garbage
Garbage Pail Kids
Corrían los últimos años de la década de los ochenta cuando apareció en los kioscos una de las colecciones más memorables que jamás han existido. Entre los típicos álbumes de cromos de jugadores de futbol o de dibujos ñoños como Heidi o la Abeja Maya, apareció uno que enamoró al instante a los niños de medio mundo. Se trataba de “La pandilla basura”, y era una serie de tarjetas comerciales coleccionables que mostraban todo un elenco de personajes infantiles grotescos y en situaciones un tanto censurables para la época, no sin motivo, en muchos países pocos fueron los que pudieron completarla porque fue retirada al poco tiempo gracias a las quejas de los estamentos más puritanos de la sociedad que no tardaron en poner el grito en el cielo al ver tal colección de aberraciones sociales.
La cuestión es que la paga de los domingos, durante unas semanas, fue invertida en exclusividad en la compra de estos cromos tan peculiares que fueron el gozo y divertimento de niños como yo durante un tiempo. Al final, como cuando somos pequeños en general somos de atención dispersa y volátil, supongo que aparcería algo nuevo que captaría más mi atención, momento en el que mi madre, con nocturnidad y alevosía y al más puro estilo “Hombres de negro” ;D, hizo desaparecer como el que no quiere la cosa mi preciado álbum. Tan solo espero que descanse en paz, junto a todas aquellas cosas que misteriosamente desaparecían de mi habitación con cierta frecuencia.
La cuestión es que la paga de los domingos, durante unas semanas, fue invertida en exclusividad en la compra de estos cromos tan peculiares que fueron el gozo y divertimento de niños como yo durante un tiempo. Al final, como cuando somos pequeños en general somos de atención dispersa y volátil, supongo que aparcería algo nuevo que captaría más mi atención, momento en el que mi madre, con nocturnidad y alevosía y al más puro estilo “Hombres de negro” ;D, hizo desaparecer como el que no quiere la cosa mi preciado álbum. Tan solo espero que descanse en paz, junto a todas aquellas cosas que misteriosamente desaparecían de mi habitación con cierta frecuencia.