¿Escritura extraterrestre?
¿Qué pensarían si les dijera que una vez…? Hace unos miles de años, una nave con seres de algún lugar inconcreto se accidentó en las altas cordilleras del interior de China, y que los pobladores de esas montañas, asustados, acabaron con la mayoría de ellos hasta que comprendieron que no entrañaban ningún peligro.
¿Qué pensarían si les dijera…? Que esos pocos seres que sobrevivieron han perdurado hasta nuestros días, conformando una raza con una tipología morfológica que no existe en ningún otro tipo del planeta.
¿Qué pensarían si les dijera, por ejemplo…? Que hace 12000 años, esos primeros seres llegados del cielo, crearon unos discos de una dureza y perfección tal que incluso en nuestros días sería bastante complicado reproducirlos. Y que en esos discos, con una escritura jeroglífica perfecta y casi microscópica, dejaron constancia de todos los hechos anteriores. Pues eso, ni más ni menos, son los Discos de Dropa.
Los discos contaban, ni más ni menos, la historia con la que comienza este post, estaban escritos por un pueblo que se autodenominaba “Los Dropa” (de ahí el nombre por el que se los conoce ahora), que había llegado de un lejano planeta y que por una avería en su medio de transporte habían acabado en aquel lugar de las montañas, donde los Ham, antigua tribu que moraba en aquel lugar, los atacaron y mataron a muchos de ellos hasta que consiguieron comunicarse con signos y los dejaron en paz. Los Dropa no consiguieron reparar su nave para regresar a su lugar de origen y se quedaron a vivir en la tierra. De esto ser cierto, el darlo a conocer iba a ser la mayor noticia de la historia. Pero a la universidad le pareció que el estudio de Tsum Um Nui no tenía las garantías suficientes como para ser publicado, pues estaba en juego el honor de la universidad y le prohibió dar a conocer los resultados de su trabajo. Pero unos años después, no se sabe muy bien si con el consentimiento o no de la universidad, el arqueólogo publicó todo su trabajo en “La escritura acanalada concerniente a las naves espaciales que, como se registró en los discos, aterrizaron en la Tierra hace 12.000 años.”
Quizás por lo espectacular o la rotundidad de lo que se había descubierto, la comunidad científica de todo el mundo se rió literalmente de las conclusiones y traducción de los discos por el Dr. Tsum Um, ridiculizando sus teorías.
Desde entonces, la increíble historia de los Discos de Dropa a permanecido prácticamente en el olvido pese a que alguna que otra investigación ha demostrado la antigüedad de estos, que las piedras de granito con las que están compuestos contienen elevadas concentraciones de cobalto y otros metales poco comunes. Que la extrema dureza de los discos, hace casi imposible realizar una escritura tan minúscula y minuciosa sin medios avanzados y que las pruebas oscilográficas mostraron que con toda probabilidad, los discos tuvieron en su día cargas eléctricas o fuesen usados como conductores eléctricos.
En las montañas de Baian-Kara-Ula, en nuestros días, viven dos tribus aisladas de pastores nómadas que se auto denominan los Dropa y los Han y que los antropólogos no han logrado emparentar con ninguna morfología de la zona. No son chinos ni tibetanos, los adultos más altos no suelen superar el metro y medio de altura y son de complexión débil y delgada, sus cabezas son grandes, desproporcionadas a sus cuerpos y tienen el pelo ralo, y lo más llamativo sin duda son sus ojos, que no grandes y en la mayoría, de color azul claro.
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Por Sinuhé Gorris