Ni partidos ni candidatos lo de hoy son los grupos.
Arrancaron ya las campañas presidenciales en México y es hoy el día que los aspirantes y sus equipos de campaña nos han atiborrado buena parte de los espacios públicos con su contaminación visual de carteles, tendones, mantas, lonas, volantes, banderines y demás artilugios propagandísticos que muestran sobre todo los rostros de los candidatos que hoy más que nunca son sólo eso, un mero rostro, un rostro-candidato. Lo que de verdad pesa en éstas campañas son los grupos que sustentan al rostro-candidato. Los partidos son menos que membretes hoy en México, son un mero trámite legal pues sin el registro legal de éstos los rostro-candidatos no podrían ser considerados para que aparezcan en las boletas de elección.
Así lo vemos con la candidata Vázquez Mota cuya campaña va de tropiezo en tropiezo y de pifia en pifia todo porque no era la candidata del grupo cecano a Calderón que en los hechos durante su sexenio se erigió a la vieja usanza priista como el dueño de su partido pero que para guardar las formas hicieron unas elecciones internas que no estuvieron exentas de acusaciones de “cochineros” de las cuales Josefina y su grupito salieron como ganones condición que no han sabido validar ya en la campaña abierta a tal grado que hoy Calderón –y todo por sus manías y quimeras personales contra el pri- ha decido meter mano y mandar a parte de su gabinete, de su grupo personal que por cierto son los responsables de lo acontecido en Guardería ABC en Hermosillo, a “levantar” una campaña que anda más perdida que perro en el periférico, para citar a los clásicos, y cuyo culmen fue el acto de Josefina en Tres Marías donde le tuvieron que pedir amablemente que se retirara de un restaurante donde no dejaba disfrutar a las familias y comensales de su almuerzo debido a los desmanes de su comitiva. Lo dicho, la candidata no pesa, o para citar a los clásicos “ni picha, ni cacha, ni deja batear.” Por más que haga alardes de que “es la jefa” Josefina no pinta nada es el grupo que la postula es realmente lo que pesa y al que estar atentos.
Pero bueno, si de rostro-candidatos hablamos el epítome es sin duda Enrique Peña Nieto quien trae, hay que decirlo, una campaña propagandística hecha por verdaderos profesionales. Muy bien cuidada que se recarga de plano y sin escrúpulos en el rostro del candidato. No dice nada concreto, puras ambigüedades, frases sueltas, huecas pero presentadas de tal manera que parecen la solución a todos los problemas del país tal. Tras de Peña Nieto mucho se ha dicho que está el grupo Atlacomulco con sede en el imaginario colectivo en la zona del Estado de México pero que más que nada se trata de una ideología al interior del PRI donde lo que importa es hacer negocios con los amigos y en el proceso hacerse archimillonarios a costa del erario. El grupo Atlacomulco ha hecho una alianza tan visible como perversa con las dos principales televisoras del país desde las cuales y a manera de culebrón telenovelero se ha empacado al rostro-candidato Peña Nieto para presentarlo ni siquiera como político si no como mero galán de comedia de media tarde. Enrique es sólo el rostro de dicho grupo y sus aliados, una mera marioneta a la que hay que cuidarle de todo incluso de sí mismo pues ya quedó claro que cuando le quitan el telepromter pierde el rumbo de lo que tenía que decir. Así lo veremos de aquí hasta que acabe la campaña, envuelto en una burbuja, una vitrina para su exhibición, una especie de “papa móvil” priista televisivo donde al rostro-candidato se le puede admirar, contemplar –faltaba más tanta guapura sería cuasi pecado no dejarse admirar- pero, a la vez, no se le puede tocar, realmente hacer contacto con el ser humano, y mucho menos preguntarle o cuestionarle nada. Otra vez, el cadidato es sólo la pantalla o debíaramos decir que el candidato del pri es el de las pantallas, ¿de televisión?
El otro contendiente realmente fuerte sería López Obrador donde más abiertamente se ve que el partido principal por el queestá siendo postulado, el PRD, no lo apoya y apenas se limitan a pagarle algunos gastos de propaganda. Y para estar al día López Obrador ha sido el único que ha abierto su grupo al escrutinio público al dar a conocer a su potencial gabinete de llegar a la presidencia. En su anterior incursión como candidato federal era todo lo contrario, él era el centro de todo el universo en su campaña, hoy las condiciones son otras y hay que adaptarse a ellas por lo mismo la estrategia cambia. Esas elecciones eran por candidatos, las de hoy no lo son así, AMLO está al tanto de ello.
El cuarto rostro-candidato es Quadri ya sabemos qué grupo está detrás de él, el grupo de Elba Esther. La señora cacique del sindicato de maestros a nivel nacional quienes no han tenido ningún empacho en prestarse como esquiroles electoreros lo mismo del pri que del pan según el que pague más. Resulta bastante simbólico el que sea Quadri el candidato de Elba y su grupo pues muchos coincidimos en que esa candidatura es un mal chiste de la maestra y para tal efecto no se pudo buscar una persona con la mejor cara de mal chiste que la del señor Quadri, hablando de rostros. Acá Quadri ni reir nos hace, Elba en cambio nos da terror…
Lo importante que hay que ver es que en éstas elecciones como ninguna otra el voto ya no será por el partido como antaño ni mucho menos por el candidato como en las elecciones presidenciales pasadas sino que en éstas elecciones lo que se estará eligiendo serán grupos de poder fáctico que creen tener la fuerza suficiente para dirigir –algunos muy a su conveniencia y provecho- al país y lo que nos pasea los y las mexicanas en los próximos seis años. Por lo mismo hay que aprender a mirar más allá del rostro-candidato en los spots y carteles a la hora de verlos. Es la tarea de estos días.
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