La verdadera cacería del Peje

jarochilandio

Bovino de la familia
#1

Salvador García Soto
07/05/2018





En un país como México —donde las estructuras y maquinarias electorales existen y se utilizan, desde para acarrear votantes a las urnas, cooptarlos o comprarles su voto, hasta para “operar electoralmente” el día de las votaciones— las elecciones no siempre las gana el candidato que más apoyo tiene de los electores, sino el que logra meter (en el sentido más amplio y pragmático del término) más votos a su favor a las urnas. La confianza y certidumbre en nuestros comicios son valores relativamente nuevos y, si bien hemos avanzado en la organización de las elecciones por órganos autónomos y la participación directa de los ciudadanos en la realización del proceso, aún persisten prácticas y acciones de las estructuras políticas que son tan reales, como nocivas e influyentes en los resultados de las elecciones; el “fraude generalizado” del pasado, ha dado paso a selectivas y sofisticadas formas de “operación electoral” sobre todo el día de los comicios.

La lucha por el poder que vivimos en México hoy está marcada y atravesada por una interrogante que recorre el país, desde los corrillos y cafés políticos, hasta las oficinas, centros de trabajo y por supuesto las familias: “¿Crees que vayan a dejar llegar (o ganar) a López Obrador”?, es la pregunta que muchos formulan con legítima y razonable duda por las experiencias del pasado reciente. La compleja dinámica electoral, con toda su polarización, apasionamiento y encono, se centra hoy en la premisa de “cazar”, políticamente hablando, al candidato puntero en las encuestas desde hace más de un año y al que sus contrincantes no han podido no sólo alcanzar, sino lograr que baje en intenciones del voto, aún con campañas, ataques, cuestionamientos y hasta estrategias de “miedo” al perfil intolerante o autoritario que le cuestionan.

Eso no significa que esa “cacería” política contra López Obrador vaya a cejar; por el contrario, se va a agudizar conforme se acerque la fecha de las votaciones. Por ahora el discurso es ideológico y de imagen, pero conforme se avecine el 1 de julio la operación “anti-López Obrador” se orientará más hacia la operación electoral, luego del discurso del “miedo” y de los presuntos riesgos que representaría un triunfo suyo para la “estabilidad”, “las inversiones” o la “intolerancia y el autoritarismo”, todo eso de lo que acusan sus detractores y adversarios.

Un intento de frenar al candidato de Morena mediante una operación en las urnas no puede descartarse. El modelo Estado de México y Coahuila, por cierto citadas ayer por el candidato priísta José Antonio Meade como “ejemplos” de que una victoria del PRI aún es posible el 1 de julio, es una “operación” en la que se pueden perder las ciudades y grandes metrópolis, como ocurrió en el Edomex, pero en las zonas rurales, sobre todo en las casillas más lejanas y apartadas, la gente vota masivamente por la opción oficial.

Para que una operación así funcione se requieren dos factores: primero que el candidato al que se le quiera ganar no tenga representantes de casillas en todos los puntos de votación, o en su defecto cooptarlos el día de la jornada, y segundo que la diferencia entre el puntero y el segundo lugar sea máximo de entre 5 y 8 puntos. Por ejemplo, si en el país hay 155 mil casillas en total, con sólo “operar” en un 10% de esas casillas (15 mil 500), en razón de 300 votos metidos o anulados en cada casilla, se obtendría una diferencia de hasta 4 millones 650 mil votos, suficientes para bajar hasta 8.5 puntos de votación (cada punto son 500 mil votos); es decir que con los “operadores electorales” y una estrategia bien cuidada y mejor ejecutada le pueden tumbar hasta 8 puntos a cualquier candidato.

Esos datos los tienen contabilizados y analizados en la campaña de López Obrador y afirman que, “si las elecciones fueran hoy”, su candidato “soportaría” una operación de ese tipo; pero “si llegas con cinco puntos o menos de diferencia” del segundo lugar al día de la elección, ese modelo real y ya aplicado en entidades mencionadas, revertiría fácilmente esa ventaja.

Morena orgánicamente no tiene estructura para vigilar con representantes todas las casillas. En las 3 elecciones que ha participado en 2015, 2016 y 2018 su promedio de cobertura de casillas es del 65%. En el Edomex el año pasado fue de 70%. Basta un análisis detallado y geográfico (mapas de la votación en la elección mexiquense 2017) para saber dónde se concentraron los 169 mil votos que le dieron el triunfo a Alfredo del Mazo: 4 distritos, todos rurales, y con zonas apartadas y de difícil acceso (varios con participación del 80%), le dieron al candidato del PRI una distancia de 2.7% con la que derrotó a la candidata de Morena, Delfina Gómez.

Ese es el riesgo mayor que hoy ven los estrategas de Morena y esa, dicen, es “la verdadera cacería del Peje” ¿Será que por esa vía sí lo cazan?


