Hace ya algunos años radiqué un tiempo en Guadalajara, Jalisco por motivos laborales. Decidí irme solo, sin conocer a nadie en esa ciudad porque estaba pasando por un momento sentimental difícil. Afortunadamente, a un mes de mi llegada, pude encontrar un trabajo en el Aeropuerto. Vivía en el centro de Guadalajara en una casa de dos pisos solo, como ya lo había comentado.
En ese entonces las cosas paranormales me llamaban mucho la atención; así que leía mucho sobre diversos temas como la brujería, la alta magia, etc. Esto es por que desde niño me ocurrían cosas paranormales que aún recuerdo claramente.
Pasó el tiempo y la casualidad me dio la oportunidad de conocer a una mujer de alrededor de 40 a 45 años de edad. Ella me leyó las cartas una vez y me dijo que en mí veía a 2 o 3 espíritus guardianes muy fuertes. Un soldado, un brujo y un sacerdote. Honestamente, el hecho de que ella me haya mencionado estos tres personajes no lo consideraba lógico, ya que en sí todos ellos son contrarios en convicciones y carácter; eso lo pienso ahora, sin embargo en aquel tiempo mi estado anímico, la superstición e ignorancia, no me permitieron ver dicha situación como la veo ahora.
Pasaron los meses y fue entonces cuando lo extraño comenzó a suceder. Situaciones que mi lógica aún no entiende, y que por ello a veces lo culpo a mi estado anímico en ese entonces.
No recuerdo haberle dado mi número telefónico de casa a aquella mujer, sin embargo un sábado ella me llamó para invitarme a su casa para realizar un tipo de ritual el siguiente día domingo. Accedí porque la curiosidad y el hecho de que ella me haya contactado vía telefónica si que yo le hubiese dado mi teléfono, pudo más que cualquier duda.
El domingo a las 11 am, llegué a su casa, en una colonia lejana de la ciudad. Era una casa como muchas, sin embargo, lo curioso era que en ella habían muchos niños, niños de varias edades, desde bebés, hasta niños de 16 años aproximadamente. La mujer apareció y le pregunté quienes eran dichos niños, ella me respondió que todos eran sus hijos. Sorprendente, porque recuerdo que mínimo eran diez niños.
La mujer me invitó a subir a la azotea, donde había un pequeño cuarto hecho de madera y láminas. Cuando entré, había un pequeño altar a la Santa Muerte, y muchas imágenes de otros santos católicos. en la esquina, al lado de dicho altar, un escritorio, con papeles, inciensos y demás cosas raras. En medio del lugar había una silla de madera. El cuarto solo tenía una pequeña ventana cerrada y la puerta de madera que cerró dicha mujer cuando entramos. Ella me dijo entonces que era bruja y que el motivo por el cual me llamó fue porque quería ayudarme con los tres espíritus guardianes que dijo que yo tenía. Igualmente me comentó que tenían algo que decirme y que lo que me estaba pasando en ese entonces lo podría superar con su ayuda.
Me pidió que me sentara en la silla que se encontraba en medio del cuarto. Cerrando los ojos y concentrándome en llamar a dichos seres. Puso debajo de la silla un pequeño anafre con incienso y comenzó a dar vueltas alrededor de mí invocando a dichos espíritus. Pasaron como diez minutos y de pronto, de la nada, el zumbido de una mosca se dejó escuchar constante en dicho lugar. Cabe recordar que tanto la ventana como la puerta estaban cerradas, de ello yo no tenía duda. Cuando escuché dicho zumbido, me estremecí y sentí bastante miedo, que poco después se convirtió en mucho coraje. La mujer que decía ser bruja comenzó a rezar y yo solo recuerdo que levantaba la voz ordenando a aquello a que se fuera. la bruja me pidió que por ningún motivo abriera los ojos y no lo hice. Esto pasó en alrededor de 3 minutos hasta que de pronto, el zumbido despareció.
