Relatos ahora de mi ex-trabajo...

XKobayashi

Bovino maduro
#1
Hace tiempo estuve trabajando en un programa gubernamental llamado "Caravanas de la Salud", en ese programa mandaban servicios médicos a comunidades pobres del país, mi unidad era como la de la foto que pongo aquí abajo...


El consultorio médico era la puerta de atrás (donde se ve la mujer ahora) y el consultorio dental estaba en la parte delantera.
Durante el tiempo que trabajé ahí pasaron cosas que en el mejor de los casos decidimos no darles tanta relevancia para no atraer mas de eso.

Aquí viene en orden lo que recuerdo:

Cuando llegamos a la "casa de salud" que era una casa de la comunidad que habían cedido para que ahí pernoctáramos y tuvieramos los expedientes de las personas y bodega de medicamentos. La primera noche que nos quedamos ahí el ambiente se sintió muy muy pesado, llegándonos incluso a sentir "rechazados", o al menos ese era el sentimiento del resto del equipo, que en ese momento eran el promotor de salud-chofer y el odontólogo, en ese momento aún no nos asignaban enfermera.
Esa noche después de preparar una muy rudimentaria cena, el odotólogo se comenzó a sentir mal, dijo que le dolía la cabeza y tenía una cara de tristeza, al bajar la cabeza yo toqué su nuca y al cerrar los ojos es como si estuviera viendos desde afuera, vi claramente la ventana y a nosotros dentro de la casa, vi como entraba el promotor a esa habitación y se quedaba parado, yo le hablé para pedirle un lapiz para anotar lo que estaba viendo pero esta persona no me respondía, después vi con un poco de claridad como mi ángulo de visión era el de una persona que estaba detrás de la reja de malla ciclónica que rodeaba la casa y al intentar aclarar la imagen, vi como si yo estuviera detrás de una persona con cabello rojizo y bastante despeinado, el sentimiento que me entró era de desconcierto y enojo a la vez, como de alguien que es interrumpido pero al mismo tiempo no tomado en cuenta y abandonado. Me dieron ganas de llorar y el odontólogo gritó como si le hubieran pegado, cuando abrí los ojos y vi al promotor estaba inmóvil hasta que lo sacudí y me dio las gracias porque no se podía mover.
Esa noche nadie dijo nada mas y nos fuimos a dormir, a la mañana siguiente le pregunté al auxiliar de salud, que era una persona de esa comunidad, que si había brujos o chamanes en esa parte del cerro y me dijo que no, que tenía muchos años que se habían ido de ahí. Entonces le pregunté que quien había muerto ahi afuera, así la pregunta me salió a rajatabla, el auxiliar tartamudeó y se quedó sorprendido con mi pregunta y me dijo que quien me había dicho, yo solo repetí la pregunta a lo que me respondío que hace unos años un señor llegó bastante alcoholizado y como no podía ir a su casa decidió dormir ahí afuera de la casita y en la mañana cuando pasó un camión y no lo vió, lo aplastó matándolo al instante. Ahí fue cuando relacioné el cabello rojizo que había visto y esos sentimientos de enojo y confusión. A partir de ese día yo ponía una veladora y le pedía a esa persona que se acercara a la luz.

Después ya cuando el equipo estuvo completo, una tarde después de mucho trabajo al regresar por la tarde a la casita, estábamos planeando donde iban a quedar las cosas (escritorio, mesas de trabajo, archiveros, etc) ya que la estancia tenía una forma irregular, era en lugar de un cuadrilátero mas bien un prisma bastante irregular y había que aprovechar bastante bien el espacio, así que cada quien daba sus ideas, en eso yo quedé de espalda a la pared y la ventana cuando el odontólogo sólo me miró con ojos de susto, yo capté enseguida que había visto algo y sólo le hice señas, que me respondió igualmente dándome a entender que después me diría lo que vio. Ya mas tarde me dijo que vio por la ventana que alguien se asomaba cuando yo estaba de espalda y después se levantaba y se movía, era una silueta negra alargada, que logró ver desde la mitad del pecho hacia la cabeza, ahora viene lo "curioso", el odontólogo medía 1,85m, o sea bastante alto en comparación mía (1.65m) y cuando él se puso en la ventana apenas si se podía ver su nariz, y ojos, porque la casa y el terreno tenían un desnivel, así que para que él pudiera ver a esa figura tuvo que haber medido más de 2 metros por lo menos.

