La Virgen María (con todo y sus cientas de advocaciones) ha perdido caché. Nuestro siglo exige una nueva imagen religiosa de una Virgen fresca, algo que puedan idolatrar hipsters y oficinistas, señoras ricas y creativos alternativos, parásitos del internet gratis y MILFs con tiempo de sobra, cafeinómanos y universitarios, cineastas y publicistas, ejecutivos y sus subordinados.
Y aquí está: La Virgen Sirena.
Y aquí está: La Virgen Sirena.
En el recuadro puede leerse su rezo:
Dios se salve, Sirena; doble expresso macchiato.
El barista es contigo. Bendita eres entre todas la semanas.
Y bendito es el fruto que llamamos café.
Santa Sirena, madre del Shot. Ruega por nosotros los desvelados.
Ahora y en la hora de nuestro trabajo. Amén.
Dios se salve, Sirena; doble expresso macchiato.
El barista es contigo. Bendita eres entre todas la semanas.
Y bendito es el fruto que llamamos café.
Santa Sirena, madre del Shot. Ruega por nosotros los desvelados.
Ahora y en la hora de nuestro trabajo. Amén.
Próximamente a la venta.