Cuando nos tranquilizamos, la mujer comenzó de nuevo a llamar a dichos seres. No pasó nada relevante entonces, solo escuché un murmullo, pero muy lejano que no pude entender. Al cabo de esto, la mujer me pidió que abriera los ojos y que me sentara frente a ella en el escritorio.
Me dijo entonces que lo que había sucedido con la mosca era que un ser negativo quiso aprovecharse del ritual para entrar en mi persona. Sin embargo no pudo y se retiró. y que los murmullos que yo escuché, provenían de uno de los tres espíritus que me cuidaban, del brujo o mago. Me dijo ella que el mensaje era que mi protección era la espada, y que yo tenía mucha energía para poder realizar magia.
Dicho esto, me mostró un par de figuras prehispánicas hechas de piedra volcánica. Me explicó que las mismas eran las figuras de nativos de esa región en aquella época y que representaban a un hombre y una mujer. Los dos, según me dijo, eran brujos. El hombre era un brujo negativo y la mujer una bruja que se dedicaba a curar. Dicho esto, me pidió que tocara cada una de las figuras. Primero toqué el de la mujer, dicha figura se sentía de hecho tibia, dándome una sensación de confianza. Dejé esa piedra y tomé la figura del brujo. La piedra era del mismo tipo, del mismo tamaño. Sin embargo la piedra del brujo era fría. Esto me intrigó mucho y sentí la curiosidad de saber más. La mujer me dijo que en su tiempo, este par eran enemigos naturales y que, para neutralizarlos, una tercera persona los unió para obtener sus poderes por medio de esas piedras. Me dijo entonces que por ello quería mi ayuda, para obtener dicho poder.
Accedí en ayudarla, más por intriga y curiosidad que por la ambición que a ella le guiaba en este asunto. Quedamos de vernos una vez más, sin embargo jamás la volví a ver.
Pasaron los meses y mi estadía en Guadalajara estaba por terminar, es donde sucedió otra situación extraña que con gusto les contaré en la segunda parte.
AQUÍ ESTÁ LA SEGUNDA PARTE.
http://ba-k.com/threads/3954066-Lo-...uadalajara-(-Bruja-Perro-negro-y-Ouija-)-Pt-2
En ese entonces las cosas paranormales me llamaban mucho la atención; así que leía mucho sobre diversos temas como la brujería, la alta magia, etc. Esto es por que desde niño me ocurrían cosas paranormales que aún recuerdo claramente.
Pasó el tiempo y la casualidad me dio la oportunidad de conocer a una mujer de alrededor de 40 a 45 años de edad. Ella me leyó las cartas una vez y me dijo que en mí veía a 2 o 3 espíritus guardianes muy fuertes. Un soldado, un brujo y un sacerdote. Honestamente, el hecho de que ella me haya mencionado estos tres personajes no lo consideraba lógico, ya que en sí todos ellos son contrarios en convicciones y carácter; eso lo pienso ahora, sin embargo en aquel tiempo mi estado anímico, la superstición e ignorancia, no me permitieron ver dicha situación como la veo ahora.
Pasaron los meses y fue entonces cuando lo extraño comenzó a suceder. Situaciones que mi lógica aún no entiende, y que por ello a veces lo culpo a mi estado anímico en ese entonces.
No recuerdo haberle dado mi número telefónico de casa a aquella mujer, sin embargo un sábado ella me llamó para invitarme a su casa para realizar un tipo de ritual el siguiente día domingo. Accedí porque la curiosidad y el hecho de que ella me haya contactado vía telefónica si que yo le hubiese dado mi teléfono, pudo más que cualquier duda.
El domingo a las 11 am, llegué a su casa, en una colonia lejana de la ciudad. Era una casa como muchas, sin embargo, lo curioso era que en ella habían muchos niños, niños de varias edades, desde bebés, hasta niños de 16 años aproximadamente. La mujer apareció y le pregunté quienes eran dichos niños, ella me respondió que todos eran sus hijos. Sorprendente, porque recuerdo que mínimo eran diez niños.