Ya habiendo pasado varios meses de trabajo, el equipo se comenzó a llenar de negatividad debido a unas relaciones interpersonales que comenzaron a surgir ahí y como yo desde el principio les comenté que no era sano para ellos ni para el equipo, entonces las cosas comenzaron a volverse en mi contra. Yo de repente notaba que aparte de la actitud del resto del equipo, pasaban cosillas pero cuando llegaba a la casa sólo decía en voz alta que si el problema era conmigo que se manifestaran pero si no pues que me dejaran en paz. Una noche después de que todo mundo trabajó, yo me había quedado un poco mas haciendo unas gráficas y ordenando una información y todos comenzaron a gritarme que no los dejaba dormir por el ruido de mi laptop y la luz de la pantalla (¿?) estando en habitaciones separadas, así que para no crear conflictos cerré la lap y me fui a la habitación donde dormíamos todos, aunque cada quien en su catre, esa noche justo cuando me comenzaba a dar sueño, escuché unos pasos en la azotea, justo arriba de donde dormíamos, los demás se despertaron cuando escucharon cómo pisadas de animal, claramente se escuchaban como unas pezuñas que andaban como en círculos arriba de esa habitación. De repente justo arriba donde ellos dormian comenzaron a escarbar, el sonido de repente era como de un cerdo, bramando y escarbando. Ellos se espantaron y comenzaron a balbucear oraciones y cosas así. El sonido era mas y mas fuerte hasta que dije en voz alta: "¿qué quieres, qué haces aquí?" y de repente silencio. Al día siguiente subimos a la azotea para ver por donde se pudo haber subido el animal, que se supone había estado ahí y para nuestra sorpresa no había rastros de pisadas ni nada, sólo polvo acumulado que daba testigo que hacía tiempo nadie subía.

Y pues el motivo de la foto de arriba es porque en una de tantas ocasiones que llegábamos noche, después de estacionar la camioneta, nos fuimos a nuestros consultorios a cerrar el día, en mi caso a contar medicamento, sacar expedientes, cerrar hojas de consulta y tal. En el caso del odontólogo a terminar de lavar su material y ordenar todo. En esa ocasión salí del consultorio (la puerta de atrás) cargando una caja de plástico con expedientes y mi inseparable laptop. De reojo ví nada mas cerré la puerta con el pie, que de mi lado izquierdo, estaba un muchacho tipo cholo, pantalones cholos, hooddie y rapado, nunca le vi la cara, pero al verlo lo único que pensé fue "seguro quiere condones, pues que me los pida" y comencé a caminar, apenas había dado unos cuatro pasos escuché como salió el odontólogo y venía detrás de mi, cuando llegamos a la casa, le pregunté que qué era lo que quería el muchacho, y me preguntó que a quien me refería pues no había visto a nadie, y le comenté que había visto a un chico parado entre los dos consultorios y pues me dijo que no que cuando abrió la puerta no había nadie. Unas noches después se repitió pero ahora a la inversa, cuando él salió de su consultorio vio a una señora vestida a la vieja usanza de la sierra y cuando yo salí detrás de él no vi nada, y me preguntó ahora a mi que si la señora quería consulta o algo y le dije que no había visto a nadie. Cuando regresamos obviamente no había nadie ahí.

Eso es un recopilado de mis experiencias en la sierra...
 

jaog555

Bovino adicto
#2
Que curioso todo lo que te ocurrió, cosas que no explica la ciencia (aun) pues se niega a creer en este tipo de cosas, gracias pro compartir.
 
#3
Muy buena carnal!, creo que este tipo de cosas nos han sucedido a muchas personas cuando andamos en comunidades rancherías, es de lo más normal! Que pinche susto jajaja
 

XKobayashi

Bovino maduro
#4
Muy buena carnal!, creo que este tipo de cosas nos han sucedido a muchas personas cuando andamos en comunidades rancherías, es de lo más normal! Que pinche susto jajaja
Pues si, creo que quienes tienen mas cosas que contar son los maestros rurales, ya que pasan mas tiempo en comunidad y seguramente ya tienen algunas experiencias vividas.

Yo tenía un compañero Promotor de Salud que cada vez que le platicábamos alguna de las cosas ocurridas, nada más se reía, pero no era una risa de burla como creíamos al principio, fue hasta que un día me dijo "¡ay doctorcito y lo que te falta, yo he visto mas cosas y cuando veo tu cara me imagino la mía cuando me sucedieron y por eso me cago de la risa y también tu compañero (señalando al otro promotor) es bien cagado". Ahí entendí que no eramos los únicos a los que les pasaban cosas así.
 
