La Reina del Sur... la otra historia

Joker

Moderador risitas
#1
Me llama mucho la atención como los narcotraficantes más famosos se han visto incapaces de darle sentido a las razones por las cuales llegaron a ese lugar, pareciera que no hay una conciencia sobre los mecanismos de pobreza o de violencia que los llevaron por esos derroteros.

La sangre me llevó a narco mundo

Candentes revelaciones de Sandra Ávila “La Reina del Pacífico” antes de enterarse que le han abierto un nuevo proceso de extradición a Estados Unidos la semana pasada.

Su mundo en el jet set de la droga, millones de dólares en las bóvedas, cocaína a raudales y placer sin fronteras, se derrumbaron pero Sandra Ávila, la “Reina del Pacífico” sigue jugando sus fichas a ganadora, aunque la suerte parece que se le volteó en los últimos días.

Sonriente y sin perder su aplomo, Sandra Ávila logró sortear el primer juicio de extradición que empezó hace dos años, segura de haber cubierto sus huellas y, aunque no lo admita, por esa Ley del Silencio que se impone en el norte de México, donde la vida no vale nada si los sicarios o policías corruptos se cruzan en el camino.

Para sortear la extradición solicitada por Estados Unidos, sus abogados movieron cielo y tierra hasta que la Secretaría de Relaciones Exteriores de Méxici consideró negar la autorización para entregar a Ávila Beltrán a las autoridades estadunidenses.

Citando fuentes judiciales, el diario azteca “La Reforma” señala que el juzgado quinto de distrito del Reclusorio Oriente giró una nueva orden de detención provisional con fines de extradición contra Ávila Beltrán, dentro del proceso 3/2010, abierto por delitos de narcotráfico.

En la última semana de marzo, Sandra Ávila compareció en la rejilla de prácticas del juzgado, resguardada por agentes federales, en una diligencia donde se le informó del nuevo procedimiento.

El anterior juicio de extradición, al parecer idéntico al que hoy está en curso, tiene antecedente en una orden de aprehensión girada en la corte federal del distrito sur de Florida, con sede en Miami, que reclama a Sandra Ávila por los cargos de asociación delictuosa e importación de cocaína.

Estados Unidos tiene 60 días para formalizar el pedido de extradición.

Las revelaciones de Sandra Ávila se han condensado por reporteros especializados, a través de entrevistas durante los últimos años y que, a continuación reproducimos.

No quería vivir de esto Las investigaciones policiales han escarbado hasta el último detalle de la vida de Sandra Ávila Beltrán , Ella sonríe y , además, sabe que sería infantil negar el mundo del polvillo blanco en que emergió desde su adolescencia como una flor de pantano.

En su entorno familias figuran los pesos pesado del narcotráfico mexicano como los Beltrán Félix y Beltrán Leyva, y entre sus amigos Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, máximo jefe del poderoso cartel de Sinaloa; Ignacio Coronel Villarreal, Nacho Coronel; Ismael Zambada García, El Mayo; los hermanos Caro Quintero, todos ellos señores de la narcoguerra.

-Yo no creo en el destino, pero mi vida la puse así… yo no quería vivir esto, pero las circunstancias me pusieron aquí- declaró la Reina del Pacífico delante de dos efectivos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) que participaron en su captura.

-Yo no quería dedicarme a esto, yo no pedí vivir esto, pero lo traigo en la sangre- señala refiriéndose a sus familiares, como quien habla de una vocación profesional.

Ella cree que hubiera sido difícil no llegar al negocio de la coca porque lo lleva en la sangre, como una suerte de estigma que abre un mundo de placer pero también de muerte, habla casi con resignación de los esposos que le mataron y el secuestro de su hijo.

Casi con orgullo admitió que desde chica convivió con Rafael Caro Quintero, con Miguel Ángel Félix Gallardo, con Juan José Quintero Payán… “puros grandes”.

Los agentes federales que iban junto con ella relataron parte de lo que pasó en el trayecto de poco más de una hora.

-No podemos decir todo lo que nos dijo, porque sería poner en peligro nuestra vida y nuestras investigaciones- di jo uno de ellos a los reporteros del periódico azteca “La Crónica de hoy”.

“Íbamos muy tensos, pero tratamos de pasar desapercibidos. Nadie imaginaría que ahí, parados en el pleno segundo piso del periférico llevaríamos a La Reina del Pacífico”, platica el agente.

Con su cara siempre en alto. Con su voz risueña. Y las manos entre las piernas, la mujer nacida en Tijuana platicaba de vez en vez con ellos.

