Quiero sacarte esos ojos (Crónicas del 760 de Adolfo López Mateos)

RDF1939

Bovino adolescente
#1
-Se sentó volteando la silla, mirando a su presa, sabía lo que tenía y lo que iba a hacer, se paró, miró a su víctima con delicia, como saboreando la hazaña a realizar…-


Natalia es una chica que da la apariencia de cualquier otra señorita, va a trabajar, vuelve a su casa, hace sus quehaceres y en las noches va a los bares a divertirse y tal vez a conseguir una aventura.


Llegando la noche se arregla, se viste muy hermosa con un pantalón de mezclilla entallado, tacones rojos, una blusa con un bello, escote negra y como siempre una sesión de maquillaje solo para resaltar su belleza natural.


Sale sola, no ha llamado a sus amigas esta vez para que le acompañen en sus juergas, es así todos los últimos viernes del mes.


Revisa que todo esté bien y se lleva su clásico encendedor de gasolina, luego de ir de un lado a otro por la ciudad pide al taxista que pare, desciende del vehículo y entra al bar, disfruta de la música, el ambiente, de la gente y va a sentarse un momento en una de las mesas al fondo del bar, como siempre lo hace los viernes, cuelga su bolso en el respaldo del asiento, llama al camarero y pide un whisky, observa el panorama y ve los rostros de los chicos, los ve y no dejaba de escrutarlos, de buscar algo, de tratar de encontrar algo.


Sigue la noche, bebe de prisa uno y otro whisky y ella comienza a impacientarse, estaba ya pensando en cambiar de bar cuando un chico se le acerca.


-Hola ¿Puedo sentarme?- Ella lo mira por completo y cuando ve los ojos del chico, los suyos brillaron-


-Claro-


-¿Cómo te llamas?-


-Natalia y ¿tú?-


La platica continuó al igual que los tragos, bailaron, se divirtieron y ella no dejaba de ver los ojos de él, buscaba en ellos algo y cuando lo encontró no lo dudó más, lo abrazó y le dijo delicadamente al oído.


-Vamos a mi departamento-


Él aceptó, un poco sorprendido de su suerte y dejó que la mano de ella fuera la que le guiara, salieron del bar y tomaron un taxi, durante el trayecto él la besaba y ella le seguía el juego, no quería que la presa se le escapara, jugaba ella con él y él sólo se divertía siendo un títere sin saberlo.


Cuando llegaron a la dirección ella lo condujo a su cuarto el 462, lo invitó a pasar y a sentarse en uno de los sillones de la sala, mientras ella fue a la cocina y de la alacena sacó una botella de whisky, un vaso y un frasquito, sirvió la bebida y le añadió dos gotas del contenido del frasquito, lo mezcló bien y fue a la sala donde su nueva conquista le esperaba un poco impaciente, ella le sonrió y el devolvió el gesto con una sonrisa un poco nerviosa.


-Toma-


-Ya he bebido lo suficiente creo, así que prefiero dejarlo así-


-Me vas a rechazar un trago- decía ella poniendo cara de niña inocente, de niña que quiere que se le cumplan sus caprichos.


-Sí, lo siento, pero no acostumbro a pasar de mi límite- ella no insistió más, hizo un gesto de está bien con los hombros, dejó el vaso en la mesa de centro junto a él y fue a sentarse en el sillón de junto, quedando frente a frente a su presa, él se extrañó un poco, ella inició de nuevo la charla y luego de un rato al ver que no se tomaba su trago…


-Ahorita vengo, voy a ponerme un poco más… cómoda-


Se paró y fue a su cuarto, dejando abierta la puerta, aunque nada era visible del lugar en que la víctima estaba, él al marcharse ella y ver que entraba en la habitación comenzó a sentirse un poco excitado y lleno de emoción por lo que pasaba por su mente de que es lo que pasaría, ella en su cuarto fue a su buró sacó un frasquito, lo abrió, además sacó una jeringa, tomó un poco del contenido, cerró el frasquito y lo cerró, se dirigió sigilosamente hacia su víctima y sin vacilar clavó la jeringa en el hombro del joven, ella le suministró el químico y después se dirigió al otro sillón esperando a que el fármaco hiciera efecto; mientras él extrañado se llevaba la mano a su hombro.


