En esta ocasión me gustaría presentarles el testimonio de una persona discapacitada y su visión particular respecto a las relaciones sentimentales. Carlos x (su nombre completo prefiero mantenerlo oculto) tiene alrededor de 40 años y desde hace 12 sufre de una discapacidad motora que lo obliga a desplazarse en silla de ruedas. Yo lo conocí en una cena que ofreció una amiga en común en su casa de fin de semana. Ante una pregunta de mi amiga, Carlos nos comenzó a contar sobre el dolor que le había provocado el alejamiento de su última novia. Al parecer Carlos había mantenido una relación de varios meses con una mujer que había conocido en el trabajo. La relación duró algunos meses hasta que una serie de desavenencias provocaron la ruptura. Hasta aquí yo no encontraba nada diferente a tantas otras historias de vida donde dos personas adultas, se conocen, se desean, se aman, se distancian, etc, etc, etc. Sin embargo en el relato de Carlos, apareció un comentario que despertó mi atención.
Al parecer esta persona que sufre una discapacidad motora, luego de la separación, intentó sin demasiado éxito entablar otras relaciones de pareja. Pero en estos casos, los acercamientos no tuvieron posibilidades de prosperar. La gran cantidad de frustraciones provocaron en Carlos un profundo desaliento que lo llevó a tomar la (a mi parecer) equivocada decisión de abandonar el intento de establecer nuevas relaciones de amor o pareja.
“Tal vez todavía no conociste la persona adecuada” Se animó a decir nuestra amiga en común, que se sentía afectada por la tristeza que mostraba Carlos.
“El problema no es ese” se apuró a decir Carlos. “La cosa es mucho más compleja que encontrar a alguien que se enamore de mí” agregó.
Ante nuestro silencio, continuó diciendo.
“Lo que me desilusionó fue la actitud de algunas personas frente a la posibilidad de enamorarse de una persona discapacitada”.
Fue a partir de allí que comencé a comprender lo que quería decir Carlos. Al parecer, para muchas mujeres y hombres, una persona discapacitada pertenece a una especie o género aparte. De la misma forma que ningún ser humano podría casarse o mantener una relación sexual con una mascota (por más que la misma sea la luz de su vida y la compañera inseparable de todos los días) tampoco, podrían entablar una relación con una persona afectada por una discapacidad sensorial o motora.
“No importaba cuanto sentían ellas por mí” continuó diciendo Carlos “La idea de entablar una relación más allá de la amistad, escapaba a sus propios razonamientos”
“¿Pero cómo voy a estar enamorada de ti? ¡Tú eres discapacitado!” fue la última frase que escuchó de los labios de una mujer de la cual se había sentido atraído.
“Evidentemente, para algunas personas, los discapacitados son algo así como marcianos o personajes de una dimensión paralela que no pueden relacionarse con los verdaderos seres humanos. Es muy duro reconocerlo, pero para muchos, las personas discapacitadas pertenecen a una casta que solo debe relacionarse con otras personas discapacitadas”.
Por mi parte, yo traté de desalentarlo respecto a las conclusiones a las cuales sus reiterados fracasos lo estaban llevando.
“No creo que las personas discapacitadas deban relacionarse solamente con otras personas con discapacidades. Creo que al igual que en cualquier otra relación, todo se reduce a hallar a la persona correcta y esta podrá ser discapacitada o no” agregué yo.
“Tratar de relacionarse sólo con personas discapacitadas, tampoco garantiza ninguna clase de éxito” seguí diciendo a los presentes.
“Una relación con otra persona afectada por una discapacidad, no va a escapar a cualquiera de las situaciones comunes a las cuales las relaciones de pareja se ven tradicionalmente amenazadas. Sin embargo, todos aquellos que así lo prefieran o que se sientan más cómodos y seguros entre personas también afectadas por una discapacidad, deben sentirse libres de entablar un vínculo entre sus pares si eso es lo que los hace verdaderamente felices” agregué finalmente.
La velada concluyó con una opinión en común. Todos los presentes en aquella agradable reunión coincidimos en que el secreto de una relación de pareja o amistad exitosa se halla en la búsqueda. Sólo el tiempo y los resultados nos dirán si la solución está en relacionarse con otras personas discapacitadas o no. En este aspecto, dependiendo de los resultados obtenidos, cada interesado levantará las banderas de una u otra opción, según la feliz historia que le haya tocado en suerte.
Fuente: http://besomasbeso.blogspot.com/2008/01/las-relaciones-sentimentales-y-las.html