Fuente


¿La verdadera cacería del Peje? ¿Ya estos niveles de encono se han alcanzado en las plumas de quienes se supone representan tendrían más ecuanimidad? Qué triste leer a un periodista tratando de disimular su militancia política tras un discurso sesgado. Trata de presentarse como un analista serio aventando al ruedo una numeralia típica de todos los que intentan simular rigor. Lo hacen en todos los partidos. Lo que persigue, subliminalmente al final, es precondicionar a cierto sector de votantes para... "soltar al tigre". Algo muy similar, aunque ya con un claro y exhibido tinte partidista dice John M. Ackerman (el nombre lo dice todo) en un artículo posterior, que prácticamente retoma el de Chava García y lo hace más radical. Sólo faltó que como cartón lo acompañara de una imagen de Agustín Melgar, pero con la cara del Peje, lanzándose al vacío envuelto en la bandera nacional desde el Alcázar (mejor conocido como el Castillo) de Chapultepec, con caballería, infantería y cañones de los otros tres candidotes asediando la fortaleza inexpugnable de la pejepatria.

Yo ni siquiera votaré, por lo que ya he expresado en múltiples ocasiones: en mi humilde opinión votar por cualquiera de los actuales candidotes NO OFRECE NINGÚN CAMBIO, MUCHO MENOS SOLUCIÓN A NUESTROS PROBLEMAS. Lo de menos es quien gane. Así que, desde ya, pueden ahorrarse las denostaciones (la más típica, PRIANdejo). Pero sí me parece que con artículos así no se contribuye a generar una ciudadanía más PENSANTE, sino más PALEOZOICA; los comentarios al respecto que se pueden leer en la fuente lo confirman. Me inclino mucho más por artículos como éste y éste, por ejemplo. Lastimosamente, por los argumentos en ellos citados, y la extremadamente alta POLARIZACIÓN actual que ya impide a los futuros votantes RAZONAR, la jornada del 1º de Julio será una más de las tristes experiencias, ésta LA MAS COSTOSA DE NUESTRA HISTORIA -hasta ahora-, de eso que el mexicano sigue creyendo es una DEMOCRACIA (y que no es otra cosa que el circo que arman todos los políticos, de todos los partidos, coludidos entre sí, para beneficiarse de manera más... "equitativa" el poder: "hoy por tí, mañana por mí"; la robolución perfecta que por fin les hace JU$TICIA; los "gritos y sombrerazos" se ven bien, para simular un real encono -y que no se distinga la colusión-, una finca aquí, un departamento de lujo allá, cuentas disimuladas mediante triangulaciones acuyá, amnistías de este lado, hijitos viviendo a todo lujo y viajando por el mundo, vehículos y obras de arte de colección más lejos, bien valen las mentadas de madre, ¿o no?).
 

kondorito

Bovino Milenario
#2
En términos reales, el PEJE es el villano de la historia: gracias a él la gente votará y así logra consolidar al INE como una institución legítima y útil, justificando el despilfarro de los millones que se erogan para que ese lastre del INE exista.
Sinceramente de debe desconocer al INE y exigir la rendición de cuentas a los corruptos a la vieja usuanza: mediante la acción del populacho.
Pero después de 18 años las nuevas generaciones siguen en su burbuja(experimento exitoso de los ochentas) y aún creen en los reyes magos, se dejan guiar vilmente por el bombardeo de "ideas" externas.
El "peligro" para México fue Calderón; Enrique nos llevó al "desPEÑAdero"... y siguen creyéndose que el Peje los va a convertir en Venezuela...aunque ya estemo peor pero ahi van de borregos y como pericos nomas a repetir sin analizar.
Debe existir acción civil o seguiremos hundiéndonos.
 

Duspatalin Forte

Bovino adolescente
#3
En términos reales, el PEJE es el villano de la historia: gracias a él la gente votará y así logra consolidar al INE como una institución legítima y útil, justificando el despilfarro de los millones que se erogan para que ese lastre del INE exista.
Sinceramente de debe desconocer al INE y exigir la rendición de cuentas a los corruptos a la vieja usuanza: mediante la acción del populacho.
Pero después de 18 años las nuevas generaciones siguen en su burbuja(experimento exitoso de los ochentas) y aún creen en los reyes magos, se dejan guiar vilmente por el bombardeo de "ideas" externas.
El "peligro" para México fue Calderón; Enrique nos llevó al "desPEÑAdero"... y siguen creyéndose que el Peje los va a convertir en Venezuela...aunque ya estemo peor pero ahi van de borregos y como pericos nomas a repetir sin analizar.
Debe existir acción civil o seguiremos hundiéndonos.

Curioso, lo mismo pienso de quienes veneran a San Peje.

Saludos
 
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