—¿Se arrepiente de lo que ha hecho? —le preguntó uno de los agentes.
No, yo he vivido de todo, hasta lo que no imaginas. Pero mi mamá y mi hijo, ellos sí me preocupan. Quienes más van a sufrir por esto (la detención) son ellos.
—¿Ha vivido de todo?
La ficción puede superar a la realidad. La realidad se puede quedar corta a veces. Y así me sucedió.

Durante el trayecto los agentes cambiaron dos veces de ruta. El tráfico no les permitía acelerar nunca a más de 40 kilómetros por hora. Oigan, ni siquiera me mostraron sus identificaciones. Ninguna orden, nada…” fue lo primero que les dijo.

Después fue cuando comenzó a platicar algunos momentos de su vida: “Aunque no lo crean yo me quise salir de este ambiente. Imaginen, me mataron bien chica a mi marido… Y después al otro”.

Se refería al padre de su único hijo, el comandante de la Policía Judicial Federal, Luis Fuentes Jiménez, y al ex agente judicial Rodolfo López Amavizca.

Ambos fueron sus parejas sentimentales y a los dos los asesinaron a balazos por relacionarse con el crimen organizado. El primero en 1992, cuando ella tenía 27 años de edad y seis de matrimonio.

También habló del secuestro de su hijo. “Pero de eso no dijo mucho porque eran terribles recuerdos”, dijo el agente.

Pese a las historias que contaba Sandra Ávila “nunca perdió el porte, el glamour. Siempre buscaba demostrar que controlaba la situación”.

Préstame mi celular, para hacer una llamada —dijo en un instante.
—Cuando lleguemos el ministerio público la dejará llamarle a su abogado
No, yo lo que quiero es avisarle a mi hijo y a mi mamá que estoy bien, que me están tratando bien, que no se preocupen cuando me vean en la tele…



“Se notaba que no era cualquier delincuente. No era como todos. Siempre tranquila, siempre segura nos dijo que tenía siete abogados y que estaban en trámite sus amparos”, cuenta quien estaba junto a ella.

Esto es una injusticia, ya una vez me otorgaron uno (amparo) que demostraba que yo no tengo nada.
—Pero ahora está detenida por una solicitud con fines de extradición.
A ver, quiero verla.

Los agentes le mostraron la orden. En ella estaba su nombre: Sandra Ávila Beltrán. Y algunos de sus alias.
Pero también había una lista de otras personas que ellos taparon.

Sí, es cierto, Ahí está mi nombre. ¿Quiénes son esos que no me deja ver?
—Otras personas con quienes la relacionan.
—¿A mí? —preguntó sonriente, sin recibir respuesta alguna.

Desde la cárcel

Desde su celda en la cárcel de Santa Marta Acatitla (Distrito Federal) y después de un silencio prolongado decidió conceder otra entrevista, esta vez a un periodista veterano y respetado: Julio Scherer García, director de Excelsior en la época dorada de este diario y de revistas de referencia como Plural y Proceso.

Durante meses, don Julio, de 82 años, visitó una o dos veces por semana a La Reina del Pacífico. Las conversaciones transcurrieron en la sala de juntas del penal. "Sin testigos", aclara el periodista. De aquellos diálogos ha salido un libro, La Reina del Pacífico: es la hora de contar publicó en México la editorial Random House Mondadori.

La hora elegida por Sandra Avila para hablar coincide con un período extremadamente violento en su país. Secuestros, tiroteos, asesinatos, decapitaciones son moneda común en numerosos puntos de la geografía mexicana.

Las víctimas son, en su mayoría, delincuentes y policías vinculados al crimen organizado, pero los últimos zarpazos de las bandas de secuestradores han golpeado a familias ajenas a ese mundo. El gobierno, acorralado, ha convocado a todos los poderes del Estado para hacer un frente común contra la inseguridad. A la hora de contar, Sandra Avila descarga su ira contra el presidente mexicano, a quien acusa de imputarla sin pruebas: "El día de mi captura, Felipe Calderón se lanzó en mi contra. Dijo que soy el enlace con los carteles de Colombia. Llegó a decir que soy una de las delincuentes más peligrosas de América latina y en su ignorancia me llamó La Reina del Pacífico o del Sur, así, literalmente".

Por la vida de esta mujer discurre un reguero de muerte. El mayor de sus siete hermanos fue asesinado en su ciudad natal, Tijuana. Anteriormente, su primer esposo, José Luis Fuentes, comandante de la Policía Judicial, fue apuñalado cuando su único hijo apenas tenía año y medio.

Era muy noble, pero muy violento", recuerda. "Siempre andaba armado con su pistola y el cuerno de chivo al hombro. Era valiente, sus guardias morirían por él y él moriría por sus guardias. No se me quita de la cabeza que José Luis murió a traición. El cuchillo por la espalda, de lo que el mundo del narco está lleno".


