Paren el ruido

Alej17

Bovino de la familia
#1
Paren el ruido

Hoy deseo hablar de bloqueos mentales, aquellas ideas, pensamientos y ruido mental que atraviesa tu mente y te llena de barreras, justificaciones, excusas, sermones y demás. Y voy a utilizar una herramienta que aprendí leyendo el libro “El poder del ahora” de Eckhart Tolle, y que para mí representa un elemento fundamental para lograr fluir. El enemigo de un proceso de flujo es el ruido mental.

¿Qué es fluir? Los psicólogos motivacionales definen el flujo como aquella experiencia que realizas de forma inconsciente, es decir, no tienes que pensar para realizarla. La conoces también que la haces de una forma natural. Recuerdo una declaración de Ayrton Senna que tras una carrera decía que ya no era consciente de su experiencia de manejo y que para él esa carrera era como estar en un gran túnel, donde ni siquiera él era quien estaba manejando, de hecho afirmaba que en esa carrera en particular alcanzó la perfección. Pues bien, lo que Senna relataba era una experiencia de flujo. La misma que tiene un futbolista que no piensa a la hora de responder un pase y apuntar al arco, o un tenista que responde un golpe de forma espectacular. Si pensara, conscientemente cada jugada, simplemente desperdiciaría tiempo para reaccionar de forma rápida.

En seducción esa experiencia de flujo se dá cuando no piensas conscientemente en lo que vas a hacer, simplemente respondes a la sucesión de interacciones y naturalmente das los pasos necesarios para acercarte a tu objetivo. No piensas el beso, simplemente lo sientes y te lanzas para darlo, no piensas en si un apunte es gracioso o no, sencillamente lo lanzas, no piensas en la gran cadena de pasos de los cuales han llenado a incautos las escuelas anglosajonas y algunos escritores de la seducción donde te dan un montón de pasos parecidos a una ecuación algebraica. Eso no hace que fluyas, eso hace que no fluyas y que estés demasiado “consciente” de lo que intentas hacer. Eso hace que te bloquees. Volveré a ello más adelante.

Dice Eckhart Tolle que nuestra mente tiene un ruido natural, y está acostumbrada a pensar demasiado. Es como si tuvieras una emisora de radio sintonizada todo el tiempo, y esa emisora mental te dice cosas sobre la realidad, sobre ti mismo, sobre lo que sucede. Y llevas (o mejor cargas) esa emisora mental en cada cosa que tú haces. La mayor parte del tiempo esa voz está hablando y nosotros estamos escuchando, pensando que esa voz, esa emisora somos nosotros mismos. Lo que Tolle indica es que esa emisora no ERES tú mismo. Es decir, es un ruido mental, un hábito del pensamiento.

Yo lo entiendo con una situación que a todos nos ha pasado: Imagina que vas en un transporte público y suena una de aquellas odiosas pero pegajosas canciones, imagina una ranchera o un reggeaton con alguna letra repetitiva y sin sentido. Luego de escuchar esa canción no puedes sacarla de tu mente, incluso te encuentras a ti mismo repitiéndola, incluso cantándola, y en tu mente suena una y otra vez esa maldita canción, hasta el cansancio. Así mismo sucede con esos pensamientos, aunque proceden de tu mente, y están en ti no corresponden necesariamente a lo que en verdad piensas. Pero lo mente es tan compleja que funciona en un piloto automático y se acostumbra a rutas o formas de pensamiento, o a oír esas voces, hasta tal punto que te suenan tan familiares que les crees, incluso más que la evidencia de la realidad o la necesidad de cambio.

Voy a enumerarte algunas de esas voces, para que empieces a hacerte consciente de ellas, y escucharlas sin que necesariamente les hagas caso y te saboteen tu proceso de cambio y aprendizaje.

1. La voz del padre y de la madre: padre y madre han tenido un proceso de años de crianza junto a ti. Y he descubierto que junto con sus enseñanzas positivas a veces pueden influir negativamente. Piensa en esto, has pasado algún par de décadas con ellos, escuchándolos todos los días, desde que eras un bebé y ni siquiera hablabas. Estás condicionado a su voz, a sus consejos, pero también a sus prohibiciones y limitaciones, a lo que te decían que no hicieras, a lo que ellos consideraban malo o incorrecto.

El camino de liberación consiste en aceptar que eres autónomo y que puedes cuestionar muchas de las creencias que te han insertado, muchos de los miedos que de ellos has heredado. Muchos no se atreven a hacer algo porque sienten una voz de padre o madre que les dice “eso no se hace” o que piensan en la aprobación que le darían sus padres a aquello que están haciendo o piensan hacer. Uno de los trabajos más interesantes que he hecho ha sido asistir a un evento de crecimiento personal donde se enseñaba a bajar el volumen conscientemente a esas voces que te frenan, y aumentar las voces que te animan a hacer algo, a experimentar, a ser creativo, diverso y retar tus límites. Es empezar a ver críticamente la voz de la mente, escucharla y decir “mmm… no estoy de acuerdo o sí… estoy de acuerdo)”.

