Habían dos niños que se hicieron buenos amigos, con la particularidad que ambos eran mudos. Crecieron juntos y por cosas de la vida se separaron. Al tiempo se reencuentran y entonces uno de ellos con su señas lo saluda emocionado de volverse a ver y le pregunta como está. El otro le contesta con una voz de locutor deportivo: Estoy muy bien gracias.
El que aun era mudo asombrado comienza a interrogarle como había hecho para hablar. Entonces le contesta. Mira, fui donde un brujo y este en más o menos unas 28 seciones me hizo hablar.
El otro le dice que lo lleve que el quiere hablar también. Se ponen de acuerdo y llegan donde el brujo. El brujo le dice al mudo que se quite la ropa y desnudo vaya al cuarto oscuro que está al fondo de la casa y éste así lo hizo.
Estando el mudo en el cuarto, un negro como de 2 metros de alto, superfornido, con un miembro exageradamente desproporcionado y que parecía que tenía vida propia, agarra al mudo por la espalda y de la cintura y lo siembra de una sola sentada y este con un grito estrepitoso medio ahogado grita: Aaaaaaaaaaa!!!!!
Ya está por hoy dijo el brujo al amigo del mudo, dígale que mañana vuelva por la B
El que aun era mudo asombrado comienza a interrogarle como había hecho para hablar. Entonces le contesta. Mira, fui donde un brujo y este en más o menos unas 28 seciones me hizo hablar.
El otro le dice que lo lleve que el quiere hablar también. Se ponen de acuerdo y llegan donde el brujo. El brujo le dice al mudo que se quite la ropa y desnudo vaya al cuarto oscuro que está al fondo de la casa y éste así lo hizo.
Estando el mudo en el cuarto, un negro como de 2 metros de alto, superfornido, con un miembro exageradamente desproporcionado y que parecía que tenía vida propia, agarra al mudo por la espalda y de la cintura y lo siembra de una sola sentada y este con un grito estrepitoso medio ahogado grita: Aaaaaaaaaaa!!!!!
Ya está por hoy dijo el brujo al amigo del mudo, dígale que mañana vuelva por la B