...lo mataron porque estorbaba a alguien

- ¿Por qué el crimen?- -Alguien estorbaba. Ese alguien era mi esposo. Tenía muchas relaciones con comandantes, con militares, con gente de gobierno. En ese ambiente supongo que daba protecciones y hacía arreglos.

Su segundo marido, Rodolfo López, con quien convivió cinco años, no corrió mejor suerte. Fue agente de la Fiscalía y trabajó en el Instituto Nacional del Combate a las Drogas.

-Mi marido tenía una empresa de tráilers. Yo sabía qué transportaban, pero no conocía los pormenores del negocio- recordó. Murió apuñalado cuando estaba ingresado por una infección grave en el hospital de Hermosillo (Sonora).

Un comando de tres encapuchados eliminó o neutralizó a los vigilantes. Tres años después secuestraron al hijo de Sandra Avila: lo liberaron a los 18 días, después de recibir un millón y medio de dólares a cambio de su vida.

La madre cree saber que las fuerzas de seguridad estaban implicadas. "Me di cuenta de que el policía traidor, desde la casa, avisaba a los secuestradores. El comandante antisecuestros de Guadalajara fue quien mandó al policía a espiar a nuestra casa. Los policías protegen a los delincuentes o actúan como ellos", aseguró.


Tras ser capturada no dejó de sonreir y bromear con sus captores

Mundo narco

Algunas de las amistades peligrosas de La Reina del Pacífico tienen nombre y apellido. Como Rigoberto Campos Salcido, un pariente lejano. Pasaron los años, y Sandra Avila y Rigo se encontraron en un hotel.

Nada que ver con el tipo flaco de los viejos tiempos. Ahora andaba rodeado de gente armada. Tenía nuevo empleo: jefe de la Interpol en Tijuana.

Mataron al esposo de La Reina, y siguieron las represalias. Hasta que un día se enteró de que Rigoberto Campos quedó sin brazos. "Unos dicen que los perdió trabajando en su rancho, en Mexicali; otros, que llegó la gente hasta él y se los cortaron".

La narcofiesta

Su apodo ha quedado inmortalizado en el corrido Fiesta en la Sierra , que cantan Los Tucanes de Tijuana, uno de los grupos más populares de México.

Evoca la fiesta de cumpleaños de un jefe narco en un rancho al que los invitados, gente importante, capos de la droga y altos oficiales, llegaron en helicópteros o avionetas. Sandra Avila, que estuvo en aquella fiesta, lo explica así en el libro: "Los aviones, blancos, alineados, se parecían a los estacionamientos de automóviles".

En una zona apartada, lejos de la gente, lejos de la música y junto al hijo de un comandante, estaba El Chapo Guzmán, el hombre más buscado de México desde que se escapó de la cárcel en enero de 2001. Una muestra de la connivencia entre crimen y poder.

"Al Chapo lo buscan por el mundo", añade. "¿Quién lo soltó? El gobierno. Yo lo vi en una fiesta. ¿Cuántos más no lo habrán visto en otros lugares, en otras fiestas?", se pregunta La Reina del Pacífico.

-Ya puedo decir que he enviudado tres veces. Vivo entre dos fuegos: el gobierno, que me sacrifica a su política, y el narcotráfico, que me destruye con la muerte de personas que son mi vida, yo misma- acotó.

Dice que no tenían pruebas

En una entrevista concedida al diario mexicano El Universal, en enero del 2008, Sandra, revela otra faceta de su desconcertante personalidad.


¿De que se reía Sandra Ávila Beltrán cuando fue detenida?, se le pregunta a la llamada 'Reina del Pacífico', a unos pasos de su celda del penal femenil de Santa Martha Acatitla, ya que esa imagen se quedó en la memoria colectiva, más que los cargos de la PGR en su contra.

-La verdad me dieron y me dan risa (los Afis), ya que los cargos que me imputan, como lo he dicho, se han derrumbado en las audiencias y como ejemplo, está un maquinista supuestamente relacionado conmigo del que aseguran en las acusaciones llevó un cargamento de droga, en la fecha en la que él ya estaba detenido con una diferencia de varios días. Esto ya se demostró- dijo.

Tras escuchar la pregunta de lo que ocurrió aquel 28 de septiembre de 2007, ella se acomoda en su asiento, se quita los gruesos lentes contra el sol para mirar primero de reojo a sus compañeras de castigo y terminar torciendo su cuello de un lado a otro, como en aquellas fotos, donde siempre mira de frente y altiva a la cámara.

