde haredí vaya a instalar cámaras en los barrios de haredim. Quien crea que van a poner las cámaras se equivoca", reaccionó uno de los concejales en la oposición, Moti Cohen, en declaraciones a la edición digital del diario "Yediot Aharonot".

El ministro de Interior, Eli Yishai, que ayer comparó la segregación por género con la división entre competiciones deportivas masculinas y femeninas, empleó hoy un lenguaje más duro sobre el caso de Naama, que ha conmocionado a la inmensa mayoría de la población israelí.

Naama es una niña de Beit Shemesh de ocho años de edad y familia religiosa que tiene miedo a salir a la calle después de que un ultraortodoxo, desde ayer en libertad bajo fianza, la escupiera recientemente por considerar que no iba vestida con el suficiente recato.

En una reunión del partido que lidera, el ultraortodoxo sefardí Shas, Yishai tildó lo sucedido de "nauseabundo y repugnante" e indicó que "no hay un solo rabino" que lo justifique.

No obstante, uno de los diputados de la formación, Yitzhak Vaknin, masculló: "No hay discriminación hacia las mujeres, es mentira, sólo hay odio a los ultraortodoxos".

Las comunidades ultraortodoxas viven generalmente alejadas del resto de la sociedad y con reglas de comportamiento internas en las que la mujer tiene un papel subordinado al del hombre, como es el caso de las alrededor de cuarenta líneas de autobuses segregados, donde se les reservan los asientos traseros.

La revelación en los últimos días de diferentes casos de acoso y agresiones contra mujeres, sobre todo en Beit Shemesh, llevaron ayer al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a anunciar mano dura para frenar un fenómeno creciente entre los más oscurantistas para preservar lo que denominan la "modestia", incluso contra judías religiosas, que visten con recato y se cubren el pelo tras casarse.

"Israel es un Estado democrático, occidental y liberal. La esfera pública es abierta y segura para todos, hombres y mujeres por igual. No hay sitio para el acoso o la discriminación", dijo al inicio de la reunión semanal del consejo de ministros.

Netanyahu se reunirá durante las próximas dos semanas con representantes del mundo ultraortodoxo para convencerles de que condenen en público la segregación entre sexos en los espacios públicos, según el diario "Haaretz".
:eolo:
 

DHL xD

Bovino Milenario
#12
http://ba-k.com/showthread.php?p=18157083

Iba a dar mi opinión en el tema que contiene el link que esta arriba, pero lo cerraste, que bueno que abriste otro con la misma temática para poder expresarme.

El problema con algunos feministas es que han caído en lo que dicen combatir, buscando beneficios y castigos que hacen una clara distinción entre los géneros, entiendo que en épocas pasadas la mujer sufría de muchas cosas, y el movimiento realizo un fin muy noble, que de buena manera esta cumplido, el punto es que en esa justificación de igualdad han ido mas allá de lo que considero debería ser.
 

Joker

Moderador risitas
#13
El problema con algunos feministas es que han caído en lo que dicen combatir, buscando beneficios y castigos que hacen una clara distinción entre los géneros,
Solo alguien que no conoce a tantas feministas puede decir algo como eso. Te apuesto lo que quieras que las menos interesadas en algo así son las feministas.
 

norbe

Bovino Milenario
#14
Hay una frase que siempre me ha dejado pensando.
Y la escribio una mujer .

"Me alegro de ser mujer, porque de ser hombre, tendría que casarme con una mujer".

Tengo que aclarar que no soy misogino.
Y por supuesto que existen mujeres excepcionales, como tambien hay malvadas y corruptas
, el genero no hace mejor ni peor a alguien, se es lo que se es.
 

Joker

Moderador risitas
#15
No sé si eres misógino, pero para evitar las confusiones deberías de evitar citas misóginas. Si algo hemos aprendido en el foro que después de un "No soy _____________ (inserte su fobia favorita)", siempre viene un "peeeero________ (inserte su prejuicio favorito)".
 

Motörheadbanger!!

Bovino de la familia
#16
No se si son mejores o somos peores, pero estar al lado de una mujer es algo excepcional; mueve muchas cosas dentro de uno y eso es el valor que se les debe de dar, respetarla siempre.
 

Zephyros

Bovino de la familia
#17
[...]
Estoy convencida de que ¿Son mejores las mujeres? se convertirá en una pieza clave del muy necesario debate sobre el sexismo: la discriminación en función del sexo, que viven tanto mujeres como hombres. [...]
Esta aseveración da en el clavo... si las mujeres fueran las que controlaran el mundo (matriarcado), como sucede en algunas naciones, serían los hombres los que se quejarían de ser discriminados. Y tendríamos que preguntarnos si son mejores los hombres.

Llegaríamos tal vez, a la misma conclusión, de hecho podemos hacerlo sin ese ejercicio mental, porque parece que las mujeres son el peor enemigo de las mujeres, así como los hombres de los mismos hombres, hablando de género por supuesto.

Creo que un debate en estos temas no llevaría a ninguna parte en tanto ambos géneros sigan sin entenderse a sí mismos como un engrane de un motor aún más grande, la humanidad. Como ejercicio sin duda es interesante.
 

lolipa

Bovino maduro
#18
Es cierto somos iguales.....

Hay mujeres tontas; pero tambien hay varones pendejos.

Hay mujeres brillantes, bonitas, inteligentes etc. ; pero tambien hay varones exitosos, guapos, inteligentes etc.

la verdad todo es como el Yin Yang. equilibrados estamos mejor, el problema es cuando brinca una feminista y un machista.

P:eek:
es solo mi opinion
 
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