Rana De Kerala (Nasika)

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Como la descripción anatómica no consigue catalogar el animal en la gran rama de los anuros (batracios sin cola), Franky Bossuyt, investigador belga de la Universidad Libre de Bruselas, decide realizar un análisis filogenético de la rana. Se comparan sus ADN mitocondrial y nuclear con los de sus congéneres: cuanto más importantes sean las diferencias, más se aleja el grado de parentesco.
Primera sorpresa: ¡esta rana india es un auténtico fósil viviente! Aunque el 96 % de las 4.800 especies de ranas contemporáneas pertenece al grupo de lasNeobatrachia (las «ranas modernas»), el análisis filogenético demuestra que la rana de Kerala se separó de ese grupo hace 180 millones de años, cuando los dinosaurios eran los amos de la Tierra.
Por primera vez desde 1926, un descubrimiento lleva a crear una familia de ranas.
Todo ocurrió hace cinco años, en Kerala, región tropical y montañosa del suroeste de la India.
Unos campesinos cavan una zanja en una plantación de cardamomo. De repente, se topan con un curioso animal, de siete centímetros de largo, soterrado a más de dos metros de profundidad.
No hay duda de que se trata de una rana, pero muy extraña. El batracio es de color morado, tiene un cuerpo hinchado, patas regordetas y un prominente hocico...
Picado por la curiosidad, el campesino entrega el animal a S. D. Biju, investigador del Tropical Botanic Garden and Reserch Institute de Thiruvananthapuram. Pero ni el biólogo ni los demás investigadores del instituto consiguen identificarlo: esa rana no se parece a nada conocido.
Identificar una rana no es nada fácil, admite Anne-Marie Ohler, investigadora del laboratorio de herpetología del Museo Nacional de Historia Natural. Los batracios suelen adaptarse muy bien al medio natural, aunque pertenezcan a un grupo determinado.
En realidad, nada más parecido a una rana arborícola que otra rana arborícola, aunque ambos anfibios pertenezcan a especies muy distintas.
La rana descubierta en Kerala tiene mucho en común con algunas especies excavadoras africanas y, como ellas, demuestra poseer una gran adaptación a la vida subterránea, características que comparte, además, con los topos o las musarañas: ojos pequeños, boca minúscula, hocico puntiagudo, patas idóneas para excavar y no para nadar…
Pero, a pesar de estos indicios, un examen más detenido demuestra que esta rana no forma parte de las ranas excavadoras africanas.
El análisis de ADN revela otra sorpresa. Nasikabatrachus tiene parientes… en las islas Seychelles. Es una auténtica sorpresa para los investigadores porque esas ranas insulares, de la familia Sooglossidae (cuatro especies actualmente), son radicalmente distintas de Nasikabatrachus: son minúsculas, viven en los torrentes y no están adaptadas para ser excavadoras.
¿Cómo es posible que unas ranas separadas por 3.000 km de océano puedan ser primas tan cercanas? Es evidente que Nasikabatrachus no ha atravesado el Océano Índico nadando. La respuesta se encuentra en las placas tectónicas.
La hipótesis de los investigadores sostiene que los antepasados de ambas familias vivían en el Gondwana, uno de los supercontinentes que emergieron de los océanos hace 200 millones de años. Cuando se fracturó, hace unos 160 millones de años, las ranas se quedaron en el subcontinente India-Seychelles. Cuando se produjo una nueva fractura, hace 65 millones de años, las ranas aisladas en las islas Seychelles evolucionaron de manera independiente y de ahí surgió la familia de las Sooglossidae. Los miembros de esa familia que se quedaron el subcontinente indio son los antepasados de las Nasikabatrachidae.










:vientos:
 
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Muy buena la informacion amigo, independientemente de que sea de terror o no; la informacion es de llamar la atencion.
 
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