La historia del Titanic (con todo y la momia famosa)

tronics182

Bovino adicto
#1
El Naufragio del Titanic.
El TITANIC era un descomunal trasatlántico de 28 m de ancho, 269 m de largo y 60 mil toneladas que naufragó en medio del Oceano Atlántico a unos 925 Km al sur de Terranova y a 2960 Km al este de New York.
El TITANIC tenía un gemelo llamado OLIMPIC, ellos dos se construyeron en astilleros de Belfast para competir con los traslatlánticos MAURITANIA y LUSITANIA que eran los reyes del confort en aquel entonces.
En el TITANIC iban 350 pasajeros en primera clase, 305 en segunda clase y 800 en tercera.
Los apartamentos y suites estaban amueblados al estilo del siglo XVIII inglés.
El pasaje costaba 22 mil francos.
La travesía inaugural debía de durar 6 dias.
Sus constructores parecían haberlo previsto todo, al punto que hasta dispusieron dentro de las bodegas del barco varios establos con vacas suizas para garantizarle la leche fresca a los pasajeros que eran atendidos por un ejército de 903 tripulantes.
En el restaurante del TITANIC comían 550 personas a la vez.
El TITANIC tenía 16 botes salvavidas y 4 balsas. Cuando ocurre el naufragio sólo pudieron ser utilizados 13 de los botes. Nótese que al llevar 2358 personas a bordo sus botes salvavidas, aun a total capacidad, podían dar cabida nada más que a la mitad de ellas.
Tenía 520 calentadores eléctricos. Era movido por 18 calderas a carbón. El TITANIC imprimia su propio periódico en tres ediciones, una en inglés, la segunda en francés y una tercera en alemán.
La confianza en su insumergibilidad era infinita.
Su constructor aseguraba que podía navegar hasta con cuatro compartimientos estancos inundados (que son los que, por su diseño estructural, no dejan penetrar el agua).
El capitán EDWARD J. SMITH, de 62 años había sido el designado por la compañia WHITE STAR (propietaria del Titanic) para comandar el trasatlantico.
Entre otras grandes riquezas en el TITANIC viajaban :
---El manuscrito original del RUBAYART, obra poética persa del Siglo XII.
---Piedras preciosas.
---Diamantes de la corporación sudafricana BEERS.
---Un tesoro de 3 millones de francos.
Al producirse la colisión con el iceberg al filo de la medianoche del dia 14 de abril de 1912 el prestigioso ingeniero TOMAS ANDREWS fue despertado con toda urgencia , él era el constructor del trasatlántico y al analizar los hechos exclamó : IRREMEDIABLE !
Fue entonces que se emitieron las primeras señales de S.O.S. pero el Titanic estaba tan lejos en el océano que el buque CARPATHIA –también inglés- que era el más próximo al lugar de la tragedia, necesito 5 horas de viaje a toda máquina para llegar al lugar de los hechos Cuando el Carpathia llegó ya 1513 personas habían desaparecido tragadas por las aguas y el lujosísimo Titanic se precipitaba hacia los fondos oceánicos en las heladas aguas del Atlántico Norte; poco se podía hacer en la intensa oscuridad de la medianoche en altamar.
Ahora bien, no es nuestra intención retomar estos aspectos que son bien conocidos. Cualquiera que se interese por los detalles de la tragedia puede encontrar fácilmente todos los datos que desee en los más de 30 libros que al respecto se han editado (amen de las más de 500 canciones que sobre el tema se han compuesto) y hasta revivir el dramatismo del desastre desde la comodidad del sofá frente al televisor con las ocho películas que se han hecho.
Muchos proyectos se hicieron para tratar de llegar al sitio donde debían reposar los restos del Titanic en el fondo del Océano Atlántico a casi cuatro millas de profundidad. Años de diseños, uno tras otro, de expediciones, utilización de los más complejos recursos tecnológicos. Sin embargo todos los intentos chocaban contra dificultades muy serias, barreras insalvables. Las tres tentativas más loables por localizar el Titanic fueron en 1973, 1977 y 1980, pero todas fracasaron..
