Me lees un cuento

santa87

Bovino de alcurnia
#1
Bueno este relato lo lei en el periodico de hoy en el grafico para ser exactos en la seccion de Lulu Petite y para ponerlos un poco a tono ella es un prostituta o escort que escribe en el peridodico cada martes y hoy se puso a tono con el dia

"Algunas de las tradiciones más divertidas de México son las del día de muertos y, como hoy se celebra, se vale ponernos fúnebres.

Cuando trabajaba en la agencia, me contaron una historia buenísima. Era dos de noviembre y estábamos cuatro chicas y la jefa sentadas en una salita, esperando que algún cliente llamara para salir como bomberas a apagar sus calenturas.

La noche, irónicamente, estaba muerta. El teléfono no sonaba y lo único que medio nos despertaba de vez en cuando, eran los chavitos que pasaban a pedir su Halloween. Estábamos aburridas y sin trabajo, así que en vez de picarnos los ojos, a alguien se le ocurrió narrar un cuento de espantos.

A la primer historia, siguió otra y así, cada una fuimos soltando nuestros más inspirados y tenebrosos relatos. Entre la guasa y el miedo repetimos cosas que habíamos oído de nuestras abuelas, tías, padres o de amigos, todas, aunque jurabamos que se trataban de hechos reales, le habían pasado a alguien más. Todas, claro, hasta que Bianca nos contó la suya. La cuento más o menos en los términos en los que ella nos la narró:

"Hace unos meses me llamó una amiga con quien antes trabajaba, un cliente importante la invitó, ya muy noche, para ir a trabajar a una fiesta y le pidió que llevara amigas. A esas horas sólo pudo convencerme a mí y a una morena medio estrafalaria con la que, al parecer, trabajaba seguido una onda con show lésbico y esas cosas.

En la fiesta había pura gente de muchísimo billete y un montón chicas guapísimas de varias agencias que habíamos sido contratadas para darle ambiente al asunto. Era una súper orgía.

Simplemente, se valía de todo. Además de que corría abiertamente cualquier clase de estupidizantes líquidos, sólidos, gaseosos y hasta gelatinosos, en cada rincón de la casa había parejas, tríos y cuartetos dándose hasta por las orejas. Era una cosa de todos contra todos, sin distinguir sexo, raza, condición ni clase. Ahora sí que la perfecta democracia retozando con enjundia, como conejos en primavera.

La verdad es que la paga era muy buena, pero era mi primer fiesta de ese tipo y si me saqué de onda.

Traté de reclamarle a la chava que me había invitado, pero cuando la busqué, ella y su amiga ya estaban con unos tipos. Ambas se la chupaban a un güero altísimo, mientras un gordito penetraba por detrás a la morena estrafalaria.

No estaba tan mal, nomás por ir a la fiesta, me pagaron una lana por adelantado y por cada cuate que te llevaras a la cama, había un extra. Por eso las más aventadas trataban de tirárselos a todos y se aferraban a llevarse a algún incauto a lo oscurito.

Yo, la verdad, preferí hacerme chiquita y me escondí en un rincón del jardín, donde no me vieran fácilmente ni me le antojara a nadie. Decidí dejar que la fiesta pasara y conformarme con el pago base. Me senté en una escalera que daba con un camino empedrado que comunicaba la casa grande, con una pequeña casa de servicio. Atrás se oía la música, los gemidos, las risas, el choque de copas y las caricias de muchos. Encendí un cigarro y cerré los ojos.

En esas estaba cuando se me acercó una niña

-¿Me lees un cuento?- Me preguntó acercándome un libro.

-¿Qué andas haciendo aquí mi'ja? Respondí tratando de alejar a la criatura del cogedero. La llevé a la casita de servicio y le estuve leyendo un cuento tras otro hasta que se quedó dormida.

Cuando volví a la fiesta busqué a mi amiga y a la estrafalaria por todos lados. Había ya poca gente, unos tumbados en el suelo, otros haciendo el amor y algunos sólo mirando o esperando la cruda. Nadie pudo decirme dónde se habían metido las chavas con las que llegué. Mandé pedir un taxi y me fui furiosa.

No imaginarán mi sorpresa, cuando a media carretera, ya en el taxi, nos encontramos con el carro en que ellas viajaban. Estaba con las llantas para arriba y los interiores hechos acordeón. Las dos se habían matado.

Tiempo después atendí a un cliente que conocía a los dueños del lugar de la fiesta. Le conté del accidente y de la niña que vivía en esa casita de servicio, quien después de todo, al distraerme leyendo cuentos, me había salvado la vida.

El hombre se puso pálido. Esa casa de servicio había sido demolida hacía unos diez años, después de que en una fiesta como la de esa noche, la bala perdida que disparó un borracho, atravesara el corazón de una niña que buscaba quién le leyera un cuento".

Buen día de muertos"

Fuente http://www.elgrafico.mx/notas/720367.html
 

€SM€

Bovino maduro
#2
xD, pues como que no se si va aqui. o_O, booooo . pero no inventes fue demasiado explicito

para mi que eso va en otro lado. jeje
 
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