-¿Qué me hiciste?- Ella puso cara de niña inocente y contestó pícaramente.


-Nada-


Él se paró e intentó cruzar la sala pero se sintió algo torpe.


-¿Qué diablos te pasa?, ¿qué me inyectaste?- Ella sin dejar de lado la cara inocente y el tono pícaro sólo contestó.


-Nada-


De pronto el joven sólo se desplomó al piso de la sala, ella lo cargo y llevó a otro de los cuartos donde tenía una camilla para operaciones, le amarró las manos y los pies y salió del cuarto y fue a sentarse de nuevo en su sillón.


En cuanto sus gritos le revelaron que había despertado se dirigió de nuevo a la habitación, la cual sólo tenía la mesa de operar, una mesita con instrumental médico y una silla, además de que estaba todo acolchado para silenciarlo.


Se sentó volteando la silla, mirando a su presa, sabía lo que tenía y lo que iba a hacer, se paró, miró a su víctima con delicia, como saboreando la hazaña a realizar y luego de contemplarlo forcejear y retorcerse se paró de la silla y fue hacia el instrumental médico.


-Si esto es un juego creo que ya fue suficiente, déjame ir- ella se dirigió al instrumental médico y tomó el bisturí.


-¿Enserio crees que estoy jugando?-


-¿Qué diablos me quieres hacer?-


-Sacarte esos ojos que se parecen a los que tenía mi novio, a quien yo amaba mucho y que murió en un accidente de tránsito-


-No, no, por favor no, déjame ir, suéltame maldita bruja-


Como estaba totalmente a su merced Natalia se acercó lentamente con el bisturí.


-Debiste aceptar el trago, tenía anestesia-


Empezó la operación cortándole los párpados entre los gritos desgarradores del joven que no dejaba de retorcerse y gritar, con toda la delicadeza de un cirujano fue removiendo todo lo que le obstaculizaba para obtener los globos oculares del muchacho, hasta que al fin se los logró retirar, al final ella sin remordimiento solo cortó el nervio óptico y obtuvo lo que quería de él, quien no paraba de gritar y maldecir. Ya con su trofeo dejó que el joven se desangrara, mientras ella salió del cuarto, cerró la puerta y se dirigió a su habitación, abrió un compartimento secreto en su ropero del cual sacó un gran frasco donde echó los ojos junto con otras partes del cuerpo como una nariz y unos labios, cerró el frasco y lo guardó.


Se dirigió al buró contrario al que había sacado el sedante, sacó una foto donde estaba abrazada a un joven.


-Nada volverá a recordarme tu persona Alejandro-


6:00 de la mañana Natalia sale del edificio con una bolsa grande de basura y la deposita en el contenedor del edificio, saca su encendedor, un cigarro, lo prende, suelta una gran bocanada y se va a trabajar.
 

dark_zero

Bovino adicto
#9
Pues me disculparan pero no me gusto, se me hizo rebuscado y predecible, incluso tiene detalles que lo hacen tan inverosimil, como.. ¿Como cargo al muchacho? tendria que haber sido un mujeron de 1.80mts y hombros anchos como para cargar asi nada más a alguien, le falto pasión y ambientación, se me hizo plano, no describe el depto, ni la habitación, magicamente aparece una camilla asi en la habitación que ella tiene, claro! es comun que tengamos eso.. XD no se, incluso se me hizo trillado lo del novio muerto, una disculpa pero si quieres mejorar necesitas tanto buenas como malas criticas y a mi gusto la historia fue asi de decepcionante, hechale ganas tiene potencial, pero si le falta mucho.. espero mi critica te ayude a mejorar si es lo que buscas, Saludos.
 

RDF1939

Bovino adolescente
#12
Tendrías que leer los demás cuentos de la serie para entender varias de las cosas que preguntas, además cuando alguien está sedado es más facil llevarlo y cosas así, pero, acepto tus críticas, gracias por tomarte el tiempo de leerme
 
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