El TITANIC fue localizado al fin en la noche del 31 de agosto al 1º de septiembre de 1985 por una expedición conjunta franconorteamericana a bordo del buque "Atlantis II" y que llevaban consigo como principal herramienta de trabajo el batiscafo ALVIN.
JEAN JARRY fue el jefe de la parte francesa de la expedición conjunta que encontró al TITANIC. Este colectivo internacional y multidisciplinario tenía planeado terminar sus labores el 10 de septiembre y así lo hicieron para poder preparar ya la acometida final. Se iniciaba ya el invierno que en esa zona del Atlántico Norte es verdaderamente riguroso; era aconsejable esperar a que pasaran los meses más frios.
A finales del mes de junio del año siguiente (1986) ya todo parecía estar listo para el tan esperado encuentro. El barco ATLANTIS II anclaba justamente sobre el lugar que ya había sido marcado con anterioridad y el batiscaffo ALVIN con tres hombres en su interior fue en busca del Titanic bajando a razón de 33 metros por minuto hasta una profundidad de 4000 metros; demoró dos horas y media en su lento descenso; los tres investigadores que estaban dentro del batiscafo vivían momentos de altísimo riesgo; para compensar la tensión emocional se relajaban oyendo música de Vivaldi. A la mitad de la caida pierden contacto con el buque madre ( El Atlantis II ) y se vivieron minutos de intenso dramatismo, a esa profundidad cualquier falla técnica o humana puede derivar fácilmente en una tragedia. ROBERT BALLARD es el jefe del equipo norteamericano del ALVIN. Al fin se restablecen las comunicaciones con el ATLANTIS II después que ya habían tocado fondo. Desde el ATLANTIS les informan que están a 50 metros del TITANIC. Consiguen ver a través de las escotillas el casco del trasatlático pero un nuevo imprevisto surge cuando ya se disponían a acercársele suficientemente; desde superficie les ordenan iniciar el ascenso porque las baterías han bajado preocupantemente su nivel de carga. Esto fue el 15 de julio de 1986.
Después vendrían intentos de utilizar a un pequeño robot automático y guiado por control remoto desde la superficie llamado JANSON–JUNIOR ( o más simplemente J J ). Este sistema había sido especialmente diseñado para investigaciones oceanológicas a grandes profundidades. J J logró situarse frente a la proa del TITANIC y desde esa posición comenzó a trasmitir imágenes por TV; en millones de hogares vieron por primera vez las imágenes trasmitidas en vivo de las dos anclas de proa del Titanic.
En su tercera inmersion JJ se introduce por el hueco dejado por una de las desprendidas chimeneas y alcanza las famosas ESCALERAS DE HONOR.
Dos años después el mismo equipo francés que hizo el primer contacto con el TITANIC se vuelve a reunir y planean una nueva inmersion tripulada utilizando un submarino NAUTILUS que a su vez contaría con el auxilio de otro robot teleguiado llamado ROBIN.
Fueron ellos los primeros que sacaron a la superficie objetos del TITANIC, billetes de banco, pedazos de periódicos, una maleta de cuero, platos, botellas de champagne y vino en perfecto estado de conservación y una sospechosa caja metálica que curiosamente estaba vacia.
En el artículo TRES CITAS CON UN FANTASMA ( La Habana/CUBA/Juv. Rebelde Domingo 5 de enero de 1990) del autor JUAN DOLSET se lee :
“ . . . la caja fuerte del TITANIC guardaba el manuscrito original con piedras preciosas incrustadas del RUBAYYART, obra poética de OMAR KHAYYAM, gran bardo persa del siglo XII . . . . . . Ya se han recogido platos, botellas de buen vino y de champagne, y una caja metálica que por cierto tuvo un magro contenido si no es que fue limpiada en privado antes de presentarla en público . . . "
Ante todo digamos que muchas veces se ha usado para describir a esta momia el nombre de PRINCESA lo cual es un lamentable error de traducción, pues debe interpretarse como SACERDOTIZA o mujer consagrada a los rituales religiosos .

