Quién me va a sacar la tanguita?

ToroEon

Bovino Milenario
#1


AMORR! ¡te olvidaste otra vez!
- ¿De qué, Amorcito?
- ¡Hoy cumplimos 5 años de casados!
- Pe... pe... pero, ¿cómo me voy a olvidar de eso?
- Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar.
- ¡Justamente eso era lo que tenía planeado!
- Bueno, quiero que me lleves al Goldfinger
- ¿Quéeee? ¿Estás loca? ¡Eso es un antro!
- ¡Amorrrrr! ¡Quiero que me lleves ahí y punto!

Y fueron... Apenas llegaron, el valet dijo:
- Buenas, ¿cómo le va caballero? ¡Qué bueno verlo otra vez!

La mujer saltó sorprendida:
- ¿Qué dice éste? Dijo que qué bueno verte otra vez. ¿Has venido?
- ¿Yo? ¿Pero estás loca? ¿A este antro?
- Le dicen a todos lo mismo. Estos lugares son así.

Llegaron con el portero:
- Señor Murillo... ¡Qué gusto!
- Te dijo Señor Murillo... ¡Te conoce!
- ¿Ehhh?... Y cómo no me va a conocer, si este tipo trabaja en el edificio de mi oficina. Es el electricista.

Ya adentro, los recibió Alex, el gerente:
- ¡Como esta Dr. Murillo ! ¿La mejor mesa, como siempre, verdad?
- ¿Este también es electricista en tu oficina ? ¡Te voy a matar!
- No... ehh... no, este señor me conoce porque es el que me vendió la camioneta Explorer que te compré!!
- mmmmm, me estás...............

En ese momento apareció la vendedora de cigarrillos:
- ¡Mi reeeeeeeeyy! ¿Te doy tu Cohiba? ...
- La cigarrera se puso el habano entre los pechos:
- ¡Méteme la manita, mi amor, y saca tu habanito!

la mujer estaba a punto de matar a su marido cuando se apagaron las luces. El y su mujer se sentaron y empezó el espectáculo. Apareció una mujer super sensacional que empezó a hacer un strip-tease. Cuando se quedó solo con la tanguita se acercó a la mesa del hombre y, cariñosísima, preguntó a toda la concurrencia:

- Y ahora, ¿quien me va a sacar la tanguita?

Todos los presentes gritaron a coro:
- ¡Se vivee, se siente, murillo con los dientes! ¡Se vivee, se siente, murillo con los dientes!

La mujer no aguantó más. Salió corriendo y se metió en un taxi. El la siguió dentro del vehículo. La mujer empezó a pegarle y trató de arrojarlo fuera.

- ¡Eres el imbecil más grande de toda la historia! se sacó un zapato e, histérica, comenzó a pegarle en la cabeza y a gritarle groserías.

El taxista se dio la vuelta y dijo:
- Mire Sr. Murillo que hemos llevado putas locas, ¡Pero, como esta, ¡¡¡Ninguna!!
 
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