2. La voz de tu formación religiosa: Y vaya si en esta hay problemas. También has sido educado desde el nacimiento en cierta doctrina teológica y religiosa. Y aparte de la espiritualidad la religión te llena de preceptos, mandatos, pero también de miedos, culpas que muchas veces resultan paralizantes. Muchos hombres buenos, hombres tradicionales no se atreven a muchas cosas incluso sencillas, porque piensan de alguna forma en ser correctos, en ser santos, en ser puros.

Algunos me dicen “jamás pienso en eso, ¡ja! Que ridículo”, pero no más empezar a hacer un protocolo de registro de pensamientos que uno como coach y terapeuta usa justamente para que la persona se haga consciente de lo que pasa por su mente, y dicen “no lo puedo creer, no me había percatado de que eso me estuviera pasando por la mente”. Así es el grado de naturalidad y poca crítica con el cual tomamos a nuestros pensamientos.

3. La voz de las escuelas más divulgadas de la seducción: Voces que te indican pasos, procedimientos, procesos, tácticas totalmente mecánicas, robotizadas y no naturales. Voces que te dicen que tienes que seducir a cuanta mujer te aparece, que si no seduces a una modelo no eres un seductor, que la mujer es simple de entender y ha sido “decodificada”, o que debes “naturalmente” para aprender a seducir buscar la aprobación de una mujer haciendo toda clase de payasadas al abordarla en la calle, o que si te rechazan es porque no has logrado ser un seductor, porque si lo fueras “todas” las mujeres caerían rendidas a tu pies. Te adelanto algo: mi primer libro se va a orientar a desmitificar desde un punto de vista profesional las grandes mentiras que se han aprendido de la herencia anglosajona mal traducidas y adaptadas por algún español.

4. La voz de tu pasado afectivo y tus experiencias previas: Esta es una voz muy frecuente, que habla en términos de rechazo, en términos de decepciones o incluso en términos que recalcan tus defectos, las críticas a cómo eres o cómo te comportas. Nuestra mente tiene un gran defecto (a mis estudiantes les digo que somos “predeciblemente irracionales” para quitarnos esa ilusión de que somos racionales) y es que generaliza. Si algo te pasa una o dos o tres veces el cerebro piensa que así va a ser siempre. Lo cual es parcialmente, pero no totalmente cierto, es importante que si te quemas la mano por tocar la estufa caliente lo generalices a todas las estufas calientes y no vuelvas a poner tu mano para no quemarte. Pero no es correcto generalizar que por 2, 3, 4, o 5 (incluso más) digamos rechazos, o negativas, pienses que en todos los casos va a pasar exactamente igual. Por ejemplo, si 10 mujeres te han rechazado no implica que todas lo vayan a hacer, lastimosamente tu cerebro en ocasiones lo hace. Debes estar atento a estos mensajes y ser consciente para rechazarlos y no paralizarlos.

5. La voz de los estereotipos, la voz de los otros o la voz de la aprobación ajena: Es la voz del qué dirán, en forma de medios de comunicación, de tus amigos, de las convenciones socialmente transmitidas. He conocido bastantes mujeres que no salen con un hombre que en verdad les gusta porque la voz mental de sus amigas les dice “pero es que no es lindo, pero es que es más bajo de tú” y lo mismo, hombres totalmente enamorados pero que sienten la voz de sus amigos diciendo “pero es que tiene kilitos de más, pero es que es chaparrita”.

En fin, esas voces ajenas nos quitan criterio y nos dejan sin tomar una oportunidad que en el fondo deseamos. Igualmente los medios de comunicación ejercen una influencia semejante, hasta tal punto que resulta difícil diferenciarse, te dicen qué está de moda, qué debes tener, qué debes hacer y qué cosas no debes hacer. Las mujeres son susceptibles a ello, y las puedes ver haciendo dietas bestiales para hacer caso a la voz que les dice que hay que ser talla 6, o talla 4. Ridículo, pero es así.

Transcribiré a continuación una de las frases de Tolle que para mí resultó esclarecedora para empezar a detener ese flujo de pensamiento y decirle a esa “emisora mental” a esas voces “hey… momento… pues no estoy de acuerdo… y silencio… voy a tomar control sobre esto y voy a pensar en otra dirección”. Así de sencillo.

“La libertad comienza cuando te das cuenta de que no eres la entidad posesora, el pensador. Saberlo te permite examinar la entidad. En el momento en que empiezas a observar al pensador, se activa en nivel de consciencia superior. Entonces empiezas a darte cuenta de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento, y de que el pensamiento sólo es una pequeña parte de esa inteligencia. También te das cuenta de que todas las cosas verdaderamente importantes –la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interna- surgen de más allá de la mente. Empiezas a despertar.”

Quienes deseen profundizar en este tema, más que recomendado el libro “El poder del ahora” de Eckhart Tolle. Acá también les dejo un video de los muchos que hay en Youtube sobre el tema:


http://naxoseduccion.blogspot.com/search?updated-max=2013-02-28T20:32:00-05:00&max-results=20

Saludos
:chommy:
 
Última edición por un moderador:

Manveru

Bovino Milenario
#5
es verdad... callar esas voces que te dicen que hacer y que no hacer es muy dificil, y a veces las callas demasiado tarde..... gracias por el aporte, a reflexionar en eso
 
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