La ilustre investigadora Madame Blavatsky trabajó sobre el tema a que se refiere esta historia y lo hizo con gran objetividad aun cuando su enfoque central fue siempre místico.

La princesa de Amen-Ra vivió unos 1.500 años antes de Cristo. Cuando ella murió, la pusieron en un ataúd de madera hermosamente adornado y fue enterrada muy ocultamente en una recámara funeraria que había sido diseñada para que fuera inexpugnable en Luxor, en las márgenes del Nilo.


A finales de la década de 1890, 4 jóvenes ingleses de familias muy ricas fueron invitados a que visitaran las excavaciones en Luxor, Egipto.

Estando allí conocieron de un sarcófago que muy recientemente había sido desenterrado y que, en muy buen estado de conservación, estaba profusa y exquisitamente decorado.

El ataud contenía en su interior una momia, y en su parte externa se leía una inscripción que señalaba a la Sacerdotiza del Amón-Ra como su ocupante además de un supuesto maleficio que no pudo ser entendido en ese momento.

Los alegres jóvenes apostaron entre sí para comprar la momia, y el que ganó la apuesta pagó de inmediato algo más de las mil libras esterlinas que pedía el vendedor.


Hecho esto la hizo llevar a su habitación en el hotel.

Varias horas después se vio a este jóven ingles abandonar el hotel y dirigirse a pie hacia el desierto. Nunca más regresó ni se supo de él.

Al día siguiente, a un criado egipcio se le disparó accidentalmente el arma que portaba causándole graves heridas al segundo de los jóvenes ingleses al cual, para salvarle la vida hubo que amputarle un brazo.


El tercero de ellos fue avisado que súbitamente su familia se había arruinado por la quiebra de la entidad bancaria en que tenían toda su fortuna.

Otra desgracia le tocó al cuarto de ellos, quien además de enfermarse gravemente tuvo que recurrir a las ventas callejeras para sobrevivir en un estado de mendicidad.

Hasta aquí, aunque sospechosamente concatenados, los hechos descritos pudieran parecer casuales. Ocurre con frecuencia que turistas irresponsables se pierdan en el desierto; por demás los accidentes con armas de fuego se producen por millares a diario, tambien a cada dia sabemos de familias que se han empobrecido de la noche a la mañana; y por supuesto que también son numerosos los casos de mendigos y personas desamparadas que antes de serlo fueron prósperos de economía y abundantes en bienes materiales.

Entonces todo cuanto hemos expuesto puede ser una simple secuencia de casualidades . . . ¿o no?


El ataud de la Sacerdotiza del Amón-Ra fue vendido a un próspero comerciante en Londres quien además era un entusiasta de las reliquias egipcias; en muy breve tiempo el sarcófago fue trasladado a la capital británica.

Cuando llegó la momia a Londres tres familiares del negociante murieron en un accidente y su casa se incendió destruyéndose casi en su totalidad con grandes pérdidas económicas.

Aterrorizado este hombre de negocios dijo que no quería ver más la momia ni en pintura, que no deseaba tenerla en su casa ni un minuto más, y se la donó al Museo Británico.

Pese a todo no habían todavia elementos concretos para atribuirle a la momia alguna maléfica relación con toda esta secuencia de desastres y muertes, sin embargo, por si acaso, para su traslado hacia el Museo Británico se tomaron todo tipo de precauciones.

Mientras que el ataúd era descargado del carro en el patio del museo, el vehículo repentinamente empezó a marchar al revés y atrapó a un curioso traseúnte causándole la muerte.

El ataúd debía ser llevado por las escaleras hasta el segundo piso por dos trabajadores del museo, en ese proceso uno de ellos se cayó y se fracturó una pierna, el otro, que según testimonios de la época gozaba de una salud perfecta, se enfermó súbitamente y sin que nada pudiera hacerse murio.

Una vez que la Sacedotiza del Amón-Ra fue instalada en la SALA EGIPCIA del Museo Británico fue que tomaron verdadero dramatismo los misteriosos hechos que se producían al parecer relacionados con ella.

Los vigilantes de noche encargados de la seguridad del museo aseguraban, desconcertados y temerosos. que oían constantemente un golpear frenético y otros muchos sonidos indescifrables y misteriosos provenientes del ataúd.

Otros objetos que formaban parte del mobiliario de la Sala así como también piezas del museo expuestas en areas colindantes eran movidos de sus puestos y hasta lanzados contra la pared y contra el piso.

