Clases de fantasmas
G. N. M. Tyrrell, autor de un clásico libro sobre el tema,
Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales en base a la conducta adoptada por los presuntos espíritus, más conocida que su propia naturaleza:
- Apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. Generalmente no suscitan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia.
- Apariciones post-mortem. Suelen tener lugar muy poco tiempo después de la muerte de la persona reaparecida, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o acontecimiento concreto; parecen ser como despedidas.
- Apariciones en casos críticos: el aparecido es alguien que está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte, y se muestra ante una persona o personas simultáneamente a esa experiencia, no después de la misma.
- Aparición inducida. En estos casos, el fantasma no es el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien vivo, que intenta con deliberación hacer que su imagen se haga visible a otra persona; se habla entonces de bilocación, si se trata de santos, o en el folclor alemán de doppelganger (en el irlandés, fetch).
En este tipo de apariciones parecen haberse excluido aquellas en las que la aparición adopta una actitud comunicativa e interactiva con aquel a quien se muestra, pudiendo hablar o comunicarse con él, mucho tiempo después de su fallecimiento.
Según el
Espiritismo o "doctrina espírita", como se decía en el siglo XIX desde que este movimiento fue configurado por Allan Kardec y la teósofa Helena Petrovna Blavatsky, el alma sobrevive a la muerte del cuerpo material y asciende a un nivel superior de existencia. Sin embargo algunas almas se desvían de ese camino; no parecen tener una autoconsciencia completa de su ser; la tienen, pero sólo hasta cierto punto, porque no han logrado todavía resolver sus dudas existenciales. Se trata de fantasmas: entidades desencarnadas que se torturan y fustigan cruelmente con asuntos no resueltos en su vida anterior. Puede, por ejemplo,
- Que no acepten su propia muerte, que no quieran reconocer que han desencarnado.
- Que se sientan culpables por no haber concluido correctamente algún asunto durante su vida humana.
- Que se sientan atados o ligados afectivamente a alguna persona o lugar cuando estaban con vida.
- Que sientan odio o rencor consigo mismos o con alguien de su entorno como humanos.
- Que sientan que no merecen estar en ninguna parte y que ya no les queda esperanza.
Un fantasma se
construye con algunas de las actitudes no resueltas de un humano mientras vivía encarnado en su cuerpo físico: padece carencias, obsesiones, sentimientos de culpabilidad, apegos irresistibles, miedos o desesperanza.
Ciertamente hay almas perdidas o ignorantes que desconocen cómo entrar o estar en el
Purgatorio o fantasmas que se introducen en un cuerpo humano; estas almas se marchan con el simple poder de la oración y no necesitan exorcismos. Los
demonios, espíritus no humanos, por el contrario, pueden poseer lugares (la llamada
infestación) o personas (la
posesión demoniaca) y, si están ocultos, se manifiestan al cabo de intensas, prolongadas y duraderas sesiones de oración. Los demonios sólo poseen el poder de tentar, y siempre atacan por el lado más débil tras un paciente y profundo estudio de la persona a la que atacan. Una vez que uno distingue bien entre posesión e infestación, los fantasmas son un fenómeno distinto: son apariciones de personas que están en el Purgatorio, pero las características de estas apariciones son siempre las mismas y muy distintas de la infestación:
- El alma se aparece con forma humana
- No dice nada
- Se aparece con carácter amenazante y terrorífico
Nunca mueve objetos, ni produce ruidos. Cuando se aparece se queda mirando con cara de pocos amigos y después desaparece sin más. No es un demonio porque, fuera de que el fenómeno nunca va a más,
desaparece si se dicen misas u oraciones por su alma. Esas apariciones son un modo de llamar la atención para que se rece por esa alma en concreto.