El tono de su voz escupe impotencia, una dosis de rabia que acaba en mero hartazgo, pues aclara que es una de las preguntas que más le han hecho en cuestionarios que le han hecho llegar las autoridades y que no ha querido responder.

-Porque los Afis no tenían ninguna prueba para llevar a cabo mi detención", dice manoteando un poco, como para remarcar las palabras", "la verdad me dieron y me dan risa, ya que los cargos que me imputan, como lo he dicho, se han derrumbado en las audiencias y como ejemplo, está un maquinista supuestamente relacionado conmigo del que aseguran en las acusaciones llevó un cargamento de droga, en la fecha en la que él ya estaba detenido con una diferencia de varios días.Esto ya se demostró- subraya.

Menciona que luego de ser detenida, las autoridades judiciales le ordenaron que se sentara frente a un polvoso escritorio para acabar de integrar su expediente antes de ser trasladada al penal donde le preguntaron sus generales.


Es involucrada en varios pases de cocaína

-¿Nombre? -se le preguntó.
-Sandra Ávila Beltrán
-¿Apodo?
-No tengo -respondió.
-¿Qué cual es su alias? ¿No es usted 'La Reina del Pacífico'? -insistió el empleado de la PGR.
Ya les dije que no tengo! ¡Ese apodo lo inventó el gobierno federal y si hubiera justicia los que deberían estar siendo juzgados y acusados deberían ser ustedes y no yo, para que rindan su declaración sobre el tráfico de drogas -recordó.

Ávila Beltrán acaba de hablar y se desahoga, ya que de manera inmediata recupera el trato amable y voz mesurada que llevó la mayor parte de la plática, la cual, se prolongó un par de horas.

Afirma que en sus primeros días en Santa Marta Acatitla, cuando se presentó ante el psicólogo, para elaborar su perfil en la materia, escuchó la misma pregunta, por lo que ella dio la misma respuesta, ante lo que el especialista respondió con un "eso es lo que quería escuchar".

Así, sin alzar la voz, se sigue para remarcar su malestar contra aquellos spots del gobierno federal donde destaca su imagen en el recuento del combate al crimen organizado, como parte del Primer Informe del presidente Felipe Calderón.

-Es injusto que saquen las imágenes de mi detención como parte de sus supuestos logros en el combate al narco, cuando no me han sentenciado por nada, porque nada tienen- suelta como en cámara lenta.

En la plática con Ávila Beltrán no hay lágrimas, sus ojos se mantienen secos y siempre fijos sobre su interlocutor, tampoco existen las frases estridentes de inocencia, ya que insiste: sólo quiero tener un juicio justo, sin montajes o acciones prefabricadas.

-Lo peor y por eso digo que parece que hay línea de la PGR hacia la mayoría de periódicos, es la bajeza de sacarme compartiendo planas con el chino Zhen Li Ye Gon a quien se le encontraron cientos de millones de dólares. Y no somos la misma cosa- remarca.

Para rechazar la paternidad de etiqueta de La Reina, enfatiza que ella es una persona que se ha dedicado a la compra-venta de bienes raíces la mayor parte de su vida, por lo que reitera que su conducta "no confirma el montaje de la PGR o cualquier creación literaria, porque también rechazo cualquier afirmación de Arturo Pérez Reverte de querer avalar con mi historia, su novela La Reina del Sur".

http://www.cronicaviva.com.pe/content/view/113207/271/
 

WingLess

Bovino de alcurnia
#2
No sé ni puedo saber si es que realmente esta mujer está involucrada con el narco. Lo único que sé, es que cada acción ilegal, cada muerte por narcotráfico y hasta el asunto de Zhen Li Ye Gon, conducen irremediablemente a un sólo lugar: el gobierno.
 
#3
Mmmmm mal, estan confundidos, La reina del sur, es una novela, un libro, Sandra Avila es conocida como la Reina del Pacifico, que son 2 cosas muuuuuuy diferentes...
 

memori@

Bovino maduro
#4
Te confundiste, porque incluso ella misma lo pone, y aclara que con eso quisieron describirla.

"no confirma el montaje de la PGR o cualquier creación literaria, porque también rechazo cualquier afirmación de Arturo Pérez Reverte de querer avalar con mi historia, su novela La Reina del Sur".

Y respecto a esto

-¿Qué cual es su alias? ¿No es usted 'La Reina del Pacífico'? -insistió el empleado de la PGR.
Ya les dije que no tengo! ¡Ese apodo lo inventó el gobierno federal y si hubiera justicia los que deberían estar siendo juzgados y acusados deberían ser ustedes y no yo, para que rindan su declaración sobre el tráfico de drogas -recordó.
Empezando por FECAL y sus manos llenas de sangre inocente, por su estupidez.
 
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