En una de estas inexplicables sacudidas de objetos los vigilantes aterrorizados corrieron para salir del lugar y uno de ellos, en un ataque de desesperación y locura, abrió fuego con su arma matando a uno de los que huían.

Fue entonces que la situación en el Museo Británico se tornó caótica, los empleados rehusaban tan siquiera pasar cerca del lugar donde estaba la momia, a ningún precio aparecían empleados para la limpieza del lugar que, por todo lo dicho, requería de una atención especial ya que a diario aparecían cosas destrozadas y tiradas por el piso.

Entre los que aun así se atrevían a visitar la momia también comenzaron a ocurrir hechos que pudiendo ser casuales sospechosamente parecían relacionársele.

Un visitante incrédulo y osado, mientras se reía dió con su mano unos golpecitos burlones en la tapa del sarcófago, en sólo unos dias su hijo menor murió de sarampión.

El Museo Británico es una entidad de reconocidísimo prestigio científico. Una y otra vez los funcionarios y estudiosos de esa institución se reunieron para estudiar lo insólito de aquello que estaba ocurriendo y que estaban presenciando. Por supuesto que ellos rehusaban toda interpretación mística o paranormal, sin embargo había que hacer algo sin demora. Finalmente, las autoridades del Museo acordaron trasladar a la momia para el sótano del edificio, pues cualquiera que fuese la naturaleza de las fuerzas que estaban actuando, si estaban en alguna forma asociadas a la presencia de la momia, estas no podría hacer daño allí. El personal con acceso a ese sótano sería mínimo y ello reduciría los riesgos.

Apenas había transcurrido una semana del confinamiento de la momia a la humeda oscuridad de los sótanos cuando uno de los auxiliares que cuidaba el lugar se puso súbitamente muy enfermo y en pocos dias murio; simultáneamente el supervisor de los archivos enclavados en el sótano fue hallado muerto en su escritorio sin que el estudio forense pudiera determinar la causa del fallecimiento.

Ya para estos dias los periodistas empezaban a enterarse y hablar de la momia de la Sacedotiza del Amón-Ra. Un fotógrafo de un periodico local londinense sacó una foto del cofre de la momia y cuando lo fue a revelar se llevó la macabra sorpresa de ver que en el lugar en que debían de aparecer en la foto los dibujos que decoran el exterior del sarcófago lo que se veía era un rostro humano desfigurado y con expresión satánica y desafiante. El fotógrafo
fue para su casa, entro a su alcoba, cerró con llave y sin más tomó un revolver y se disparó suicidándose.
Con todos estos hechos, reales y objetivos, pero que se rehusaban a una explicación lógica o natural el Museo Britanico declara que no quiere la momia y decide vendérsela a un coleccionista privado de la capital británica que se había mostrado interesado por ella.


En cuanto la momia salió del Museo Británico todo volvió a la normalidad, sus empleados y científicos respiraron con alivio y se intercambiaban por pasillos la señal de victoria

Para el coleccionista en cuya casa estaba ahora el sarcófago las desgracias y todo tipo de situaciones infortunadas no tardaron en aparecer. Comemzaron o ocurrirle descalabros de todo tipo, enfermedades entre sus familiares que vivían en la casa y que hasta entonces gozaban de perfecta salud, varias muertes repentinas que podían parecer naturales aún cuando en este contexto quedara la duda de la posible influencia maléfica de la sacerdotiza.

A tal punto llego a convertirse en una odisea la supervivencia de la familia que, renuente a deshacerse de la momia, su dueño accedió al menos a llevarla para el ático a fin de reducir el contacto directo de sus familiares con la momia.

