En un pueblo del que no quiero mencionar su nombre, habia una cantina (bar) de mala muerte en donde un recién llegado entró a tomarse un trago. Al entrar y sentarse en la barra vio con cuirosidad que en la puerta por la que entró estaba un hombre con una carretilla de albañil haciendo sonidos como si de un carro se tratase.
Muy curioso el visitante le preguntó al cantinero -amigo, ¿Quién es ese que está afuera con la carretilla y porque hace esos ruidos, acaso está loco o que se trae?- el cantinero le hizo la seña que se acercara para contarle algún secreto a baja voz. El cantinero le dijo susurrando -ese tipo de afuera le dicen marmaja y es un violador de borrachos que se duermen en la calle y esa carretilla le sirve para llevarselos a un lugar apartado y hacerlos suyos.
Preocupado el visitante le dijo al cantinero, -solo me voy a tomar un trago mas y me voy- en eso que ya los efectos del primer trago le comienzan ha hacer efecto y volteaba a la puerta de vez en vez. Sus ojos se cerraban y miraba al fondo que marmaja se emocionaba cada vez más, se sobaba las manos y se secaba la baba del bigote estilo Zapata.
No soportó más y el parroquiano cayó vencido por el sueño. En eso que siente que se está moviendo y abre los ojos como un plato de grandes al verse acostado dentro de la carretilla y marmaja cantando muy alegremente una canción.
Ofendidísimo el parroquiano le grita a marmaja -¿A dónde me llevas semejante hijo de mil putas? y con una sonsrisa de oreja a oreja y en medio de un enorme suspiro marmaja le contestó: No, si no te llevo, ya te traigo...
Muy curioso el visitante le preguntó al cantinero -amigo, ¿Quién es ese que está afuera con la carretilla y porque hace esos ruidos, acaso está loco o que se trae?- el cantinero le hizo la seña que se acercara para contarle algún secreto a baja voz. El cantinero le dijo susurrando -ese tipo de afuera le dicen marmaja y es un violador de borrachos que se duermen en la calle y esa carretilla le sirve para llevarselos a un lugar apartado y hacerlos suyos.
Preocupado el visitante le dijo al cantinero, -solo me voy a tomar un trago mas y me voy- en eso que ya los efectos del primer trago le comienzan ha hacer efecto y volteaba a la puerta de vez en vez. Sus ojos se cerraban y miraba al fondo que marmaja se emocionaba cada vez más, se sobaba las manos y se secaba la baba del bigote estilo Zapata.
No soportó más y el parroquiano cayó vencido por el sueño. En eso que siente que se está moviendo y abre los ojos como un plato de grandes al verse acostado dentro de la carretilla y marmaja cantando muy alegremente una canción.
Ofendidísimo el parroquiano le grita a marmaja -¿A dónde me llevas semejante hijo de mil putas? y con una sonsrisa de oreja a oreja y en medio de un enorme suspiro marmaja le contestó: No, si no te llevo, ya te traigo...