#5
Pues si, creo que quienes tienen mas cosas que contar son los maestros rurales, ya que pasan mas tiempo en comunidad y seguramente ya tienen algunas experiencias vividas.

Yo tenía un compañero Promotor de Salud que cada vez que le platicábamos alguna de las cosas ocurridas, nada más se reía, pero no era una risa de burla como creíamos al principio, fue hasta que un día me dijo "¡ay doctorcito y lo que te falta, yo he visto mas cosas y cuando veo tu cara me imagino la mía cuando me sucedieron y por eso me cago de la risa y también tu compañero (señalando al otro promotor) es bien cagado". Ahí entendí que no eramos los únicos a los que les pasaban cosas así.
Nooo, pasa demasiado, yo tengo familiares en un rancho en Zacatecas, y sinceramente hay cosas bien cabronas que no se sabe porque pasan, pero ahí están, en las ciudades pasa igual, aunque creo que por el "rush" que vivimos día a día no nos damos cuenta tanto como al estar en un ranchito
 

WingLess

Bovino de alcurnia
#8
A mi hermanita le tocaba irse a una comunidad así, pero en su caso, el mayor susto no eran los muertos, sino los vivos. Por suerte la pudieron cambiar.

Gracias por compartir.
 
#10
Muy buena historia y algo desconcertante,ciertamente en las afueras de las manchas urbanas hay más apertura para este tipo de misterios, Saludos y gracias por compartir
 
#12
Hace tiempo estuve trabajando en un programa gubernamental llamado "Caravanas de la Salud", en ese programa mandaban servicios médicos a comunidades pobres del país, mi unidad era como la de la foto que pongo aquí abajo...


El consultorio médico era la puerta de atrás (donde se ve la mujer ahora) y el consultorio dental estaba en la parte delantera.
Durante el tiempo que trabajé ahí pasaron cosas que en el mejor de los casos decidimos no darles tanta relevancia para no atraer mas de eso.

Aquí viene en orden lo que recuerdo:

Cuando llegamos a la "casa de salud" que era una casa de la comunidad que habían cedido para que ahí pernoctáramos y tuvieramos los expedientes de las personas y bodega de medicamentos. La primera noche que nos quedamos ahí el ambiente se sintió muy muy pesado, llegándonos incluso a sentir "rechazados", o al menos ese era el sentimiento del resto del equipo, que en ese momento eran el promotor de salud-chofer y el odontólogo, en ese momento aún no nos asignaban enfermera.
Esa noche después de preparar una muy rudimentaria cena, el odotólogo se comenzó a sentir mal, dijo que le dolía la cabeza y tenía una cara de tristeza, al bajar la cabeza yo toqué su nuca y al cerrar los ojos es como si estuviera viendos desde afuera, vi claramente la ventana y a nosotros dentro de la casa, vi como entraba el promotor a esa habitación y se quedaba parado, yo le hablé para pedirle un lapiz para anotar lo que estaba viendo pero esta persona no me respondía, después vi con un poco de claridad como mi ángulo de visión era el de una persona que estaba detrás de la reja de malla ciclónica que rodeaba la casa y al intentar aclarar la imagen, vi como si yo estuviera detrás de una persona con cabello rojizo y bastante despeinado, el sentimiento que me entró era de desconcierto y enojo a la vez, como de alguien que es interrumpido pero al mismo tiempo no tomado en cuenta y abandonado. Me dieron ganas de llorar y el odontólogo gritó como si le hubieran pegado, cuando abrí los ojos y vi al promotor estaba inmóvil hasta que lo sacudí y me dio las gracias porque no se podía mover.
Esa noche nadie dijo nada mas y nos fuimos a dormir, a la mañana siguiente le pregunté al auxiliar de salud, que era una persona de esa comunidad, que si había brujos o chamanes en esa parte del cerro y me dijo que no, que tenía muchos años que se habían ido de ahí. Entonces le pregunté que quien había muerto ahi afuera, así la pregunta me salió a rajatabla, el auxiliar tartamudeó y se quedó sorprendido con mi pregunta y me dijo que quien me había dicho, yo solo repetí la pregunta a lo que me respondío que hace unos años un señor llegó bastante alcoholizado y como no podía ir a su casa decidió dormir ahí afuera de la casita y en la mañana cuando pasó un camión y no lo vió, lo aplastó matándolo al instante. Ahí fue cuando relacioné el cabello rojizo que había visto y esos sentimientos de enojo y confusión. A partir de ese día yo ponía una veladora y le pedía a esa persona que se acercara a la luz.

