Este es el momento dramático en que la familia, amigos y trabajadores de servicios de rescate tratan desesperadamente de impedir que una mujer se suicide, tirándose de un edificio de nueve pisos.
Pero lo que no sabían era que había asfixiado a su sobrino, de cuatro años de edad, apenas unas horas antes y había arrojado su cuerpo precisamente de ese mismo techo en el sur de China.
Sheng se había visto envuelta en una amarga disputa con su cuñada, la madre del menor, y mató al niño como resultado de la lucha. Ella admitió asfixiarlo hasta la muerte y arrojar su cuerpo de la construcción de 100 pies (30.48 mts) de altura en Zhanjiang, provincia de Guangdong antes de intentar saltar tras él.
Sin darse cuenta, los trabajadores de rescate, que habían sido llamados después de que Sheng fue vista en el techo, llevaron a su hija a hablar con ella, quien la agarró antes de que Sheng hiciera el salto mortal.
La horrible verdad detrás de su intento de suicidio se dio a conocer después de que fue rescatada. “Ella admitió que había arrojado el cuerpo del niño del mismo techo”. Un portavoz de la policía dijo a los medios locales. “Ella todavía va a morir, pero por un pelotón de fusilamiento por el asesinato”.
China tiene una de las tasas más altas de suicidio en el mundo, colocándose en el noveno lugar en la lista de la Organización Mundial de Salud (OMS) de los países según la tasa de suicidios. Con 22.23 suicidios por cada 100.000 habitantes registrados en 2010, China tiene un porcentaje más bajo que Letonia, Kazhakstan y Corea del Sur, pero las cifras totales se elevan por encima de otros países debido a su gran población.
La OMS agrega que su lista se compila utilizando las estadísticas oficiales y se basa en los informes procedentes de la República Popular de China en lugar de su propia investigación. El año pasado, la Oficina de Salud de Beijing el portavoz Mao Yu confirmó más de dos millones intentos de suicidio al año y anunció que el suicidio es la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 34 años de edad.
Fuente
Pero lo que no sabían era que había asfixiado a su sobrino, de cuatro años de edad, apenas unas horas antes y había arrojado su cuerpo precisamente de ese mismo techo en el sur de China.
Sheng se había visto envuelta en una amarga disputa con su cuñada, la madre del menor, y mató al niño como resultado de la lucha. Ella admitió asfixiarlo hasta la muerte y arrojar su cuerpo de la construcción de 100 pies (30.48 mts) de altura en Zhanjiang, provincia de Guangdong antes de intentar saltar tras él.
Sin darse cuenta, los trabajadores de rescate, que habían sido llamados después de que Sheng fue vista en el techo, llevaron a su hija a hablar con ella, quien la agarró antes de que Sheng hiciera el salto mortal.
La horrible verdad detrás de su intento de suicidio se dio a conocer después de que fue rescatada. “Ella admitió que había arrojado el cuerpo del niño del mismo techo”. Un portavoz de la policía dijo a los medios locales. “Ella todavía va a morir, pero por un pelotón de fusilamiento por el asesinato”.
China tiene una de las tasas más altas de suicidio en el mundo, colocándose en el noveno lugar en la lista de la Organización Mundial de Salud (OMS) de los países según la tasa de suicidios. Con 22.23 suicidios por cada 100.000 habitantes registrados en 2010, China tiene un porcentaje más bajo que Letonia, Kazhakstan y Corea del Sur, pero las cifras totales se elevan por encima de otros países debido a su gran población.
La OMS agrega que su lista se compila utilizando las estadísticas oficiales y se basa en los informes procedentes de la República Popular de China en lugar de su propia investigación. El año pasado, la Oficina de Salud de Beijing el portavoz Mao Yu confirmó más de dos millones intentos de suicidio al año y anunció que el suicidio es la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 34 años de edad.
Fuente