Este coleccionista, ante la gravedad de los hechos, buscó ayuda en una persona que a la sasón era la más alta y reconocida autoridad mundial en el estudio y tratamiento de fenómenos inusuales de esta naturaleza, de esta manera la Señora Helena Blavatsky, visitó la casa y ya en la entrada, sufrió un misterioso ataque que la hizo estremecerse más de una vez.
Una vez que Madame Blavatsky pudo restablecerse dijo :



. . . "aquí hay una influencia demoniaca de intensidad increíble." . .
Madame Blavatsky llego finalmente al ático y se encontró allí frente a frente con el sarcófago de la momia. -"¿Puede usted exorcizar este espíritu de mal?" ---preguntó el dueño---. a lo cual ella respondió :

. . . "Hay fuerzas que son imposibles de vencer con el exorcismo; esto es de una naturaleza tan malvada que tendrá que permanecer con su maldad ya para siempre". . . . .
---para entonces, reflexionando profundamente, añadir en tono sentenciante ---
. . . "Aquí no se puede hacer nada, yo le pido que se libre de esta momia lo más pronto posible" . . . Pero aun cuando el desconcertado y cada vez más asustado coleccionista intentó deshacerse de la momia desde ese mismo instante chocó con la realidad de que nadie, ni los más incrédulos y excépticos, la quería; ya la Sacerdotiza del Amón Ra era conocida, ya todos hablaban de ella en Inglaterra y en Europa, sus escalofriantes historias pasaban de boca en boca y eran llevadas una y otra vez a la prensa plana de muchos paises, por supuesto que al margen de su incuestionable valor arqueológico y como reliquia ningún museo británico queria arriesgarse a tener la momia; el hecho real ya era de dominio público, casi 20 personas de las que se habían relacionado con la momia transformaron drásticamente sus vidas llenándolas con infortunios que jamás sospecharon, desastres de toda naturaleza y también la muerte. Al fin apareció un interesado por la momia, alguien que estaba dispuesto a correr los riesgos de llevársela para su casa, se trataba de un excéptico y muy terco arqueólogo norte americano quien en un arranque de desatino, falta de cordura y carencia de sentido común, pago un precio bastante alto por la momia, tomó todo tipo de precauciones y puso todo en estudiado y escrupuloso orden para su traslado a Nueva York. Entre otras medidas se ordenó la construcción de una caja metálica superblindada y perfectamente hermética en cuyo interior la Sacerdotiza haría el viaje hacia norteamérica.

Se producía ese año una situación especial que aprovechó este rico y excéntrico coleccionista para reforzar todas las medidas de seguridad que ya se habían tomado para el traslado de la momia; y es que en breve partiría de Inglaterra hacia norteamérica en su viaje inaugural un lujoso barco que estaba construido de manera tal que, pasase lo que pasase, nunca podía naufragar porque era insumergible.

En abril de 1912, el nuevo dueño de la momia de la Sacerdotiza del Amón-Ra escoltó su tesoro recién comprado hasta el barco en que harían la travesía con destino final, tanto para él, como para la momia, como para otros mil quinientos acompañantes hacia el fondo del Océano Atlantico.

Entonces ahora se entiende por qué, cuando pudieron ser recuperados los primeros objetos del Titanic en el año 1986 los científicos tenían tanta espectación con una cierta caja metálica que viajaba en las bodegas del Titanic y sobre la cual evadían los comentarios. Una caja que fue extraida ese mismo año, que fue abierta frente a las cámaras de televisión.

En verdad tenemos que inclinarnos con mucho respeto ante los ingenieros que la diseñaron y también ante los obreros que la construyeron porque no le había entrado nada de humedad al cabo de más de 90 años de estar sumergida a cuatro kilómetros de profundidad pero, . . . . .

. . . la caja que todos pudieron ver y que sólo unos pocos recordaban lo que debía contener estaba totalmente vacía.


Crèdito a quien se lo merece:
FUENTE
 

WingLess

Bovino de alcurnia
#13
Genial historia, jamás me hubiera imaginado que en el Titanic iba una momia, y si ni Mme. Blavatsky pudo con ella...
 

Dasoo

Bovino maduro
#17
orale bro, muy buena info está todo muy completo grandisimo post felicidades y gracias por compartir

saludos!!!
 
#18
es la primera vez que realmente me interesa un post sin que contenga imágenes o videos, esta genial.
Me gustaria saber de dónde sacaste la información
 

Yitarius

Bovino maduro
#19
si que buena informacion, shale esa momia de plano era claustrofobica jajajaja bueno ps quien sabe con todo eso pero es muy muy interesante :D

gracias por tu aporte, valio la pena leerlo todo
 
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