La mujer me invitó a subir a la azotea, donde había un pequeño cuarto hecho de madera y láminas. Cuando entré, había un pequeño altar a la Santa Muerte, y muchas imágenes de otros santos católicos. en la esquina, al lado de dicho altar, un escritorio, con papeles, inciensos y demás cosas raras. En medio del lugar había una silla de madera. El cuarto solo tenía una pequeña ventana cerrada y la puerta de madera que cerró dicha mujer cuando entramos. Ella me dijo entonces que era bruja y que el motivo por el cual me llamó fue porque quería ayudarme con los tres espíritus guardianes que dijo que yo tenía. Igualmente me comentó que tenían algo que decirme y que lo que me estaba pasando en ese entonces lo podría superar con su ayuda.
Me pidió que me sentara en la silla que se encontraba en medio del cuarto. Cerrando los ojos y concentrándome en llamar a dichos seres. Puso debajo de la silla un pequeño anafre con incienso y comenzó a dar vueltas alrededor de mí invocando a dichos espíritus. Pasaron como diez minutos y de pronto, de la nada, el zumbido de una mosca se dejó escuchar constante en dicho lugar. Cabe recordar que tanto la ventana como la puerta estaban cerradas, de ello yo no tenía duda. Cuando escuché dicho zumbido, me estremecí y sentí bastante miedo, que poco después se convirtió en mucho coraje. La mujer que decía ser bruja comenzó a rezar y yo solo recuerdo que levantaba la voz ordenando a aquello a que se fuera. la bruja me pidió que por ningún motivo abriera los ojos y no lo hice. Esto pasó en alrededor de 3 minutos hasta que de pronto, el zumbido despareció.
Cuando nos tranquilizamos, la mujer comenzó de nuevo a llamar a dichos seres. No pasó nada relevante entonces, solo escuché un murmullo, pero muy lejano que no pude entender. Al cabo de esto, la mujer me pidió que abriera los ojos y que me sentara frente a ella en el escritorio.
Me dijo entonces que lo que había sucedido con la mosca era que un ser negativo quiso aprovecharse del ritual para entrar en mi persona. Sin embargo no pudo y se retiró. y que los murmullos que yo escuché, provenían de uno de los tres espíritus que me cuidaban, del brujo o mago. Me dijo ella que el mensaje era que mi protección era la espada, y que yo tenía mucha energía para poder realizar magia.
Dicho esto, me mostró un par de figuras prehispánicas hechas de piedra volcánica. Me explicó que las mismas eran las figuras de nativos de esa región en aquella época y que representaban a un hombre y una mujer. Los dos, según me dijo, eran brujos. El hombre era un brujo negativo y la mujer una bruja que se dedicaba a curar. Dicho esto, me pidió que tocara cada una de las figuras. Primero toqué el de la mujer, dicha figura se sentía de hecho tibia, dándome una sensación de confianza. Dejé esa piedra y tomé la figura del brujo. La piedra era del mismo tipo, del mismo tamaño. Sin embargo la piedra del brujo era fría. Esto me intrigó mucho y sentí la curiosidad de saber más. La mujer me dijo que en su tiempo, este par eran enemigos naturales y que, para neutralizarlos, una tercera persona los unió para obtener sus poderes por medio de esas piedras. Me dijo entonces que por ello quería mi ayuda, para obtener dicho poder.
Accedí en ayudarla, más por intriga y curiosidad que por la ambición que a ella le guiaba en este asunto. Quedamos de vernos una vez más, sin embargo jamás la volví a ver.
Pasaron los meses y mi estadía en Guadalajara estaba por terminar, es donde sucedió otra situación extraña que con gusto les contaré en la segunda parte.
AQUÍ ESTÁ LA SEGUNDA PARTE.
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