Después ya cuando el equipo estuvo completo, una tarde después de mucho trabajo al regresar por la tarde a la casita, estábamos planeando donde iban a quedar las cosas (escritorio, mesas de trabajo, archiveros, etc) ya que la estancia tenía una forma irregular, era en lugar de un cuadrilátero mas bien un prisma bastante irregular y había que aprovechar bastante bien el espacio, así que cada quien daba sus ideas, en eso yo quedé de espalda a la pared y la ventana cuando el odontólogo sólo me miró con ojos de susto, yo capté enseguida que había visto algo y sólo le hice señas, que me respondió igualmente dándome a entender que después me diría lo que vio. Ya mas tarde me dijo que vio por la ventana que alguien se asomaba cuando yo estaba de espalda y después se levantaba y se movía, era una silueta negra alargada, que logró ver desde la mitad del pecho hacia la cabeza, ahora viene lo "curioso", el odontólogo medía 1,85m, o sea bastante alto en comparación mía (1.65m) y cuando él se puso en la ventana apenas si se podía ver su nariz, y ojos, porque la casa y el terreno tenían un desnivel, así que para que él pudiera ver a esa figura tuvo que haber medido más de 2 metros por lo menos.

Ya habiendo pasado varios meses de trabajo, el equipo se comenzó a llenar de negatividad debido a unas relaciones interpersonales que comenzaron a surgir ahí y como yo desde el principio les comenté que no era sano para ellos ni para el equipo, entonces las cosas comenzaron a volverse en mi contra. Yo de repente notaba que aparte de la actitud del resto del equipo, pasaban cosillas pero cuando llegaba a la casa sólo decía en voz alta que si el problema era conmigo que se manifestaran pero si no pues que me dejaran en paz. Una noche después de que todo mundo trabajó, yo me había quedado un poco mas haciendo unas gráficas y ordenando una información y todos comenzaron a gritarme que no los dejaba dormir por el ruido de mi laptop y la luz de la pantalla (¿?) estando en habitaciones separadas, así que para no crear conflictos cerré la lap y me fui a la habitación donde dormíamos todos, aunque cada quien en su catre, esa noche justo cuando me comenzaba a dar sueño, escuché unos pasos en la azotea, justo arriba de donde dormíamos, los demás se despertaron cuando escucharon cómo pisadas de animal, claramente se escuchaban como unas pezuñas que andaban como en círculos arriba de esa habitación. De repente justo arriba donde ellos dormian comenzaron a escarbar, el sonido de repente era como de un cerdo, bramando y escarbando. Ellos se espantaron y comenzaron a balbucear oraciones y cosas así. El sonido era mas y mas fuerte hasta que dije en voz alta: "¿qué quieres, qué haces aquí?" y de repente silencio. Al día siguiente subimos a la azotea para ver por donde se pudo haber subido el animal, que se supone había estado ahí y para nuestra sorpresa no había rastros de pisadas ni nada, sólo polvo acumulado que daba testigo que hacía tiempo nadie subía.

Y pues el motivo de la foto de arriba es porque en una de tantas ocasiones que llegábamos noche, después de estacionar la camioneta, nos fuimos a nuestros consultorios a cerrar el día, en mi caso a contar medicamento, sacar expedientes, cerrar hojas de consulta y tal. En el caso del odontólogo a terminar de lavar su material y ordenar todo. En esa ocasión salí del consultorio (la puerta de atrás) cargando una caja de plástico con expedientes y mi inseparable laptop. De reojo ví nada mas cerré la puerta con el pie, que de mi lado izquierdo, estaba un muchacho tipo cholo, pantalones cholos, hooddie y rapado, nunca le vi la cara, pero al verlo lo único que pensé fue "seguro quiere condones, pues que me los pida" y comencé a caminar, apenas había dado unos cuatro pasos escuché como salió el odontólogo y venía detrás de mi, cuando llegamos a la casa, le pregunté que qué era lo que quería el muchacho, y me preguntó que a quien me refería pues no había visto a nadie, y le comenté que había visto a un chico parado entre los dos consultorios y pues me dijo que no que cuando abrió la puerta no había nadie. Unas noches después se repitió pero ahora a la inversa, cuando él salió de su consultorio vio a una señora vestida a la vieja usanza de la sierra y cuando yo salí detrás de él no vi nada, y me preguntó ahora a mi que si la señora quería consulta o algo y le dije que no había visto a nadie. Cuando regresamos obviamente no había nadie ahí.

Eso es un recopilado de mis experiencias en la sierra...
Excelente relato! Ojalá cuentes mas experiencias!
 
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